Por Israel Abreu
Al año siguiente, y después de hacer un mesurado estudio de otros lugares apropiados para realizar un encadenamiento decidimos que el mejor lugar era el Monumento a George Washington en Washington DC. La fecha escogida fue el 10 de septiembre de 1989 y el número de los encadenados serían cinco. Debido a que el Movimiento 30 de Noviembre tiene miembros en varios estados de los Estados Unidos, se decidió llamar a Miami para ver si algunos de allá querían y podían venir a Washington a encadenarse. Vinieron dos de Miami por lo que el número de cinco se completaría con tres residentes de New Jersey/New York. Los dos de Miami vinieron para New Jersey y desde aquí fuimos en un van hasta Washington seguido de otro con personal de apoyo y un tercero con periodistas del área de New Jersey/New York. Llegamos a la entrada del Monumento, nos pusimos en cola para subir y, una vez en la cúspide por el interior, yo extraje las esposas y procedí a encadenarlos unos a otros. Muy pronto las autoridades cerraron la entrada al público y fueron a convencernos para que nos desencadenáramos. No opusimos mayor resistencia ya que allí no había muchos turistas y, además, las autoridades nos trataron con menos rudeza que en la Estatua de la LIbertad en Nueva York.
En el mirador de la cúspide del Monumento a George Washington, de izquierda a derecha: Orestes Calle, Marcelo Cuervo (ya fallecido), Jesús Pita, Gloria Lassales y Armando Ferrer -Rigo- (ya fallecido) |
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