Sunday, March 9, 2025

Entrevista a Felipe Lázaro

POR LUIS DE LA PAZ

Especial para LIBRE

Desde España, el poeta y editor Felipe Lázaro (Güines, 1948) ha desarrollado una intensa labor por la cultura cubana, al frente su la Editorial Betania, y como compilador de importantes libros entre ellos Al pie de la memoria: antología de poetas cubanos muertos en el exilio, 1959-2002 (2003), del libro de relatos Invisibles triángulos de muerte, Con Cuba en la memoria (2017), Conversaciones con Gastón Baquero (5º edición, 2019), la antología poética Tiempo de exilio (4º edición, 2021), Poesía cubana: la isla entera (2º edición, 2024) e Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York (2ª edición, 2025). Es Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Graduado de la Escuela Diplomática de España.

Conversar con Felipe es confirmar su intensa trayectoria personal. Consultar el catálogo de su editorial http://ebetania.wordpress.com, es conectar con la literatura cubana. 

—Tu editorial Betania cumplió 38 años de trayectoria, pudiendo mostrar un sólido catálogo de libros publicados. ¿Qué te motivó a crear esta casa editorial?

A finales de los años 80, yo ya estaba implicado en el mundo editorial, pues era Coordinador Internacional de la madrileña casa editora Catoblepas. Al cerrarse esta, me quedé y seguí recibiendo manuscritos de autores españoles e hispanoamericanos, sobre todo cubanos. O sea que al fundar Betania en Madrid (1987) ya tenía una ligera experiencia editorial y, lo más importante, contactos con escritores y profesores que deseaban publicar sus libros.

Esto coincidió que, ese año, obtuve la Beca Cintas de Nueva York y esto me permitió comenzar con los trámites de legalización de Betania e iniciar nuestra andadura con dos proyectos iniciales: Conversación con Gastón Baquero y una segunda edición de mi poemario Los muertos están cada día más indóciles.

En cuanto al motivo real fue que me percaté que los escritores cubanos exiliados teníamos muchos obstáculos para publicar nuestros libros y pensé que Betania podría ser un nuevo vehículo que ayudara en ese sentido; aunque debo señalar que en esos años ya existían otras editoriales cubanas exiliadas en España, como Playor con Carlos Alberto Montaner,  Ediciones El Puente o La Gota de Agua (ambas de mi recordado José Mario) y Orígenes de Eugenio Suárez Galbán o en EE.UU. (sobre todo Universal con el entrañable Juan Manuel Salvat, maestro de editores). En este sentido, Betania es deudora –o casi hija– de esas otras editoriales cubanas que existían en el exilio.  Después, ya en los 90, surgieron otras editoriales exiliadas en Madrid, como Pliegos y Verbum con César Leante y Pío E. Serrano, respectivamente, como fraternos colegas editores del destierro madrileño.

—Uno de los títulos más representativos de Betania es de tu autoría Conversación con Gastón Baquero. Sería interesante que contaras un poco sobre tu relación personal con Gastón Baquero, así cómo lograste las entrevistas con el poeta y que ha representado este libro para el impulso de Betania.

Ese fue el libro fundacional de Betania. Pero es de 1987 y a Gastón yo lo conocí en 1967 cuando era un estudiante universitario cubano y coincidíamos en la cafetería del Instituto de Cultura Hispánica, donde él trabajaba, para hablar de Cuba.  En esos años (1968), comencé a publicar la revista universitaria cubana Testimonio y le pedí un texto a Gastón para la misma. A las semanas me comentó que había estado muy ocupado y no había podido escribir nada para nuestra revista, pero, de inmediato, sacó unas páginas de su chaqueta (como un mago) y me comentó: “He conseguido este excelente trabajo sobre la poesía cubana actual. Es de un catedrático italiano de la Universidad de Padua, amigo mío que estuvo de paso por Madrid”. Y, por supuesto, lo publicamos. Como a los dos años, leí ese mismo texto, ampliado, en la revista Poesía Española firmado por Gastón y, mucho más tarde, me enteré que el nombre del profesor italiano fue uno de sus seudónimos más recurrentes.

Referente a qué ha representado este libro para Betania, quizás ha sido uno de nuestros mayores aciertos, como publicar el poemario La novia de Lázaro (1991) de Dulce María Loynaz, un año antes de que le concedieran el Premio Cervantes (1992). O la poesía casi completa en dos libros de Reinaldo Arenas o antologías de renombrados poetas cubanos como José Mario, Raúl Rivero o Ángel Escobar y un largo etcétera… Ya son libros referentes de Betania. Recuerdo que el inolvidable Heberto Padilla, me decía: “Felipe, no escribas nada más, ya estás en la literatura cubana con tu libro de entrevista a Gastón”.  

—Con cierta frecuencia envías libros online y gratuitos para su difusión. ¿Cómo escoges los libros que divulgas por esta vía electrónica?

Betania fue la primera editorial cubana (del exilio y de la Isla) que comenzó publicando libros digitales gratuitos. Empezamos en el 2010 y hoy de nuestro fondo editorial de más de 800 títulos (de libros en papel), 40 libros (PDF) están disponibles en nuestro blog EBETANIA para su lectura y descarga gratuita.  

En realidad, la idea surgió como una forma de burlar la censura del régimen castrista y se puede afirmar que son libros cubanos libres. Menciono unos cuantos autores: José Ángel Buesa, Gastón Baquero, Delfín Prats, Lina de Feria, Jorge Luis Arco,  Lilliam Moro, Nelson Rodríguez Leyva, Amir Valle, León de la Hoz, Mirza L. González, Margarita García Alonso, Aimee G. Bolaños, Francis Sánchez, Dolores Labarcena, Luis Rafael, Yoandy Cabrera, Laura Domingo Agüero, Rafael Bordao y Félix Anesio entre otros. O títulos indispensables, como La Dama de América. Textos y documentos sobre Dulce María Loynaz (2016) de Alejandro González Acosta, El único José Martí, principal opositor a Fidel Castro (2018) de Ismael Sambra, Un puente contracorriente. Ediciones El Puente. Un esfuerzo literario dentro y fuera de Cuba (2014) de Marlies Pahlenberg, Gastón Baquero: El hombre que ansiaba las estrellas (2015) de Carlos Barbáchano, Poesía experimental en Cuba (2020) de Laura López Fernández y Cartas a Lydia Cabrera (2024) de Gastón Baquero.

—Unos de los recientes libros que has difundido ha sido la antología de poesía La isla entera, que preparaste junto al fallecido Bladimir Zamora. ¿Qué significa promoverla nuevamente, 30 años después de su primera edición?

Seguir la máxima martiana “Con todos y para el bien de todos”. Es una antología pluralista como la patria que ansiamos y que está por nacer. Fíjate, tanto la primera edición (1995) como esta segunda reciente (2024) fueron (y están) censuradas y prohibidas en Cuba. Esta antología solo se pudo publicar en el exilio y, por ello, es un canto de libertad, de esperanza democrática contra el pensamiento único (y excluyente) imperante en Cuba.

En esta segunda edición, debo resaltar el excelente prólogo del poeta cubano exiliado León de la Hoz que estudia el contexto político cultural cubano que existía cuando se imprimió la primera (1995) y enriquece esta obra.

Como anécdota, curiosamente, puede verse que de los 54 poetas (27 de la Isla y 27 del exilio) seleccionados en la primera edición, en esta segunda parte, ya son más los que optaron por el destierro.

No obstante, el motivo principal de esta nueva edición fue hacer una versión digital para lograr enviar esos ebook masivamente a Cuba, además de que se pueden adquirir ejemplares impresos en Amazon. También se puede descargar y leer gratuitamente el PDF en varios medios, como: Crear en Salamanca (Salamanca), Cuba nuestra digital (Estocolmo), Zoepost (París) y en el blog de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio (Nueva York).

Siempre digo que Cuba ha crecido, pero ya no solo son Cuba y Miami, es París o Berlín, Ciudad México o Buenos Aires, pues el incesante y sucesivo exilio desde 1959 no ha hecho más que ampliar las fronteras de nuestra patria. Esta pluralidad geográfica será enriquecedora para Cuba y se notará en la reconstrucción de la misma, de la nueva Cuba pluralista y democrática, sin exclusiones, que una gran mayoría de cubanos deseamos para nuestra patria.

—¿Cómo escritor nos podrías anticipar en qué trabajas?

En un poemario titulado Daiquirí nostálgico y otros tragos y en un segundo libro de relatos ¡Abajo los ricos! (Siquitrillados) de temática cubana, que narra literariamente la tragedia que representó para familias cubanas enteras las expropiaciones (léase, robo) de sus propiedades de todo tipo y tamaño por el nuevo Estado totalitario. Esa marea estatalista (y estalinista) afectó a cientos de miles de ciudadanos cubanos que eran dueños de cualquier negocio o propiedad (urbana o rural) en los años 60. Pero te repito es una obra literaria, son relatos de una problemática que me fue muy cercana desde niño, porque casi toda mi familia paterna eran prósperos comerciantes asturianos que emigraron a Cuba siendo adolescentes y tras varias décadas de trabajo lo perdieron todo (negocios, casas, cuentas bancarias, etcétera). Fueron tres hermanos y dos primos que terminaron falleciendo cuatro en el exilio y uno en Cuba, totalmente en la miseria.

Piensa que se habla –y se denuncia (con toda la razón)– de la tríada de crímenes del castrismo: paredón, presidio político y el inmenso exilio, pero casi no se habla –o se desconoce– que en Cuba, TODA la burguesía fue eliminada como clase social: los propietarios, comerciantes e industriales, los grandes y medianos en los años 60 y 61, y los pequeños en 1968. Fue un genocidio social, político-económico, que acabó no solo con la clase alta sino con la clase media y se instauró el odio al rico, al creador de riqueza. Estos son hechos históricos (de 1960 a 1968) una tragedia poco denunciada y que refleja un gran drama humano. 

Por otra parte, trabajo en un ensayo sobre la participación cubana en la Declaración Internacional de los Derechos Humanos (París,1948) donde rescato la figura ilustre del diplomático cubano Guy Pérez Cisneros (1915-1953), amigo de Lezama Lima con quien colaboró en sus revistas literarias habaneras.

 

A la muerte de Max Lesnik

Por  Prof. Rolando Alum Linera, 

Es cierto que Max Lesnik siempre fue controversial. Había sido líder de la Juventud Ortodoxa en la Cuba de Ayer -bajo Batista-, pero ya a finales de 1960, en su programa radial en La Habana (cuando era claro que los antiguos comunistas tomaban posiciones de envergadura bajo el nuevo régimen) repetía algo así como “no soy comunista porque no me da la gana”.  Y por coincidencia, pocos días antes de Playa Girón, escapó a Miami en un yate junto con Eloy Gutiérrez Menoyo y otros del II Frente del Escambray anti-batistiano de los 50.  

Conocí en República Dominicana en los años 70 a su anciano padre -donde tenía él un negocio- don Samuel, todo un caballero, y a su segunda esposa (no la madre de Max). Yo era un becado Fulbright allí afiliado al Museo Dominicano, y Samuel me contó que era polaco por nacimiento y de descendencia judía, que había escapado de ambos: del nazismo y del comunismo en Europa del Este, y por último de la Cuba de los Castro.  Quede aquí aclarado, además, que fui testigo como ese matrimonio le daba albergue a todo cubano refugiado que llegara a sus puertas, incluyendo al ya también fenecido periodista distinguido y también ex líder Ortodoxo Mario Rivadulla, quien había sufrido 7 años de prisión bajo los Castro. Don Samuel era activo en la Asociación Cubana en Santo Domingo que presidía Mario. 

No hace muchos años que en una ocasión entablamos conversación Mario, Carlos Alberto Montaner, Cecilio Vázquez (otro exiliado ilustre en R.D.), y quien subscribe sobre el caso tan incongruente de Max.  Cabe aclarar que su revista Réplica comenzó como una publicación más del Exilio anti-castrista, y por cierto, por algunos años Max se las agenció para que fuese la revista oficial de Dominicana de Aviación, entonces la línea aérea del gobierno dominicano bajo las gestiones presidenciales del ex protegido del dictador R. L. Trujillo, el Dr. Joaquín Balaguer, quien -eso sí- se pronunciaba anti-comunista.   Un tiempo después, Max se perfiló públicamente pro-castrista en Miami, la capital del Exilio, aunque cómodamente desde el exterior.  El resto del historial de su posición pública más reciente ya lo sabemos, pero probablemente jamás llegaremos a saber la verdad detrás de todas esas incongruencias.

Saturday, March 8, 2025

Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York*


Por Dolores Labarcena

De la mano de Felipe Lázaro, y con un riguroso prólogo de Odette Alonso, además de tres exhaustivos ensayos de Elena M. Martínez, Perla Rozencvaig y Mabel Cuesta, sale a la palestra una segunda edición de Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York (Editorial Betania, 2025). Esta antología recoge un selecto quinteto de la lírica contemporánea y transnacional cubana: Magali Alabau, Alina Galliano, Lourdes Gil, Maya Islas e Iraida Iturralde.

Más allá de los disímiles estilos e imaginarios personales de estas reconocidas voces de la diáspora, tres tópicos recurrentes -memoria, desarraigo y resistencia- dan rienda suelta a un goloso mosaico donde el denominador común es el exilio. Compilación que invita al lector no ya a regresar a la “Heimat”, sino más bien a un lugar acrónico y difuminado, donde casa y territorio no son más que un espacio cósmico, erótico, a menudo doméstico, no menos mental. 
La probada calidad de estas poetas, todas de dilatada y paciente obra -a precio de silencio-, aportan todavía más valor a esta certera antología. 
*2ª edición del libro Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York. Antología crítica (Betania, 2025) de Felipe Lázaro, con prólogo de Odette Alonso Yodú y ensayos críticos de Elena M. Martínez, Perla Rozencvaig y Mabel Cuesta. (Poetas seleccionadas: Magali Alabau, Alina Galliano, Lourdes Gil, Maya Islas e Iraida Iturralde).