Saturday, July 22, 2017

Polémica

Reproducimos aquí carta de protesta que un grupo de personalidades del exilio ha dirigido al presidente de la Universidad de Miami ante lo que parece ser un intento de desnaturalizar la labor del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS por sus siglas en inglés). Una polémica que se hizo pública tras la renuncia de su director, el historiador Dr. Jaime Suchlicki.

Miami, 18 de julio de 2017
Dr. Julio Frenk, PresidenteUniversidad de Miami
Estimado Dr. Frenk:
Le escribimos para dirigirnos a preocupantes cuestiones que se están dando alrededor del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, ICCAS.La comunidad exiliada está de luto bajo un profundo sentimiento de pérdida. Los exiliados, por naturaleza, son personas que han tenido que irse de su tierra natal a menudo por causa de un gobierno totalitario. Su propia familia ha tenido que enfrentar esto con sus abuelos, así que usted tiene que comprender el afán de los exiliados cubanos de "nuncar olvidar."Nadie puede borrar "la Revolución Cubana," aunque eso no significa que el régimen cubano y sus simpatizantes no intentarán reescribir la historia. El historiador Dr. Jaime Suchlicki es un investigador cuidadoso que ha dedicado 50 años a la verdad sobre Cuba.Pero, si va a haber dos versiones de la verdad sobre la isla, entonces su trabajo necesita ser continuado sin retraso. Él ha vivido la historia de la cual ha escrito, pero siempre publicando con estadísticas precisas, notas al calce y bibliografía de fuentes imparciales así como de las publicaciones del propio régimen y con cifras oficiales. Bajo su dirección, el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, ICCAS, ha servido de plataforma para la comunidad del exilio a escala global.La realidad es que no estamos en una Cuba post-Castro, pues la dinastía Castro todavía mantiene el poder, incluso si se esconde tras un testaferro. La Casa Bacardí no era solamente el hogar de ICCAS, sino también era la casa intelectual de los exiliados cubanos. Si de ahora en adelante no es dirigida por el Dr. Suchlicki, y es en vez encabezada por alguien de acuerdo con vivir con la fantasía de una "Cuba post-Castro", entonces será esta una fantasía bajo la cual los académicos cubanos en tierra libre no podrán acatar.Lo instamos a conducir un diálogo productivo que asegure un buen resultado que permita que la misión de ICCAS prosiga.
Atentamente,
La Junta Directiva de Facts About Cuban Exiles (F.A.C.E.)
Tony Argiz, Presidente; Alexis Abril; Frank Angones; Marilyn Borroto; Frank Carreras; Armando Codina; Fausto Díaz Oliver; Esteban Formoso; Ed García; Armando González; Sandra González-Levy; Adolfo Henriques; Aida Levitán; Raúl Masvidal; Carlos Migoya; Ralph Morera; René Murai; Eduardo Padrón; Emilio Palomo; Frank Paredes; Rafael Peñalver; César Pizarro; Jorge Plasencia; Sofía Powel-Cossio; Claudia Puig, Leonardo Rodríguez; Ray Rodríguez; Sam Verdeja; Enrique Viciana; Alex Villoch.

Tuesday, July 11, 2017

Vista del anochecer en el Trópico


Por Alexis Romay

En una advertencia que figura en el último párrafo del prefacio —y se repite en la portada interior— de, Iván Acosta declara que “podría vivir con muy pocas cosas materiales, con casi nada. Pero no podría vivir sin mi colección de discos, sobre todo los de música cubana”.

Escribir “poca cosa” y referirse, en el mismo suspiro, a su colección de discos es, en el mejor de los casos, una imprecisión y, en el peor, una injusticia. Porque esto, que es la punta del iceberg, de poca cosa no tiene nada. Tomando como punto de partida un catálogo que compila más de 5 000 LPs, Acosta crea un relato que hilvana anécdotas personales con el devenir de una nación que se fue a bolina. Para ello, se vale de más de doscientas cubiertas de álbumes con las que cuenta una historia a la vez íntima y colectiva.

Me impresiona, pero no me extraña, esta incursión de Iván Acosta en un género híbrido, al sacar a la luz un libro que, al decir del autor, no es “una novela política, ni un manual de la historia de la música cubana y mucho menos una autobiografía”, pero que, en mis palabras, es mucho más: es memento, vademécum, resto de un naufragio, álbum de postales, vista del anochecer en el Trópico, pieza de museo, cronología de la vida (y la música) de una isla al pairo, antología de la cancionística cubana, colección de viñetas; en fin, retrato a pinceladas de esas dos patrias que tienen nuestros coterráneos: Cuba y la noche —la noche que eternizara Sabá Cabrera Infante en su documental P.M., la noche de los Tres tristes tigres de su hermano Guillermo, la noche cubana que con el tiempo transmutó la sonrisa en una larga mueca de hastío.

Digo que no me extraña la naturaleza de este artefacto porque Acosta nos tiene acost(a)umbrados a sus malabares en los predios de las artes, desdoblándose en compositor, dramaturgo, documentalista, director de cine y de teatro, artífice de Latin Jazz USA, promotor y productor de conciertos, publicista, fundador del Centro Cultural Cubano de Nueva York (y presidente del mismo durante ocho años), músico, poeta, rumbero y medio, y amigo de esos de los que perduran en el tiempo y la distancia. Menciono esta retahíla de facetas de mi paisano pues todas figuran de un modo u otro en las páginas del texto. A veces —como las penas que me maltratan— se agolpan unas a otras y hacen que la inmersión en el libro fluya igual de bien lo mismo con la cadencia de un bolero que en el desenfreno de un mambo influenciado.

Lydia Cabrera decía que había descubierto a Cuba a orillas del Sena. A Paquito D’Rivera le gusta decir lo mismo, pero con el río Hudson como telón de fondo. Yo me pregunto dónde Iván Acosta habrá dado con esa isla que todos llevamos dentro. La pregunta es retórica… y no tanto. Acosta escapó del cocodrilo verde en plena adolescencia. Y, sin embargo, es una personificación de los valores positivos de esa entelequia que es el cubanazo. Quizá la respuesta radique en que, ya en el exilio, este hombre se hizo (más) cubano mediante la música de su lugar de origen y convirtió el cancionero natal en una cosa tangible, en un espacio físico, en una tierra fértil. (No en balde su primer disco, que data de 1978, se titula Canciones de la vida, de la patria y del amor, esas tres abstracciones que nos son tan caras).

Esto de los ríos me recuerda que estar “a la deriva” es casi una condición sine qua non del cubano —y de lo cubano—, particularmente en el último medio siglo de andar dando tumbos por el mundo, huyendo del sueño de la sinrazón y de los monstruos que este ha producido. En el caso de Iván Acosta —como el de quienes comenzaron su fuga de aquella isla de difícil memoria— por vía marítima, la deriva fue también literal. En lo que supongo habrá sido una noche eterna del agosto de 1961, con dieciséis años y un par de discos que rescató antes de (a)saltar al barco en el que escaparía, con su familia, rumbo a Jamaica, Iván Acosta se hizo a la mar. Y trajo la música (cubana) consigo. Él no la abandonó y ella, que sabe ser agradecida, a lo largo de las décadas le ha devuelto el favor con creces.

Esos dos discos que huyeron de Cuba con el autor se encuentran representados en sendos LP incluidos en esta edición de lujo, que abarcan desde Olga Guillot a Benny Moré, de La Lupe a Dámaso Pérez Prado, de Cándido Camero a David Oquendo y sus Raíces Habaneras, pasando por un bossa nova y un bolero del propio Acosta.

Como dirían en La Habana: aquí hay para comer y para llevar. Así que pasen, lean, escuchen. Esto no es un libro. Esto es una fiesta.



Nueva Jersey, 29 de junio de 2017

Monday, July 10, 2017

Fundación Venezolanos de Origen Cubano (VOC)

Por Juan Antonio Muller

Orígenes
La Fundación Venezolanos de Origen Cubano (VOC) creada en Caracas Venezuela a finales del año 2003 tenía como objetivo promover, el análisis y discusión de los valores históricos, sociales, culturales, artísticos y científicos que definen  los pueblos que conforman la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba.
Su acta constitutiva la firmaron: Ángel del Cerro, Armando Pérez Puelles, Gilberto García Valencia, Pedro Pérez Castro, Roberto Fontanillas Roig,  Silvia Meso, Valentín Arenas, Raúl Fernández Rivero y Juan Antonio Muller, venezolanos mayores de edad de estado civil casados. (Ver Gaceta Mercantil Anexa).

Su origen estuvo asociado con la Declaración Por la Verdad, la Dignidad y la Soberanía presentada a la opinión pública en el Ateneo de Caracas en julio de 2003 mediante el cual  denunciábamos las constantes agresiones a nuestra soberanía por parte del régimen castrocomunista el cual a través del propio Fidel Castro y de sus funcionarios civiles y militares se inmiscuyen descaradamente y de forma inconsulta, avasallante y  desestabilizadora en nuestros asuntos internos, saquea nuestros recursos, atenta contra nuestras fuentes de trabajo y conspira contra nuestra convivencia y convicciones democráticas. La declaración la firmaron trescientos cubanos residenciados en Venezuela y recibió el apoyo de políticos e intelectuales venezolanos. (Ver Documento Anexo publicado en El Nacional con fecha Martes 19 de Agosto).

Acciones y Eventos
A partir de ese momento se llevaron a cabo diferentes eventos: conferencias de prensa, foros en universidades, entrevistas para la Radio y la TV venezolanas destinadas a cumplir con los objetivos de la Fundación.
Entre esos eventos destacan el Desayuno en la Redacción del periódico Notitarde de la ciudad de Valencia llevado a cabo en octubre de 2003 con la participación de los miembros de VOC: Angel del Cerro, Juan Antonio Muller, Lorenzo Tellería, Julio García Sardá y José Martínez Gómez junto a los periodistas Laurentzi Odriozola, Sheyla Collantes y Leonor Mendoza.
En dicho desayuno se puso énfasis en varias recomendaciones para enfrentar los intentos de comunizar Venezuela:
La necesidad de no perder nunca el horizonte de la unión opositora
El hecho de no esperar soluciones de fuera
No menospreciar las necesidades sociales del pueblo
Esas orientaciones surgieron de la experiencia de la lucha contra Fidel Castro durante la década de los sesenta en la isla.
También se analizó la realidad cubana y las intenciones de Hugo Chávez de querer llevar a Venezuela al mismo mar de la felicidad de Cuba, según lo declaró en su discurso en la Universidad de La Habana. Esos planteamientos sirvieron de motivación y preocupación sobre lo que podría pasar en Venezuela de alcanzar Hugo Chávez y su alianza de izquierda el poder.
Una frase de Ángel del Cerro sirvió para el reportaje reseñado por el periódico Notitarde el domingo 26 de Octubre de 2003: “Chávez es un flaycto al cuadro para Fidel Castro quien siempre ha querido echarle mano a Venezuela”.
Juan Antonio Muller recuerda una anécdota del Doctor Héctor Hernández Carabaño siendo Ministro de Educación de Venezuela en ocasión de su participación en un Congreso sobre Educación en La Habana por los años setenta cuando lo presentaron a Fidel Castro este le dijo: “Ah Venezuela, si nosotros tuviéramos su petróleo, conquistaríamos el mundo”.   
Los Micros. Otro aporte relevante lo constituyeron los micros para la televisión venezolana llamado “Crónicas del Mar de la Felicidad” que se trasmitió por Globovisión con material de videos y reportajes realizados por las periodistas venezolanas Idania Chirinos y Ana Vaccarela bajo la dirección de Ángel del Cerro y la participación de Pedro Pérez Castro.
Los micros sirvieron para que miembros de VOC fueran invitados a programas de opinión en Globovisión, Venevisión, Televen y Radio Caracas TV para hablar sobre la realidad cubana y la penetración castrista en el país.
Los Foros. Otro evento de significación fue el Foro La Transición Cubana sus Implicaciones para América Latina celebrado conjuntamente con la Universidad Católica Andrés Bello, la Fundación Justicia y Democracia y Venezolanos de Origen Cubano VOC. (Ver Panfleto y Resumen del Evento, temas y Participantes).



Caracas Julio de 2017

Saturday, July 8, 2017

El quinquenio feliz

   
                          Por
 Gustavo Pérez Firmat
           
Durante muchos años el comentarista deportivo Fausto Miranda tuvo una columna semanal para El Nuevo Heraldque siempre abría de la misma manera: “Usted es viejo, pero viejo de verdad, si…” A ello seguía algún dato relacionado con la Cuba republicana. “Usted es viejo pero viejo de verdad, si recuerda la Perfumería Griselle de El Cerro, que se anunciaba con la frase, frescura y bienestar.” O: “Usted es viejo, pero viejo de verdad si recuerda cuando la revista Bohemia publicaba fotos de los galanes de la farándula bajo el título de El pollo de la semana.”
Siguiendo el ejemplo de Fausto Miranda quisiera rescatar algunos recuerdos, aunque no de la Cuba de antes-de-ayer sino del Miami de ayer – el de los años 70 – cuando Little Havana era todavía una pequeña Habana. En Cuba, esos años conforman lo que se ha llamado el Quinquenio Gris. En Miami durante la misma época disfrutábamos de un Quinquenio Feliz, un período que, como el de Cuba, se extiende mucho más allá de los cinco años del calificativo.
El inicio del Quinquenio Gris data del 1971, cuando se celebra el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura. El Quinquenio Feliz también se puede señalar con una efeméride, festiva en vez de nefasta, que también data del 1971: la apertura del restorán Versailles en la Calle Ocho. 
Cuando el Versailles abre sus puertas en 1971 la población cubana de Miami se acercaba al medio millón. Los Vuelos de la Libertad, que continuarían por varios años más, aseguraban el influjo de más y más cubanos a la ciudad. Ya en Miami había de todo: florerías, funerarias, médicos, manicuristas, dulcerías, mueblerías, bodegas, botánicas, lotes de carros (en uno de ellos trabajaba mi padre). Los “periodiquitos” proliferaban. Entre los más leídos estaban Libertad de Rolando Masferrer, Réplica de Max Lesnik y Patria, fundado por Armando García Sifredo, cuyo lema era: “El periódico de Martí, sin Martí, pero por Martí.” Si en las páginas de Patria Lesnik era apodado “El Polaquito Malo,” en Réplica García Sifredo se transformaba en “Esperancita.”
También contábamos con el ecuménico Diario Las Américas, al que los cubanos le habían endilgado este slogan: “el periódico de hoy con las noticias de ayer y la fecha de mañana.” Y además el suplemento en español del Miami Herald, que empezó a publicarse en el 1975.
Entre las estaciones de radio, las más populares eran la Fabulosa y la Cubanísima. La Fabulosa se anunciaba parodiando una canción del pequeño gigante, Nelson Ned: “Si las flores pudieran hablar, dirían… Fabulosa.” A finales de la década de los 70, la Cubanísima engendraría un vástago Cuban-American, la Super-Q, que se anunciaba con un jingle bilingüe en las voces de Gloria Estefan y Mercy Murciano: “Super Q, I love you, la mejor música la tocas tú.”
Durante estos años también empezaron a aparecer conjuntos musicales de jóvenes nacidos en Cuba y criados en el exilio. Es en 1976, en Nueva York, cuando hace su debut la Charanga 76, con Hansel Martínez y Raúl Alfonso. El primer hit de Hansel y Raúl, “Soy,” fue compuesto por Willy Chirino, quien había lanzado su primer disco dos años antes, en 1974. Ese mismo año Emilio Estefan forma los Miami Latin Boys que, dos años después, con la adición de Gloria Estefan, se convertiría en el Miami Sound Machine. Junto con el Miami Sound Machine, también se empiezan a dar a conocer Carlos Oliva y Los Sobrinos del Juez y el grupo Clouds con Frankie Marcos. El primer éxito del Miami Sound Machine es una balada titulada “Renacer,” y de eso se trataba precisamente, de un renacer de la cultura cubana, nacimiento propiciado por la distancia y la cercanía de la isla. Cuando en 1979 el grupo Clouds lanza un elepé llamado “Llegamos,” el nombre confirma el nacimiento.
La Pequeña Habana también contaba con media docena de cines que exhibían películas en español: el Tívoli, el Tower, el Trail, el Martí, el Trianon. En la Calle Ocho el teatro Las Máscaras estrenaba comedias con títulos como “No me toque el equipaje,” que aludía de manera jocosa al éxodo de la isla. Y para los cubanos con gustos más refinados, la sociedad Pro-Arte Gratelli montaba zarzuelas en el Dade County Auditorium. Los centros nocturnos más populares eran Los Violines y El Flamenco, donde se podía asistir a actuaciones de artistas como Roberto Ledesma (El Romántico Primero), Blanca Rosa Gil (La Muñequita que Canta) y Los Chavales de España, que habían dejado de ser chavales hace mucho tiempo. Para amenizar bodas y fiestas de fin de año se contrataban orquestas como Los Jóvenes del Hierro – tampoco tan jóvenes – y el Conjunto Universal, que a pesar del nombre – o quizás por él – sólo tocaba música cubana.
Hasta teníamos una liga invernal de pelota... Usted es viejo, pero viejo de verdad si recuerda que el campeonato del 1975 se disputó entre los Indios de Hialeah y los Rojos de La Habana.

En Cuba durante el Quinquenio Gris las tradicionales seis provincias cubanas se dividen en catorce: suma que resta. En Miami, durante el Quinquenio Feliz, se consolida una provincia más, la Cuba del Norte: suma que restaura.

Thursday, July 6, 2017

Héctor Santiago describe la muerte de Reinaldo Arenas

Por Enrique Del Risco

Como complemento al post anterior un video sobre la discusión del documental Seres extravagantes de Manuel Zayas (moderada por la miembro de la AHCE Perla Rozencvaig) en el que el dramaturgo Héctor Santiago da una versión pormenorizada de los últimos días de Reinaldo Arenas y su muerte. Por su cercanía a los hechos lo considero especialmente relevante. La declaración de Santiago ocupa los primeros diez minutos del video.





Nota: Le agradezco al escritor José Abreu Felippe haberme hecho llegar este video.