Queridos amigos: esta es una carta pública.
Durante más de 10 años, dos veces a la semana, fueron reflejándose los acontecimientos más actuales de la realidad.
Unas veces esos hechos fueron examinados con apasionado rigor, otras con cierto distanciamiento, pero en todas las instancias prevaleció la verdad, mi verdad, sin que mediara otro interés u otra intención.
Jamás he sentido la intromisión de un director de programación o de nadie. He dicho todo lo que he querido decir.
Entonces, ¿Por qué interrumpo mi propio espacio radial? Sencillo. Por problemas de salud. Tengo Parkinson. Hasta ahora es una enfermedad sin curación.
Cuando era joven creía que la enfermedad sólo se manifestaba como movimientos involuntarios, pero eso es sólo una parte. Hay problemas que se agregan del habla y de la locomoción que se incrementan. Por ahora, el Parkinson me ha permitido escribir. Espero que se conserve.
Existe una medicina hace varias décadas que mantiene el organismo funcionando, pero todavía no hay curación, aunque los israelíes están trabajando en ella y parece que la respuesta definitiva será por las células-madre.
En fin, les ruego a mis oyentes que perdonen y excusen cualquier exceso de mi parte. Un gran abrazo,
Carlos Alberto Montaner