Tuesday, May 31, 2022

Galardón a Guillermo A. Belt

 

El pasado 20 de mayo, día de la república cubana, el Instituto San Carlos con sede en Cayo Hueso le otorgó a Guillermo A. Belt la medalla por la "excelencia nacional cubana". Miembro de nuestra academia y tambien de la Academia Norteamericana de la Lengua Española Guillermo A. Belt es Doctor en Derecho, Colegio de Abogados de La Habana (1956-1960) y profesor de Derecho Internacional Público, Universidad de Villanueva, La Habana (1957-1960). Fue Miembro de la Comisión Especial para la Reforma de la Constitución de Cuba, Miami, Florida (1960-1961) y funcionario internacional de la Secretaría General, Organización de los Estados Americanos, Washington, D.C. (1961-1998). Es actualmente académico correspondiente de la ANLE.

Guillermo A. Belt ha participado en numerosas conferencias regionales e internacionales sobre temas interamericanos. Es autor de estudios, investigaciones e informes sobre asuntos hispanoamericanos. Ha dictado conferencias en universidades de Estados Unidos y América Latina, y en organismos especializados, para estudiantes de grado y postgrado, y personal diplomático, sobre aspectos de la historia y el desarrollo político de la región.

En nombre de la AHCE queremos hacerle llegar nuestra más cálida felicitación.

Momento en que Danny Mendoza, nieto del homenajeado, recibe la medalla en nombre de su abuelo




Wednesday, May 25, 2022

Cuba, 1859, vista por un turista de EE.UU.

 

Vapor Empire City

Por Guillermo A. Belt

En pleno invierno de 1859 el vapor Empire City zarpaba del puerto de Nueva York rumbo a La Habana. A bordo, Joseph J. Dimock, agente mercantil, de 32 años de edad, casado con Isadora DeWolf, cuya familia era dueña de ingenios de azúcar en Cuba, emprendía un viaje de negocios a pedido de los parientes de su esposa. Una semana más tarde, el 9 de febrero, avistaría la costa norte de la isla y al día siguiente desembarcaría, entusiasmado, en la capital cubana.

Nada excepcional sería esta gira de dos meses en la que Dimock visitaría algunas ciudades en las provincias de La Habana y Matanzas.

Unos cinco mil turistas norteamericanos viajaban a Cuba anualmente a mediados de ese siglo, principalmente en invierno, buscando un clima más benigno. Pero este forastero, si bien se enamoró del paisaje, de la fauna y de las frutas del país, supo mirar más allá de los atractivos naturales del trópico. Se adentró en la problemática política, social y económica de un pueblo que ansiaba ser independiente y, con evidente simpatía por su causa, aunque desde una perspectiva muy propia de su tiempo, asentó sus impresiones y sentimientos en un diario cuyo manuscrito original se conserva en la universidad de Emory.

Estados Unidos había puesto los ojos en Cuba y había ofrecido a España comprarla, por cien millones de dólares en 1848 y seis años más tarde por ciento treinta millones. Tanto en ese país como en la isla se hablaba de anexión. Tan imbuido de la mentalidad de la doctrina manifiesta estaba Dimock que, en su cuarto día en Cuba, afirma ya que la idea de la anexión es muy popular no sólo entre los criollos sino también entre los jóvenes españoles que habían tenido oportunidad de conocer Estados Unidos. Seguidamente resume su opinión así: “Cuba es un jardín del mundo, es esencial al crecimiento y la prosperidad de nuestra unión y eventualmente debe estar con nosotros y ser parte nuestra.

Joseph J. Dimock
Dimock consigna con admiración la antipatía de los cubanos por la dominación española. Asegura que en “este bello clima de eterno verano se vive en una tierra sumida en la oscuridad política.” Describe cómo el Capitán General Concha no sale a las calles habaneras sin su escolta de cien lanceros a caballo. Para los que dudan de la disposición de lucha de los criollos, señala que los cuarenta mil soldados españoles acantonados en Cuba equivaldrían a un millón de bayonetas extranjeras en los Estados Unidos. Sólo así, dice, puede mantenerse la ficción de la siempre fiel isla de Cuba.

Pero una vez más el diarista parte de una realidad captada con exactitud para caer en una conclusión viciada por la óptica norteamericana del expansionismo: bastaría que la “joya de las Antillas” pasara a formar parte de “nuestra confederación” para que todo cambiara en esta tierra y para que su transformación, que vaticina en términos poéticos, llegara a “asombrar al mundo civilizado.

De regreso en Nueva York, cuando el barco atracó en el muelle al pie de la calle Warren, era medianoche y Dimock decidió dormir unas horas más a bordo para “soñar sobre los incidentes de mi viaje a Cuba.” Lleno de gratos recuerdos no pudo imaginar que la muerte le esperaba como consecuencia de la fiebre tifoidea que contraería tres años más tarde, siendo oficial del 82º Regimiento de Voluntarios de Nueva York.

Tampoco pudo prever que los cubanos, en condiciones aún más desventajosas que las advertidas por él, se lanzarían en 1868 a una guerra heroica de diez años, que no sería la última, antes de lograr a sangre y fuego su libertad y la independencia de Cuba.



Reseña por el autor del libro Impressions of Cuba in the Nineteenth Century: The Travel Diary of Joseph J. Dimock, por Louis A. Pérez, publicada en la Revista Interamericana de Bibliografía, Vol. XLIX, No. 1-2, 1999.

Tuesday, May 24, 2022

En el cincuenta aniversario de la muerte de Pedro Luis Boitel

Pedro Luis Boitel (La Habana, 1931 - Presidio Político El Príncipe, La Habana, 1972) reconocido líder estudiantil de la Universidad de La Habana, luchó contra la dictadura de Fulgencio Batista en las filas del Movimiento 26 de Julio, exiliado en Venezuela, regresó a Cuba en 1959. Este año inicial de la Revolución, fue candidato a la FEU por el Movimiento 26 de Julio, elecciones que ganó el Comandante Rolando Cubelas del Directorio Revolucionario 13 de marzo, apoyado por Fidel Castro y Raúl Castro.
Fue condenado -en 1960- a 32 años de cárcel por conspirar en el Movimiento Recuperación Revolucionaria (MRR) para derrocar al régimen del 59.

Murió en el presidio político castrista en una huelga de hambre (53 días) el 25 de mayo de 1972.

ENLACE del documental BOITEL: MURIENDO A PLAZOS (Duración: 1 hora y meda).



Monday, May 23, 2022

Muere el actor cubano José Manuel “Chema” Castiñeira*


De izquierda a derecha: Chema Castiñeira, Néstor Díaz de Villegas y Coco Fusco


El actor cubano José Manuel “Chema” Castiñeira, murió en la ciudad de Miami a causa de un infarto.

Sus amigos y conocidos han escrito mensajes de condolencia en Facebook para el intérprete de cine y teatro, al mismo tiempo que han compartido fotografías del cubano durante su participacion en obras de cine y teatro.“Ha muerto un gran actor, de los mejores que ha dado Cuba en los últimos 60 años, un gran amigo y un patriota que sacrificó todo por la libertad de la Isla. ¡Descansa en paz Chema, querido!”, escribió el escritor Armando de Armas.

El actor cubano también fue encarcelado porque organizó un atentado contra Fidel Castro.De acuerdo con el escritor cubano Néstor Díaz de Villegas, quien compartió el presidio político con Castiñeira, “durante una visita de Fidel Castro a la ciudad de Cienfuegos, el actor Chema Castiñeira, junto a otro, planeó un atentado al Líder”.

“Los magnicidas habían plantado un rifle de mirilla telescópica en una ventana con vista a la habitación de Robin Hood. Por desgracia, un delator desbarató el complot”, escribió en Hypermedia Magazine.

“En 1976, en el campo de concentración de Ariza, Chema solicitó y obtuvo permiso de las autoridades para construir un cinecito al aire libre. Se usaron piezas sobrantes de la concretera anexa al penitenciario donde Chema y yo cumplíamos condena”, evocó.

José Manuel “Chema” Castiñeira formó parte del Centro Dramático de la Provincia de Las Villas y protagonizó las películas El robo del cochino (Jorge Fraga, 1965) y La primera carga al machete (Manuel Octavio Gómez, 1969), fue encarcelado en la Isla por organizar un atentado contra Fidel Castro.


*Tomado de Cubanos por el Mundo




Entrevista a Alberto Muller*




Por Carlos Cabrera Pérez

Alberto Muller Quintana, (La Habana, 1939). Cubano del Cerro, Escritor, periodista y profesor universitario; aun juega al tenis con 83 años, amante de su familia, de la historia de Cuba y de los vinos españoles. Su vida daría para una película sobre el triunfo de la amistad y la lucidez sobre el terror, que vivió en carne propia en las mazmorras castristas de Isla de Pinos.

Joven católito y antibatistiano; su oposición a Fidel Castro, tras haber organizado y dirigido un frente guerrillero en la Sierra Maestra, le costó 15 años de cárcel, donde sufrió simulacros de fusilamiento, torturas como inmersiones en una zanja con excrementos, heridas y golpizas. Bajezas por las que no guarda rencor y, como cristiano, ha perdonado a sus carceleros y torturadores.

Madrid, en mayo y junio, es tiempo de toros y libros, y nuestro invitado está de estreno porque -el sábado 28- firmará ejemplares de sus más recientes libros, en la feria de la capital española: "Pobre Cuba", título de sus sabrosas memorias y "¿Por qué Fidel abandonó al Che?", una investigación de años, que concibió como un homenaje a su amigo y compañero de la Agrupación Católica Universitaria, Octavio de la Concepción de la Pedraja, médico de las guerrillas del Che en el Congo y Bolivia, donde murió en el último combate, antes de que Ernesto Guevara de la Serna fuera detenido.

Vamos a empezar por la actualidad. El presidente Biden acaba de anunciar 12 medidas de reversión parcial de la política del presidente Trump; ¿cuál es tu valoración sobre el new deal?

Se sabía que la anunciada nueva política del presidente Joe Biden era regresar básicamente a la política de Barack Obama de autorizar remesas y facilitar la reunificación familiar. Medidas todas esperadas y bienvenidas por la mayoría del pueblo cubano de intramuros. El momento de aplicarlas fue lo inoportuno, pues fueron dadas a conocer un día después de aprobado el nuevo Código Penal, que está concebido para reprimir salvajemente al pueblo y que anuncia más castigos a los cubanos que se atrevan a reclamar la libertad, además anuncia el retorno a los fusilamientos. Un verdadero latrocinio contra al pueblo cubano.

En tu libro sobre el Che; nada más empezar, confiesas que fue una obsesión casi esquizoide investigar la muerte del Che en Bolivia. ¿Por qué?  En la guerrilla del Che, en el combate final, muere tu amigo Octavio Concepción y de la Pedraja, ¿cómo lo recuerdas?

Con el Che muere un gran amigo de la Universidad de La Habana y de la Agrupación Católica Universitaria, Octavio de la Concepción y de la Pedraja, alias “Tavito, El Médico, el Moro, Morogoro”, eso me impulsó a la exhaustiva investigación. Un hombre de integridad personal y de coraje.

La historiografía oficial cubana pinta a Guevara como genio militar, pero Bolivia lo desnudó como estratega, pues ni siquiera previó un lugar de encuentro alternativo con Vilo Acuña: ¿cuál es tu opinión al respecto?

No creo que el Che sea un genio militar. Sus alzamientos de Salta, Argentina, del Congo y de Bolivia que lo llevó a la muerte, fueron todos un fracaso monumental. Y en todos repite los mismos errores de desconocer las realidades existentes a su alrededor.

En el caso cubano, la revolución triunfante de 1959, de la que fui parte, logra el triunfo porque el ejército de la dictadura de Fulgencio Batista estaba desmoralizado y no quiso pelear, Adicionalmente, los Estados Unidos finalmente le quitan el apoyo militar a la dictadura de Batista.

Aseguras que el Che sale de Cuba por su postura prochina y antisoviética; pero ¿cuánto crees que influyó en su partida; su derrota frente a Carlos Rafael Rodríguez a cuenta de la polémica de estímulos materiales y morales; donde el hacía de Quijote y el ilustrado comunista de Sancho Panza?

No creo que ese tema haya influido en nada, pues cuando el Che abandona Cuba por su discurso antisoviético en Argel (1965) y tiene el desencuentro de ruptura con Raúl y Fidel a su regreso a La Habana, el propio Fidel era un abanderado defensor del voluntarismo como el Che.

En la reunión que tuvieron Fidel, Raúl Castro y el Che, a su regreso de Argel; Raúl acusó a Guevara de trotskista, y el Che le respondió airado: “Eres un estúpido, eres un estúpido”. Entonces, el Che se marchó de la reunión con un portazo en las narices de ambos.

Y también están dos hechos claves. El primero, ocurrido el 6 de enero de 1959, en la ciudad de Cienfuegos, cuando Fidel Castro se reunió con los comandantes del Segundo Frente del Escambray, Lázaro Ascencio y Armando Fleites; ambos comandantes y amigos cercanos de Fidel Castro, desde la etapa universitaria,

Durante el encuentro, Ascencio le comentó a Fidel que la mayor preocupación de los revolucionarios del Segundo Frente del Escambray era el peligro comunista que se cernía sobre Cuba y su revolución. A lo que Fidel contestó a ambos, sin inmutarse, “no se preocupen, que los únicos comunistas de la revolución son mi hermano Raúl y el Che Guevara: a Raúl -de un manotazo- le quito sus ínfulas de mando y al Che lo envío a un frente guerrillero lejano para que los imperialistas lo liquiden”.

Y el segundo, ocurrió durante un corte de caña compartido con el oficial KGB y primer embajador soviético en Cuba, Alexander Alexeiev. Fidel hizo un aparte con el diplomático y le dijo en voz baja, “el Che no está cortando caña en Oriente, se fue para África. No quiero que comuniques esto por radio o clave, pero quiero que lo informes personalmente a tus dirigentes, cuando puedas”.

Aprovecho que mencionas al soviético Alexeiev para preguntarte si conservas un ejemplar de la revista Trinchera, que dirigías en la Universidad de La Habana, y que lo entrevistó; ¿cómo lo conseguiste?

Lamentablemente no conservo ningún ejemplar con la entrevista y llevo años intentando saber si existen ejemplares de “Trinchera” en las hemerotecas cubanas, pero mis esfuerzos han sido infructuosos.

En aquella época aún había libertad de prensa en Cuba y, enterados que el supuesto periodista soviético Alexeiev se alojaba en el hotel Sevilla, llamamos y le pedimos una entrevista, con una pequeña mentira, diciéndole que éramos jóvenes de orientación marxista descontentos con el posicionamiento del Partido Socialista Popular (comunista) con Fulgencio Batista; se lo creyó y accedió.

Sería útil encontrar un ejemplar de “Trinchera” con la entrevista a Alexeiev, aunque lo ideal sería poder contar con la colección completa.

El fracaso del Che en el Congo coincide con la celebración de la reunión de la Tricontinental en La Habana; ¿Compartes la tesis de que Castro no podía dejar regresar a Guevara, como un Quijote derrotado con el riesgo de que revolucionara la reunión de OLAS y por eso filtró la carta de despedida; bajándole la ventanilla?

Los soviéticos eran los primeros que querían al Che fuera de la escena cubana, por su trotskismo militante y su defensa de los chinos.  Y Fidel se desvela entonces como el gran defensor de los soviéticos. Hay un historiador cubano, César Reynel Aguilera, que afirma que el compromiso de Fidel con la inteligencia soviética viene de antes del ataque al Cuartel Moncada, en 1953.

Vamos a Bolivia. Tu libro aborda el error de escoger a Bolivia como foco principal de la guerrilla, tras la negativa del partido comunista de Perú, que era el destino inicial. Tu investigación reitera la tesis de La Habana de una supuesta traición de Mario Monje, cuando el únicamente, se compromete con Fidel a apoyar el tránsito hacia Argentina, del Che quien, al recibirlo en la casa de Calamina, le dice: Perdóname, Mario, te hemos engañado.

Primero hay una conversación de Mario Monje con Fidel Castro en 1963, donde ambos reconocen que Bolivia no tenía condiciones para una guerrilla por la Reforma Agraria del gobierno de Paz Estensoro, en 1953, que había repartido tierras a los campesinos.

Segundo, Fidel Castro se niega a que el Che fuera a Argentina a imponer un proceso guerrillero, pues el Partido Comunista argentino era prosoviético y defendía la vía electoral, en vez de la lucha armada.

Tercero, desde el inicio la participación de Monje o la promesa de ayudar a la guerrilla del Che fue una ficción o mentira, pues, desde hacía mucho tiempo, el Partido Comunista boliviano defendía la tesis electoralista de la URSS y rechazaba la violencia guerrillera. Inclusive, años después de la muerte del Che, en una entrevista en Moscú, Mario Monje confiesa que la compra de la finca con la casa de Calamina no obedeció a ninguna observación estratégica seria.

¿Qué explicación has encontrado a que Tania, la guerrillera que nunca disparó un tiro y fue entrenada por la Stasi y la DGI cubana, cometa el costoso error, casi infantil, de abandonar su puesto en La Paz, que le cuesta una bronca del Che, cargar toda la información sobre la guerrilla y la red urbana en un jepp y dejarlo abandonado frente al hotel del italiano en Camiri?

Tania, desde hacía tiempo, tenía una relación sentimental con el Che. Y eso lo explica todo, quería estar cerca del Che.

Pero aquí en este punto hay que mencionar que el verdadero agente de Inteligencia que Fidel  tenía sembrado en La Paz, de nombre Renán Montero, alias Iván, que estableció amistad personal con el presidente René Barrientos, y que iba a ser el contacto de inteligencia del Che en Bolivia; recibe la sorpresiva orden de Fidel  que salga de Bolivia, y deja al Che abandonado. Fidel Castro y la Inteligencia cubana nunca han podido explicar razonablemente la retirada de Renán Montero de La Paz.

Este es precisamente uno de los eslabones o argumentos más fuertes en el análisis sobre el abandono del Che. Los otros son: El discurso anti-soviético del Che en Argel (1965), que se convierte en un punto de inflexión. La escogencia de Bolivia como lugar para la guerrilla. La solicitud a un Partido Comunista boliviano, que era pro-soviético para ayudar y/o acompañar al Che en la jornada guerrillera.

En Bolivia, murieron cubanos y bolivianos en la flor de sus vidas, incluido tu amigo Octavio, el médico, ¿quién o quiénes son los responsables de esas muertes?

Fidel Castro y la inteligencia cubana son los responsables directos de la muerte del Che y sus guerrilleros.

Manila, como los denomina el Che en su Diario.  Eso es lo que quería desesperadamente la inteligencia soviética. Y Fidel lo cumplió al pie de la letra, la eliminación del Che.

El propio Che sentado en el sillón de dentista de Luis Carlos García Gutiérrez, Fisín, el maxilofacial que transforma su cara y aspecto, para convertirlo en Ramón, le dice: Ay, doctor, no se preocupe por esa carie que -dentro de seis meses- mi calavera será comida de los puercos; ¿crees que él sabía que Fidel lo mandaba a una muerte segura?

Desde que al Che sale de Cuba hacia el Congo, su relación con Fidel era precaria. El Che era prochino. Y Fidel era prosoviético. En esa época ambos campos se odiaban con frenesí. Pero hay otros desencuentros muy emocionales posteriormente entre ambos. El tratamiento casi de ignorar los reclamos de Celia, la madre del Che, por parte de Fidel Castro y su gobierno. La publicación de la carta privada de despedida del Che a Fidel. El Che lo interpretó casi como una delación.

Cristo, te amo, no porque bajaste de una estrella, sino porque me revelaste que el hombre tiene lágrimas, congojas ¿Ese es el epitafio Che?

Esa despedida poética –casi un epitafio como dices- la tomé del libro del historiador argentino Pacho O’Donell, con el cual tuve la oportunidad de conversar en dos ocasiones. Desde mi punto de vista, el autor de la mejor biografía que se ha escrito sobre el Che.

Y vamos ahora a tus memorias. Cuéntanos el lío con la corona a José Martí en 1960, en medio de la visita del primer ministro ruso Anastás Mikoyán.

Cuando un grupo de estudiantes revolucionarios de la Universidad de La Habana, entre los que me encontraba, nos enteramos, en el mes de diciembre de 1960, de la invitación de Fidel Castro a Anastás Mikoyán, el viceprimer ministro soviético que había ordenado a las tropas de la Unión Soviética aplastar con sangre al levantamiento libertario de  estudiantes y militares en Budapest, Hungría en 1956,  inmediatamente nos reunimos.

Y en esa reunión nos preguntamos, cómo es que el primer invitado internacional de Fidel Castro a Cuba después del triunfo de la revolución sea este criminal de guerra. Mikoyán?; en lugar de invitar a Rómulo Gallegos, Charles De Gaulle, Don Pepe Figueres o a Dwight Eisenhower, invita a Cuba a un estalinista connotado. Fue una señal o una primera señal de alta política de las intenciones de Fidel Castro. La otra señal de importancia anterior fue el encarcelamiento del comandante Huber Matos, simplemente por haber renunciado al Ejército Rebelde, por la infiltración comunista que Fidel Castro estaba permitiendo en Cuba, en todos los niveles del gobierno.

Por tal razón organizamos la protesta en el Parque Central de La Habana, el 5 de febrero de 1960, contra la visita a Cuba de Mikoyán, Recuerdo que fuimos detenidos 24 horas; mientras estuve detenido en la sede de la Seguridad del Estado, me visitó mi amigo “Tavito”, Octavio de la Concepción y de la Pedraja, al que le dedico el libro “Por qué Fidel abandonó al Che”.

Después, logras asilarte en la embajada de Brasil en La Habana y viajas a Estados Unidos, pero vuelves y formas un frente guerrillero en la Sierra Maestra, contra Fidel Castro; ¿cómo organizaste todo y cómo fue tu captura?

Nosotros, un grupo de estudiantes revolucionarios al triunfo de la revolución, nos fuimos con el Ministerio de Agricultura, dirigido por el comandante Humberto Sorí Marín, a construir escuelas en la Sierra Maestra y a alfabetizar a los campesinos y a sus hijos. Por eso conocíamos toda esa zona montañosa y a sus campesinos, que eran nuestros amigos.

En 1960, al llegar exiliado a Miami, nos reunimos y acordamos formar el Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE) y se me designa su Secretario General. Al estar en primera fila, pues fui el primero en ingresar clandestino a Cuba para dirigir la lucha contra el régimen de Fidel Castro, que para nosotros era un traidor a la Revolución cubana.

Lamentablemente la confrontación contra el régimen de Fidel Castro fracasó, básicamente porque el régimen castrista recibió toda la ayuda militar requerida y necesaria de la URSS. Y eso lo confiesa Nikita Kruschev en sus memorias. Y los cubanos libres no recibimos la ayuda prometida por Eisenhower y Kennedy. Fue una guerra muy desigual. Ellos tenían las armas soviéticas. Y nosotros no teníamos armas.

¿Qué fue lo peor y lo menos malo de tus 15 años de cárcel?

Lo más atroz de mis 15 años de presidio político fueron las torturas que relato en mi libro de Memorias, “Pobre Cuba”. En mi pierna derecha tengo el recuerdo de dos cicatrices de sendos bayonetazos durante el salvaje Plan de Trabajo Esclavo, en la prisión de Isla de Pinos. El simulacro de fusilamiento. La tortura en la zanja con excrementos. Los dos años en celdas de aislamiento y los golpes de bayonetas sobre mi cuerpo.

Y yo diría lo bueno, no lo menos malo, es que los perdoné a todos los que me maltrataron e hirieron salvajemente. Me liberé del rencor que disminuye y ata.

¿Cómo ha sido tu vida en Miami?

Cuidar a mi familia; trabajar como periodista y escribir mis 10 libros publicados.

¿Cómo es la Cuba con la que sueñas?

Libre y soberana. La misma que prometió Fidel Castro en el Pacto de México con José Antonio Echeverría y Frank País (1956); y en el Pacto de la Sierra Maestra (1958) con Felipe Pazos y Raúl Chibás, y al final traicionó miserablemente.

Sueño con una Cuba libre y justa, como la que proclamó siempre el Apóstol de nuestra Independencia José Martí y por la cual murió en el combate de Dos Ríos. Una Cuba “con todos y para el bien de todos”.


*Tomada de Cibercuba

Sunday, May 22, 2022

INVESTIDOS DOS NUEVOS ACADÉMICOS

De izquierda a derecha Eduardo Lolo, Luis Leonel León, Raúl Eduardo Chao y José Azel

El pasado 20 de mayo fueron investidos dos nuevos miembros numerarios de nuestra Academia: los doctores Santiago Juan-Navarro y José Azel. El Acto de Investidura, en el cual Pedro Corzo fungiera como Maestro de Ceremonias, tuvo lugar en uno de los salones de la Steven and Dorothea Green Library de Florida International University (FIU), en la ciudad de Miami (FL), gracias a la colaboración del Cuban Research Institute del mismo alto centro de estudios. El Dr. Jorge Duany, presidente de dicho instituto, tuvo a su cargo las palabras de bienvenida a nombre de la institución sede del evento, que contó con la participación de numeroso público.

El primer académico electo investido fue Santiago Juan-Navarro, Catedrático de Estudios Hispánicos en la FIU donde enseña literatura y cine iberoamericanos. Doctor en Teoría Literaria por la Universidad de Valencia y en Literatura Comparada por la Universidad de Columbia (Nueva York), es autor de seis libros y más de cien artículos sobre novela y cine históricos. Ha publicado y dictado seminarios y conferencias sobre cine cubano en EE. UU., Europa y Latinoamérica. Es miembro del comité científico de numerosas revistas, y agencias culturales internacionales. En la actualidad trabaja en un libro sobre la representación de la Guerra Hispano-Cubano Norteamericana en el cine y en un portal de internet sobre el cine de la diáspora cubana

El discurso del Dr. Juan-Navarro versó sobre el cine cubano del exilio (obras, directores, temas, etc.) cuyo sumario constituye un registro histórico de la creatividad de los cineastas cubanos exiliados, tan necesario como consecuencia del “olvido” de la historiografía cinematográfica del gobierno totalitario de Cuba. El nuevo académico denunció cómo “la historia del cine cubano [según la versión castrista] se ha limitado tradicionalmente al cine producido en la isla a la sombra de la Revolución. Al igual que durante décadas se negó la existencia de un cine nacional relevante antes de 1959, se ninguneó cualquier obra realizada fuera de la isla y al margen de las instituciones oficiales.” Su discurso estuvo dirigido a “desfacer el entuerto” resultante de semejante falsificación histórica, demostrando con múltiples ejemplos que “lo cierto es que es que la producción cinematográfica [cubana] en el exterior es inmensa y, en estos momentos, supera en cantidad y calidad a la realizada en la isla.” Juan-Navarro no pudo asistir personalmente a su Acto de Investidura, pues dos días antes había sido diagnosticado con el coronavirus; pero, a pesar de encontrarse visiblemente en mal estado, tuvo la gallardía de grabar un video casero leyéndolo, el cual se proyectó en una pantalla en el salón de actos.

El Discurso de Respuesta estuvo a cargo de Luis Leonel León, quien es periodistacineastaescritor y director de televisión cubano radicado en los Estados Unidos, donde ha realizado documentales y programas para televisoras hispanas en horario de máxima audiencia y creador del galardonado filme Habaneceres. Sus textos, publicados en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, y sus obras audiovisuales, atienden temas políticos y culturales, y rescatan fragmentos de la historia del castrismo y sus exilios. Sus experiencias y conocimientos en la materia, le permitieron apoyar y ahondar en los juicios expresados por el nuevo colega.

El siguiente académico electo investido fue el Dr. José Azel, quien salió de Cuba en 1961 como exiliado político a los 13 años en la operación Pedro Pan. Retirado del mundo empresarial en 2008, el Dr. Azel se dedicó, por diez años, a analizar la situación económica y sociopolítica de Cuba como Investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Tiene licenciaturas y maestría en administración de empresas y  un doctorado (PhD) en Estudios Internacionales de la Universidad de Miami. Es autor, entre otros, de Mañana in Cuba, Reflexiones sobre la libertad, y Libertad para novatos, estos últimos compilaciones de sus columnas publicadas en prestigiosos diarios. Su discurso, titulado “Los Históricos”, extendió su experiencia personal y desarrollo en el país que lo acogió a las de quienes llegaron al exilio por la misma época. Para ello, hizo uso metafórico de una narración donde Kafka era uno de los personajes, con la implicación de que Luis Leonel León tuvo mucha razón al titular uno de sus trabajos “Dos patrias al menos tienen estos cubanos”, refiriéndose a los exiliados criollos.

La respuesta al discurso de Azel estuvo a cargo del Dr. Raúl Eduardo Chao, quien en Cuba fuera estudiante en las Universidades de La Habana y Villanueva y, en calidad de tal, Secretario General Nacional de la Juventud Estudiantil Católica Cubana. Una vez en el exilio, Chao recibió su doctorado de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. Después de algún tiempo trabajando como ingeniero, durante 18 años fue Profesor Titular en las Universidades de Puerto Rico y Detroit, y consultor e investigador de la NASA. En 1986 fundó The Systema Group y como presidente de esa empresa consultora ha escrito media docena de libros sobre ciencias y administración de negocios, numerosos artículos y una veintena de libros sobre Historia de Cuba, entre los cuales se destacan, entre otros, Contramaestre (2007), Jimaguayú: La Guerra Hispano-Cubano-Americana (2011) y Rescatando a Martí (2016). En su Discurso de Respuesta, Chao reafirmó como suyas las interpretaciones de Azel, en que la atmósfera “kafkeana” de los exiliados cubanos resulta indiscutible y motivo de un tratamiento posterior.

El Dr. Eduardo Lolo pronunció las conclusiones del acto e hizo activa la condición de académicos numerarios de los nuevos investidos de acuerdo a lo promulgado en los Estatutos de la institución.

¡Bienvenidos los nuevos colegas Santiago Juan-Navarro y José Azel!

Sunday, May 15, 2022

Cuba, sol de sus hijos

 


“Deseo que mi entierro tenga lugar en Nueva York en el caso de que Fidel Castro o cualquier otro gobernante de Cuba sea comunista o represente alguna facción, grupo o clase que sea gobernada, dominada o inspirada por doctrinas extrañas provenientes del extranjero. Por otra parte, en el caso de que Cuba sea libre al momento de mi muerte, deseo ser enterrado allí..."

Ernesto Lecuona.

Por Ingeborg Portales  

Para el musicólogo cubano Cristóbal Díaz Ayala, Ernesto Lecuona es el Pico Turquino de la música cubana. Ernesto Lecuona tenía 65 años cuando abandonó Cuba en el año 1960. Aunque el ser humano suele guardar siempre una última gota de esperanza, pienso que Lecuona supo en el momento de su partida, que el suyo era un adiós definitivo. Lecuona sabía todo lo que implicaba aquella toma de poder. Las palabras que escribió en su testamento, sobre su voluntad final, denotan la ausencia casi total de esperanzas. De Lecuona, Agustín Lara dijo, “Cuba es su música. Cuba es Lecuona”.

El 20 de abril de 1997 salí de Cuba, hacia Lima, Perú. En una de las primeras correspondencias familiares, mi padre me enviaba un CD de Lecuona, “para mi hija, con amor''. Lamento no conservarlo. Desapareció en uno de esos naufragios que tocan vivir. Pero conservo el mensaje, y de consuelo las palabras sabias de mi madre, “la vida es ir dejando”. Si lo sabremos los cubanos. También en Lima, a 3950 kilómetros de Cuba, “descubrí a Celia Cruz”.

Los peruanos la adoraban; la adoraban y la conocían, como no la conocía yo, siendo cubana. Porque después de su salida hacia México en 1960 con la Sonora Matancera, a Celia se le impidió regresar, ni siquiera para enterrar a su madre en 1962. Lo hizo en una sola ocasión, muchos años más tarde, en 1990, invitada por el Congreso de los Estados Unidos, para cantar en la Base Naval de Guantánamo. Allí se le escuchó decir con esa energía única, “ ¡Hay que gozar! ¿Es triste verdad? Pero es lindo estar aquí hoy. ¿El punto más alto dicen? ¡Azúcar!” Y preguntar, “¿Y aquí dónde está Caimanera? Que yo le canto en esa canción que canté ayer. ¡Qué bonito es el Caney, Guantánamo, Caimanera!”.

Uno de los momentos más emotivos de la visita de Celia a la Base Naval de Guantánamo fue inmortalizado por el fotorreportero de El Nuevo Herald Carlos Manuel Guerrero. Debe ser la foto más estremecedora que le hicieron a Celia. Lleva un vestido azul y peluca roja, está agachada. Tiene un vasito plástico blanco en la mano. La estrella solitaria recoge un poco de tierra cubana del otro lado de la cerca. Instante decisivo que el fotógrafo Guerrerito no dejó escapar. “Fue la última oportunidad que tuvo Celia de respirar ese aire y de tocar esa tierra”, con estas palabras lo describió el presentador del noticiero nacional de Telemundo José Díaz-Balart. Trece años después “la guarachera de Cuba” o la “Reina Rumba” -como la bautizara el escritor colombiano Umberto Valverde- llevó ese puñado de tierra en su féretro y a su tumba.


En Lima adoraban a Celia porque se presentó muchas veces, en varios lugares. En julio de 2001, dos años antes de su muerte, estuvo en el Festival de Jazz en Suiza, acompañada por la orquesta del pianista peruano César Correa y el violinista cubano integrante de la Fania All Stars, Alfredo de la Fe. Hasta el día de hoy los peruanos recuerdan orgullosos ese concierto. Además de todas sus presentaciones anteriores en la tierra andina, en aquella ocasión Celia improvisó con los versos de Augusto Polo Campos, “Contigo Perú” con la misma devoción con que los peruanos cantaron y bailaron sus canciones siempre.

Celia estuvo más cerca que nunca, quizás porque empezaba a despedirse de todos los que la habían querido bien. Dos años después, el 16 de julio de 2003, el mundo entero lloraba la pérdida de Celia Cruz, mientras el diario oficial cubano Granma minimizaba la noticia en tres líneas. Lo mismo que hizo el periódico Revolución, cuarenta años atrás, el 30 de noviembre de 1963, cuando murió Ernesto Lecuona.

Casi al año de estar en Lima, en enero de 1998 tuve la oportunidad de regresar a Cuba, justo cuando sucedió la primera visita de un sumo pontífice a la isla en la Historia de la Iglesia Católica. El Papa de origen polaco Juan Pablo II pronunció aquellas palabras que a tantos llenaron de esperanzas: “Que Cuba se abra al mundo con todas sus magníficas posibilidades, y que el mundo se abra a Cuba”. Al final de la misa en la Plaza Cívica de La Habana, los cubanos cantaron “Virgen Mambisa”, el himno a la Virgen de la Caridad del Cobre del cancionero litúrgico cubano. Un lamento afro compuesto en los años 70 por Rogelio Zelada, director del coro de la Iglesia de Cristo Rey en La Habana y por su organista Orlando Rodríguez. El pueblo pedía a la Virgen, “da libertad a tu pueblo, siembra amorosa la unión”. Pero las palabras de Juan Pablo II cayeron en el vacío. Cuba no se abrió al mundo y los cubanos siguieron buscando la única forma posible de hacerlo, el exilio impuesto cuarenta años atrás.

Cuando llegué a Miami en el año 2004 fui consciente de que la gran mayoría de los cubanos que abandonaron la isla durante los primeros años, lo hicieron pensando que sería algo momentáneo, que regresarían en breve para retomar sus vidas, tal como antes. Comprendí el peso de esa realidad al escuchar las historias de familiares paternos, a quienes mi padre pudo volver a abrazar después de más de cuarenta años y a quienes yo ni siquiera conocía. Pero sobre todo porque durante mis últimos días en Miami, tuve en mis manos el mejor testimonio histórico.

Una semana antes de mudarnos a New Jersey, mi hija menor encontró dos maletas pequeñas y antiguas en el basurero del edificio donde vivíamos en Coral Gables. Por varios días no nos atrevimos a abrirlas. Llegué a pensar que podían contener las cenizas de alguien; y de algún modo, las contienen. Cuando las abrí comencé a armar el rompecabezas que encontré. Un rompecabezas puede ser un juego, un problema o un acertijo de difícil solución. Un rompecabezas puede ser también un arma, compuesta de dos bolas de hierro sujetas a los extremos de un mango corto y flexible. Este fueron dos maletas; un arma, pero un “lucero del ocaso”.

Las dos maletas habían pertenecido a la familia cubana Vianello Alacán. Adriana de la Caridad Alacán fue esposa de Luis Vianello, y madre de tres hijos, uno de ellos Raúl Vianello Alacán. Raúl Vianello nació en 1927, fue el esposo de Vilma Palma y padre de tres hijos. Fue piloto aviador naval y jefe de Operaciones del Escuadrón B-26. Murió el 7 de abril de 1961 en uno de los tres aviones derribados durante la invasión a Bahía de Cochinos.

Las maletas contienen correspondencia familiar, fotos de Raúl Vianello, cartas de condolencia por su muerte, un telegrama, periódicos con noticias de Cuba, tarjetas de presentación, sobres de primeros sueldos ganados en el exilio, lista de primeros envíos a Cuba, un pañuelo bordado en punto de cruz con restos de maquillaje y una novena a la Virgen de Fátima por la Libertad de Cuba, entre otras memorias. En cada carta y con esa caligrafía elegante de la época, se pueden leer una y otra vez las ansias con que todos esperaban un retorno inmediato a la Patria, a ese suelo que era motivo de orgullo.

A raíz de mi trabajo como reportera para el periódico Sun Sentinel de Florida, supe también de la presencia en Miami de importantes músicos cubanos, como Israel López “Cachao” y Generoso Jiménez. Sus carreras musicales y vidas personales son otros testimonios, que una vez puestos todos juntos, permiten seguir construyendo un pedazo de la Historia de Cuba, de estos 63 años de fugas y exilios.

Israel López "Cachao"


Solamente de las conversaciones con Generoso Jiménez, Bebo Valdés, Israel López “Cachao” y Cándido Camero sería demasiado extenso enumerar ahora la lista de músicos cubanos importantes con los que ellos trabajaron. Durante los años cincuenta, la mayoría de estos músicos ya salían a trabajar o vivían en otros países. Después de 1959, muchos de ellos no regresaron y murieron lejos de Cuba, otros salieron en años posteriores. Con los nacidos en la década del cincuenta y sesenta, la lista de los que abandonaron el país se extiende aún más. Y de otros talentos que también Cuba perdió entre los músicos nacidos a partir de los años 70, resultaría más fácil mencionar a aquellos que todavía están en la isla, porque la gran mayoría ha emigrado.

Una de las preguntas recurrentes en estas conversaciones ha sido siempre sobre el regreso o la posibilidad del regreso a Cuba. He escuchado repuestas tan emotivas como la de Bebo Valdés, “No sería nada bueno para mí: lo primero que haría sería ir a visitar a mamá y papá en sus tumbas, y llorar mucho”. La de Cachao, “Regresaría a tocar y a ayudar si hay que hacerlo. Con mucho gusto, pero no creo que por ahora se pueda hacer”.

La de Cándido Camero, “Yo digo que un cubano puede estar fuera de Cuba, pero Cuba no puede estar fuera de un cubano”. La de Paquito D’Rivera, “Supongo que echarme a llorar entre las ruinas físicas y psicológicas que ha causado el socialismo”.

La de Felipe Martínez “Pipo”, “Ir a la casa donde nací, todavía ahí viven mis primos, a quienes no conozco. Ver el patio de mi casa, ir a la esquina, al parque, al potrero donde jugábamos pelota”. La de Iván Acosta, “Ya se cumplieron sesenta años desde que escapé de la tiranía castrista. Y créeme, no ha pasado un solo día sin pensar en lo que podría haber sido nuestro país. Todavía tengo esperanzas, no las pierdo. Tarde o temprano lo malo se acabará”.

La de Alfredo Triff, “Regresé en 2013. Un viaje en busca del joven que dejé atrás. Caminé desenfrenadamente la ciudad. Descubrí la esquina de San Ignacio y Obrapía, donde mis padres se encontraron por primera vez. La Habana sigue siendo bella, pero está muy maltratada”.

La de Luis Cruz Azaceta, “Para mí sería fantástico a mi edad. Poder caminar por el barrio mío, por la cuadra. Me imagino que todo ha cambiado totalmente, son sesenta y dos años que llevo ya en el exilio. Sería grandioso poder regresar, aunque no viva allá; pero por lo menos pisar la tierra cubana y besarla, porque yo me siento muy cubano”. La de Boris Larramendi, “Cuba sigue doliendo. Mientras esté aquello, no sé si regresaré”. Y la de Omar Sosa, “La verdad te tengo que confesar que con todos los problemas que hay allí, despertarse por la mañana y ver el malecón, ver ese mar, es fuerza”.

Estas respuestas me han permitido acercarme un poco a lo que la escritora y entrevistadora ucraniana Svetlana Alexievich define como “lo inmutable del ser humano, la vibración de la eternidad”. Los músicos cubanos que han partido de este mundo lejos de Cuba como Generoso Jiménez, Bebo Valdés, Israel López “Cachao” y Cándido Camero son eternos, “nunca podrán morir, porque sus corazones no los tenían aquí”. Luis Aguilé, el argentino amigo, lo proclamó al mundo, cincuenta y cinco años atrás, cuando se fue de Cuba.

Hoy, con mi entrada a la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, elevo la Plegaria de Ernesto Lecuona a la Virgen de la Caridad del Cobre, para que a Cuba “el sol de sus hijos, pronto la calma le haga alcanzar'', “para que en Cuba reine gozosa la paz”.

Ingeborg Portales

Union City, NJ Marzo de 2022

Saturday, May 14, 2022

Presentación de libros

Guillermo A. Belt

 


El Director y la Junta Directiva de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE)

 

y el

 

Centro de Estudios de la Academina Norteamericana de la Lengua Española  (CEANLE)

 

 

 se complacen en invitarlos a la presentación de los libros:

 

El mensaje de un millón de años

 Jorge Covarrubias, ANLE

 

Tiempo para todo bajo el sol

 Guillermo A. Belt, ANLE*

 

El español sefardí como una variedad de la lengua española

Fernando Gil, ANLE y Luisa Kluger, ANLE

 

 

 

Modera: Rosa Tezanos-Pinto, ANLE, CEANLE

 

 

 

 

               sábado 14 de mayo de de 2022

                           11:00 a.m.-12:15 p.m. (hora de Nueva York)

                                  https://iu.zoom.us/j/88928159931


*Miembro de la AHCE