Por Luis Leonel León
Representantes de más de un centenar de grupos opositores cubanos de dentro y fuera de la isla se reunieron este viernes en la emblemática Torre de la Libertad, en el downtown de Miami, para ratificar El Acuerdo por la Democracia en Cuba, un decálogo que desde 1998 denuncia la ilegitimidad del gobierno dictatorial de La Habana, solicita la liberación de los presos políticos del castrismo y la celebración de elecciones libres y democráticas, entre otras medidas para la democratización de la nación caribeña.
“Nosotros, cubanos conscientes de la necesidad de un cambio trascendente en las estructuras políticas, sociales y económicas de nuestro país, nos juntamos más allá de nuestras estrategias en favor de la liberación para afirmar ante nuestro pueblo y la comunidad internacional los postulados esenciales que substancien la alternativa democrática al despotismo que impera actualmente en nuestra patria”, expresa el Acuerdo, firmado por primera vez hace 21 años por gran parte de la oposición, reafirmado en Polonia en 2007 con respaldo internacional, y ratificado en varias ocasiones como instrumento común de la resistencia interna y el exilio para el restablecimiento del Estado de Derecho en Cuba.
El documento, que se presenta como una “clara alternativa a la opresión actual”, propone “pasos concretos por el cambio de sistema en Cuba ante el agravamiento de la crisis en la Isla y las consecuencias dramáticas de la injerencia del régimen cubano en el Hemisferio”.
Ante unas 400 personas, varios de los firmantes del Acuerdo defendieron el derecho de todos los cubanos a la igualdad ante la ley, y denunciaron la incapacidad del régimen castrista para “asegurar la libertad y la justicia” y promover el “bienestar general y la solidaridad humana” en la nación cubana, que reconocen como una sola, representada “en el territorio nacional y en la diáspora”.
“Lo importante de un evento como este es que, sin pretender que todos los grupos de oposición al castrismo tengan los mismos programas, se reconozca que el enemigo común es el castrismo y que esto no sólo se le muestre al pueblo de Cuba sino también a la comunidad internacional”, dijo a Radio Televisión Martí el excongresista cubanoamericano Lincoln Díaz- Balart, quien en su discurso, además de explicar los pedidos del Acuerdo, habló de la falta de solidaridad histórica que ha sufrido el pueblo de Cuba.
“El gobierno español acaba de anunciar que los reyes de España van a Cuba a una celebración de los Castro”, condenó el también abogado y representante del Instituto de La Rosa Blanca, quien señaló que “así hay muchos ejemplos espeluznantes y deleznables de falta de solidaridad”.
El doctor Orlando Gutiérrez-Boronat considera que el Acuerdo por la Democracia "ha resistido el embate del tiempo por haber surgido del profundo deseo de Cuba de reencontrarse consigo misma". Según el líder del Directorio Democrático Cubano, la vigencia de esta iniciativa también se debe a que es "un pilar sólidamente planeado por la resistencia cubana para anclar la refundación nacional en democracia, nacido del esfuerzo desinteresado y patriótico de diferentes generaciones y líderes de establecer un firme consenso para una nueva Cuba. Es un gran orgullo haber sido tanto co-gestor como testigo de este documento a través de los años".
La promotora de la campaña Cuba Decide, Rosa María Payá, destacó que el propósito del Acuerdo es “invitar a absolutamente a todas las organizaciones de oposición y de la sociedad civil” a celebrar la “unidad de propósito de la oposición cubana con el pueblo cubano”, en favor “del cambio de sistema, del cambio democrático en Cuba”.
“Estamos comprometiéndonos y comprometiendo a la comunidad internacional con la denuncia y con las acciones concretas en contra de una dictadura totalitaria, que no solamente afecta en estos momentos al pueblo cubano, sino que también ha afectado y se ha convertido en el verdadero obstáculo para la paz y la estabilidad en todo el hemisferio”, manifestó la también directora ejecutiva de la Fundación para la Democracia Panamericana.
Entre las exigencias del Acuerdo están el derecho del pueblo cubano al “ejercicio del sufragio universal directo y secreto para elegir a sus representantes y el derecho a postularse para cargos públicos”, la legalización inmediata de “todos los partidos políticos y demás organizaciones y actividades de la sociedad civil”, hoy marginadas y reprimidas por el régimen, así como la formación de un “poder judicial independiente, imparcial y profesional”, y el reconocimiento de las libertades de expresión, prensa, asociación, reunión, manifestación pacífica, profesión y religión.
Por su parte, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), calificó al régimen de La Habana como la “peor de todas” las dictaduras. “Mientras haya dictadura en Cuba, vamos a sufrir en cada uno de nuestros países”, advirtió el diplomático uruguayo.
El jefe de la OEA reconoció asimismo que la “deuda pendiente” con el pueblo cubano “tiene que empezar a ser saldada”, y reconoció la “responsabilidad de devolverle la democracia” al pueblo de Cuba, que “ha pagado un precio altísimo, más que en cualquier otra dictadura”.
“Estamos aquí siendo testigos de un evento que esperamos sea histórico y que inicie los cambios que se requieren para la patria cubana”, dijo a este medio el abogado mexicano René Bolio, presidente de la comisión Justicia Cuba, organización que, a través de videncias concretas, denuncia el carácter criminal del régimen cubano y se propone que los responsables de las violaciones de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos en Cuba desde 1959 sean juzgados internacionalmente.
“El régimen cubano ha utilizado los crímenes de lesa humanidad para perpetuarse en el poder, tal como hizo el régimen nazi y otras dictaduras”, precisó el jurista, para quien lo más importante de esta denuncia “es que este régimen, que acaba de hacer un cambio de turno entre sus miembros, es ilegítimo, no representa al pueblo cubano, representa a una minoría de la dictadura”.
El Acuerdo por la Democracia en Cuba, reclama además la protección de las libertades económicas y sindicales, así como el derecho de todos los cubanos a la propiedad privada, al convenio colectivo, a realizar huelgas y tomar medidas urgentes encaminadas a “proteger la seguridad medioambiental” y “rescatar el patrimonio nacional”.
El evento, al que asistieron representantes de diversos grupos de la resistencia interna, el exilio y de gobiernos e instituciones democráticas del mundo, coincidió con el anuncio del Departamento de Estado y el de Transporte de EE.UU. sobre la suspensión hasta nuevo aviso del servicio aéreo programado entre EE.UU. y los aeropuertos internacionales cubanos, con excepción del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, “para evitar que el régimen cubano se beneficie de los viajes aéreos estadounidense”.
Entre los invitados especiales estuvo Carrie Filipetti, subsecretaria adjunta de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, quien ratificó las nuevas sanciones del gobierno de Donald Trump y precisó que el objetivo es limitar los recursos económicos de los que se sirve el régimen cubano para mantener su represión al pueblo.
Otro de los invitados internacionales fue el político y psicólogo de origen rumano Dragos Dolanescu, diputado a la Asamblea Nacional de Costa Rica, quien presentó ante parlamento de su país la denuncia de la comisión internacional Justicia Cuba contra el régimen cubano como violador de los derechos humanos. Otros de los oradores fueron Blanca Reyes, activista del movimiento opositor Damas de Blanca; y Sylvia Iriondo, presidenta de M.A.R. por Cuba; y Rolando Montoya, presidente interino de Miami Dade College.
“Cuba resurgirá de sus propias cenizas, pero es obligación sagrada de todos los cubanos -tanto de los que viven en la isla oprimida como en la diáspora- poner las manos en el arado sin mirar atrás, sino a lo más profundo de nuestros corazones para convertir las cenizas en semilla fecunda de amor y creación. Ahora, como hace 100 años, nuestra aspiración nacional continúa siendo construir una República basada en la fórmula del amor triunfante”, concluye el Acuerdo, cuyo objetivo final es restablecer la democracia en Cuba.
El Acuerdo por la Democracia fue proclamado el 20 de febrero 1998 en la Universidad Internacional de la Florida, con firmas simultáneas en La Habana y Madrid. Luego ha sido ratificado en las siguientes fechas y lugares: 20 de febrero de 1999 (Universidad Internacional de la Florida), 25 de julio de 2002 (suscrito en representación de la Resistencia Cubana en el Capitolio Nacional en la Habana), 31 de agosto de 2007 (Lubin, Polonia ante el gobierno del pueblo polaco), 18 de marzo de 2009 (Hotel Biltmore, Coral Gables, en la fundación de la Asamblea de la Resistencia Cubana), 13 de noviembre de 2009 (Placetas, Cuba, por diversos representantes de la resistencia interna), 8 de mayo de 2012 (Hotel Biltmore, Coral Gables, en la Declaración Conjunta de la Resistencia Cubana y la Revolución Siria), 9 de abril de 2015 (Ciudad Panamá, en el Simposio por la Democracia, Cumbre de las Américas), 15 de agosto de 2015 (Primer Encuentro Nacional Cubano en San Juan, Puerto Rico), 11 de octubre de 2016 (Miami, en el acto Todos por Cuba Libre), 16 de enero de 2018 (Coral Gables, en la Declaración Todos por Cuba Libre) y 25 de octubre de 2019 (Torre de la Libertad, Miami, en el acto Pasos de Cambio).
No comments:
Post a Comment