Saturday, March 8, 2025

Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York*


Por Dolores Labarcena

De la mano de Felipe Lázaro, y con un riguroso prólogo de Odette Alonso, además de tres exhaustivos ensayos de Elena M. Martínez, Perla Rozencvaig y Mabel Cuesta, sale a la palestra una segunda edición de Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York (Editorial Betania, 2025). Esta antología recoge un selecto quinteto de la lírica contemporánea y transnacional cubana: Magali Alabau, Alina Galliano, Lourdes Gil, Maya Islas e Iraida Iturralde.

Más allá de los disímiles estilos e imaginarios personales de estas reconocidas voces de la diáspora, tres tópicos recurrentes -memoria, desarraigo y resistencia- dan rienda suelta a un goloso mosaico donde el denominador común es el exilio. Compilación que invita al lector no ya a regresar a la “Heimat”, sino más bien a un lugar acrónico y difuminado, donde casa y territorio no son más que un espacio cósmico, erótico, a menudo doméstico, no menos mental. 
La probada calidad de estas poetas, todas de dilatada y paciente obra -a precio de silencio-, aportan todavía más valor a esta certera antología. 
*2ª edición del libro Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York. Antología crítica (Betania, 2025) de Felipe Lázaro, con prólogo de Odette Alonso Yodú y ensayos críticos de Elena M. Martínez, Perla Rozencvaig y Mabel Cuesta. (Poetas seleccionadas: Magali Alabau, Alina Galliano, Lourdes Gil, Maya Islas e Iraida Iturralde).

Tuesday, February 25, 2025

Iván Acosta presenta en Nueva York su libro "Fuacatapam"

 


Por Luis Leonel León

MIAMI.- Fuacatapam, el nuevo libro del dramaturgo y cineasta cubano Iván Acosta tuvo su presentación neoyorquina en Baruch College, perteneciente a la universidad de la ciudad de Nueva York (CUNY). A finales de enero, Fuacatapam tuvo su debut en la Colección Cubana (Cuban Heritage Collection) de la Universidad de Miami.

Fuacatapam es un libro muy diverso. Tiene varios cuentos como el que le da título y que es un recorrido por temas cubanos y del exilio, por Miami, por Cuba, por la historia y por la actualidad", dijo Acosta a Diario Las Américas.

Este viernes 21 de febrero, en uno de los salones de lectura de Baruch, Fuacatapam unió a lectores hispanos de diferentes generaciones para escuchar al autor hablar de su obra, acompañado de su editor, el escritor y cineasta cubano exiliado en Miami, Luis Leonel León, y el escritor Rolando Pérez, autor del prólogo y profesor emérito de Hunter College.

Como amplió Acosta: "Está Napoleoncito el deliverista, que relata las peripecias de un mensajero en medio de la pandemia del COVID-19. El pez maldito de los ojos coloraos, que es más fantástico. Hay de todo o casi todo: cuentos, viñetas, notas históricas, monólogo teatral y hasta un poema que escribí hace muy poco, el 17 de noviembre pasado, el día de mi cumpleaños. Se llama No vinieron las abejas y cuando lo lean ya verán cuál es su historia y los motivos que me inspiraron. Yo se lo envié a Luis Leonel León para que él lo leyera, nunca pensando en el libro, pero él, que es el editor y que tiene esa visión, pues me llamó y me dijo: Iván ya el poema está editado e integrado al libro. Y ahí está. Es un libro que abarca textos escritos a lo largo de casi 55 años, desde 1970 con el monólogo Esperando en el Aeropuerto Internacional de Miami, que pertenece a mi obra Grito 71, hasta finales del año pasado, con No vinieron las abejas”.

El evento fue organizado por una de las instituciones cubanoamericanas más importantes y legendarias en los Estados Unidos: el Centro Cultural Cubano de Nueva York (CCCNY), fundado en 1972 por Acosta y otros artistas e intelectuales exiliados en la Gran Manzana.

“Siempre es un placer presentar una obra de la mano del Centro (CCCNY). Varios miembros y fundadores asistieron a la presentación. Primero Miami y luego Nueva York han respondido con interés y entusiasmo a Fuacatapam. Las dos primeras presentaciones han sido un éxito y espero que así siga su viaje por otras plazas académicas y ferias del libro”, comentó Acosta, residente en Manhattan desde 1961.

Acosta ha escrito casi una veintena de obras de teatro (Grito 71, Cuba: Punto X, Un cubiche en la luna, Recojan las serpentinas que se acabó el carnaval), dirigido más de una decena de filmes (Amigos, Rosa y el ajusticiador del canalla, Cándido manos de fuego, Cómo se forma una rumba) y centenares de comerciales para televisión. Entre sus libros recientes destacan Con una canción cubana en el corazónEl Super. Edición 40 años y Ventanas neoyorkinas con vistas cubanas (Colección Fugas).

Aquí en Manhattan la pasamos muy bien. Incluso se desató un debate muy interesante alrededor del personaje de la India Agripina que en el cuento que le da título al libro desaparece a los cubanos mayores de 15 años tanto en la isla como en el exilio. Para mí fue inesperado ver que algunas personas, en medio del debate, llegaron a confundir la ficción que presenta el relato con la realidad. Fue increíble pero a la vez simpático comprobar que uno de los tópicos que desarrolla El Quijote sigue teniendo vigencia”, comentó a Diario Las Américas el director de Colección Fugas, Luis Leonel León.

Este año la editorial lanzará dos libros más de Acosta, como parte de sus obras completas, junto a otras obras de autores del exilio y el inxilio cubanos. Entre las próximas entregas de autores independientes que viven en la isla se encuentran: De Caín y Kundera al asere ilustrado, y Cuba desde Cuba, ambos de Luis Cino, y Quinquenio sucio de La Habana, de la también periodista independiente Camila Acosta.

Otros títulos de próxima aparición en Colección Fugas son: La comedia eléctrica (Rolando Pérez), Miami no estaba en los planes, y La Perestroika que nunca llegó. Historia íntima del teatro cubano de los 90 (los dos de Jorge Ignacio Pérez), Transición. La Cuba y los cubanos del tardocastrismo. 2015-2021 (Yoe Suárez), Ventanas neoyorkinas con vistas cubanas (Iván Acosta), Los pronombres de la isla calvario, Náufrago en otra orilla, y Los Asesinos del ZOL (los tres de Yoandy Castañeda), Marxianismo (Andrés R. Rodríguez), Últimos diálogos con CAM (Carlos Alberto Montaner)Miami Avant-Garde 21, y Antología de fugas. Travesía por la escritura cubana de la diáspora (estos últimos de Luis Leonel León), entre otros.

“Doy las gracias muy especialmente a todos los que el viernes, bajo un agradable frío neoyorquino, vinieron a la presentación. Desde New Jersey también se acercaron amigos y lectores fieles. Agradezco a los amigos y seguidores del Centro Cultural Cubano de Nueva York, un grupo tan especial que por más de 50 años ha cuidado y defendido lo mejor de la creación cubana en el exilio, no solo en Nueva York, sino también en muchos otros lugares", apuntó Acosta.

"También agradezco a Diario Las Américas y a ti, Grethel, por la amable cobertura. Siempre agradeceré a mi amigo Luis Cruz Azaceta, uno de nuestros mejores pintores, por las ilustraciones magníficas que enriquecen el libro. Y por supuesto a mi familia, a mi esposa Teresa y mi hijo Amaury que nos acompañaron en Baruch, y a mis colegas Rolando Pérez y Luis Leonel León, mi editor”, acotó.

Monday, February 24, 2025

Biblioteca Digital de Textos Escolares Cubanos


Una magnífica herramienta de conocimiento e investigación es la Biblioteca Digital de Textos Escolares Cubanos a cargo del centro de investigación español MANES que tiene como objetivo principal "la investigación de los manuales escolares producidos en España, Portugal y América Latina durante el período 1808-1990". En el caso cubano el archivo tiene como texto más antiguo Cursos de Estudios y Métodos de Enseñanza para las Escuelas Públicas elaborado por la Junta de Superintendentes de la Isla de Cuba de 1901 y el de fecha más tardía es Mi primer libro. de Josefina Díaz Entralgo de 1968. Le agradecemos al escritor Orlando Luis Pardo Lazo habernos enviado este enlace.

Monday, February 17, 2025

Documental Hijos de la Diáspora, este Viernes 21 de Febrero

 

Documental Hijos de la Diáspora, este viernes 21 de Febrero a las 7pm en el Koubek Center, 2705 SW 3rd St, Miami 33135. Entrada libre. Si ves alguna divulgación que diga Sold out, no hagas caso, encontrarás asientos disponibles. Allí estarán varios de los entrevistados. Nos vemos!
Dirección : Lunes Oña
Producción: Ileana Pérez Drago y Always Lunes
Sonido: Manuel Hernández

Música: Son de Oro, Boris Larramendi, pianista Hilda Oramas.

Thursday, February 13, 2025

Lanzamiento en Nueva York de Fuacatapam, el último libro de Iván Acosta



Nos complacemos en anunciar el lanzamiento en Nueva York de Fuacatapam, el último libro del miembro de la AHCE Iván Acosta, una mezcla magistral de narración, realismo mágico y sátira política mordaz. La historia sigue a La India Agripina y su compañero Don Liborio, que simboliza el espíritu cubano, en un viaje surrealista a través de la Cuba posrevolucionaria. Se encuentran con figuras históricas icónicas como José Martí, Antonio Maceo y Félix Varela, pero el ingenio agudo y el humor irreverente de La India cambian las expectativas.

Con ecos de la magia afrocubana de Lydia Cabrera y el choteo (humor) tan intrínseco a la cultura cubana, esta sátira caprichosa pero conmovedora reflexiona sobre la represión política y el complejo legado de la revolución, llevando al lector a una exploración vibrante de la imaginación y la identidad.

El autor estará acompañado en un panel por el escritor y erudito literario Rolando Pérez y el periodista Luis Leonel León. Palabras de bienvenida de la Dra. Elena Martínez, de Baruch College, y la Dra. Perla Rozencvaig, del Programa de Literatura del CCCNY.

BARUCH COLLEGE

VC-13 Sala 150

Lexington at 25th Street, NYC

VIERNES 21 DE FEBRERO, 2025

a las 6:30 PM

Miembro de la AHCE recibe Premio Herencia Cultural 2025



El académico cubano Alejandro González Acosta ha sido galardonado con el Premio Herencia Cultural 2025 que otorga la Fundación Herencia Cultural Cubana, en reconocimiento a su invaluable contribución a las artes, las letras y el magisterio. Considerado uno de los grandes ensayistas cubanos, el doctor González Acosta es especialista en letras iberoamericanas y ha desarrollado una vasta obra en los campos de la filología, literatura, historia, genealogía y arte, tanto cubano como mexicano.

Miembro de la Real Academia de la Lengua y su filial norteamericana, así como de la Academia de Historia de Cuba en el Exilio, González Acosta también ha sido asesor de la revista Herencia y miembro del grupo Los Pergaminos. Su labor investigativa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones científicas lo ha consolidado como una de las figuras más influyentes en su campo.

Entre sus múltiples reconocimientos destacan el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1989) y el Premio Internacional Inca Garcilaso de la Vega de Ensayo (1990). Asimismo, ha publicado más de 20 libros y dirigido importantes proyectos de investigación en historia y literatura.

El equipo de Juan Clark lo ha descrito como una de las grandes lumbreras cubanas, cuya obra trasciende desde el anonimato. En 2017, recibió la Gran Orden y Collar Triunfo de la República en la ciudad de Puebla, sumándose a su extenso currículo de distinciones.

Este premio reafirma su legado como referente intelectual y promotor incansable del conocimiento en el ámbito hispanoamericano.

Tuesday, February 11, 2025

Martí, monstruo y meñique*

Yugo y estrella, de Alberto Jorge Carol.



Por Orlando Luis Pardo Lazo

En Cuba, me paralizaba ver en el librero sus Obras Completas. La enciclopedia del Apóstol es aplastante. Como si estuviera a la espera de que yo abriese algún volumen y me pusiese, por el resto de mi existencia, a leer.

Sus frases, no por conmovedoras, dejan de ser asfixiantes. Martí es tan agónico como emancipador. Pero la propaganda del castrismo (por entonces yo ignoraba ese término) lo había tornado en una lectura espontánea, automática, involuntaria. En la Revolución Cubana, no hacía falta leer a Martí. Fidel lo citaba constantemente a título de nosotros.

Una madrugada descubrí sus tomos terminales de Apuntes, anotaciones casi anónimas del Héroe Nacional. Una colección de miniaturas que, entre apuradas y comprimidas, aún siguen resonando en la clave del milagro Martí.

Esas líneas de camerino son como los evangelios apócrifos de nuestro profeta patrio exiliado. Un Martí en ropa interior, fragmentario, que calibra la precisión de su prosa antes de ejecutarla en el escenario impreso de la posteridad.

Martí se enrola allí con cualquier cosa del mundo que cae en sus manos. Replica a enemigos físicos o imaginarios. Se retracta a tiempo de sí mismo. Repara tardíamente en ignorancias propias y ajenas. Reparte aplausos y escarnios. Recuenta modas y precios de estación. Ensaya diálogos. Desmiente incluso sus otras frases, las oficiales. Refuta la no existencia de Dios y ratifica la libertad deípara del Hombre. Es un recién nacido que se azora de sus propios sueños, mientras goza con cada pesadilla de muerte.

El Maestro deviene así un Maelstrom de cuya succión no escapa ninguna palabra. A cada vocablo, le fija o le borra este vicio o aquella virtud. Es una máquina de moler vacíos. Hace del azar una tabula rasa. Hasta que, casi sin querer, sus apuntes se apuran a anunciar, en incandescente silencio, una especie de Diccionario Délfico de la Patria.

Sin embargo, el desierto se va infiltrando en la caligrafía de sus garabatos fundacionales. Es el diario de un loco y el diagnóstico de un suicida. Martí, monstruo imperial que busca amparo en un seno provinciano de hembra. Martí, meñique en posición fetal que acompaña al bautismo de fuego de su nación de parto.

En su cumpleaños 172, los cubanos tendríamos que reinventarnos a ese micro-martí. Encontrar el hilo de una historia sin histología por donde zafar la madeja de su laberíntica labia. Extender la elementalidad de lo que dejó inconcluso a la completez claustrofóbica de su Opus. Amar sus minucias antes que su minuciosidad. Y armarnos, por fin, de un Martí portátil, que quepa cómodo en cualquiera de esas incontables notas al pie que rezan, para que su misterio sea inagotable: “palabra ininteligible”.

*Publicado en Hypermedia Magazine

Cuba y su historia afrodescendiente




Por Ileana Fuentes

En este mes de febrero, los estadounidenses celebran el mes de la Historia Negra, o sea, de la historia de los afroamericanos. Lo hacen desde 1976 cuando el presidente Gerald Ford oficializó esa celebración en medio de los festejos del Bicentenario de los Estados Unidos. Ya desde 1926, el Dr. Carter G. Woodson, profesor de la Universidad de Harvard y el pastor protestante Jesse E. Moorland designaron la segunda semana de febrero como la semana de la historia de los negros, a coincidir con dos fechas importantes: el nacimiento del presidente que liberó a los esclavos, Abraham Lincoln (1809-1865) y el del reconocido intelectual afrodescendiente Frederick Douglass (1818-1895).

Históricamente, en Cuba solo se observaba el 7 de diciembre —la muerte en combate del general Antonio Maceo en 1896— como duelo nacional. Maceo (1845-1896) fue el único “cubano de color” que recibió esos honores de la República de Cuba. Y, sin embargo, Cuba no es Cuba sin sus muchísimos hijos e hijas por cuyas venas corre sangre africana.

Cuba no es Cuba sin sus músicos, compositores y cantantes, sin Celia Cruz o Pablo Milanés, sin Amadeo Roldán o José White, sin Celeste Mendoza o Rita Montaner, sin Benny Moré o Cándido Camero, sin Enrique Jorrín o María Teresa Vera, sin Paquito D’Rivera o Ramón “Bebo” Valdés, sin “La Lupe” o Rolando Laserie, sin Manuel Saumell o Claudio Brindis de Salas, sin Mario Bauzá o “Machito”, sin Pedro Knight o Chucho Valdés, sin José Antonio Méndez o Vicentico Valdés, sin Tata Güines o José Portillo de la Luz, sin Pacho Alonso o Juan Bruno Tarraza o el cuarteto Las D’ Aida, sin Xiomara Alfaro o Leo Brouwer, sin Omara Portuondo o Elena Burke, sin Chano Pozo o Irene Herrera Laferté, pionera desde 1928 de los grupos femeninos con su Charanga de Doña Irene, sin “Bola de Nieve” o Rolando Laserie, sin Zenaida Manfugás o Gonzalo Rubalcava, sin Arsenio Cruz o Mongo Santamaría, o sin figuras sobresalientes que han triunfado en el mundo clásico como el bailarín y coreógrafo Carlos Acosta, la bailarina Caridad Martínez y la muy condecorada compositora Tania León.



Pero Cuba es mucho más que sus músicos negros y mulatos. Más allá del excelso “Titán de Bronce”, Cuba no es Cuba sin sus políticos, libertadores, servidores públicos y activistas negros y mulatos. Cuba no es Cuba sin el negro libre José Antonio Aponte y su conspiración nacional de esclavos en 1812, sin los generales de la independencia Guillermo Moncada, José Maceo, Generoso Campos Marquetti y Quintín Banderas o sin el brigadier —y segundo en ocupar la vicepresidencia del país—Domingo Méndez-Capote. Cuba no es Cuba sin Martín Morúa Delgado o Juan Gualberto Gómez, sin Alfredo Hornedo o Salvador García Agüero, sin Lázaro Peña o Jesús Menéndez, sin el expresidente Fulgencio Batista Zaldívar o los valientes fundadores —y antiguos mambises— del Partido Independiente de Color: Evaristo Estenoz y Pedro Ivonnet, el general Juan Eligio Ducasse y el coronel Juan Gálvez, Jesús Rabí y Florencio Salcedo, Isidro Acea y Enrique Fournier, Julián Valdés Sierra, Ricardo Batrell y Gregorio Surín.

Cuba no es Cuba sin la líder de las Damas de Blanco Berta Soler o el preso político fallecido en huelga de hambre, Orlando Zapata, sin Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio Madrazo o José Luis García Pérez “Antúnez”, sin la esclava y combatiente Carlota y sus levantamientos durante el siglo XIX o la capitana y médica del Ejército Libertador Rosa Castellanos, veterana de las dos guerras de independencia.

Cuba no es Cuba sin sus deportistas y atletas afrodescendientes, sin Minnie Miñoso o Luis Tiant, sin Kid Chocolate o Tony Oliva, sin Martín Dihigo o “el Duque” Hernández, sin Teófilo Stevenson o Randy Arocena, sin Oraldis Chapman o las campeonas olímpicas Regla Torres, Mireya Luis, Ana Ibis Fernández, Idalmis Gato, Lily Izquierdo, Marlenis Costa, Regla Bell y Raisa O’Farril.

Cuba no es Cuba sin sus intelectuales y pensadores afrodescendientes, sin Gastón Baquero o Rafael Serra, sin Carlos Moore o Juan F. Benemelis, sin Lourdes Casal o Alberto Abreu, sin Enrique Patterson o María Ileana Faguaga, sin Alberto Arredondo o Amalia Daché o Iván César Martínez. Cuba no es Cuba sin las escritoras Abigail Lozano o Mercedes Valdés Mendoza.

Cuba no es Cuba sin sus escritores y creadores afrocubanos, sin Gabriel de la Concepción “Plácido” Valdés o Iván Acosta, sin Nicolás Guillén o Eusebia Cosme, sin Emilio Ballagas o Coco Fusco, sin Florencio Gelabert, padre o Florencio Gelabert, hijo, sin Sara Gómez, o Nancy Morejón, sin Renée Méndez Capote o Georgina Herrera, sin Roberto Diago o Teodoro Ramos Blanco, sin Agustín Cárdenas o Mateo Torriente, sin Wifredo Lam o Juan Boza, sin Tomás Esson o Juana Valdés, sin Félix B. Caignet o Sergio Giralt o Belkis Ayón, sin María Magdalena Campos Pons o Nicolás Guillén Landrián, sin Gerardo Fulleda o Eugenio Hernández Espinosa, sin Domingo Poublé o Manuel Mendive. 




Cuba no es Cuba sin las educadoras negras y mulatas, como América Font, y también las maestras que fundaron en la década de 1840 escuelas para niños y niñas “de color”: Ramona López, María Nicolasa Ramos, María Feliciana Portuondo y Antonia Núñez. Cuba no es Cuba sin las intelectuales cienfuegueras negras y mulatas que fundaron el colegio Las Hijas del Progreso en 1884: Quintina Valle de la Vega, Ana Joaquina Sosa, Dorotea Almeida, Martina Madrigal y Úrsula Coímbra.  

Son muchísimos más los cubanos y las cubanas afrodescendientes que debemos recordar y celebrar, como los académicos Orlando Edreira, Amalia Daché y Marcelo Fajardo, y los médicos exiliados en Nueva York Dagoberto García, radiólogo, y el neurólogo Juan Edreira. ¿Y dónde dejamos a las mambisas Mariana Grajales y María Cabrales, madre y esposa, respectivamente, de Antonio Maceo, o a otras guerreras como Gregoria Herrera Garbosa, Caridad Jaca, Tomasa Duverger Lafargue y Caridad Bravo? Quedan cientos de nombres sin mencionar en este escrito. Que el mismo sirva como base de un nuevo proyecto nacional que en un futuro conduzca a una apreciación plural de nuestra Historia.


WALDO BALART, in memoriam*




Por Felipe Lázaro

Personalmente conocí a Waldo a mediados de los años 70 en un Madrid marcado por la abundante presencia de exiliados cubanos que, desde 1959, llegaban a España sin cesar, en oleadas sucesivas. Esos años, como los 80 y la década de los 90, fueron testigos de un boom cubano en la madre patria, sobre todo en Madrid; donde casi todos los días había alguna actividad cubana anticastrista, fuese una presentación de libros, lectura de poesía o una exposición de pintura y constantes conferencias de temática cubana, etc. De esa época, recuerdo las concurridas reuniones festivas en la casa de Waldo en la mítica calle de San Cosme y San Damián (calle de poetas cubanos: donde vivió José Mario hasta su muerte y se había suicidado Wifredo Fernández) con la asistencia de sus amigos españoles (los pintores Ceferino Moreno, José María Iglesias y Jerónimo Salinero o los escritores Manolo Conde y Teresa Soubriet) y un buen puñado de cubanos como los pintores Lorenzo Mena y Andrés Lacau o los poetas José Mario e Isel Rivero, Pío E. Serrano y Edith Llerena, David Lago y Benita C. Barroso, Elías Miguel Muñoz y Rolando Morelli, y quien escribe este texto.

Además de otros escritores que lo visitaban, como Reinaldo Arenas o su gran amigo el galerista Florencio García Cisneros que dirigía en Nueva York la revista Noticias de Arte. También su relación con sus amigas del alma: las profesoras Estrella Busto Ogden y Olga Connor, Uva de Aragón y Rosario Hiriart. Más tarde, ya en los 90, fueron asiduos a su atelier otros jóvenes poetas cubanos, de entonces, como Alberto Lauro, Orlando Fondevila, León De la Hoz, Efraín Rodríguez Santana, Bladimir Zamora, Antonio José Ponte y Nelson Simón, entre una lista interminable de amigos (como Osbel Suárez, Santiago Méndez Alpízar o Nidia Fajardo) o como los escritores cubanos residentes en Francia (Zoé Valdés, Jacobo Machover, Armando Valdés Zamora. y William Navarrete). O intelectuales hispanoamericanos como los venezolanos Carlos Contramaestre y Elizabeth Burgos, el dominicano Carlos Julio Báez, el norteamericano Louis Bourne o el historiador y político español Guillermo Gortázar, pero ya en su nueva residencia madrileña de la calle San Ildefonso.

Como un sentido reconocimiento a Waldo, hay que recordar que fue él quien ayudó a José Mario para que refundara en Madrid las Ediciones El Puente (1970-1988), creara las Ediciones La Gota de Agua (1973- 1981) y publicara los 50 números de la revista literaria Resumen Literario El Puente (1979-1988), como de otros innumerables proyectos literarios y culturales que emprendía José Mario. Sin olvidar que también fue ayudado en su labor editora por otros mecenas cubanos como el escritor Pancho Vives y el editor Víctor Batista Falla, entre otros.

De esa época (finales de los 80, y toda la década de los años 90) recuerdo -y siempre le agradeceré a Waldo- su presencia en los actos betanianos, cuando presentábamos algún libro nuevo, fuese en la madrileña Casa de América, en el Ateneo, en el Círculo de Bellas Artes o en la Fundación Hispano Cubana en la calle Orfila. Con especial cariño también recuerdo su invariable asistencia a la Tertulia del Café Central que convocaba la Dra. Martha Frayde y que siempre terminaba en un concurrido almuerzo en alguno de los restaurantes cerca de la Plaza Santa Ana.

Recordemos que durante esos años, un clásico del cubaneo en Madrid siempre fueron las sucesivas exposiciones de Waldo en diversas galerías madrileñas (o su participación anual en la Feria Internacional ARCO) donde sus compatriotas y amigos españoles arropaban su quehacer artístico.

Él siempre fue un imán viviente de amistad y a sus sucesivos domicilios madrileños peregrinaron cubanos, hispanoamericanos y españoles, cuyo eco se ha podido percibir en las redes sociales, tras su muerte.

En estas horas de dolor, recordamos a otros amigos de Waldo, como Mariela A. Gutiérez, Yolanda Portero, Roberto Cazorla y la fotógrafa Lucía del Pozo (poseedora de un nutrido álbum de fotos de él), a su gran amigo y vecino de siempre Ángel Gómez, a sus sobrinas Mirtica y América, y a sus sobrinos Lincoln, Mario, Rafael y José a quienes hacemos llegar públicamente nuestro más sentido pésame.

Waldo Balart ya es para siempre otro hijo de lujo de Banes, un cubano ilustre que tenía dos pasiones vitales: su patria y su obra pictórica. Y su dedicación cotidiana para consolidar ambos amores, lo confirman como un amante de la Libertad, como un luchador incansable de una Cuba nueva, cada vez más cercana, y uno de los mejores exponentes de la plástica cubana de finales del siglo XX y principios del XXI.

¡DESCANSA EN PAZ, amigo Waldo!

*Tras conocer el fallecimiento de nuestro entrañable amigo, el pintor y escultor cubano Waldo Díaz-Balart (Banes, 1931 - Madrid, 2025) ponemos a disposición de los lectores de nuestro blog su libro Ensayos sobre Arte (Betania, 1993) para su lectura y descarga gratuita.

Saturday, February 8, 2025

Las empresas editoriales de los cubanos en el exilio: las editoriales fuera de Estados Unidos (V y final)

 


Por Orlando Rossardi

Apéndice

Editoriales cubanas fundadas fuera del territorio norteamericano que publican

mayormente la obra de los cubano-americanos y los cubanos residentes en los

Estados Unidos

Un acápite de suma importancia e imposible de excluir de nuestro trabajo es el de aquellas

editoriales de cubanos o dirigidas por cubanos exiliados que han florecido en otros territorios,

fuera de los Estados Unidos, y con particularidad en España, donde el cubano encuentra

un sitio en que idioma y tradiciones se juntan para conformar un espacio de

mayor disfrute para aquel que deja atrás su lugar de nacimiento.

Las empresas editoriales que se han fundado en España, ya desde muy temprano, en los

años setenta, han encontrado en los cubanos exiliados en Nueva York, Miami y otras ciudades

norteamericanas tierra abonada para llevar a cabo su misión. De la obra de estos se

nutren en una gran mayoría sus catálogos y son estos los que mantienen viva, en muchas

ocasiones, la fuente de ingreso que sostiene a la editorial en cuestión. Muchos de estos

editores son escritores, poetas y dramaturgos ellos mismos y han vivido parte de sus vidas

de exiliados en los Estados Unidos antes de trasladarse a España; por otro lado, han desarrollado

una tarea de inmensas proporciones al publicar y diseminar, sobre todo en Norteamérica,

la obra de creación literaria de estos artistas del exilio, escritores que en muchos

casos no hallan otro espacio más a la mano que estas casas editoriales, donde son bienvenidos.

Sus catálogos reflejan esta producción.

Dichas editoriales son, por orden alfabético, las siguientes:

Aduana Vieja

Como se consigna en la exposición de objetivos de su catálogo, este ‘es un proyecto editorial

independiente impulsado por la Asociación con Cuba en la distancia’, dirigido por Fabio

Murrieta y Grace Giselle Piney Roche desde Valencia, España, que tuvo a su cargo la organización

del I Encuentro Internacional sobre Creación y Exilio, entre el 5 y el 9 de noviembre

de 2001, en Cádiz. Su actividad editorial principal se centra en temas de interés para los cubanos,

relacionados con Cuba y el exilio, o en obras de creadores cubanos. Sus primeras ediciones

salen al mercado en 2003, y entre sus existencias encontramos títulos como Guayaba

Sweet: literatura Cubana en Estados Unidos (2003), libro que inaugura la colección y que

reúne ensayos de diecisiete autores cubanos sobre el desarrollo de la literatura cubana en

los Estados Unidos; entre ellos hallamos textos de Gustavo Pérez Firmat, Isabel Álvarez Borland,

Madeline Cámara, Eliana Rivero, Laura P. Alonso Gallo, Yvette Fuentes, Pablo Medina,

Jorge Febles y Uva de Aragón, entre otros.

Algunos de sus títulos son: Democracia, desarrollo y sociedad civil en Cuba. La Unión Europea

frente al problema cubano (2004), edición de Grace Giselle Piney Roche; Discursos desde

la diáspora (2004), de Eliana Rivero; Historias gentiles antes de la Resurrección (2004), de Regis

Iglesias Ramírez; El instrumento de Changó (2004), de Emilio Surí Quesada; Ratas en la

isla: cuentos cubanos (2004), de Matías Montes Huidobro; Ínsulas al pairo: poesía cubana

contemporánea en París (2004), selección y prólogo de William Navarrete;Voces de América.

Entrevistas con escritores americanos (2004), edición de Laura Alonso Gallo; Cuentos (2004),

de Carlos Victoria; De la corte a la taberna (2005), de Beatriz Maggi; Cuentos completos

(2005), de Ezequiel Vieta; Edad del miedo al frío (2005), de William Navarrete; Bienvenidos a

la transición (2005), edición de Grace Giselle Piney Roche; El horizonte de mi piel (2005), de

Emilio Bejel; Un caracol en su camino: antología personal 1965-2005 (2005), de Manuel Díaz

Martínez; Vendedor de olvidos (2005), de Gina Pellón; Lesiones de Historia (2005), de Raúl Rivero;

La literatura Pop: consideraciones en torno a una tendencia literaria actual (2006), edición

y prólogo de María Cristina Santana Quintana; Catalejo en lontananza: crónicas cubanas

(2006), de William Navarrete; El marmitón apacible (2006), de Daniel Iglesias Kennedy;

Regreso a Barataria (2006), de Rafael Rubio; La confesión del comandante y otras historias

(2006), de José M. González Llorente; La ranura del horizonte en llamas (2006), de Daniel

Iglesias Kennedy; Vida mía (2006), de Elías Miguel Muñoz; Cuba: ¿Revolución o involución?

(2007), de Oscar Espinosa Chepe; Huésped del infierno (2007), de Jorge Olivera; Juguemos al

carnaval (2007), de María Ángeles Cavaría, y Con el alma cautiva (2007), de Néstor Rodríguez

Lovaina.

Betania



El poeta cubano Felipe Lázaro crea Betania en Madrid, en enero de 1987, con el objetivo de

que sirva a los poetas cubanos para publicar sus poemas y ‘dejar constancia de esa escritura

desterrada’ y para ayudar a diseminar la cultura cubana. El primer título de la editorial

fue el poemario Para el amor pido la palabra, del poeta español Francisco Álvarez Koki, residente

en Nueva York. Ese mismo año saca un libro fundamental para la editorial, Conversación

con Gastón Baquero, del propio editor. El género literario que más publica la editorial

es la poesía y casi el 80% de su fondo, de más de cuatrocientos títulos, corresponde a poemarios

o antologías de poesía. En la actualidad, Betania cuenta con doce colecciones:

Poesía, Narrativa, Ensayo,Teatro, Literatura Infantil, Arte, Ciencias Sociales, Palabra Viva,Documentos

y Antologías, Separata y Cuaderno de Debate.

Su editor se precia de haber publicado a casi toda la nueva generación de escritores cubanos

y de cubano-americanos que crean su obra fuera del territorio cubano y por haber sido

también, según su editor, ‘una de las primeras editoriales cubanas del exilio que publicó a

autores cubanos residentes en la Isla’. Algunos títulos de la editorial son: Los muertos están

cada día más indóciles (1987), de Felipe Lázaro; Oscuridad divina (1987), de Carlota Caulfield;

Desde esta orilla: poesía cubana del exilio (1988), estudio de Elías Miguel Muñoz; Evocaciones

(1989), de Gustavo Pérez Firmat; Tropel de espejos (1989), de Iraida Iturralde; Voluntad de

vivir manifestándose (1989), de Reinaldo Arenas; Blanca aldaba preludia (1989), de Lourdes

Gil; Hermana (1989), de Magali Alabau; Altazora acompañando a Vicente (1989), de Maya

Islas; Hasta el presente: poesía casi completa (1989), de Alina Galliano; Permanencia del fuego

(1989), de Luis Cartañá; Venías (1990), de Roberto Valero; Leprosorio, antología poética

(1990), de Reinaldo Arenas; Las aristas desnudas (1991), de Amelia del Castillo; Memoria de

siglos (1991), de Jacobo Machover; Entero lugar (1994), de Laura Ymayo Tartakoff; Cuadernos

de Antinoo (1994), de Alberto Lauro; El carrusel (1994), de Ernesto Díaz Rodríguez; Confesiones

eróticas y otros hechizos (1994), de Daína Chaviano; Memoria de mí (1995), de Orlando

Rossardi; Poesía desde el paraíso (1997), de Orlando Fondevila; Herejías elegidas: antología

poética (1998), de Raúl Rivero; El grito y otros poemas: antología poética (2000), de José Mario;

Y se te morirán las manos vírgenes de mí (2002), de Roberto Cazorla; La ciudad muerta

de Korad (2002), de Oscar Hurtado; Parto en el cosmos (2002), de Matías Montes Huidobro;

Quemando luces (2004), de Maya Islas, y El viaje de los elegidos (2005), de Joaquín Gálvez,

entre otros.

No obstante, los volúmenes más representativos de la editorial son las antologías Poetas

cubanos en España (1988), Poetas cubanos en Nueva York (1988), Poetas cubanas en Nueva

York (Cuban women poetas in New York), edición bilingüe (1991); Poesía cubana: La isla entera

(1995), de Felipe Lázaro y Bladimir Zamora; y Al pie de la memoria: antología de poetas cubanos

muertos en el exilio, 1959-2002 (2003), todos con selección y prólogos de Felipe Lázaro.

Estas extensas antologías aportan un amplio e informativo panorama al estudio de

la poesía cubana escrita fuera de Cuba. Junto al citado tomo de 1987,Conversación con Gastón

Baquero, los volúmenes Entrevistas a Gastón Baquero (1998), de varios autores, y

Gastón Baquero: la invención de lo cotidiano (2001), conforman un valioso aporte para conocer

más a fondo la obra del poeta cubano fallecido en España.

Colibrí



Es su propio director, Víctor Batista Falla, quien afirma que ‘desde el primer momento la

intención general era publicar ensayos sobre Cuba’ de autores cubanos y cubano-americanos

que con anterioridad habían sacado sus trabajos en el mundo académico norteamericano,

en inglés. La vocación editorial de Batista Falla se había probado en múltiples empresas

financiando y dirigiendo revistas como Exilio (1965-1971) y Escandalar (1980-1985),

ambas en la ciudad de Nueva York (vid. el artículo ‘Instituciones y revistas culturales cubanas’

en esta Enciclopedia), esfuerzos intelectuales de gran repercusión en la literatura cubana

escrita fuera de Cuba. La editorial, que cuenta también con la colaboración directa de

la escritora Helen Díaz, se inaugura en 1998, en Madrid, España, y desde la fecha ha publicado

una serie de valiosos títulos, entre los que encontramos: El arte de la espera: notas al

margen de la política cubana (1998), de Rafael Rojas; La revolución cubana: orígenes, desarrollo

y legado (1998), de Marifeli Pérez-Stable; Política y color en Cuba, la guerrita de 1912

(1998), de Rafael Fermoselle; La prole de la Celestina: continuidades del barroco en las literaturas

española e hispanoamericana (1999), de Roberto González Echevarría; Una nación para

todos: raza, desigualdad y política en Cuba, 1900-2000 (2000), de Alejandro de la Fuente; José

Martí: la invención de Cuba (2000), de Rafael Rojas; Política y militarismo en la independencia

de Cuba, 1898-1933 (2000), de José M. Hernández; El descubrimiento de África en Cuba

y Brasil, 1898-1969 (2001), de Octavio di Leo; Cuba-España: el dilema autonomista,

1878-1898 (2001), de Marta Bizcarrondo; Música y mestizaje: revolución artística y cambio

social en La Habana, 1920-1940 (2002), de Robin D. Moore; Fernando Ortiz: contrapunteo y

transculturación (2002), de Enrico Mario Santí; De la casa a la calle: el movimiento cubano

de la mujer a favor de la reforma legal, 1898-1940 (2002), de K. Lynn Stoner; Economía y bienestar

social en Cuba a comienzos del siglo XXI (2003), de Carmelo Mesa Lago; Cuba, un siglo

de literatura, 1902-2002 (2004), coordinación de Anke Birkenmaier y Roberto González

Echevarría; La gloria de Cuba: historia del béisbol en la Isla (2004), de Roberto González

Echevarría; Retrato de apóstata con fondo canónico: artículos, ensayos, un sermón (2004), de

Jorge Ferrer; Filosofía cubana in nuce: ensayo de historia intelectual (2005), de Alexis Jardines;

Límites del origenismo (2005), de Duanel Díaz, e Inventario de saldos: apuntes sobre literatura

cubana (2005), de Ernesto Hernández Busto.

Deleatur

En 1996 sale el primer tomo de la colección Baralanube de Éditions Deleatur, que desde

Francia dirige el pintor cubano Ramón Alejandro. El tomo en cuestión es el poemario Trenos,

de Armando Álvarez Bravo, ilustrado con dibujos del propio Ramón Alejandro. La editorial,

que publica pocos volúmenes, se caracteriza por sacar hermosas ediciones ilustradas

con dibujos del propio editor. Entre 1996 y 2000 publican también en ella Esteban Luis Cárdenas,

Ciudad mágica, 1997; Antonio José Ponte, Las comidas profundas, 1997; Néstor Díaz

de Villegas, Anarquía en Disneylandia, seguido de El crepúsculo de los fetiches, 1997; Lorenzo

García Vega, Vilis, 1998; Néstor Díaz de Villegas, Confesiones del estrangulador de Flagler

Street, 1998; Félix Lizárraga, A la manera de Arcimboldo, 1999, y Antonio José Ponte, Cuentos

de todas partes del Imperio, 2000.

El Puente

Es una editorial que casi con exclusividad se dedicó a la publicación de la poesía de los cubanos

que residían en el exterior. Su director, el poeta José Mario Rodríguez, que en 1968

sale de la Isla y desde esa fecha se radica en España, y que fue fundador de las ediciones del

mismo nombre en La Habana, va a editar más de cincuenta números de la serie Resumen

Literario El Puente (vid. el artículo ‘Instituciones y revistas culturales cubanas’ en esta Enciclopedia)

dentro de su segundo sello editorial, La gota de Agua, entre los años 1979 y 1985.

Dentro de este sello, las ediciones también publican: Provocaciones (1973), de Heberto Padilla;

Poema Falso T (1978), de José Mario; Resaca (1979), de Carlos Verdecia; Ideas sobre Cuba y

su futuro: el microcosmos de Miami (1979), de José Mario; Esta calle mundial de indiferencia

(1981), de Roberto Cazorla; El banquete (1981), de Isel Rivero, y El mundo es una misa para sordos

(1986), de Roberto Cazorla, entre otros. También se publican los poemarios No hablemos

de la desesperación (primera edición, 1970, y segunda edición, 1983), del propio editor,

José Mario, y Lenguaje de mudos (1970), del poeta, residente en Cuba, Delfín Prats. El editor,

que muere en Madrid en el año 2002, había anunciado dos antologías, Novísima poesía española,

I y Novísima poesía cubana, que nunca llegaron a publicarse.

Orígenes

Por unos quince años el profesor y escritor cubano Eugenio Suárez Galbán, con buena experiencia

en el mundo de los libros, tuvo a su cargo la dirección de esta editorial con sede

en Madrid. Del amplio fondo de la misma sacamos algunos de los libros más representativos

para nuestro trabajo. A partir de 1980, la editorial añade a su catálogo más títulos con

temas relativos a Hispanoamérica y al Caribe hispano, o de autores de estas tierras; entre

ellos están: Sombra verdadera (1980), de Francisco Matos Paoli; Cienciapoesía (1986), de Rafael Catalá; De García Márquez al postboom (1986), de Juan Manuel Marcos; Pablo Neruda y

Nancy Cunard (1987), de Rafael Osuna; Antología del teatro del Siglo de Oro (1889), edición

de Eugenio Suárez Galbán; La Ínsula sin nombre, homenaje a Nilita Vientós, José Luis Cano y

Enrique Canito (1990); Cartas a una pelirroja (1990), de Julio Cortázar, edición de Evelyn Picón

Garfield; Novelando La Habana: ubicación histórica y perspectiva urbana en la novela

cubana de 1959 a 1980 (1990), de Ineke Phaf; y Sobre el tiempo y los signos (1992), de Eduardo

Forastieri Braschi, entre otros muchos títulos de temas diversos.

Plaza Mayor

La editorial abre sus puertas en Río Piedras, Puerto Rico, en 1990, cuando Patricia Gutiérrez

adquiere una parte de las operaciones de la editorial Playor y, hasta la fecha, ha desarrollado

una incesante labor. La firma, que cuenta con un fondo editorial considerable, se ha dedicado

con especial atención al estudio de la lengua española, aunque ‘ha expandido su interés

para cubrir otras áreas académicas, tanto para el aula universitaria como la escolar’.

La editorial contribuye a perfeccionar el dominio de la lengua española por medio de una

serie de lengua y literatura, Pensamiento y comunicación, en los niveles escolares del 7.º al

12.º grado. Sus ediciones se reparten entre las siguientes colecciones: Biblioteca de autores

de Puerto Rico, Clásicos comentados de la literatura puertorriqueña, Colección cultura cubana,

Colección evolución, Colección nuestra lengua, Nueva comunicación, Dédalo e Ícaro. Su

relación de títulos incorpora también coediciones con la Academia Puertorriqueña de la

Lengua Española, entre las que se encuentra la primera publicación de un diccionario hispanoamericano

titulado Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico. Algunos títulos de

su extenso fondo editorial son: La sicología de la sensatez (1994), de Carlos Varona; Paso de

los vientos (1999), de Antonio Benítez Rojo; Mi vida saxual (1999), de Paquito D’Rivera; Insularismo:

ensayos de interpretación puertorriqueña (2001), de Antonio S. Pedreira; Anglicismos

puertorriqueños (2001a), de Amparo Morales; Las criadas de La Habana (2001), de Pedro

Pérez Sarduy; Descorriendo mamparas: la emigración cubana en los Estados Unidos

(2001), de Hedelberto López Blanch; Cine cubano: ese ojo que nos ve (2002), de Reinaldo

González; Las puertas de la noche (2002), de Amir Valle Ojeda; El viaje más largo (2002), de

Leonardo Padura; Yo conocí a Benny Moré (2003), de Félix Contreras; Una mujer y otras cuatro

(2004), de Mireya Robles, y El Gíbaro de Caguas (2006), de Eduardo Forastieri Braschi, entre

muchos más.

Playor


En Madrid, en 1972, el escritor Carlos Alberto Montaner saca a la luz la primera gran serie

de títulos de su editorial Playor, cuyo extenso fondo goza, hasta la fecha, de un bien ganado

éxito. Sus editores mantienen varias colecciones que se dedican a la poesía, al ensayo y la

narrativa y las literaturas hispanoamericanas y españolas en general; publican, además,

una serie de tomos sobre gramática, lingüística y la enseñanza de la lengua española, pero

con especial atención en los estudios de la problemática político-social cubana contemporánea.

Algunos de sus títulos más destacados son: Cuba, economía y sociedad (1972), de Leví

Marrero; Filigrana (1972), de Emilio Bacardí Moreau; Bibliografía crítica de la poesía cubana:

exilio, 1959-1971 (1973), de Matías Montes Huidobro y Yara González Montes; Palabra de

hombre (1973), de Wifredo Fernández; Una historia inusitada (1974), de Natalio Galán Sariol;

Introducción a la moderna gramática española (1973), de José Antonio Escarpanter; Agrarismo

y revolución (1974), de Mario Villar; Una mirada sobre tres siglos: memorias (1975), de

Orestes Ferrara y Marino; León de Greiff: una poética de vanguardia (1975), de Orlando Rodríguez

Sardiñas;Agonemas martianos (1975), de Oscar Fernández de la Vega; Filosofía y literatura:

aproximaciones (1975), de Humberto Piñera Llera; El diapasón del ventisquero (1976), de

Justo Rodríguez Santos; Escrito en Cuba: cinco poetas disidentes (1978), con prólogo de Ramón

J. Sender; La narrativa de la Revolución cubana (1978), de Seymour Menton; El libro de

Wifredo (1978), de Wifredo Fernández; El comunismo cubano, 1959-1979 (1978), de Irving

Louis Horowitz; Hacia una interpretación del teatro martiano (1979), de José Cid Pérez y

Dolores Martí de Cid; De la literatura considerada como una forma de urticaria (1980), de

Carlos Alberto Montaner; Las catedrales del agua (1981), de Edith Llerena; Donde estoy no

hay luz y está enrejado (1981), de Jorge Valls; Sin decir el mar: poemas (1981), de Jesús Barquet;

Cuaderno de viaje (1981), de Pío E. Serrano; Desde un oscuro ángulo (1982), de Roberto

Valero; Fidel Castro y la revolución cubana (1983), de Carlos Alberto Montaner; La enseñanza

de la lengua materna: lingüística para maestros de español (1984), de Humberto López Morales;

De cómo se me murieron las palabras (1984), de Luis Aguilar León; Recuerdos compartidos

(1985), de Mari Rodríguez Ichaso; Orestes de noche (1985), de José Abreu Felippe; Poesía

caminante (1985), de Alberto Baeza Flores; Cuba, pedagogía y sectarismo (1985), de Néstor

Almendros; La Revolución cubana, 25 años después (1985), de Hugh S. Thomas; La textualidad

de Reinaldo Arenas: juegos de la escritura posmoderna (1987), de Eduardo C. Béjar; Al

borde de la cerca: los 10 días que estremecieron a Cuba (1987), de Nicolás Abreu Felippe;

El buen peligro (1987), de Reinaldo García Ramos; Esa lluvia de fuego que nos quema (1988),

de Rita Geada; Cuba y España: percepciones y relaciones (1988), de Joaquín Roy; Historia de

las religiones (1989), de Marcos Antonio Ramos; Poemas del 42 (1989), de Lilliam Moro, y Pastiche:

los 700 extranjerismos que más se utilizan en español (1999), de José Antonio Escarpanter,

entre muchos más.

Pliegos

El director y fundador de la empresa es el escritor cubano César Leante, que desde 1982,

pero más propiamente desde 1984, pone en funcionamiento una dinámica editorial que

cuenta con un fondo extenso y muy variado, especialmente novela y ensayo, aunque sus

primeras ediciones también incluían la poesía. El escritor y editor ha plasmado sus experiencias

personales de desertor del Gobierno cubano y exiliado en la España de los ochenta

en una novela, Volviendo la mirada (Universal, 2002). Otros libros del escritor han salido

con el sello de su propia firma, entre ellos su novela Calembour (1988), así como los ensayos

Fidel Castro: el fin del mito (1991); Hemingway y la revolución cubana (1992); Fidel Castro, la

tiranía interminable (2004); Literatura y algo más (2005) y el libro de relatos Desnudo femenino

y otros cuentos (2004), con prólogo de Heberto Padilla. De su catálogo sacamos la siguiente

selección: Los textos dramáticos de Virgilio Piñera y el teatro del absurdo (1989), de

Raquel Aguilú de Murphy; José Emilio Pacheco: poética y poesía del prosaísmo (1990), de Daniel

Torres; Julio Cortázar: la imposibilidad de narrar (1990), de Blanca Anderson; José Donoso

y el surrealismo: ‘Tres novelitas burguesas’ (1990), de Hortensia R. Morell; Versiones y reversiones

históricas en la obra de Cabrera Infante (1990), de Dinorah Hernández Lima;

Unamuno y Byron: la agonía de Caín (1991), de Ofelia M. Hudson; Narrativa feminista española

de posguerra (1991), de María Jesús Mayans; Literatura fundacional americana: el Espejo

de paciencia (1993), de Juana Goergen; Borges / Escher, Sarduy / Cobra: un encuentro posmoderno

(1996), de Lillian Manzo Cotas; Desde Cuba con valor (1997), de varios autores; Del

diablo mandinga al muntu mesiánico: el negro en la literatura hispanoamericana del siglo

XX (2001), de J. P. Tardieu; Reina de la vida (2001), de Benigno Nieto; ‘Cartas de la condesa’ en

el Diario de la Marina, La Habana, 1909-1915 (2002), de Emilia Pardo Bazán; La historia inédita

de los años verde olivo (2002), de Javier Ortega; y La poesía de Nicolás Guillén (2004), de

Ezequiel Martínez Estrada.

Verbum


El poeta cubano Pío E. Serrano, que ya había tomado parte en varias aventuras editoriales y

contaba con una muy buena experiencia en este campo, se asocia a otra persona que también

conoce el mundo de los libros, Aurora Calviño, y juntos fundan en Madrid, en 1990, la

editorial Verbum. Los editores van a fijar su principal interés en la publicación de libros de

filología, estética, filosofía y la historia, además de la narrativa, la lengua, la poesía y el ensayo

de autores españoles, hispanoamericanos y, muy en particular, de creadores cubanos.

La editorial, que ha logrado crear un sólido prestigio, sobre todo en sus colecciones literarias,

cuenta en su haber con una amplia lista de títulos, entre los que se encuentran aquellos

que ya daba a conocer su catálogo de 1991: La Habana, de José Lezama Lima; Introducción

a la estética, de Jean Paul Richter; La obra poética de Gil de Biedma, de Pedro Aullón de

Haro; América vista por los europeos, de Pedro Shimose; Vocabulario temático y característico

de Pío Baroja, de Consuelo García Gallarín; El oscuro oleaje de los días, de Renán Flores Jaramillo;

Teatro, de José Triana, y Palabras personales, de Eduardo Mora-Anda. Los libros sobre

Cuba o de autores cubanos ocupan un lugar exclusivo en sus diferentes colecciones: Ensayo:

Salvador Cisneros Betancourt (1993), de Fernando Bernal; La poética de José Martí en su

contexto (1994), de Carlos Javier Morales; La poesía de José Kozer (1994), de Aida L. Heredia;

Memorias de un testigo (1994), de Fernando Bernal; Estudios sobre Gertrudis Gómez de Avellaneda

(1996), de Rosario Rexach; Cartas de Severo Sarduy (1996); Lydia Cabrera: aproximaciones

mítico-simbólicas a su cuentística (1997), de Mariela A. Gutiérrez; En torno al 98 cubano

(1997), de Enrique Pérez Cisneros; Poetas contemporáneos de España y América (1998), de

José Olivio Jiménez; Cartas a Eloísa y otra correspondencia (1998), de José Lezama Lima; Cien

años de historia de Cuba, 1898-1998 (2000), de varios autores; La voz de los maestros (2001),

de Roberto González Echevarría; Cuba en su imagen: historia e identidad en la literatura cubana

(2002), de Adriana Méndez Rodenas, y El teatro del absurdo en Cuba (2002), de Ricardo

Lobato Morchón. Poesía: Poemas invisibles (1991), de Gastón Baquero; Los espacios llenos

(1991), de Orlando Rossardi; Cantos y elegías (1992), de José Abreu Felippe; La caracola y la

campana (1993), de Carlos Miguel Suárez Radillo; Caverna fiel (1995), de Reinaldo García Ramos;

Desencuentros (1995), de Miguel Sales; Poemas del hombre y su sombra (1995), de Oscar

Gómez Vidal; Poesía completa (1998), de Gastón Baquero; Otro día va a comenzar

(2000), de Efraín Rodríguez Santana; Palabras en fila, en clase y en recreo (2000), de Juan

Cueto; La isla en su tinta: antología de la poesía cubana (2000), de Francisco Morán; Los ángulos

del silencio (2001), de Ismael Sambra; El tiempo afuera (2001), de José Abreu Felippe;

La isla rota (2002), de Iradia Iturralde; Paso a nivel (2005), de Manuel Díaz Martínez, y Los

pies en la tierra (2006), de Orlando Rossardi. La serie Antología de la poesía cubana (2002),

de José Lezama Lima (Vol. I, Siglos XVII y XVIII;Vol. II, Siglo XIX;Vol. III, Siglo XIX y Siglo XX), edición de Ángel Esteban y Álvaro Salvador, es un importante trabajo dentro del campo. Otro

serio volumen de indispensable consulta es el tomo Cuba, cronología: cinco siglos de historia,

política y cultura (2003), de Leopoldo Fornés-Bonavía Dolz.

Imprentas, colecciones y pequeñas editoriales fuera de los Estados Unidos

Al igual que aquellas pequeñas empresas editoriales de cubanos que fueron fundadas en

territorio norteamericano, van a multiplicarse otras semejantes, con preferencia en Madrid

y Barcelona, en España. Una de ellas será las Ediciones San Roque, del poeta y novelista cubano

Alberto Lauro, que en 1997, y desde Madrid, edita elegantes plaquettes de poesía de

autores cubanos importantes. También desde Madrid, la Fundación Hispano Cubana, que

publica la revista de su nombre (vid. el artículo ‘Instituciones y revistas culturales cubanas’

en esta Enciclopedia), saca algunos títulos, a veces en coediciones, como lo son: Poesía desde

el Paraíso (1997), de Orlando Fondevila; Prisionero de Fidel Castro (1998), de Odilio Alonso;

Herejías elegidas (1998), de Raúl Rivero, y el volumen Constituciones cubanas (2007), de Leonel

Antonio de la Cuesta, entre otros.

La escritora Nedda G. de Anhalt dirige, en México, las Ediciones La otra Cuba, y desde allí edita

una serie de libros de escritores cubanos y otros que tratan asuntos relacionados con Cuba,

entre los que se encuentran: La magia del cariño (1997), de Luis Grave de Peralta; Esto es

Cuba, y lo demás es cuento (1998), de Vegard Bye y Dag Hoel; Guadalajara, la guerrilla olvidada

(1996), de Guillermo Robles Garnica, y Dile que pienso en ella (1999), de la propia editora.

Otras firmas son la Colección Ceiba / Editorial Casiopea y las Ediciones Cocodrilo Verde. La

primera saca hacia 1998, en Barcelona, los primeros libros de esta colección que la editorial

catalana Casiopea encomienda al escritor cubano Iván de la Nuez. Entre esos primeros títulos

se encuentran: A la sombra del mar (1998), de Juan Abreu; La isla que se repite (1998),

de Antonio Benítez Rojo; La balsa perpetua: soledad y conexiones de la cultura cubana

(1998), del propio Iván de la Nuez, y 69: memorias eróticas de una cubanoamericana (1998),

de Marcia Morgado, además de las antologías Cuentos desde Miami (2004) y Mapas imaginarios.

Nuevos poetas cubanos (2005). La segunda, Ediciones Cocodrilo Verde, que desde

Madrid dirige la escritora Rosario Hiriart, se ha dado a la tarea de sacar una serie de exclusivos

libros de literatura cuyo primer volumen ve la luz en 1994, y continúan hasta la fecha.

Algunos de sus títulos son: El riesgo calculado (1994), de Amando Fernández; Las horas

(1995), de Rosario Hiriart; Lo que queda (1995), de Eugenio Florit; De encuentros y despedidas

(1997), de Hilda Perera; Meditación de la noche (1997), de Ángel Gaztelu, y Palabras escritas

en la arena (1997), de Gastón Baquero. Otros tomos más recientes incluyen: A buena hora

mangos verdes (1998), de Nedda G. de Anhalt; Sabor a tamarindo (1999), de Rosario Hiriart;

Mirar las palabras (2000), de Carlos Franqui; Cuentos, Antología, 1936-1983 (2000), de Lydia

Cabrera, y El año próximo en... La Habana (2001), de Jacobo Machover, entre otros.

Friday, February 7, 2025

Las empresas editoriales de los cubanos en el exilio (IV)


 Por 
Orlando Rossardi

Imprentas, colecciones y pequeñas editoriales

Durante varias décadas, los escritores cubanos en el exterior han encontrado un espacio

dispuesto para la publicación de sus obras en las diversas editoriales como las que aquí se

consignan, así como en otras del mundo hispano, en Hispanoamérica y en España; editoriales

con más o menos producción y con mayor o menor presencia y prestigio en el mundo

del libro. No obstante, muchos de ellos se han visto forzados a publicar sus textos (narrativa,

poesía, ensayo, etc.) en imprentas y estudios de artes gráficas y hasta a crear en

muchas ocasiones sus propias firmas editoriales, y distribuir luego personalmente su producción

en librerías locales, nacionales e internacionales. Podemos citar algunas empresas

como: ABRA ediciones, Nueva York; Interbooks Corporation, Coral Gables; Ediciones Isimir,

Miami; San Lázaro Graphics Corp., Miami; Ultra Graphics Corporation, Miami; Editorial

Mensaje, Nueva York; Ego Group, Miami; Ediciones Cambio, Miami; Colorama Printing

y Saeta Ediciones, Miami;Verso, Nueva York; Nuevos Horizontes Internacionales, Miami; Arte

Público Press,Texas; Rodes Print, Miami; Minitman, Miami; Loma Publishers, Miami; Spin

Quality Printing, Miami; Ediciones Plaza d’Praha, Miami, y D’Fana Editions, Miami, entre

otras muchas más.

Algunas empresas editoriales no se dan a conocer suficientemente, dada su escasa producción

y una limitada distribución de su fondo, como por ejemplo la Editorial Cultural

Moderna Poesía, en Miami; la Colección del Chicherekú en el Exilio, de Lydia Cabrera, en

Miami; las Ediciones Q-21, de Pablo Le Riverend, en Newark, Nueva Jersey; El Palmar de Rafael

Bordao, en Nueva York, y las Ediciones Edarcas, también en Nueva York. En Miami la firma

Editorial Cernuda, fundada en sociedad en 1999, publica catorce volúmenes de la Enciclopedia

Martiana, y más tarde la serie Inglés ahora, Secretario bilingüe ahora, Ciudadanía

USA ahora y Mecanografía bilingüe ahora. La editorial cesa sus operaciones en 2001. También

en Miami, las Ediciones Itinerantes Paradiso, de Ignacio T. Granados Herrera, sacan El

libro del tío Ez (2005), de Pablo de Cuba Soria; Smarra, o los demonios de la noche (2006), de

Charles Nodier; y con traducciones del propio director de la empresa, Las fantasías de Gaspar

de la Noche (2004), y una plaquette, De la traducción del Gaspar de la Noche (2004), del

francés Aloysius Bertrand.

Otras editoriales logran abrirse un pequeño espacio desde donde funcionar y van a extender,

poco a poco, su órbita de influencia; algunas desaparecen tempranamente y otras permanecen

vigentes hasta la fecha de hoy; entre ellas tenemos firmas como las siguientes:

Agualarga Editores/Dax Books

Al frente de la editorial se encuentra Raquel Rábade Roque, que había publicado con anterioridad

Cocina cubana: las mejores recetas (Miami: Downtown Book Center, 1996) y que

edita, entre otros títulos Habana, a principios de siglo (Habana at the turn of the Century)

(1996); Imágenes de La Habana antigua (1996), de Antonio Ramón Peláez Huerta; Mongo

Grau: Cuba desde 1930/Ramón ‘Mongo’ Grau Alsina (1997), de Valerie Ridderhoff, con traducción

de Antonio Peláez Huertas y Antonio Santiago Peláez Barceló, y La sexualidad en el

habla cubana (1998), de Carlos Paz Pérez.

Arcos

Su director, el poeta Luis Ignacio Larcada, funda la editorial en 1986 y la inaugura con su

propio libro de poesía, El piano de cristal. La editorial publica ensayos y relatos, aunque se

especializa en la poesía. Otras publicaciones son: Cuba, año 2000 (1987), de Pedro Guerra;

Los romances hispánicos contenidos en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

(1987), de Jorge A. Silveira y Montes de Oca; Las traducciones de Shakespeare en España, el

ejemplo de Othello (1988), de Ángeles Serrano; La imagen que no se deteriora (1989), de Luis

Ignacio Larcada; Espejos negros, los caminos del silencio (1992), de Víctor Guillermo Marta;

Florencia nuestra, biografía poemática (1992), de Juana Rosa Pita, y Tierra del sur (1993), del

propio editor de la colección, Luis Ignacio Larcada.

Asociación de Hispanistas de las Américas

La organización existe gracias al esfuerzo y al patrocinio de dos escritoras y profesoras, la filóloga

Concepción T. Alzola y la poeta Gladys Zaldívar. Desde la ciudad de Miami la editorial

ha publicado, entre otros tomos, los poemarios: De la luz sitiada (1980), de Manuel J. Santayana;

Mañas de la poesía (1981), de Orlando González Esteva, y Viene el asedio (1987), de

Gladys Zaldívar. Además, han salido a la luz las monografías: En torno a la poética de Mariano

Brull (1981), de Gladys Zaldívar; El léxico de la marinería en el habla de Cuba (1981), de

Concepción T. Alzola; Lydia Cabrera: de mitos y contemporáneos (1986), de Gladys Zaldívar;

Habla tradicional de Cuba: refranero familiar (1987), de Concepción T. Alzola, y Una tarde con

Lidia Cabrera: de lo cubano y la antropofagia (2003), de Gladys Zaldívar.

Afuera

La empresa, de reciente fundación, mantiene —según sus postulados en la Red— ‘una

casa editorial dedicada a la poesía cubana contemporánea’. Su director editorial es Jorge

Salcedo y pretende ocuparse de las producciones de poetas cuyas obras se elaboran en las

últimas décadas del siglo XX y los primeros años del presente siglo. Del mismo modo quiere

hacer accesibles los títulos de las colecciones poéticas en ‘el fragmentado espacio de la

nación y en el ámbito mayor del idioma’. El Consejo Editorial de las ediciones está abierto a

la participación de todos los autores que publican en la misma y recibe ofertas para publicar

mediante recomendación por parte de uno de los miembros de dicho consejo. Algunos

de los libros de poemas que se dan a la venta de tipo electrónico (http://www.edicionesdeafuera.

com/) son los siguientes: Mañas de la poesía (1981), de Orlando González Esteva; Vicio

de Miami (1997), de Néstor Díaz de Villegas; El lobo y el centauro (2001), de Jesús David

Curbelo; La guerra nos perdone (1992), de Jorge Salcedo; El encanto perdido de la fidelidad

(1991), de Emilio García Montiel; A la manera de Arcimboldo (1999), de Félix Lizárraga, y Mi

corazón no es una puerta (2000), de Juan Antonio Molina.

El Almendro

La editorial, de reciente creación, está a cargo del escritor Nicolás Abreu Felippe, que inaugura

la misma con su novela La mujer sin tetas (2005). Otras publicaciones serán: Me lo

contó Juan Primito (2005), de Daniel García Rangel; Yo no soy vegetariano (2006), de José

Abreu Felippe; Carga de la caballería (2006) y el libro de ensayos Mitos del antiexilio (2007),

ambos de Armando de Armas, y el libro de crónicas Verycuetos (2007), de Juan Cueto Roig,

entre otros.

Fondo de Estudios Cubanos

Las publicaciones del fondo editorial están patrocinadas por la organización JMC Freedom

Foundation y lo constituyen una colección de pequeños panfletos con información sobre

asuntos que giran alrededor de la problemática política y social que de manera directa

afecta a los cubanos exiliados y algunos volúmenes sobre historia y literatura de Cuba y

del exilio. Algunos de sus tomos son: Ideario de José Martí (1995), de Carlos Ripoll; Todo lo

dieron por Cuba (1995), de Mignon Medrano; La imaginación literaria de la generación del

Mariel (2000), de Lillian D. Bertot, y El hundimiento del remolcador 13 de marzo (2001), de

Jorge A. García.

Instituto Jacques Maritain de Cuba

La organización, cuyas riendas están en manos del intelectual y activista político cubano

José Ignacio Rasco (vid. el artículo ‘Instituciones y revistas culturales cubanas’ en esta

Enciclopedia), ha patrocinado la publicación de una serie de importantes monografías,

entre las que se destacan: Proceso de las ideas políticas en Cuba (1987), Pensadores hispanoamericanos

(1989), Ideologías contemporáneas y sus raíces (1990), Varela en su bicentenario

(1991), La nación cubana: esencia y existencia (1999), La mujer cubana: historia e

intrahistoria (2000) y el tomo Miscelánea cubana (2007), que contiene trabajos de

miembros y colaboradores del instituto como José M. Hernández, Virgilio Beato, Uva de

Aragón, Carlos Alberto Montaner, Joaquín Roy, Efrén Córdova, Rafael Rojas y el propio José

Ignacio Rasco.

Nosotros

En Miami y a partir de 1999, su director, Alberto Romero, ha sacado al mercado una buena

cantidad de libros de autores cubanos, de narrativa y poesía especialmente, entre los que

citamos los siguientes: ...como tú me nombres (1999), de Francisco E. Feito; Parque de diversiones

(1999), de Alberto Romero; Antología compartida de poetas hispanas de Miami

(2000), edición de Alberto Romero y Rosa Tezanos Pinto; Y si mañana nunca llega (2000), de

Francisco E. Feito; Desde el pueblo donde vivo (2001), de Alberto Romero; El barrio del Cerro

(2003 y 2004), de Alberto Romero; Cuentos militares: historias de soldados y rebeldes (2004),

de Alberto Romero; Barataria querida (2005), de Francisco E. Feito; Historia para dormir al

insomnio (2005), de Francisco E. Feito; Nombres de Cuba (2005), de Concepción T. Alzola, y

Caminante sin lunas (2007), de Julio E. Hernández-Miyares.

Nueva Prensa Cubana

Es, más que una editorial, una organización que publica artículos de periodistas independientes

en Cuba, y de la prensa independiente de la información centralizada que mantiene

el Gobierno cubano. Su directora es la periodista cubana Nancy Pérez Crespo, que con

anterioridad había fundado la librería SIBI en Miami, en 1975, y más tarde la editorial de ese

nombre. Uno de los libros que ha publicado Nueva Prensa Cubana ha sido Pruebas de contacto

(2003), del poeta y también periodista Raúl Rivero.

Presbyter’s Peartree

De estas ediciones han aparecido alrededor de sesenta obras teatrales y otros tomos en

forma de ‘libretos’, algunos en inglés, publicados por los dramaturgos cubanos José Corrales

y Manuel Pereiras. Los tomos salen durante la década de 1990, en la ciudad de Princeton,

Nueva Jersey. Muchos de estos volúmenes recogen piezas y libretos teatrales de los propios

editores, además de obras de algunos otros dramaturgos cubanos como Raúl de Cárdenas,

María Irene Fornés, Randy Barceló, Héctor Santiago y Pedro Monge Rafuls, entre otros.

Pureplay Press

Asentada en la ciudad californiana de Los Ángeles, la editorial comenzó a funcionar en

2001. Fue fundada por el escritor David Landau y se dedica a publicar trabajos acerca de la

historia y la cultura cubanas en los campos de la narrativa, la historia, la poesía y los problemas

políticos y sociales. Algunos de los títulos aparecidos hasta la fecha son, entre otros:

No siempre gana la muerte (2001 y 2003), de David Landau; Por el camino de Sade (2003),

edición bilingüe, de Néstor Díaz de Villegas; Posesas de La Habana (2004), de Teresa Dovalpage;

El general Sombra (2004), de Arnoldo Tauler; Jornadas de Mateo (2004), de Alejandro

Lorenzo; Furia del discurso (2006), de Miguel Correa Mujica, y Breve historia de Cuba (2006),

de Jaime Suchlicki.

Silueta

La reciente editorial, fundada en Miami en el año 2006, es una iniciativa del poeta cubano

Rodolfo Martínez Sotomayor, y hasta la fecha ha publicado Palabras por un joven suicida.

Homenaje al escritor Juan Francisco Pulido (2006), selección y prólogo de Rodolfo M. Sotomayor,

donde intervienen autores como Carlos Victoria, Armando de Armas, Luis de la Paz,

Eva M.Vergara, José Abreu Felippe, Juan Francisco Pulido, Belkis Cuza Malé, José Antonio Pino,

Alain González, Joaquín Gálvez y el propio editor Rodolfo Martínez Sotomayor, y el tomo

de poesía Trilogía del paria (2007), de Joaquín Gálvez.

Thursday, February 6, 2025

Las empresas editoriales de los cubanos en el exilio (III)

 


Por 
Orlando Rossardi

Persona Editorial

El dramaturgo, novelista y ensayista Matías Montes Huidobro y su esposa, la profesora y

ensayista Yara González Montes, que residen en Miami y que fueron profesores en la Universidad

de Hawái, fundan esta editorial en 1987, especializada en el teatro cubano. El libro

Teoría y práctica del catedratismo en ‘Los negros catedráticos’ de Francisco Fernández, de Matías

Montes Huidobro, es la primera publicación de la editorial ese mismo año. Le siguen algunos

títulos como: Las hetairas habaneras (1988), de José Corrales; Recuerdos de familia

(1988), de Raúl de Cárdenas; Siempre tuvimos miedo (1988), de Leopoldo M. Hernández; Exilio

(1988), de Matías Montes Huidobro; Funeral en Teruel (1990), de Matías Montes Huidobro;

Ceremonia de guerra (1990), de José Triana; Piezas cortas (1990), de Leopoldo M. Hernández;

Obras en un acto (1991), de Matías Montes Huidobro; Memorias de un joven que

nació en enero (1991), de Guillermo Hernández; Algo está pasando (1992), de Rolando D. H.

Morelli, e ...Y salieron del humo (1994), de Leopoldo Hernández. Como parte de la editorial,

se publicó un boletín teatral que se llamó Dramaturgos bajo la dirección y edición de ambos

escritores. En él colaboran críticos como José Antonio Escarpanter y Hall Estrada, entre

otros. Sus editores también publican tres números de una revista, Anales Literarios (vid. el

artículo ‘Instituciones y revistas culturales cubanas’ en esta Enciclopedia), cuyos volúmenes

fueron dedicados a los Dramaturgos, los Poetas y los Narradores. En 1965, el profesor

Stefan Baciu y el propio Matías Montes Huidobro, ambos profesores en la Universidad de

Hawái, fundan el primer número de la Carta internacional de poesía, cuadernos MELE, palabra

esta última que —como lo indican sus editores— quiere decir en hawaiano poesía. Los

cuadernos, que pretenden ser un foro internacional desde esas islas del Pacífico, para diseminar

la literatura y, sobre todo la poesía, sacan dos publicaciones, Carte de cetire pentru

tablourile lui Jacques Hérold (1966), de Stefan Baciu, y La vaca de los ojos largos (1967), de

Matías Montes Huidobro.

Senda Nueva de Ediciones

Hacia mediados de los años setenta se inauguran, en Nueva York, las ediciones Senda Nueva

bajo la dirección del profesor y escritor Alberto Gutiérrez de la Solana y la asesoría literaria

de Elio Alba Buffill. La editorial recesa con la muerte de su director en 1995. A partir de

1977, la editorial mantiene una intensa actividad editorial; de entre los títulos más representativos

publicados sacamos los siguientes: La obra literaria de Regino E. Boti (1977), de

Octavio de la Suarée, Jr.; Investigación y crítica literaria y lingüística cubana (1978), de su editor,

Alberto Gutiérrez de la Solana; Rubén Darío, prosa y poesía (1978), edición de Alberto

Gutiérrez de la Solana; Los estudios cervantinos de Enrique José Varona (1979), edición y estudio

de Elio Alba Buffill; De las jarchas a la poesía negra (1979), de Rosa Valdés-Cruz; De Mío

Cid a Alfonso Reyes: perspectivas críticas (1981), de Ignacio R. M. Galbis; Festchrift, José Cid Pérez

(1981), edición de Alberto Gutiérrez de la Solana y Elio Alba Buffill; Cuentos olvidados

(1982), de Alfonso Hernández Catá, compilados por Jorge Febles; Teatro cubano: tres obras

dramáticas de José Antonio Ramos (1983), recopilación y estudio de Esther Sánchez Grey Alba;

Ensayos filosóficos (1983), de Mercedes García Tudurí; El laberinto de sí mismo (1983), de

Enrique Labrador Ruiz; Bruno (1985), de Alberto Guigou; Conciencia y quimera (1985), de Elio

Alba Buffill; Imágenes (1985), de Antonio Acosta; La península y la isla (1986), de Luis Ignacio

Larcada; El dualismo en Miguel de Unamuno: análisis de tres dualidades (1988), de Pedro

María Sáenz de Argandoña; Teatro cubano: dos obras de vanguardia de José Cid Pérez (1989),

edición de Esther Sánchez Grey Alba; Sastre y su idea de la libertad (1989), de Humberto Piñera

Llera; Un cuarto de siglo de república: de ‘La chambelona’ a La jornada gloriosa’, 1917-

1944 (1991), de G. Alberto Yannuzzi; Ensayos sencillos: en torno a la poesía de José Martí

(1992), de Leopoldo Barroso; Perfil siquiátrico de Fidel Castro Ruz (1992), de Julio Garcerán de

Vall; El español cubano-americano (1992), de Beatriz Varela; José Martí, una biografía en fotos

y documentos (1992), de Carlos Ripoll, y Carmen Conde, de viva voz (1992), de Zenaida

Gutiérrez Vega, entre otros muchos más.

Reinaldo Arenas junto a Nancy Pérez Crespo

SIBI Editorial

En 1975, la periodista cubana Nancy Pérez Crespo y su esposo, Juan Manuel Pérez Crespo,

llegan de Nueva York decididos a abrir una librería a la que ponen por nombre SIBI, lugar

que fue de reuniones y tertulias para muchísimos escritores cubanos e hispanoamericanos

que residían o visitaban la ciudad de Miami en las décadas de los setenta y los ochenta.

Un grupo que recibió gran acogida fue el de los escritores que llegaron al sur de la Florida

por el puente marítimo del Mariel en 1980. La editorial en cuestión comienza sus

actividades en 1978 con publicaciones como: De Angola a Miami: relato de un combatiente

internacionalista (1978), de Leonardo Fonseca Llorente; Los hijos de las tinieblas (1978), de

Emilio J. León; A la paloma nocturna, desde mis soledades, hojarasca y otros poemas (1984),

de Jorge Valls; Plomo y fantasía (1984), de Tony Cuesta; Las dos caras de D (1985), de Lourdes

Tomás; Herir al tiempo (1986), de Amando Fernández; Las palmas son novias que esperan

(1987), de Miriam Morell; Adelante occidente (1988), de Mario Gómez-Zimmerman; Orlando

Bosch: el hombre que yo conozco (1988), de Adriana D. Bosch; Creo que estoy pensando

(1988), de Roberto Martín Pérez; Versos cautivos: poesías del presidio político cubano, 1965-

1980 (1989), de Daniel Morales León; Propiedad de mi pasado (1989), de Raoul García Iglesias;

Prohibido pensar (1991), de Ernesto de la Fe; Desmitificación del comunismo (1995), de

Salvador Díaz Versón, edición de Nancy Pérez Crespo y Alberto Batista; Obra periodística,

1964-1981 (1995), de Salvador Díaz Versón;Conspiración (1995), de May Betancourt; En la tarde,

tarde (1996), de Juan Cueto Roig; Firmado en La Habana (1996), de Raúl Rivero, y Tania, la

guerrillera (2000), de José A. Friedl Zapata, entre otros.

Solar Editorial

Se trata de ediciones literarias, poemarios y antologías, que la poeta cubana Juana Rosa Pita

y el poeta argentino David Lagmanovich sacan a la luz en Washington D.C., a mediados

de los años setenta, y que dirigen desde la Universidad Católica de América (The Catholic

University of America). Sus primeros volúmenes son los poemarios de los propios editores

Pan de sol, de Juana Rosa Pita, y Contingencias, de David Lagmanovich, ambos de 1976.

Otras publicaciones son: Fluctuaciones (1977), de David Lagmanovich; Mar entre Rejas

(1977), de Juana Rosa Pita; Las cartas y las horas (1977), de Juana Rosa Pita; Península (1977),

de Elena Iglesias; Horizonte (1977), de Raoul García Iglesias; Impromtus (1977), de Ángel Cuadra;

El arca de los sueños (1978), de Juana Rosa Pita; Mundo de aire (1978), de Elena Iglesias;

Antología Solar (1979), que reúne textos de Ángel Cuadra, Raoul García Iglesias, Elena Iglesias,

David Lagmanovich y Juana Rosa Pita; Eurídice en la fuente (1979), de Juana Rosa Pita;

Poemas en correspondencia desde prisión (1979), edición bilingüe, de Ángel Cuadra; Crónicas

del porvenir (1980), de Raoul García Iglesias; Viajes de Penélope (1980), de Juana Rosa Pita;

Homenaje a Ángel Cuadra (1981), de Reinaldo Arenas et ál.;Vaivenes (1982), de David Lagmanovich;

Crónicas del Caribe (1983), de Juana Rosa Pita; En fin, la noche (1984), de Roberto Valero;

Fantasía para el viernes (1985), de Ángel Cuadra, y El sol tatuado (1986), de Juana Rosa

Pita, entre otros volúmenes.

Término

Se funda en 1984, y forma parte integral de la revista Término (vid. el artículo ‘Instituciones

y revistas culturales cubanas’ en esta Enciclopedia), bajo las riendas de Roberto Madrigal,

Manuel F. Ballagas y la coordinación de ciertas publicaciones a cargo de Carlos Espinosa

Domínguez. Los primeros libros publicados fueron La ciudad maravillosa y Alicia en las mil y

una camas, ambas de Ismael Lorenzo. Tras unos años sin publicar la editorial da a luz en

1996 Voces de silencio, recopilación de ensayos que anteriormente habían sido publicados

en las revistas Término y Mariel. La edición estuvo a cargo de Roberto Madrigal, que a su vez

cooperó con cuatro ensayos de su propia cosecha. En el libro colaboraron Manuel F. Ballagas,

Reinaldo García Ramos y Roberto Valero. Entre 1997 y 2005 salen al mercado La vida en

pedazos (novela), Una tarde con Lezama Lima (cuentos) y Mírala antes de morir (novela),

tres publicaciones de Santiago Rodríguez. Le siguen: Las tetas europeas (novela), de Fernando

Villaverde; Reunión de ausentes (antología poética), editada por Benigno Dou, Fernando

Villaverde y Germán Guerra; La galería invisible (cuentos), Cuaderno interrumpido (poesía) y

Miamenses y más (cuentos), los tres de Alejandro Armengol. Otros libros publicados por la

editorial serán la recopilación de textos Virgilio Piñera en primera persona (2003) y los ensayos

Lo que opina el otro: algunos apuntes sobre la crítica teatral (2000), ambos tomos de

Carlos Espinosa Domínguez. El mismo autor también publica en 2001 una importante antología

de poetas cubanos en la Florida bajo el título La pérdida y el sueño. Término también

se encarga de la serie Las cuatro estaciones, que había iniciado la editorial de Carlos A.

Díaz Barrios y que, bajo la firma de la colección La segunda mirada, dirigirá Carlos Espinosa

Domínguez.

Bajo esta sombrilla, la editorial publica una serie de títulos: Juego de damas (2002), de la

poeta y editora de Linden Lane Magazine Belkis Cuza Malé, con un prólogo del también poeta

y editor Pío E. Serrano; Al norte del infierno (2002), de Miguel Correa Mujica, con una introducción

del novelista Reinaldo Arenas; Aguafuertes negras, del argentino Roberto Arlt;

Índice de la revista Exilio (1963-1973), del propio editor Carlos Espinosa Domínguez, que sale

a la luz en 2003; Las sábanas y el tiempo (2004), de Frank Rivera, con una presentación del

poeta y novelista cubano residente en Francia Severo Sarduy, y el tomo Todos los libros, el libro

(2004), una edición de Carlos Espinosa Domínguez con textos de cincuenta y seis escritores,

críticos y artistas cubanos que comentan sobre ‘una obra de la literatura cubana que

fuese significativa para ellos’ y que, partiendo de esa premisa, redactan un texto en el cual

explican las razones de esa selección. En ella aparecen algunos creadores como Uva de Aragón,

Félix Cruz Álvarez, Néstor Díaz de Villegas, Reinaldo García Ramos, Orlando González

Esteva, José Kozer, Matías Montes Huidobro, Rafael Rojas, Mike Porcel, Julio Matas,Manuel

Díaz Rodríguez, Miguel Correa,Víctor Batista y Carlos Victoria, entre otros.


Universal

La editorial abrió sus puertas en 1965, dedicada a la venta y distribución de libros (Librería y

Distribuidora Universal) y más tarde, en 1968, comienza como editorial propiamente, especializándose

en temas hispanoamericanos pero con especial atención en temas y en textos

de autores cubanos. Su fundador y director, Juan Manuel Salvat, a quien se le llama el

‘decano’ de los editores cubanos del exilio, y su colaboradora inmediata, Marta Ortiz Salvat,

hacen hincapié en que su primera propuesta ha sido la de ‘rescatar obras esenciales de la

cultura cubana’, además de ‘servir de intermediarios a muchísimos creadores que, desterrados,

no tenían posibilidades de ver sus obras en tinta y papel.’ En el local de su librería se

llevan a cabo, desde años, reuniones, tertulias y presentaciones de libros de los autores publicados

en la editorial.

En su catálogo general de libros que ven la luz entre 1965 y 2001 se da una cifra de más de

mil títulos, aunque hasta la fecha dicha cifra sobrepasa los 1.300 títulos. De ese extenso e

importante fondo se destacan los siguientes: Democracia y bienestar (1967), de Oscar A.

Echevarría; Loores a la palma real (1968) y La Florida en Juan Ramón Jiménez (1968), ambos

de Ana Rosa Núñez; La temática novelística de Alejo Carpentier (1969), de José Sánchez-

Boudy; Carta invernal (1969), de Ignacio A. Ortiz Bello; El arte en Cuba (1970), de Martha de

Castro; Cinco poetisas cubanas, 1935-1969 (1970), notas de Ángel Aparicio Laurencio; Viaje al

casabe (1970) y Poesía en éxodo (1970), ambos de Ana Rosa Núñez; Erinia (1971), de Julio Matas;

Idapó, el sincretismo en los ´Cuentos negros´ de Lydia Cabrera (1971), de Hilda Perera; Mijares

(1971), textos de Alberto Baeza Flores; Amuletos del sueño (1972), de Fernando Palenzuela;

Los primos (1972), de Celedonio González; Desde mis domingos (1973), de Luis Mario;

Persona, vida y máscara en el teatro cubano (1973), de Matías Montes Huidobro; Martí y la

filosofía (1974), de Wifredo Fernández; Tirando al blanco (Shooting gallery) (1975), de Luis F.

González-Cruz; Narradores cubanos de hoy (1975), selección y estudio de Concepción T. Alzola;

Cuentos sin rumbo (1975), de Roberto G. Fernández; Lágrimas de papel (1975), de Maricel

Mayor Marsán; Historia de la literatura cubana en el exilio, I (1975), de José Sánchez-Boudy;

Antología del costumbrismo en Cuba (1975), de Hortensia Ruiz del Vizo; Entre las rejas (1976),

de Miguel Sales; Raíces del alma cubana (1976), de Florinda Álzaga; Ni verdad, ni mentira y

otros cuentos (1977), de Uva de Aragón Clavijo; Novelística cubana de los años 60 (1977), de

Gladys Zaldívar; 20 cuentistas cubanos (1978), edición de Leonardo Fernández Marcané;

Ojos para no ver (1979), de Matías Montes Huidobro; Las conversaciones y los días (1979), de

Concepción T. Alzola; El ojo del ciclón (1979), de Carlos Alberto Montaner; Jacques Maritain y

la Democracia Cristiana (1980), de José Ignacio Rasco; Introducción a la historia de la filosofía

(1980), de Humberto Piñera Llera; Lo chino en el habla cubana (1980), de Beatriz Varela;

La baranda de oro (1981), de Gladys Zaldívar; Apenas un bolero (1981), de Omar Torres; Todos

heridos por el norte y por el sur (1981), de Alberto Müller; El super (1982), de Iván Acosta; Tierra

de extraños (1983), de José A. Albertini; Los viajes de Orlando Cachumbambé (1984), de

Elías Miguel Muñoz; Drahma (1986), de Roberto Valero; Anagó: vocabulario lucumí (el yoruba

que se habla en Cuba) (1986), de Lydia Cabrera; Persecución: cinco piezas de teatro (1986),

de Reinaldo Arenas; En torno a Lydia Cabrera, 1936-1986 (1987), de Isabel Castellanos y Josefina

Inclán; El pan de los muertos (1988), de Enrique Labrador Ruiz; Amar así (1988), de José

Abreu Felippe; El prisma de la razón (1990), de Armando Álvarez Bravo; El portero (1990), de

Reinaldo Arenas; El lago (1991), de Nicolás Abreu Felippe; El color del verano (1991), de Reinaldo

Arenas; Reflexiones sobre Cuba y su futuro (1991), de Luis Aguilar León; Crónicas del Mariel

(1992), de Fernando Villaverde; Teatro (1993), de Ramón Ferreira, estudio de José A. Escarpanter;

La voz inevitable (1994), de Ángel Cuadra; Un paraíso bajo las estrellas (1995), de

Manuel C. Díaz; Un verano incesante (1996), de Luis de la Paz; La cúpula (1996), de Manuel

Márquez Sterling; Cuentos breves y brevísimos (1997), de René Ariza; La ruta del mago (1997),

de Carlos Victoria; Cubanos de dos siglos, XIX y XX (1998), de Elio Alba Buffill; Por amor al arte

(1998), de Francisco Morín; Homenaje a Eugenio Florit: de lo eterno, lo mejor (2000), edición

de Ana Rosa Núñez, Rita Martín y Lesbia Orta Varona; Cincuenta lecciones de exilio y

desexilio (2001), de Gustavo Pérez Firmat; La ciudad hechizada (2001), de Reinaldo Bragado

Bretaña; Un café exquisito (2001), de Esteban Luis Cárdenas; Ex-cuetos (2002), de Juan Cueto;

El teatro cubano en el vórtice del compromiso, 1959-1961 (2002), de Matías Montes Huidobro;

El entierro del enterrador (2002), de José A. Albertini; Los cubanos de Miami: lengua y

sociedad (2003), de Humberto López Morales; La política del adiós (2003), de Rafael Rojas;

José Antonio Ramos: Itinerario del deseo, diario de amor (2004), de Yara González Montes y

Matías Montes Huidobro; En la búsqueda de la felicidad (2005), de Ernesto Fernández Travieso;

Reloj de sangre y otros relatos (2005), de José M. González Llorente; El arco iris de Olorún:

anatomía de un cubano soñador (2005), de Luis F. González-Cruz; La economía cubana

hoy (2006), de Carmelo Mesa Lago; Un objeto de deseo (2006), de Matías Montes Huidobro;

Félix Varela: profundidad manifiesta, tomo I (2007), del padre Fidel Rodríguez; José Antonio

Echevarría, vigencia y presencia (2007), de Julio Fernández León, y Para no ser un rinoceronte

más (2007), del padre Ernesto Fernández Travieso, jesuita, entre otros.