Por Enrique Del Risco
Me hacen llegar unas páginas de una biografía de Fidel Castro para niños publicada en Estados Unidos. Se trata de “Who was Fidel Castro?” de Sarah Fabiny que forma parte de la misma colección que publica biografías para niños de personajes como Jefferson, Hamilton, Disney, Einstein o Martin Luther King Jr. Ya las otras figuras que lo acompañan en la colección sirven para llevarse una idea.
La biografía parece, cuando menos, desinformada. Dice, por ejemplo, que no se sabe si Fidel Castro se casó o no con Dalia Soto del Valle cuando en cualquier búsqueda de segundos en internet da suficientes detalles. Como que Fidel conoció a Dalia siendo ella menor de edad y de inmediato la embarazó. Y que luego se la hizo llevar para La Habana pero no se casó con ella hasta después de la muerte de Celia Sánchez, la más oficial de sus amantes, en 1980.
Dice la periodista Lissette Bustamante de la misteriosa relación:
"En el año de1961, Castro había ido a Trinidad (una región al sur de la isla) dónde conoció al papá de Dalia, (que por cierto, este señor era un hacendado que perdió muchas tierras con la Revolución). Fidel llegó allí para dar un discurso sobre la alfabetización y entre la multitud sobresalía una hermosa chica de 17 años, rubia de ojos azules. (las rubias siempre fueron su debilidad, Fidel era muy mujeriego) Y al Comandante, quien entonces tenía 36 años, le llamó la atención la chica. Entonces él ordena a su asistente, Pepín Naranjo, que invite a Dalia a la velada que tendrían esa noche. Los presentan, se quedan solos y al año siguiente tienen a su primer hijo Alexis. Luego Castro ordena que la trasladen a la Habana, pero no a su casa, él la visitaba a escondidas por las noches. Sin embargo, fue hasta después de la muerte de Celia Sánchez Manduley en 1979, que se casó con Dalia. Celia era Secretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros, una mujer muy cercana a Fidel; ella era la única capaz de discutir cara a cara cuando él tomaba decisiones equivocadas. Una mujer poderosa que el pueblo cubano quería mucho. Muerta Celia, en 1980 se casa con Dalia que vivía en una casa en el barrio de Jaimanitas, una zona alejada del centro de la Habana"
Sobre lo favorable que puede ser el libro hacia la figura del dictador cubano sirva de muestra el índice.
Tiene un capítulo llamado “Viva Fidel!” (así, en español) y no aparece ninguno titulado “Paredón”. O llega a decir que “Parecía que Fidel llevaba una vida sencilla como la de cualquier otro cubano” cuando en la página anterior se comenta que “Fidel tenía muchas casas por todo el país y nunca se quedaba en la misma casa por más de una noche”. ¿De veras que la autora cree que la vida sencilla de cualquier otro cubano consistía en dormir en una de sus muchas casas cada noche? ¿En ir al trabajo en una caravana de Mercedes Benz? ¿En almorzar langostas y viajar por el mundo? ¿En firmar fusilamientos y salir en un yate de caza submarina?
Bonita idea de la sencillez cubana tendrán los americanitos del futuro.
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