Wednesday, December 10, 2025

 

“Sabor y Cultura en el Tower” trae a Miami una histórica muestra cultural cubana este 13 de diciembre

Fecha del evento: 13 de diciembre de 2025
Hora: 4:00 p.m.
Lugar: Teatro Tower, Miami, FL
Contacto: 305-297-2216

Miami, FL — Miami está invitada a vivir una celebración inolvidable de herencia y tradición con “Sabor y Cultura en el Tower Theater”, un evento cultural único que tendrá lugar el 13 de diciembre a las 4:00 p.m. en el histórico Tower Theater. Este encuentro especial destacará el legado artístico, musical e histórico de Cuba a través de un extraordinario programa audiovisual y educativo.

La entrada al evento es completamente gratuita, reafirmando el compromiso de hacer la cultura accesible para toda la comunidad.

El evento presentará documentales sobre los 33 géneros musicales de Cuba, ofreciendo una mirada profunda a la diversidad rítmica y la evolución cultural de la isla. Los asistentes también podrán disfrutar de contenido especial dedicado a la vida y el legado de José Martí, figura esencial en la historia y el pensamiento cubano.

Los documentales contarán con la participación de reconocidos miembros de la Academia, entre ellos Eloy Cepero, Eduardo Lolo, Tony Calatayud y José Raúl Vidal, cuyas intervenciones aportan conocimiento, análisis y contexto histórico de gran valor para la audiencia.

Además, el programa incluirá una exposición especial sobre las danzas clásicas cubanas, mostrando su evolución musical, vestuarios tradicionales, abanicos artesanales y el protocolo social que caracterizó la sociedad cubana del siglo XIX. Esta exhibición revive una época de elegancia, arte y refinamiento cultural.

Como cortesía especial, el evento ofrecerá comida y bebidas complementarias, añadiendo un toque cálido y acogedor a la experiencia cultural.

“Sabor y Cultura en el Tower” es una invitación abierta para familias, estudiantes, historiadores y para todos aquellos que deseen celebrar y aprender más sobre el patrimonio cultural cubano. Promete ser una tarde enriquecedora llena de música, historia, tradición y disfrute comunitario.

Para más información, por favor comuníquese al 305-297-2216.


Tuesday, December 2, 2025

Guáimaro y el anexionismo


Por Ranfis Suárez

¿Y si te dijera que los nuestros Padres Fundadores pidieron OFICIALMENTE anexar la isla a los Estados Unidos?
Aunque no es un hecho TAN desconocido es un capítulo de nuestra historia que el castrismo se ha encargado de borrar de sus manuales de adoctrinamiento. El historiador comunista José Luciano Franco lo recoge en un pequeño párrafo de su biografía en 3 tomos de Antonio Maceo, pero no hay muchos registros.
El hecho está documentado en las propias cartas y actas de los héroes de la Guerra de los Diez Años.
En 1869, en plena lucha por la independencia contra España, la situación era desesperada. Los líderes de la Revolución, lejos de ver a EE. UU. como un enemigo, lo veían como una tabla de salvación y un modelo a seguir.
La Evidencia es Contundente:
La Resolución de Guáimaro (30 de abril de 1869, en la foto): La primera Asamblea Legislativa de la Cuba en Armas, con la firma de próceres como Salvador Cisneros Betancourt y la sanción del mismísimo Presidente Carlos Manuel de Céspedes, envió un documento formal al Congreso de EE. UU. declarando que el "voto casi unánime de los cubanos" era unirse a la federación norteamericana. ¡Buscaban ser una estrella más en la bandera!
Para el que no ha leído la CARTA, ahí les va.
"La Cámara de Representantes de la Isla de Cuba en sesión
pública celebrada en 29 de Abril de 1869, acordó:
"Primero.—Comunicar al Gobierno y al pueblo de los Estados
Unidos que ha recibido una petición suscrita por un gran
número de ciudadanos en que se suplica a la Cámara manifieste
a la gran República los vivos deseos que animan a nuestro pueblo, de ver colocada a esta Isla entre los estados de la federación NorteAmericana.
"Segundo.—Hacer presente al Gobierno y al pueblo de los Estados
Unidos que éste es realmente, en su entender, el voto casi
unánime de los cubanos y que si la guerra actual permitiese que se acudiera al sufragio universal, único medio de que la anexión legítimamente se verificara, ésta se realizaría sin demora.
"Tercero.—Pedir su apoyo al Gobierno y al pueblo de los
Estados Unidos, para que no se retarde la realización de las bellas esperanzas que acerca de la suerte de Cuba, este anhelo de sus hijos hace concebir.
"Y en cumplimiento del acuerdo, la Cámara de Representantes
de la Isla de Cuba, dirige la presente manifestación al Congreso
de la República de los Estados Unidos.
"Guáimaro, Abril 30 de 1869.—Salvador Cisneros y B.—Lucas
Castillo.—José Ma. Izaguirre.—Miguel Betancourt.—Miguel G.
Gutiérrez.—Pedro Ma. Agüero.—J. Fornaris y Céspedes.—Tomás
Estrada.—Arcadio S. García.—Manuel de J. Peña.—Eduardo Machado.—
Dr. A. Lorda.—Pío Rosado.—Tranquilino Valdés.—Jesús Rodríguez. Francisco Sánchez Betancourt.- El Secretario, Antonio Zambrana. Sancionó el presente acuerdo. El Presidente de La República, Carlos M. de Céspedes."
Cartas a la Casa Blanca: Antes de esa resolución, el 6 de abril de 1869, líderes de Camagüey como Ignacio Agramonte ya le habían escrito directamente al presidente de EE. UU., Ulysses S. Grant. En la carta, le pedían un "decisivo apoyo" y advertían que, sin su ayuda, la estrella de Cuba en la bandera norteamericana sería "pálida y sin valor".
¿Por qué hicieron esto?
No fue una traición, sino una estrategia de supervivencia. Creían que era la única forma de:
Ganar la guerra: España era un imperio poderoso y necesitaban un aliado fuerte.
Evitar la destrucción: La guerra estaba arrasando la isla y veían la anexión como una forma de detener la ruina.
Afinidad ideológica: Intelectuales como Ignacio Mora argumentaban que Cuba ya estaba "americanizada" en sus ideas y educación, y que era un paso natural hacia la libertad.
Palabras textuales de Ignacio Mora:
"Si Cuba ha prosperado más que otros Estados de la América Española, es porque Cuba está más americanizada que ellos, porque participa más de las ideas, de la educación, del movimiento, de la actividad y ejemplo del Pueblo Americano. "Y he aquí porque el Pueblo de Cuba se quiere ingertar en la frondosa encina que desde la cumbre de los Alleghanies hasta las playas de los dos acéanos, sombrea la tierra libre de los Estados Unidos ; y he aquí por qué el pueblo libre de Cuba, usando de uno de los derechos de la libertad, ha pedido a su primera Asamblea Constituyente, apoyado en catorce mil firmas, la anexión al pueblo libre de La América del Norte."
Claro, no todos estaban de acuerdo. Figuras como el furibundo independentista Manuel Sanguily criticaron esta idea, llamándola un "ideal antinatural". Y, con el tiempo, la percepción cambió drásticamente, especialmente después de la intervención norteamericana en 1898.
Pero los documentos de 1869 no mienten. Revelan un momento increíblemente complejo y pragmático de nuestra historia, donde los fundadores de la nación estuvieron dispuestos a considerar un camino muy diferente para el futuro de Cuba.
¿Conocías este capítulo de la historia cubana? ¿Qué crees que hubiera pasado si su petición hubiera sido aceptada? ¡Abramos debate en los comentarios!
Todas lasa cartas citadas acá se encuentran en el Tomo 3 de la monumental obra "Efemérides de la Revoluciónn Cubana" (1911) de Enrique Ubieta, Habana: La Moderna Poesia, pp. 344-351.

Monday, December 1, 2025

El arte de los techos coloniales cubanos*

 


Museo de Arte Colonial, La Habana. Pinterest

Por Yaneli Leal

Sin menospreciar los diversos elementos que involucra la arquitectura colonial en Cuba, los techos inclinados de madera y tejas son su componente más complejo y sofisticado. Obras del mejor oficio carpintero, han sobrevivido varios siglos como testigo de una sólida tradición artesana compartida a ambos lados del Atlántico.

Los carpinteros fueron sin dudas de los primeros artesanos en llegar a Cuba. Su labor era imprescindible durante la larga travesía de los buques de madera y en el posterior mantenimiento y reparación de la nave una vez arribada al puerto. Es por eso que, en nuestro contexto, los saberes del maestro carpintero fueron compartidos por la construcción civil y naval. De las dos, solo sobreviven las cubiertas de madera de los inmuebles coloniales, principalmente de los siglos XVII y XVIII. Es un arte anónimo, realizado fundamentalmente por mulatos y negros libres, con un valor histórico y funcional supremo.

Al inicio de las primeras villas, las construcciones de madera y mampostería se techaban con guano o terrado, aprovechando los materiales locales y mano de obra aborigen. No obstante, ese tipo de estructuras eran vulnerables a los incendios y requerían mayor mantenimiento por las intensas lluvias y temporales, habituales en el entorno geográfico. De ahí que, desde el siglo XVI, en las actas de Cabildo se exigía cambiar el sistema de techado por uno más resistente.

La primera mención documentada sobre una vivienda con techo de madera y tejas en La Habana corresponde a 1589, y se refiere a la casa de Alonso de Rojas, próxima a la plaza fundacional. Poco a poco se sumaron otras, y a finales del XVI se hablaba de unas 18 casas con techos de armadura de pares en la ciudad.

Este es el término más adecuado para referirse a este tipo de estructuras, ya tengan dos, tres o más aguas, entiéndase inclinaciones. También las hubo de una sola, las llamadas casas colgadizo, menos frecuentes y con un carácter más temporal. Autores de inicios del siglo XX, llamaron equivocadamente a estas cubiertas de "alfarje". Se ha comprobado que etimológicamente esta palabra se refiere a techos planos, es decir, a los que podemos encontrar, por ejemplo, en los entrepisos. Así pues, los techos de madera inclinados que constituyen el cierre físico y estructural del inmueble, son de armadura de pares. En Cuba se hicieron de dos tipos: de par e hilera, y de par y nudillo.  

La armadura de par e hilera tiene un perfil triangular, conformado por pares (parejas de vigas) que en el vértice superior descansan sobre una viga llamada hilera, cimera o cumbrera. En la parte inferior, se apoyan sobre maderas dispuestas a lo largo de los muros, llamadas estribos. Para evitar el empuje de los pares hacia fuera, de estribo a estribo se colocan unas vigas transversales que los anclan. Estos "tirantes" forman visualmente la base del triángulo y son más espaciados que los pares. A los pequeños ubicados en las esquinas se les dice "cuadral". Todos debajo tienen unos refuerzos denominados canes. Finalmente, la tablazón que cubre exteriormente los pares forma los faldones, sobre los cuales se colocan las tejas.

Cada elemento juega un papel fundamental en la estructura del techo inclinado y garantiza su funcionalidad y preservación. Asimismo, las maderas empleadas eran debidamente seleccionadas. Por lo general, el cedro por su ligereza se prefería para los entablados, mientras el ácana y el júcaro se empleaban por su dureza en los elementos estructurales.

La armadura de par y nudillo es una modificación de la de hilera. Suele utilizarse en habitaciones más anchas o con más luces, para evitar el pandeo de los pares. Para ello incorpora en cada par, transversalmente, una viga llamada nudillo, que constituye un elemento de refuerzo. Situados a dos tercios de la altura, llevan encima un entablado que transforma el triángulo de la cubierta en un trapecio. Esta superficie intermedia se llama almizate o harneruelo.

La armadura de par y nudillo tiene una apariencia más lujosa, por lo que se prefirió para cubrir salones y gabinetes en las viviendas aristocráticas, y también las naves de las iglesias y conventos. Un referente importante es el salón principal de la casa de Luis Chacón y Calvo (1726) con sus tirantes ricamente tallados. Este es el actual Museo de Arte Colonial, situado en la Plaza de la Catedral, que tiene otras cuatro cubiertas de gran valor patrimonial, que han sido reproducidas en maquetas.  

El mayor número de techos de armadura de pares, y los más antiguos, se conservan en las edificaciones religiosas, pues han sido menos transformadas que las viviendas, propensas a incorporar nuevas plantas, variar y modernizar su estructura. El Convento de Santa Clara (1644), por ejemplo, hace unos años conservaba unos 20 ejemplares de armaduras de madera. Asimismo, en esta tipología suelen hallarse soluciones de hasta ocho faldones, principalmente en los cruceros de las iglesias, como la de Santa María del Rosario (1766). Aunque no son exclusivos de ellas, viviendas como la de la calle Tacón 4 también lo incorporaron.

Aferrados a una tradición constructiva, los techos de armadura de pares cubrieron sin variaciones estructurales las edificaciones cubanas durante más de dos siglos. No fueron tan prolijos en decoración como otros españoles, pero no dejaron por ello de embellecer con tallas o pinturas algunos exponentes, sobre todo en los tirantes. Aun así, existen ejemplos excepcionalmente decorados como las iglesias de San Juan Bautista (1752-1757), en Remedios, y la de Santo Domingo (1730-1756), en Guanabacoa.

Según la historiadora Alicia García Santana: "Al lado de una techumbre poseedora de todos los atributos tipificadores de las cubiertas de la primera mitad del siglo XVIII —canes, lazos, ranurados y demás— existen techos en los que el sistema se encuentra simplificado, carentes de destaques decorativos pero ajustados al concepto generalizado y colectivamente aceptado para construir un techo". Según ella, esto llevó a que no se diversificaran "diferentes códigos constructivos, coincidentes con los distintos niveles sociales, sino que se utilice un mismo sistema de fabricación que abre su diapasón desde las posibilidades más complejas a las más simples y, de este modo, expresa la categoría socioeconómica a que corresponde".

Transmitido de generación en generación, desde los primeros carpinteros españoles que arribaron a Cuba, fue un arte desarrollado por criollos mestizos y negros libres, cuyos nombres no han trascendido, salvo casos excepcionales como el del mestizo Juan de Salas, autor firmante de la cubierta de la Iglesia de Santa Clara, en 1643. En el siglo XIX, el neoclasicismo impuso los techos planos y rompió esta larga tradición. Algunas armaduras de pares fueron incluso ocultadas bajo falsos techos. No obstante, el oficio de carpintero ya estaba consolidado y expandido en la Isla, lo que posibilitó el mantenimiento de la gran colección de techos de armadura de pares del patrimonio insular, que merece ser más divulgada y apreciada por sus valores funcionales, sociales, testimoniales, históricos y arquitectónicos.

*Tomado de Diario de Cuba