Monday, January 30, 2023

De las armas y las letras III

Por Guillermo A. Belt



Extraterritorialidad


1. desus. Int. púb. Teoría ya superada y descartada que fundamentaba los privilegios e inmunidades propios de una misión diplomática o consular acreditada en terceros países en que estas constituían una proyección del territorio del Estado acreditado.

Diccionario panhispánico del español jurídico, Real Academia Española

Cubanet. GUANTÁNAMO, Cuba. ─ Este 5 de junio se cumplen 150 años del nacimiento del insigne patriota cubano Enrique Loynaz del Castillo, General de Brigada del Ejército Libertador y también padre de la poetisa Dulce María Loynaz, Premio Cervantes de Literatura. Loynaz del Castillo nació en 1871 en Puerto Plata, República Dominicana, cuando sus padres cubanos residían en el exilio, en una casa de la delegación revolucionaria de esa ciudad.

Enrique Loynaz del Castillo nació en Cuba, de haberse aplicado con generosidad la entonces vigente teoría de la extraterritorialidad a la casa de la delegación de los patriotas que en Puerto Plata luchaban por la independencia de Cuba. Digo generosidad porque ni su padre ni su abuelo estaban acreditados ante el gobierno de la República Dominicana como miembros del servicio diplomático o consular de la República de Cuba en armas. Además, el nacimiento del niño se produjo en 1871, un 5 de junio, cuando la primera guerra por la independencia, la Guerra Grande, llevaba poco menos de tres años de iniciada. Era demasiado pronto para que países amigos establecieran las relaciones diplomáticas que habrían permitido considerar la casa natal del futuro guerrero como territorio cubano.

En Memorias de la guerra su autor explica brevemente la razón de ser de Puerto Plata, y en pocas palabras describe la casa donde nació:

Entre los recién llegados había numerosas familias cubanas, casi todas las del Camagüey, que no pudiendo sostenerse en Nueva York, buscaban nuevo campo de trabajo en la hospitalaria República Dominicana. En la casa de don Martín del Castillo, agente de la Revolución, flotaba la bandera de Cuba, junto a la dominicana acogedora, que alza la cruz de la redención entre los campos rojos y azules del sacrificio y el ensueño.

Poco después de cumplir cinco años de edad, el niño Loynaz del Castillo tiene su primer encuentro con la guerra. Su padre, junto con su tío Carlos, habían instalado en las inmediaciones de la bahía de Puerto Plata el primer ingenio de máquina de vapor, que luego fuera destruido “en una de tantas guerras civiles…”. El general, ya retirado de las armas pero nunca de las letras, nos lo cuenta así:

Precisamente, de la destrucción del ingenio es el primer recuerdo de mi vida. Al despertar en trágica madrugada, con la noticia de la aproximación de fuerzas revolucionarias, la familia apresuradamente envolvió en grandes líos sus ropas y efectos; con ellos abandonó el batey y no paró hasta un espeso bosque a la orilla del puerto. Como se hiciera demasiado ruidosa mi alegría al perseguir en la arena los cangrejitos, más de una vez fui reducido al silencio. Durante horas estallaron las detonaciones de cañón y fusilería.

Enrique juega en la arena de Puerto Plata al son de cañones y fusiles. El estruendo de las armas pasaría muy pronto a ser parte de su vida.

Monday, January 23, 2023

“RELIGIOSIDAD PROTESTANTE, POLÍTICA Y SOCIEDAD EN IBEROAMÉRICA”

Por Rolando Alum Linera*

A propósito de la época de Navidad reciente del año 2022, recordemos que la creencia en lo sobrenatural --sea una religión organizada o no-- es uno de los fenómenos socioculturales considerados universales.[1] Por ello, desde sus inicios como disciplina independiente en el siglo XIX, la Antropología Sociocultural (Etnología) ha tenido un interés peculiar en este tema, que no es siempre fácil de estudiar desapasionadamente.


Los antropólogos contemporáneos examinamos no solo la religiosidad tradicional de las llamadas “tribus exóticas”, sino también nuestros propios movimientos religiosos occidentales, como la expansión del protestantismo cristiano al sur del Rio Grande, que ya no es considerado el continente católico preeminente desde la era colonial. Numerosas vertientes protestantes han llegado como competidoras al otrora hegemónico catolicismo en el “mercado” de las almas —o la espiritualidad— de los iberoamericanos.[2] Con fines heurísticos, no me resulta vano clasificar el protestantismo iberoamericano en dos vertientes principales:

A)--Las iglesias protestantes histórico-tradicionales, casi todas de origen germánico-anglosajón, como son: las episcopal, luterana, metodista y presbiteriana, inspiradas por la gran Reforma lanzada por Martín Lutero en el siglo XVI, y luego reformulada por otros teólogos. Esas ideas e iglesias fueron traídas a Norteamérica por los peregrinos europeos que ansiaban libertad de culto. A su vez, ellas sufrieron subdivisiones con el paso de los años mientras continuaban su proselitismo con misioneros al sur del Río Grande.

B)--Evangelicalismo: Obviando los desacuerdos teológicos y rituales con las denominaciones tradicionales, las características principales de las iglesias evangélicas son su independencia y gobierno interno congregacional. No existe una estructura piramidal, ya que cada templo es prácticamente autónomo. Este es el tipo de protestantismo más esparcido en Latinoamérica, sobre todo entre la población humilde, con una mayoría de ministros, pastores y predicadores mayormente autodidactas.

Algunos lectores diferirán de mi clasificación. Contrario a mi taxonomía tentativa, los evangélicos por lo general no se consideran “protestantes” a sí mismos y los tradicionales no necesariamente los consideran afines tampoco, con excepciones notables en ambos casos.[3]

Sumando los tradicionales y los evangélicos, se estima que ya alrededor de 20%, o uno de cada cinco latinoamericanos, se identifica con una u otra denominación —mayor aun en Centroamérica—, sobre todo de la tradición pentecostal <https://es.wikipedia.org/wiki/Pentecostalismo>.

Aunque el protestantismo todavía constituye una minoría en México, el libro por los etnólogos Hugo y Jean Nutini, Native Evangelism in Central Mexico (2014), constituye un estudio etnográfico (descriptivo) paradigmático. La investigación de campo se centró en las iglesias evangélicas que los autores llaman “nativas”. Estas son congregaciones autóctonas fundadas por mexicanos que atraen en su mayoría a conversos del catolicismo, típicamente, de origen humilde.

Dicho estudio comienza desdeñando los análisis metodológicos y teóricos con raíces marxistas, que son por naturaleza especulativos, poco empíricos y, en definitiva, anacrónicos. Me complace esa perspectiva, además, dado los comentarios racistas y deplorables de Karl Marx y Friedrich Engels acerca de los mexicanos —considerándolos “vagos [e] inferiores”—, llegando a apostar, durante la Guerra México-Americana (1846-1847), por los Estados Unidos <https://www.dnronline.com/opinion/leftists-toast-marx-a-racist/article_f0631848-34ce-11e7-bc33-634c4788857a.html>.

Los Nutini identifican nueve iglesias evangélicas nativas en los estados de Tlaxcala y Puebla. Según la muestra demográfica, los conversos perciben el evangelismo como más democrático en su gobernación eclesiástica interna que el catolicismo y más propicio al progreso económico individual. Una de las atracciones pragmáticas es que el evangelismo enfatiza el bienestar material, lo que también parece explicar su éxito proselitista entre las clases socioeconómicas menos privilegiadas, mientras que las clases más altas siguen identificándose como católicas, al menos nominalmente.

Algunas de las razones doctrinales dadas para la conversión son más bien racionalizaciones psicológicas ex post facto ya que, típicamente, los conversos se liberan de las obligaciones cívico-religiosas más onerosas del México rural. Entre ellas se encuentra el emblemático “sistema de cargos”, en los cuales los aldeanos deben turnarse en financiar las fiestas religiosas locales. Este es un fenómeno algo difícil de entender para los que desconocen la religiosidad popular en Mesoamérica (México y Guatemala).

Me atrevo a sugerir que esta “emancipación del bolsillo” (mi propia terminología) podría ser la versión pragmática ingeniada por los conversos como una especie de “teología libertadora” local. Aclárese que esa actitud a nivel de pueblo es distante de la mal llamada “Teología de la Liberación”, irónicamente con influencias marxistas ligada al catolicismo.

Por otro lado, como reportan varios otros investigadores, el abandonar el catolicismo puede conllevar ciertos costos sociales, mucho más en las aldeas más remotas, como la pérdida de amistades. Como también he observado en mis propias investigaciones etnográficas en la República Dominicana, Puerto Rico, México e hispanos en Estados Unidos, la conversión también puede ocasionar otros efectos secundarios. Un ejemplo es la disensión familiar, particularmente entre los conversos más ortodoxos que llegan a considerar a sus nuevos correligionarios como parientes suplentes que desplazan a los familiares consanguíneos que no son conversos.


Al mismo tiempo, la conversión no parece llevar, necesariamente, a una ruptura de las relaciones de parentesco rituales (compadrazgo y padrinazgo) antes contraídas bajo las liturgias católicas. Por lo general, los padrinos y ahijados, sobre todo de bautizo, así como los compadres y las comadres, a menudo continúan considerándose parientes simbólico-religiosos semi-sagrados, como lo establece la tradición.[4] Ese también es el patrón de comportamiento que encontré en los campos dominicanos, así como en mis visitas recientes a áreas rurales de la Sierra poblana, donde yo mismo tengo ahijaditos mexicanos (vid., R. Alum, “The Latin-American Compadrazgo”, en: International Encyclopedia of Anthropology, 2018).

Los escritos sobre el protestantismo iberoamericano siguen enfocados más bien en los temas económicos, políticos y teológicos. Con excepciones notables, revierten las hipótesis del gran sociólogo alemán Max Weber, que correlaciona el capitalismo con el auge del protestantismo ascético europeo. No es de extrañar entonces que la revista británica The Economist (2020, 2022) llamara a la “protestantización” latinoamericana “una Reforma sureña” mística con expectativas positivas al sistema binomial de democracia capitalista liberal <https://www.pewresearch.org/religion/ 2014/11/13/religion-in-latin-america/>.

La década de 1980 —aunque en ahora demonizada por los llamados “progresistas”— fueron años de grandes debates de ideas. Uno de esos conceptos significativos, aunque no originales, fue que las creencias y el comportamiento de la población afecta el desarrollo socioeconómico de las naciones.

Aparte de las diferencias denominacionales, existe un comportamiento común de valores tradicionales entre los protestantes. Por ejemplo, critican el consumo de bebidas alcohólicas y productos de tabaco, el abuso conyugal —sobre todo el estereotipado machismo—, la infidelidad, el divorcio; y se oponen al aborto. Del mismo modo, alientan la responsabilidad paternal, la honestidad personal, el progreso educativo, el compañerismo (fraternidad), una vida sana e higiénica y una vestimenta convencional, digna y discreta, así como una fuerte ética de trabajo y la autosuficiencia financiera. Lo irónico es que esta silueta de comportamiento ciudadano ejemplar es ahora tachada de “conservadora/derechista”, políticamente hablando, por lo que es, de manera paradójica, menospreciada por las arrogantes y hegemónicas élites mediáticas y académicas.

Recuérdese que numerosos intelectuales de varias nacionalidades se han pasado décadas pronosticando que una u otra variante del marxismo-socialismo “conquistaría” a Latinoamérica. El mismo dictador Fidel Castro —quien, lamentablemente, arruinó a Cuba en todo aspecto— lo proclamaba también.

Por fortuna, en lugar del divisionismo anticipado que conlleva la supuesta “lucha de clases” y el fomento del odio, la envidia, el resentimiento interhumano y el ateísmo que propagan los diferentes matices del marxismo-socialismo, lo que se nota expandirse en Iberoamérica es el “espectro” del protestantismo. Sin duda, las victorias electorales de los socialistas/comunistas han sido, por lo general, salvo ciertas excepciones, de breve duración (e.g., Perú en 2022) y los que perduran (Cuba, Venezuela y Nicaragua) están irremediablemente desacreditados.[5]

A tales efectos, otro pensamiento que resurgió en los años 80 fue considerar al socialismo marxista como una religión doctrinal. Por ende, propongo mi hipótesis que el protestantismo se ha convertido no solo en un reto competitivo al catolicismo en Iberoamérica, sino que puede que lo sea más aún al socialismo/marxismo si se considera el socialismo en la práctica como una especie de religión política con tendencias totalizantes.[6]

Quedan por discutir varios subtemas relacionados con la religiosidad protestante en nuestro continente. Basta concluir, por ahora, que el tiempo dirá si la “protestantización” resultará a la larga, por fin, en el ansiado desarrollo socioeconómico favorable y equitativo que conlleve a la durabilidad de la tan deseada verdadera democracia liberal en Iberoamérica.[7]

Notas

[1] Este ensayo constituye a la vez un resumen y una actualización de varios de mis escritos anteriores sobre temas afines, más recientemente en Hyper-Media Magazine (Dic./30/2022). Aunque también inserto en el texto otras nuevas citas bibliográficas y notas al pie, reduje el número de ambas <https://hypermediamagazine.com/sociedad/politica-y-religiosidad-protestante-en-iberoamerica/>. Como es mi costumbre, doy bienvenida a toda crítica constructiva: <Ralum@pitt.edu>.

[2] Ver <https://www.pewforum.org/2014/11/13/religion-in-latin-america/>. Por cierto, algunos conocedores de la religiosidad panamericana consultados me informan que el ascenso en 2013 del controversial Papa Francisco, italo-argentino, no ha frenado las deserciones al protestantismo; más bien lo contrario.

[3] Para muchísimos más detalles del caso cubano, ver Marcos Ramos: Panorama del Protestantismo en Cuba (2010, Universal) <v. Nota 6>.

[4] R. Alum: “Cultural Ideology and Empirical Reality–Case Studies from the Dominican Republic”, en A. Allot y G. Woodman (eds.): People’s Law And State Law… (Foris, 1985, pp.:35-54).

[5] Para mi grata sorpresa, en mis presentaciones en la Universidad Autónoma de Tlaxcala en 2019 --acerca del legado de mi mentor Hugo Nutini a la Mexicanología-- encontré que un gran número del estudiantado y de la nueva generación de intelectuales desdeña la anticuada filosofía de Marx y Engels, lo que contrasta, cáusticamente, con la intelectualidad soberbia norteamericana <https://www.panoramas.pitt.edu/art-and-culture/specter-protestantism-ibero-america-mexican-example>.

[6] No incursiono sobre el protestantismo en Cuba ya que requiere ensayos propios, y más extensos. Basta mencionar que, al igual que en los otrora países comunistas de Eurasia, el gobierno manipula ciertas organizaciones eclesiásticas que de facto auxilian al régimen a “lavar” su imagen (cfr. M. Ramos: ob. cit., v. Nota 3, supra). Pero la dictadura socialista auto-perpetuada en el poder sigue acosando a los devotos de todas las denominaciones, incluyendo los testigos de Jehová y los ritos afrocubanos, quienes fueron encarcelados en los terribles gulags tropicales de la UMAP durante los años 60 (R. Núñez, R. Alum y R. Nodal: “The Afro-Hispanic Cuban Abakuá…”, Orbis-Bulletin Linguistique [Lovaina], XXXI (1-2; 1985, pp.:263-284) <v. próxima Nota 7>.

[7] Por cierto, aprendí más aún sobre la manipulación de las religiones por las dictaduras fascisto-comunistas europeas del siglo anterior durante mi periplo a cuatro países excomunistas balcánicos (Albania, Montenegro, Croacia y Eslovenia) en septiembre de 2022 <v. Nota 6, supra>.

===*ACERCA DEL AUTOR: Antropólogo socio-cultural graduado del Bloomfield College y de las universidades de Virginia y de Pittsburgh (de cuyo Centro de Estudios Latinoamericanos es investigador externo). Ha impartido cátedra en EE.UU., Puerto Rico y la República Dominicana, y es regente de DeVry University-NJ. Tiene a su haber varias docenas de escritos en inglés y español. También ha ostentado nombramientos presidenciales en EE.UU. y de la gobernación de Nueva Jersey; además, posee un extenso récord de actividades cívico-comunitarias y profesionales. Fue instalado en la Academia en el año 2021.





Fotos tomadas por el autor:

Foto 1 = Iglesia protestante en un batey cañero en la provincia de San Pedro de Macorís, República Dominicana

Foto 2 = Templo protestante en el pueblito de Yetla, municipio de Piaxtla, estado de Puebla, México.


 

 

#Yara1868

De las armas y las letras: Un guerrero y sus memorias II

 Por Guillermo A. Belt

De casta le viene al galgo

 

            

La primera parte de Memorias de la guerra, que lleva por título El libro del exilio, comienza así:



Una noche de espléndida luna sobre las tranquilas aguas de la bahía de Nuevitas, un hermoso pailebot izaba las blancas velas al terral suave y cálido de cercanas colinas. Levantaba el ancla cuando un bote se le acercó en sigilo, y desde él subió por la escala un grupo de pasajeros de evidente distinción, saludados en la cubierta, sombrero en mano, por el joven capitán, propietario de la nave.

El encuentro del grupo de distinguidos pasajeros con el joven capitán ocurre el 10 de octubre de 1868: En el centro del camarote, adosado al fondo, un estante escritorio, cuya abierta tapa descubría, sobre alineados libros, un almanaque con la fecha del día 10 de Octubre de 1868…La veloz goleta, matriculada en el puerto de Nassau con el nombre “Galvanic”, había sido adquirida el año anterior mediante el pago de 5,500 pesos por “un joven de veintitrés años altamente estimado en la sociedad de Nassau por su laboriosidad y sus austeras virtudes.” Enrique Loynaz y Arteaga, hijo del hacendado Carlos Loynaz y Fuentes y de doña Josefa de Arteaga y Agramonte, “de familia intensamente apasionada por la Patria”, con anterioridad a este viaje había conducido a su primo el general Manuel de Quesada y Loynaz, oculto en el “Galvanic”, a una entrevista en Camagüey con el marqués de Santa Lucía “y otros esclarecidos precursores de la guerra inevitable.”

En esta ocasión, según nos cuenta el autor de Memorias de la guerra, la goleta

Llevaba al exterior una familia prócer, muy comprometida en la conjura revolucionaria: era el grupo sigiloso recibido en la cubierta del ‘Galvanic’, sombrero en mano, por el capitán Enrique Loynaz…Luego, anotó en el diario del barco los nombres de aquellos pasajeros: don Martín del Castillo y Agramonte (propietario de los ingenios Monte Obscuro y el Cercado), su esposa, doña Teresa de Betancourt y Agramonte … y las bellas hijas de aquel matrimonio, Loreta, Juana, Teresa, Angela y Javiera del Castillo y Betancourt.

Familia prócer, sin duda. Apellidos todos ellos vinculados con las guerras por la independencia de Cuba, especialmente en Camagüey. Unos dirán que fue el destino; otros, que era natural que sucediera lo que con acento romántico relata el devoto de las armas y aficionado a las letras. En medio de una súbita tormenta, de las que suelen darse en mares tropicales, esta escena:

Por la proa una ola como montaña se acercaba…La marejada inundaba y revolvía la cubierta, a tiempo que pasaba dando órdenes la gentil figura de un hombre, envuelto en el amarillo impermeable de los marinos, en los ojos y en la voz la autoridad del valor…

…Impertérrito bajo los chorros de la lluvia, a la luz de los relámpagos, lo vieron desde el ventanillo de la cámara unos ojos angustiados. Juanita, la linda hija de don Martín del Castillo, contemplaba por primera vez un héroe.


Inmediatamente después de llegar a Nassau tras superar el temporal, don Martín del Castillo pone manos a la obra armando a sus expensas la primera expedición. Adquiere una pieza de artillería ligera para la proa del “Galvanic”, dos mil fusiles Enfield, 150 carabinas Spencer, machetes y cuantiosas municiones. Los hermanos Loynaz no se quedan atrás. Enrique deja su barco a la República de Cuba en armas y se une a la expedición con el grado de capitán del Ejército Libertador. Su hermano Diego trae en el vapor “Morro Castle”, desde La Habana, a expensas de la Junta Revolucionaria, a 62 jóvenes que irán en la expedición al mando del general Manuel de Quesada y Loynaz. Además, ante la denuncia por el cónsul de España del destino del “Galvanic”, Diego presta la fianza requerida de 10,000 pesos y hace posible que se lleve a cabo la misión.

El 27 de diciembre de 1868, al amanecer, desembarcan los expedicionarios de la goleta fondeada en la bahía de Guanaja. Los torreros del faro Maternillo han avistado un bote auxiliar de la goleta, arrebatado de su cubierta por una tormenta, que lleva el nombre de ésta y dentro, desafortunadamente, una bandera de la flamante República de Cuba. Las autoridades españolas despachan dos cañoneras que salen de Nuevitas para apresar a los expedicionarios. El combate termina así:

Al mando del capitán Loynaz, y en el mástil la bandera de una nueva República,

el “Galvanic” las recibió a cañonazos. Los expedicionarios, atrincherados en la playa, entre grandes tosas de madera allí acumuladas, a la voz del general Quesada rompieron nutrido fuego de fusilería. Una bala de cañón derribó en la trinchera la bandera de Cuba, a cuyo lado, de pie, en objetiva lección de serenidad, estaba el general Quesada. Su ayudante, Julio Sanguily, se lanzó fuera de la trinchera, recogió el amado símbolo de la Patria, y lo fijó con su pañuelo al roto mástil. Las cañoneras, averiadas, retrocedieron. En el palo mayor del “Galvanic” flotaba invicta la Bandera de la Estrella Solitaria.

Este devoto de las armas y las letras era “capaz de cincelar un párrafo con elegancia casi clásica o llevarnos a presenciar un combate con el dinamismo de una cinta cinematográfica.” Lo escribió Dulce María Loynaz, y no sólo por amor de hija.



Friday, January 20, 2023

Presencia cultural de Cuba en Nueva York*


Por Ximena Hidalgo Ayala


La comunidad cubana fue de las primeras en tener presencia empresarial en la ciudad de Nueva York y a pesar de que numéricamente no es una de las comunidades latinas más grandes de la ciudad, es una de las más activas culturalmente.

La actividad cultural de la comunidad cubana en Nueva York la lidera el Centro Cultural Cubano de Nueva York, que trabaja permanentemente para exhibir y compartir la riqueza humana de Cuba en las Artes, la Educación y la Cultura, muestra de ello es el nutrido calendario de actividades cuyos detalles se pueden encontrar en línea. Esta prestigiosa organización cultural inició el 2023 con la presentación del libro de poesía Memoria, de la Editorial Betania, cuyo lanzamiento se realizó el pasado sábado 14 de enero a las 3PM en un evento digital en el cual fue posible conocer a su autora, la joven poeta cubana Laura Domingo Aguero, nacida en La Habana (1985), escritora y coreógrafa, graduada del prestigioso Instituto Superior de Arte (ISA), quien desde hace una década reside en España y es autora de la obra Invocaciones y otros límites (México 2014, España 2016) y de la obra País de las aguas (Cuba 2019 y 2021).

En su nueva obra la autora comparte metáforas de su vida, desde su primer aliento, a través de su niñez y juventud adulta, guardando sus memorias como un álbum de fotografías en sepia. La presentación de la obra incluyó una introducción de Felipe Lazaro y una revisión crítica de la profesora Maria Tersa Gonzalez de Garay, la participación del crítico literario Jorge Luis Arcos y una breve lectura de su libro por parte de Laura Domingo Aguero, quien además respondió a las preguntas de los asistentes, en una conversación moderada por Manuel Rodriguez Ramos, director del Programa de Literatura del CCC.

TRIBUTO A JOSÉ MARTÍ

Para el viernes 27 y sábado 28 de enero, la organización ha planificado su homenaje anual por el natalicio del venerado líder cubano Jose Marti (1853-1895), poeta, ensayista, periodista y figura del proceso independentista latinoamericano, que será recordado con una exaltación de su obra literaria y una visita especial a su monumento el Parque Central.

Cuba tiene una larga tradición literaria y personalidades de la talla de Jose Marti dejaron su huella con conocidos versos que han llegado a formar parte de canciones emblemáticas como Guantanamera. Cuba, la isla grande del Caribe americano es cuna de poetas, escritores, compositores y cantantes de fama mundial y uno de los objetivos del CCC es resaltar y promover esos aportes.

Para febrero están planificadas varias actividades, entre ellas la proyección de un documental para el martes 7 y la presentación de la artista Olga Cerpa y Mestisay: canciones del mundo en guitarra, que se realizará el jueves 9 de febrero a las 8PM en el Weill Recital Hall del Carnegie Hall en Manhattan. Como dice en su sitio web, el evento retorna por demanda popular y en esta ocasión la afamada artista compartirá con la audiencia nuevas interpretaciones de su reciente disco compacto titulado Palosanto, con un repertorio único de canciones del mundo acompañáda en guitarra.Actualmente el Centro Cultural Cubano, que por su nombre en inglés Cuban Cultural Center, se encuentra en su propio sitio web en línea y en las redes sociales, donde se puede apreciar que la organización se mantuvo muy activa en el 2022, con un sinnúmero de actividades presenciales y en línea. Una entidad cultural sin fines de lucro dedicada exclusivamente a la promoción de la riqueza cultural de Cuba en cuya labor se destaca el respaldo al talento femenino.



*Tomado de Impacto Latino

Wednesday, January 18, 2023

Elena Larrinaga y la familia que fundó la Antillana de Acero*

 POR LESTER ÁLVAREZ MENO


Elena Larrinaga, nacida en La Habana en 1955, se ha convertido en una de las principales activistas por la democracia y los derechos humanos en Cuba desde España, donde ha terminado radicándose tras un periplo que la llevó por Estados Unidos y varios países europeos tras salir al exilio con tan solo cuatro años de edad, luego de la llegada al poder de Fidel Castro en la Isla.

Hija de Severiano Larrinaga, un importante empresario cubano, cuyas propiedades fueron confiscadas por el Gobierno de Fidel Castro, Larrinaga fundó y fue elegida presidenta de la Federación Española de Asociaciones Cubanas (FECU), organización mediante la cual prestó apoyo a los presos de la Primavera Negra en 2003.

Licenciada en Historia Moderna por la Universidad Complutense de Madrid, actualmente Larrinaga también se desempeña como presidenta de la Red Femenina de Cuba y portavoz del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, pero más allá de estas iniciativas, su memoria familiar y su vida en el exilio serán los temas centrales de esta conversación con la reconocida activista.

Antillana de Acero 

Elena Larrinaga: "Esta foto es de cuando se puso la primera piedra de Antillana, mi padre creó Antillana de Acero


"Esta carpeta vieja hacía mucho que no la veía. Esto me pareció impresionante y que papi nunca hablaba de ello. La familia de mi padre fue impulsora de la creación de Antillana de Acero. Mi padre fue el mayor accionista y el Vicepresidente Ejecutivo de Antillana. Entonces, mirando estos papeles, encontré cosas que me parecieron muy interesantes. Esto es la Antillana, cómo se creó, las acciones que tenía, los accionistas quiénes eran…

"Interesante ver que el 85% del capital era cubano, no americano. Entonces aquí, para mi gusto, hay una cosa muy interesante. Para mi gusto, ¿eh?. Estas son las cartas (Memorándum) que le escribió mi padre a Osvaldo Dorticós, a Fidel Castro, a Guevara, al Capitán Antonio Núñez Jiménez y al Capitán Calixto Morales, que fue quien intervino la Antillana personalmente. Esta es la correspondencia que se pasó hasta que ellos adujeron, yo no sé qué adujeron…Los cuatro Memorándum están aquí. Son cosas que estaban ahí". 

Herencia familiar

Mientras repasa unos documentos, la devenida activista por los derechos humanos en Cuba comenta:

Esto no sé qué es. Esto es de constitución, esto es otra cosa. Esto es el historial de papi. Ah bueno sí, todas las cosas que él dirigía. Bueno, en fin… Te quiero decir que papi hablaba poco. Fue un señor que nos educó en la alegría y lo positivo. Pero cuando pasa el tiempo y con la edad veo estas cosas pienso en qué mérito tuvo mi padre, porque fue una persona que jamás se quejó de nada. Un tipo que trabajó como un bestia.

Él tenía un tío que se llamaba Camilo Aguirre, que se fue a Cuba en el siglo XIX. Era soltero e hizo una fortuna impresionante, porque era un hombre muy trabajador. No tenía hijos. Tenía una única hermana que era la madre de mi padre. Y la llamó por teléfono y le dijo “yo no tengo a quién dejarle esto, manda a tu hijo”. Y su hijo era mi padre. Mi padre resultó ser un hombre inteligentísimo, este señor le puso las cosas en sus manos y él siguió adelante.

Incompatibilidad con la Revolución

"Yo me acuerdo al principio, cuando nos fuimos de Cuba, que nadie entendía que nosotros no fuéramos revolucionarios. Te quiero decir, la Revolución entró en Cuba porque todo el mundo quería cambiar aquello; todo el mundo quería salir de la dictadura de Batista; todo el mundo creyó en el mensaje de Fidel; todo el mundo. Porque si no lo hubieran apoyado todos, hubiera sido imposible.

"Luego, yo siempre digo que, digamos que la gente que más tenía acceso a la información se dio cuenta antes de lo que vendría. Es más fácil si eres papi y estás metido en todo, darte cuenta por dónde van las cosas, que si no estás metido en ese ajo. Yo me acuerdo cuando papi decidió que nos fuéramos. Porque nosotras salimos primero. Nosotros éramos la típica familia… Imagínate todo lo contrario a la Revolución: católica, educadas en colegio de monjas, un matrimonio que se llevaba bien, que eran gente seria, trabajadores, que no robaban… no sé cómo decirte. Éramos justo con lo que había que terminar, ¿no?

"Yo me acuerdo cuando nosotros salimos. Primero nos quedamos en Washington un tiempo. Luego ya, cuando papi salió, decidió que había que organizarse. A él no le gustaba la cultura americana. Nosotros no éramos americanos de sentimiento. Papi y mami no se sentían bien ahí. Vinimos para Europa y luego nos quedamos en España porque papi tenía familia aquí.

"Yo siempre le preguntaba a papi, sobre todo cuando llegamos a Europa, porque cuando estábamos en Washington yo era muy chiquita, ´¿papi, por qué estamos aquí si aquí todo el mundo quiere a Fidel?´. Como esto era una dictadura, Franco trataba a Fidel medio bien. Yo me acuerdo cuando venía Carlos Rafael Rodríguez para acá, le mandaban un carro al aeropuerto, te quiero decir, le daban institucionalmente reconocimiento.

"Yo le preguntaba ´pero, papi, ¿por qué nosotros hemos salido?´ Me decía, ´mira, a lo mejor me confundí, pero, a lo mejor, cuando seas mayor, te darás cuenta, no solo por ti, sino el día que tengas hijos, de que tomé la decisión adecuada´. Y yo ahora no sabes lo que me acuerdo.

"Cuando veo la situación de Cuba y veo a mi hijo, a mis sobrinos, establecidos, con un sentido de pertenencia a un país, todo lo que nosotros no pudimos tener, ellos sí lo tienen. Pues yo digo, en el fondo, que fue una decisión inteligente. Lo que pasa que papi y mami murieron jóvenes, relativamente jóvenes, cincuenta y pico de años.  Yo creo que cuando nosotros crecimos ya ellos como que psicológicamente soltaron las amarras. Perdieron como ese espíritu de lucha que ellos tuvieron. Se murieron pronto".

Léster Álvarez: ¿Aquí en España?

EL: "Aquí. Los dos. Después que mami murió nosotros íbamos mucho a Estados Unidos, pues papi se compró un apartamento en Miami porque casi todos sus amigos vivían allí. Entonces a él le gustaba ir a verlos. Estábamos allí en verano, me acuerdo que íbamos caminando y me dijo —Ay Elena, me duele la pierna—, le dije —papi no te pongas flojo, no te pongas flojo—.

"Fíjate qué cosas más raras: la Antillana se intervino un 29 de febrero. Fue cuando Morales fue para allá, Guevara fue para allá. Montaron un espectáculo horrible. Los obreros salieron, porque querían muchísimo a papi, que era un hombre muy moderno para su época. Cuando llegaba la paga, decían que los empleados de la Antillana se quedaban con el dinero y muchas veces la familia no lo veía.

"Entonces él instauró un sistema que me parece muy inteligente. Él, todos los lunes por la mañana, citaba a las mujeres de los empleados y les daba la mitad de la paga semanal, para asegurarse que las familias tuvieran ingresos. Tenía esa manera un poco más moderna de entender las cosas. Luego empezó a crear viviendas para los empleados allí.

"También es verdad que era el más joven de todo el grupo de directivos. Todos los que trabajan con él eran mayores, con otra mentalidad. Él tuvo muchas conversaciones con Fidel, pero al final, no hubo maneras. Nosotros fuimos de los primeros que salimos de Cuba. Un 26 de julio del año 1960. Yo le decía a mi papá —¡papi, pero qué fecha, qué horror!—. 

"Yo recuerdo la salida. Todavía los aeropuertos eran chiquitos. Salías al aeropuerto, caminabas por la pista y te subías al avión. Y recuerdo cuando di la vuelta con mis tíos. Era la primera vez que me iba de casa. Recuerdo perfectamente ver a mami llorando desconsolada. También recuerdo a los milicianos. Todas esas imágenes tan difíciles y duras, que yo decía, ´pero, ¿y esto, qué ha pasado aquí de repente?´.

"Me imagino que serían cosas que se irían gestando, pero claro, como niña al fin, nadie te las cuenta. Tengo que decir que, a pesar de lo difícil que es cambiar de un país a otro, fui bastante arropada, nunca me faltó de nada. Nosotros fuimos a los Estados Unidos y fuimos al Colegio del Sagrado Corazón, de donde veníamos. Pero la separación física en aquellos momentos era muy dura.

"Hubo primos que se quedaron en Cuba y nunca más volví a ver en mi vida. Además de que las comunicaciones eran difíciles. Finalmente, de mi familia en Cuba solo quedaron unos primos de mami que se llaman los Camacho, los demás fueron todos saliendo. Tuve unos primos que salieron después de nosotros con la Operación Peter Pan y los padres se quedaron en Cuba.

"Fue una experiencia muy dura porque estos niños cuando por fin vieron a sus padres, eran hombres. Mi familia era su familia, no sus padres, que casi no lo recordaban. Todos esos procesos por los que han pasado mucha gente son muy difíciles de superar. Lo que pasa que yo me acuerdo que en mi casa siempre se decía una cosa: ´Lo importante en la vida no es lo que te pasa, sino la respuesta que tú le das´.

"Si he tenido que salir de mi país por determinadas razones, hay dos opciones, o todavía uso bien mi vida y procuro trabajar a favor de obra, y trabajar a favor de obra significa trabajar a favor de obra de los demás, pero también de ti mismo, o me hundo en la situación, en la tristeza, en la pesadumbre que no te permite tirar para adelante.

"Eso es una decisión que no sé si la tomas porque te la enseñan, o la tomas porque va con tu carácter, o porque tienes capacidad para ello, no sé. Porque yo creo que todo el mundo quiere ser feliz en la vida, pero no todo el mundo tiene la capacidad. También es muy importante la persona que te acompaña en la vida. Por ejemplo, en el caso de mis padres.

"Mi padre era un hombre alegre y muy tranquilo. A mí me recuerda un poco a este (señala a Lester). Muy tranquilo, muy pausado, que llevaba el sufrimiento por dentro. En mi casa siempre flotaba un ambiente de serenidad. Yo iba a casa de las niñas del colegio que eran españolas y yo notaba en esas casas una alegría ficticia, impostada, había algo que… Ellos hicieron el máximo esfuerzo para que no se notara, pero hay cosas que no se pueden disimular". 

"Había otras personas de mi familia que eran los típicos arrebatados. Y yo decía, ´y esto por aquí qué resuelve, no resuelve nada´. Lo que resuelve es hacer, lo poco que puedas hacer en la vida. Y yo creo que eso es lo que hice yo, lo que hizo mi hermano cuando se hizo patrono de la Fundación Hispano Cubana, cuando vimos que la generación anterior iba desapareciendo, porque todos murieron.

"La generación que creó el Centro Cubano de España (CCE) en el año 1967. Mi familia fue una de las fundadoras. Fíjate que mi tío, el hermano pequeño de mi padre, era el último socio fundador del CCE que quedaba y murió el año pasado en pleno Covid-19. Mi tío Alejandro, tenía 100 años". 

Centro Cubano de España 

"El CCE murió hace muchos años. A nosotros nos llamaron para ver si lo podíamos revitalizar, pero fue imposible. Ahí se hizo un trabajo maravilloso. Mi familia participó mucho porque cuando empezó el éxodo cubano no había relación directa con los Estados Unidos. Había que pasar por España, para luego ir para allá. Por ahí pasó todo el mundo. En esos primeros años creo que fueron 200 o 300 mil cubanos los que pasaron por aquí. Fue una cosa impresionante. Yo a veces llegaba a mi casa del colegio y decía y esta gente de dónde salió". 

Julio Lobo inaugurando el Centro Cubano de España


LA: ¿Conservan un archivo?

EL: "El archivo está ahí. Está. Lo tenemos en alguna parte. Te lo voy a buscar. Se hizo mucho papeleo. Pero no te creas, que el franquismo no fue muy favorable a las memorias. Fue una época difícil. Pero bueno, esos grandes próceres que había, esa generación de gente que tenía recursos, que tenía preparación, pues el tiempo pasa, ¿no?

"Al final nos encontramos con una diatriba, ´¿qué hacemos, seguimos con esto o no seguimos con esto?´. Pero fue imposible seguir porque las cuentas no salían. Entonces después de ahí mi hermano se fue de patrón a la Fundación Hispano Cubana con Guillermo Cortázar, Raúl Rivero y tal, y yo creé, porque había muchos cubanos por aquí, la Federación Española de Asociaciones Cubanas. Para un poco juntar a toda aquella gente. Funcionó durante algunos años muy bien". 

Presos políticos de la Primavera Negra y Premio Sajarov

"Luego llegaron los presos cubanos de la Primavera Negra, más de setecientas personas, y los atendimos. Fue también un dolor, una experiencia dificilísima. Me acuerdo que tuve al Cardenal en casa para que hablara con ellos. Fue una época complicada también. Porque allí había dolor y sufrimiento grandes. También fue, para nosotros, muy emocionante.

"Porque llevábamos trabajando mucho tiempo defendiendo a estas personas en el Parlamento, en las instituciones europeas, sin saber quiénes eran, cómo eran. Nunca las habíamos visto. Y encontrarnos fue emocionante. Me pasó con Coco Fariñas. Fuimos a Bruselas con los presos cuando llegaron y ahí surgió, esas cosas que surgen.

"Estábamos sentados en una mesa siete personas, había un presidente polaco, Jerzy Buzek, que había sido preso político. Y dijimos, a lo mejor es el momento, y le dijimos al presidente —Sr Presidente ya Cuba tiene dos premios Sajarov—, porque teníamos a Oswaldo Payá y a las Damas de Blanco y era el momento de la huelga de Coco, —y sería buenísimo tener a Coco Fariñas—.

"Bueno, total, que para los premios hay que contabilizar quien te va a votar y quién no. Y me dijo, —bueno, ya sabes que los liberales nunca quieren apoyar a nuestros candidatos, porque ellos tienen los suyos. A no ser que nosotros encontremos un candidato liberal que ellos no puedan decir que no—. Pues llamé a La Habana y me contestó Héctor Palacios.

"Fue una conversación de tres minutos. Esas cosas que pasan en la vida que dices, son cosas de Dios. Le dije —Héctor, nada más que para preguntarte una cosa, ¿Fariñas pertenece al partido Liberal?— a lo que me contestó que sí. Le dije adiós y colgué. Le dije a Buzek —sí—. Y me dijo —pues pa´lante—. Por supuesto que Coco había hecho una cosa extraordinaria.

"Coco siempre me dice —el día que yo llegué a Madrid, que nos sentamos a comer, tú te tomaste veinte Coca Colas—. Y le digo —¿quieres que te diga por qué, de verdad? Porque yo estaba aterrorizada de llevarlo a Bruselas, y me preguntaba, ¿cómo será?—.

"A Laura Pollán le mandamos un teléfono móvil cuando comenzaron a salir. Le dijimos, Laura, métete el teléfono en el bolsillo. Estábamos en casa de Raúl Rivero, aquí en Madrid. Tú metes el teléfono en el bolsillo y le das a este botón y marcas el número, para que esté abierto. Para que nosotros podamos oír. Ella hizo eso y nosotros, por primera vez, pudimos escuchar, de verdad, lo que ahí estaba pasando.

"Por eso digo que la revolución tecnológica, desde mi punto de vista que lo he vivido todo desde fuera, ha sido una cosa espectacular. Te voy a decir, lo que pasa en Cuba no es ni mejor ni peor con respecto a todo lo que ha pasado anteriormente. Pero de todas esas cosas antes no se sabía: los plantados, los fusilamientos de La Cabaña… Porque no había manera de que saliera la información.

"Ahora, gracias a Dios, sale mucho. Creo que eso es un buen ayudante, como digo yo, que nos ayuda a exponer la realidad, que no es lo que nosotros contamos, es que está ahí. No es que yo se lo cuente a usted, es que está ahí. Es que los testimonios internos son muy importantes. Por qué se van a fiar de lo que tú dices si no tienes respaldo gráfico, documental, ni ninguna declaración que lo avale.

"La gente puede decir —mira, eso lo dice usted—. El otro día estaba hablando con la gente del Club de Madrid y me decían, —pero hay muchos cubanos que se han radicalizado—. Yo no soy una persona radical, no me educaron en eso en mi casa. 

"Yo siempre digo que la familia es como un país. Nosotros somos siete hermanos y yo soy la del medio. Y en mi casa, si queríamos jugar al parchís, tenía que ser la mayoría la que quería jugar al parchís. Si no, te fastidiabas y no jugabas al parchís. A mí me gustaba jugar al ajedrez y si nadie quería jugar, pues me fastidiaba. Yo me he educado en eso. Es que esa es la única manera de sacar adelante las cosas, porque si te pones por arriba del otro, al final es el desastre. Porque el que pierde se recrudece y se amarga y al final eso sale. Y un país es lo mismo.

"En el Club de Madrid me decían, —hay muchos cubanos que son radicales—. Y yo le respondía, —no mire, en mi familia he tenido gente radical de palabra, no de obra. Pero de palabra sí—. Y le voy a decir por qué. Es muy complicado, cuando sales de un país, cuando estás viendo una injusticia, cuando estás viendo lo que pasa…

"Es muy difícil aguantar que cuando tú estés hablando de eso te digan que tú estás mintiendo, que eres un capitalista de mierda. Porque nadie está hablando de eso, te quiero decir. Todo el mundo que apoyó la Revolución entendió que Cuba, como todos los países en los años 50, después de la Segunda Guerra Mundial, que fue una época fatal, necesitaba una renovación.

"Porque ya el viejo orden había terminado. Hacía falta un nuevo orden, como se instauró en muchos sitios. Lo que a nosotros nos tocó la china, la verdad. Porque podíamos haber tenido cualquier cosa, pero nos tocó la china. Por eso yo le digo a mucha gente que no se sienta mal por darle la vuelta a la Revolución. Incluso gente mayor que ha venido a mi casa, como Carlos Franqui, Huber Matos…

"Porque fue la Revolución la que los traicionó a todos. Si Fidel y sus muchachos hubieran llegado diciendo lo que iban a hacer, nadie los hubiera apoyado. Todo el mundo hubiera dicho que no. Lo que pasa que llegó diciendo lo que queríamos: elecciones libres, igualdad de derechos… en fin, todo lo que tienen los países desarrollados de ahora. Nos parecía que era un precursor. ¡Qué maravilla!". 

Conocer a Huber Matos    

LA: Conociste a Huber Matos entonces.

EL: 

LA: Yo leí “Cómo llegó la noche” y me parece el libro más importante para comprender eso mismo. Lo que era la Revolución y en lo que se convirtió después de su triunfo.

EL: "Yo no he visto una persona más buena que Huber Matos. Hay dos personas de las que he conocido, y yo he conocido a muchas personas, que me han impresionado. Cada una en su estilo. Una es Huber Matos y otra es Ángel de Fana. Porque yo siempre digo que cuando la gente se radicaliza en su posición y —yo no estoy dispuesto a…—, ¿sabes?

"Yo pienso, vamos a ver, un señor como Huber Matos que estuvo al lado de Fidel, que se pasó veinte años en la cárcel y que te está diciendo —este es el camino—, ¿no? Usted, ¿cómo se va a poner por encima de un señor que ha pasado por todo esto? Usted lo habrá pasado fatal, y yo, mi papá, mi mamá, mi tía, mi prima, mi amiga y todo el país. Pero, yo no he estado veinte años en la cárcel.

"Yo no puse mi vida al servicio de esto y luego tuve que tener el valor de decir que no y enfrentarme a una cosa tan difícil. Yo no he estado como Ángel de Fana años plantado. Que me llamó por teléfono, una llamada con la que me quedé un poco así… Me llamó a través de una tercera persona y me dijo —por favor, apunta a los plantados a la Amnistía. No la pongan solamente para unos años, pónganla desde el principio. Nosotros también queremos ser amnistiados. Queremos morir sin delito—. 

"Con las barbaridades que están pasando en Cuba que no tienen nombre… ¿Nuestro objetivo cuál es? Yo creo que para resolver los problemas en la vida hay que analizarlos con mucha objetividad. Hay que ser muy analítico, objetivo, y dejar los sentimientos a un lado. La política no se puede hacer con sentimientos personales porque si no te equivocas.

"Yo pienso, vamos a ver, la mayoría de esta gente que está en la Asamblea son unos tipos que se han criado en lo que se han criado. En su momento escogieron un camino, que es este. Entonces, ahora, ¿qué vamos a pedirles? Te quiero decir, ellos no tuvieron responsabilidad directa sobre el camino que tomó la Revolución.

"Ellos heredaron una cuestión, creyeron en ello, o los papás los educaron en eso, no les dieron la opción de pensar en otra cosa y están ahí. De acuerdo que los que dan las órdenes podían ser un poquito más valientes y decir no. Pero como yo viví aquí el final del franquismo, donde nadie se atrevía a moverse y la mayoría de la gente estaba en contra de esto.

"Entendiendo que eso es lo que está pasando ahí, yo creo que hay que mandar un mensaje de vamos a arreglar esto entre todos, vamos a olvidarnos de esta generación tan mayor y vamos a intentar los delitos que se hayan podido cometer de menor cuantía vamos a meterlos en la Amnistía y luego los grandes que haya habido, tampoco en Cuba ha habido ni genocidio, ni lesa humanidad, que si seguimos por el camino que vamos ahora sí lo habrá, porque ahora sí, por inacción, sí se está comenzando a eso.

"Me preocupa en ese sentido la Declaración de Naciones Unidas, que no sé si leyeron, que dijeron que Cuba era responsable de los delitos de lesa humanidad en Venezuela. Salió ayer. Creo que eso se refiere, digamos, a los militares, y de cuando empezó el chavismo. Es una declaración interesante de ONU que tampoco nunca se ha querido pronunciar".

LA: Está bien que haya salido en medio de este clima de represión tan horrible que hay en Cuba ahora. 

EL: "Horrible. Es que es una cosa que no tiene ningún sentido ya". 

LA: Están pidiendo una ayuda por la mañana a los Estados Unidos y por la noche están dando palos a plena oscuridad de cortes de electricidad. 

Encuentro con Lech Walesa

EL: "Cuando Lech Walesa estuvo aquí en Madrid, justo estaba empezando Diario de Cuba, y subimos Pablo y yo a su cuarto, porque él estaba muy cansado, a hacerle una entrevista. Al día siguiente tenía que dar una charla, llegó por la noche y estaba muy cansado. ´Yo soy un sindicalista´ decía. ´Cuando ustedes vean que las autoridades empiezan a dar palos así para todos lados desesperadamente, ese es el final. Pero el dragón hará mucho daño, porque morirá matando´.

"Yo me acuerdo mucho de él y digo, esto es lo que está pasando. ¿Qué se puede hacer?; ¿Qué podemos hacer? Esa es la cuestión. Ahora han sacado al General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa. Ese es un tipo de los antiguos". 

LA: Elena, recuerdo cuando te comenté la idea de la memoria familiar, ¿que me dijiste que tu familia había salido de Cuba con la de Julio Lobo?

EL: "Sí. Julio Lobo fue uno de los fundadores del Centro Cubano de España. Fue uno de los grandes impulsores. Tenía un sobrino que murió hace poco y se llamaba Berti Lobo, que nosotros tratamos mucho. Julio Lobo, papi y otros señores fueron los que dijeron —vamos a hacer algo porque esto tiene una pinta malísima y hay que ayudar a la gente que venga—.

"Por aquí pasó todo el mundo, Cabrera Infante, Armando Valladares… Todo el mundo que llegaba a Europa pasaba por aquí, por el Centro Cubano y ya luego desde aquí se les ubicaba. Se hicieron papeles a muchísima gente para que pudiera irse a los Estados Unidos… Cuando llegaron los presos y familiares de la Primavera Negra en 2007-2008, nos acordamos de aquello, porque fueron 785 personas que hubo que ubicar.

"Me acuerdo que la embajada norteamericana se portó muy bien porque facilitó mucho. Yo iba todos los días allí con una lista. Tardó todo un tiempo porque había mucha gente y la mayoría no tenía quien los acogiera o pudiera mantener. Se buscaron organizaciones religiosas y ONG que los pudieran sustentar o avalar, que se ocuparan de ellos. Fue complicadísimo, porque empezaba la crisis, además.

"Había veces que me acostaba y decía ´Dios mío y mañana qué vamos a hacer´. Entre esas personas había de todo. El 90% de las personas eran buenísimas, pero también el gobierno cubano metió, como se dice aquí, morcilla. Siempre meten morcilla para desprestigiar a los otros, para que ese grupo desprestigie a los presos de verdad".  

Amistad con la familia Batista

LA: Elena lo último que te quería preguntar con respecto a esto de la memoria familiar y afectiva es tu amistad con el hijo de Batista. 

EL: "Papi no era batistiano y, de hecho, por ejemplo, tú miras la foto de cuando se hace la ampliación de la Antillana… 

"Nosotros queríamos y queremos muchísimo a los hijos de Batista. El otro día llamé a la hija de Roberto, que era su cumpleaños, y la queremos mucho.  Porque la verdad que ellos, todos los muchachos, eran encantadores. 

"Pero papi no era batistiano, no apoyaba aquello, no le gustaba. Entonces, nos mandó a un colegio en Suiza. Nosotros hablábamos cada equis meses, porque era difícil hablar por teléfono en aquella época. Nos escribíamos cartas interminables, pero lo que era hablar, no. Y una vez papi nos llama por teléfono y nos dice, ´niñas qué tal, ¿por qué tienen ustedes la voz muy alegre?

"Le decimos, —ay papi, nos hemos encontrado con unos niños cubanos, estamos contentísimas—. Él se alegra y nos dice, —¡ay qué bueno! ¿Y, cómo se llaman?—. Dice mi hermana Maribel, que ya murió, mira papi, se llaman Jorge, Roberto, Carlos y Fulgencio Batista. Y papi solo contestó ´¡Alabao!´. Fue su única respuesta.

"Pasa un águila por el mar, nosotras vinimos para Madrid, los Batista vinieron para Madrid y aquí nos volvimos a encontrar todos. Mi hermana Maribel se hace amiga íntima de Carlos, nosotros nos hacemos amigos de Fulgencio, porque eran de nuestra misma edad. Yo les decía a mis hermanas con el tiempo, qué ejemplo el de papi, ¿no? Porque podía haber dicho, con esta gente no quiero relación. 

"Con Roberto, que se ha muerto hace poco, nosotros cogíamos todas las noches un teléfono y rezábamos, mis hermanas, mis primas, el rosario, con Roberto y con su hija. Todas las noches hasta que se murió. Ese tipo de amistad. Los quisimos muchísimo. Ellos lo pasaron muy mal también. Tenían mucho dinero y mucho bienestar económico, indudable, pero fue difícil la vida de ellos. Imagínate, cargar con ese lastre.

"Ellos cuentan que cuando salieron de Cuba, que llegaron al aeropuerto de Nueva York, Roberto tenía 12 años, y cuando abrieron la puerta del avión había un montón de gente gritando ¡Asesino! Dice Roberto que miró a su padre y le dijo ´papi, ¿tú qué has hecho?´. Luego, Fulgencio fue muy buen padre".

LA: ¿Él murió aquí en España?

EL: "Murió aquí en España, en Marbella. Le dio un infarto".

Fidel Castro intenta secuestrar a Fulgencio Batista

"Te voy a contar una cosa que me contaron a mí el otro día y no sabía. En los años setenta la imagen de Fidel comenzó a decaer un poco. Entonces, él decidió que había que secuestrar a Batista, llevárselo a Cuba y hacerle un juicio sumario por todos los crímenes. Armar un show grande con eso para reivindicar su figura de líder. Quien me lo cuenta participó de aquello.

"Dispusieron un comando en Argelia, para cruzar a Marbella y cogerlo. Y el día antes de que estaba previsto el secuestro, Batista murió de un infarto. Ya tenían a un equipo en Málaga y el barco saliendo de Argelia, para raptarlo y llevarlo a Cuba. Fíjate qué cosa el destino.    

"Ellos tuvieron una vida en España tranquila. Primero fueron a Estados Unidos. Bueno, primero pasaron por Dominicana, pero Trujillo les pedía una barbaridad de dinero, como un millón de dólares por cada día que estuvieran ahí. Entonces se fueron a Estados Unidos. De ahí se fueron a Funchal, Isla de Madeira, Portugal. Estuvieron viviendo mucho en Madeira.

"Luego se fueron a Londres, Inglaterra. Roberto nos decía que eran amigos de Dodi Al-Fayed, aquel novio que tuvo Lady Di. Yo le decía bromeando ´oye ustedes se trataban con lo mejor´. Después internaron a los niños en Suiza y ya después vinieron para España. Porque Franco dejó a los Trujillo, a Perón, a Batista, a todos los dictadores que venían para España, los dejaba estar aquí si no se metían en política. No les permitía ninguna declaración política, ni española ni de sus países. Ellos cumplieron, se quedaron aquí y no tuvieron ningún problema, la verdad".

*Tomado de Arbol Invertido

Gran Marcha de Abdala por la libertad de Cuba

El 28 de enero de 1969, cientos de estudiantes cubanos miembros de la organización juvenil anticastrista Abdala, apoyados por otras organizaciones, marcharon desde la estatua de José Martí en Central Park hasta el edificio de la Organización de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, para denunciar las violaciones a los derechos humanos en los campos de concentración castristas en Cuba.

Las tres canciones que se escuchan en el documental ("Guerrillero sin arma", "Hay un pueblo oprimido" y "Corre cubano y empuña el machete") fueron compuestas y cantadas por Iván Acosta. Estas fueron grabadas en un recital en el Auditorio Dag Hammarskjold de la O.N.U., el viernes 9 de diciembre de 1977, celebrando el Día de los Derechos Humanos en el mundo. Paul Radelat fue el director musical e Ileana Fuentes, fue la coordinadora del evento.

El video que les mostramos sobre la marcha fue editado, producido y dirigido por el propio Iván Acosta.



Monday, January 16, 2023

Mi (re)tatarabuelo era una palma

Por Enrique Del Risco

La noticia me llegó a través de una tía abuela. Ana, la matrona de la familia, nacida a fines del siglo XIX, reforzaba todo lo que decía con voz cavernosa y el estremecimiento de sus libras expandidas por el sillón de su sala. Debió de ser en el abrumador verano de 1994 durante mi última visita a la ciudad de mi padre. Ana me habló de José Tomás Betancourt y Zayas, uno de los primeros cuatro mártires de la independencia cubana oriundos de Camagüey. Ya mi padre me había hablado de nuestro parentesco con aquel prócer, aunque sin hacer mucho énfasis. Ahora Ana entró en detalles. Me habló del prócer, presumiblemente atribulado ya prisionero de los españoles tras el fracaso del alzamiento que encabezara Joaquín Aguare y Agüero. El destino común de quienes sobrestiman los deseos de sus compatriotas por lanzarse a conquistar aquello que románticamente definen como “la libertad”.

El prisionero, según Ana, ya próximo a su ejecución, recibió la visita de una de sus esclavas quien llevaba una niña en brazos. La bebé, según la esclava, era hija del hacendado patriota a punto de ser ejecutado. La madre de la niña -no recuerdo que Ana mencionara el nombre- le pidió a su amo que reconociera a la niña como suya, petición a la que el prócer se negó. La niña, no obstante, vivió el resto de su vida con el apellido del padre porque, después de todo, este le correspondía tanto a ella como a su madre por ser ambas propiedad de un Betancourt.

Años después de que Ana me contara aquella historia la recordé cuando el músico Pável Urquiza me pidió que escribiera sobre el tema del mestizaje para su disco Art Bembé. En mi texto concluí que aquel no era “precisamente un ejemplo feliz de mestizaje. Al hacendado liberal, fallido libertador él mismo, le fue imposible superar la extrañeza formal hacia la mujer cuya carne no le había resultado ajena, sino cercana y apetecible”. Ni siquiera podía estar seguro de mi parentesco con el prócer como él mismo no parecía estar seguro de la paternidad sobre la niña. Y sin embargo… era difícil no creer en el gesto de la esclava que insiste en ligar su vida con el hacendado en desgracia cuando no tiene nada que ganar. Porque el castigo a los rebeldes no terminaba con la muerte de estos, sino que solía incluir el embargo de todos los bienes y la persecución de sus seres queridos.

Hace un tiempo, al hacerme las pruebas de ADN que ofrece Ancestry.com para determinar nuestro origen genético los resultados parecían corroborar la versión de la mamá de Dolores. La proporción de genes franceses que arrojaba la prueba en el caso de mi padre era lo bastante alta para pensar que provenían de aquel Betancourt que le había negado la paternidad a su bisabuela. Porque ni los Del Risco, ni los Caballero por el lado de mi abuelo o los Rodríguez y Bernada por el de mi abuela paterna justificaban aquel 8% de sangre gabacha en mis venas. El legado africano de Dolores quedaba también demostrado en el 15% de la prueba.



Entonces fue que hizo aparición Yadier del Risco. Yadier, médico camagüeyano, se comunicó conmigo tras leerse mi texto sobre José Tomás Betancourt y Zayas. Sucede que Yadier, al igual que yo, también desciende de Dolores Betancourt. Éramos primos, en suma, y podía demostrarlo documentos en mano: el testamento de mi tatarabuelo, José Apolonio del Risco Moreno, donde declara estar casado con Dolores Betancourt Varona y tener como hijos tanto a mi bisabuelo Eduardo como a la tatarabuela de Yadier, María del Risco Betancourt.


Pero, por supuesto, lo que realmente le entusiasmaba a Yadier era demostrar su parentesco con José Tomás Betancourt y Zayas, el mártir equívoco. Aunque convocado bajo “el grito de Libertad é Independencia” el hecho de que el alzamiento y proclama de San Francisco de Jucaral ocurrieran un 4 de julio y de que se los asociara con la expedición del anexionista Narciso López bastó para marginarlo del santoral castrista.

No obstante, si bien el alzamiento de Joaquín de Agüero y Agüero ha sido cuidadosamente extirpado de los libros de texto posteriores a 1959 su memoria sigue vivísima en Camagüey. Basta con asomarse a la plaza principal de la ciudad, el céntrico parque Agramonte, para contemplar las cuatro palmas que custodian el monumento al Mayor General Ignacio Agramonte. Cualquier camagüeyano te dirá que cada una de esas palmas está dedicada a Joaquín de Agüero y los que cayeron fusilados con él. Alguno precisará que son herederas de otras que se sembraron al poco tiempo de la ejecución de aquellos, como homenaje secreto en las narices de las autoridades españolas. Esas palmas son, con Agramonte, la Avellaneda y un puñado de artistas, escritores y deportistas parte esencial del orgullo de ser camagüeyano. (Una leyenda cuenta de cómo el niño Ignacio Agramonte mojó su pañuelo en la sangre todavía fresca del fusilado Agüero, reliquia que lo acompañaría el resto de su vida. Poco importa que las circunstancias de la muerte hicieran impensable que un niño anduviese rondando los cadáveres de los recién fusilados en medio del previsible sistema de seguridad que rodeó su ejecución en la madrugada del 12 de agosto de 1851. La leyenda nos habla más bien del deseo de sus coterráneos de establecer un nexo de sangre entre los mártires de 1851 y la guerra de independencia que estallaría 17 años más tarde).



Yadier, devoto tanto de la historia cubana como de la familiar es consciente de que la palma más cercana a la esquina donde confluyen las calles Martí e Independencia es la correspondiente a José Tomás Betancourt y Zayas, nuestro supuesto antepasado común. Poseía la prueba de que nuestro parentesco con el mártir de la céntrica palma era algo más que una leyenda familiar: el testamento de Dolores Betancourt. Su lectura bastó para desmontar la historia que me contara mi tía abuela. En el documento que data del 28 de noviembre de 1924 se afirma que Dolores tenía por entonces 78 años por lo que a la muerte de su padre contaría con 5 años de edad y por tanto no era una niña de brazos como la que me describió mi tía abuela. Más adelante, en el mismo documento Dolores declaraba “que desea ordenar su testamento y al efecto declara que es de las generales expresadas y es hija natural de Don José Tomás Betancourt y Zayas y de Doña Concepción Varona ya difuntos”.


Saber que el apellido de su madre no era Betancourt sino Varona, da pie a especulaciones que se alejan de la historia llegada a mí. O bien Concepción era una esclava que había sido antes propiedad de algún Varona o no lo había sido de nadie. Que heredara entonces el apellido de su padre podría deberse a que este la reconociera o que lo hiciera algún familiar de José Tomás con posterioridad a su muerte. Yadier se inclina por esta última posibilidad. Piensa, y no le falta razón, que en el clima represivo de aquellos días reconocer a Dolores como a su hija no le podría acarrear más que persecuciones a ella y a su madre como las que sufrió la viuda de Agüero. Tampoco sería descaminado pensar que al menos para la fecha del alzamiento ya todos los participantes hubieran liberado a sus esclavos, como había hecho de manera pública y desafiante Joaquín de Agüero en 1843.

Este intercambio con Yadier me ha enriquecido de una manera que todavía estoy digiriendo. Una de las moralejas de esta historia alertaría sobre los peligros al que nos expone la historia oral sin el correctivo de los documentos, esos que, verídicos o no, no tienen oportunidad de cambiar de declaraciones o de ajustarla a la memoria o los intereses de sus intermediarios. Luego de creer que tenía clara una fábula de relaciones ocultas y desprecios públicos ahora todo se oscurece y complica hasta un punto en que no hay enseñanza clara ni definitiva. Lo que queda es una historia de deseos personales y colectivos satisfechos a medias o insatisfechos por completo, de crueldades y humillaciones sin nombre y una curiosidad incansable ante un pasado que no deja de sorprendernos. Pero sobre todo estas revelaciones quedan como muestra de la testarudez de la realidad que se resiste a entregarse del todo y, sin embargo persiste en ser -como el árbol genealógico que Yadier me está ayudando a extender o como esa palma en un parque de Camagüey- algo que a unos cuantos les dice mucho y, al resto, nada.