Por Felipe Lázaro
El pasado abril se cumplieron 40 años del
masivo éxodo de ciudadanos cubanos, huyendo literalmente por el puerto del
Mariel hacia el “enemigo del norte”, que representó un gigantesco puente
marítimo de un pueblo que escapaba del
ya entonces fracasado modelo estalinista; copiado burdamente por el castrismo desde
los años 60.
Los cubanos que entonces huyeron en ese post-revolucionario
1980 ya no eran batistianos ni siquiera latifundistas o burgueses. Mucho menos,
comerciantes o propietarios, pues ya todos habían sido eliminados… En realidad,
por el Mariel salió el pueblo llano y pobre (trabajadores, funcionarios,
estudiantes…), porque para esa fecha ya
en Cuba no quedaba ningún vestigio del capitalismo prerrevolucionario (que fue
erradicado entre 1960 y 1968). Tampoco había “cuentapropista” ni
“emprendedores”, todo el pueblo cubano trabajaba para el Estado opresor y, sencillamente, esta descomunal huída a través del Estrecho
de
En esa trayectoria de días (una verdadera odisea) salieron decenas de escritores, pintores y artistas cubanos. La lista de autores cubanos que salieron en esa inmensa huída ha crecido por su obra intelectual posterior y hoy son reconocidos en sus respectivos campos de creación, conformando orgullosamente la extraordinaria generación del Mariel.
No obstante, debemos recalcar, con cierta rotundidad, que estos compatriotas jamás fueron emigrantes, sino cientos de miles de nuevos exiliados políticos que se sumaron a un largo exilio histórico que ya contaba con varios millones…Vale recordar que las autoridades norteamericanas consideraron a esos ciudadanos cubanos, como solicitantes de asilo y no los catalogaron como refugiados económicos.
Solo la lista de creadores e intelectuales cubanos que lograron escapar en esa travesía es una muestra más de la gran pérdida de apoyo popular que ya afrontaba el régimen del 59 tras los sucesos de la embajada del Perú y su consiguiente éxodo marítimo.
Reinaldo Arenas en Betania
Como nuestra casa editora se fundó siete años después de estos hechos históricos, en 1987, no fue hasta esos años finales de los 80 y principio de los 90 que publicamos a algunos autores de ese valorado grupo exiliado, como la poesía completa del icono de esa generación, el narrador y poeta cubano Reinaldo Arenas (Holguín, 1943 – Nueva York, 1990). Poemarios, como: Voluntad de vivir manifestándose (1989) y Leprosorio. Trilogía poética (1990). Y poemarios de Roberto Valero (1990) y Rafael Bordao (1988). Además, de Arenas publicamos otros dos libros: Conversación con Reinaldo Arenas (1990) del profesor cubano Francisco Soto y el libro de documentos Plebiscito a Fidel Castro (1990) con el reconocido pintor cubano Jorge Camacho, como coautor. La edición de este libro fue un proyecto personal de Arenas, el cual desarrolló con sumo ahínco en sus últimos meses de vida.
Ejemplares impresos de estos cuatro libros mencionados los recibió su autor en su apartamento de Nueva York (antes de su suicidio) y me consta –como editor- que se involucró en su difusión y promoción, dentro de sus posibilidades de ese momento final de su vida, como su participación en la presentación del poemario Voluntad de vivir manifestándose en la famosa Tertulia Literaria Hispanoamericana que dirigía el ya fallecido poeta español Rafael Montesinos. Acto celebrado en noviembre de 1989 en el Instituto de Cooperación Iberoamericana de Madrid.
Como simpática anécdota de esa velada madrileña, donde asistió casi toda la nutrida colonia de intelectuales cubanos exiliados, encabezados por Gastón Baquero (sentado en primera línea), recordaré que en medio de la lectura se fue la luz y Reinaldo Arenas que leía con su cadencia usual, soltó, como horrorizado: “¡Dios mío, por un momento pensé que todavía estaba en Cuba!” y siguió declamando sus poemas -de memoria, sin luz- lo que motivó que tan pronto se acabó el apagón, un sonoro aplauso del público le premió que continuará leyendo a pesar de la adversidad de la oscuridad.
Además de estas obras de Reinaldo Arenas en Betania, hay que señalar la selección de su poesía para la antología Poetas cubanos en Nueva York (1988) con Prólogo del profesor cubano José Olivio Jiménez (con los poemas: “Aportes”, Sinfonía”, “Premio”, “Cuando le dijeron”, “Un cuento”, Esas espléndidas diosas” y “Voluntad de vivir manifestándose”) y también poemas suyos en Al pie de la memoria. Antología de poetas cubanos en el exilio, 1959-2002 (2003) con Prólogo-poema del poeta cubano Manuel Díaz Martínez (con los poemas: “Aportes”, “Voluntas de vivir manifestándose”; “Cuando le dijeron”. “Mar”, “El otoño me regala una hoja” y “Autoepitafio”); ambos libros de Felipe Lázaro.
Referente al libro de poesía Voluntad de Vivir Manifestándose, este se divide en cuatro partes: Esa sinfonía que milagrosamente escuchas, Sonetos desde el infierno, Mi amante el mar y El otoño me regala una hoja y en cuanto a Leprosorio. Trilogía poética tiene tres divisiones: El Central (Fundación), Morir en junio y con la boca afuera (Ciudad) y Leprosorio (Éxodo). Como se lee, Reinaldo Arenas sumó a esta segunda entrega betaniana su primer poemario publicado con anterioridad en España: El Central (Barcelona: Seix Barral, 1981). O sea, que estos dos poemarios citados reunían toda la producción poética de Arenas, hasta la edición de Inferno. Poesía completa (Barcelona: Lumen 2001) y su segunda edición (Argentina, 2018) con Prólogo del escritor cubano Juan Abreu.
En este sentido, de Arenas se podría decir que es un poeta tardío, pues publicó su primer libro de poesía -el citado El Central (1981)- a sus 38 años, pero con toda certeza podemos afirmar que ya escribía poesía desde su llegada a
30º Aniversario de su muerte en el exilio
Al cumplirse otro aniversario del
fallecimiento de Reinaldo Arenas (un 7 de diciembre, como la muerte de Maceo)
hay que destacar que su trayectoria literaria
ya ha trascendido a su muerte con una obra espléndidamente lúcida y
rebelde, atrevida y contestataria, profundamente cubana, de una constante
oposición al régimen del 59… Su genuina literatura siempre ha sido disidente y
su narrativa, poemas, ensayos y teatro han desafiado a todo poder represor,
pero, sobre todo, su vida y sus obras son irrefutables testigos y veraces
testimonios que condenan al Estado totalitario castrista que lo machacó sin
piedad y lo trituró en vida, tanto en
3 POEMAS DE REINALDO ARENAS:
Aportes
Carlos Marx
no tuvo nunca sin
saberlo una grabadora
estratégicamente
colocada en su sitio más íntimo.
Nadie lo espió
desde la acera de enfrente
mientras a sus
anchas garrapateaba pliegos y más pliegos.
Pudo incluso darse
el lujo de maquinar
Pausadamente
contra el sistema
imperante.
Carlos Marx
no conoció la
retractación obligatoria,
no tuvo por qué
sospechar que su mejor amigo
podría ser un policía,
ni, mucho menos,
tuvo que convertirse en policía.
La precola para la
cola que nos da derecho a seguir en la cola
donde finalmente
lo que había eran repuestos para presillas
(“¡Y ya se
acabaron, compañero!”)
le fue también
desconocida.
Que yo sepa
no sufrió un
código que lo obligase a pelarse al rape
o a extirpar su
antihigiénica barba.
Su época no lo
conminó a esconder sus manuscritos
de la mirada de
Engels.
(Por otra parte,
la amistad de estos dos hombres
Nunca fue
“preocupación moral” para el Estado).
Si alguna vez
llevó una mujer a su habitación
no tuvo que
guardar sus escritos bajo la colchoneta
y, por cautela
política,
hacerle, mientras
la acariciaba, la apología al Zar de Rusia
o al Imperio
Austrohúngaro
Carlos Marx
escribió lo que
pensó.
Pudo entrar y
salir de su país,
Soñó, meditó, habló,
tramó, trabajó y luchó
contra el partido
o la fuerza oficial imperante en su época.
Todo eso que
Carlos Marx pudo hacer pertenece ya a nuestra prehistoria.
Sus aportes a la
época contemporánea han sido inmensos.
Voluntad de vivir manifestándose
Ahora me comen.
Ahora siento cómo
suben y me tiran de las uñas.
Oigo sus roer
llegarme hasta los testículos.
Tierra, me echan
tierra
Y piedra
Que me cubre.
Me aplastan y
vituperan
Repitiendo no sé
qué aberrante resolución que me atañe.
Me han sepultado.
Han danzado sobre
mí.
Han apisonado bien
el suelo.
Se han ido, se han
ido dejándome bien muerto y enterrado.
Este es mi
momento.
Prisión del Morro,
Mar
Ya no tenemos el
mar,
Pero tenemos voz
para inventarlo.
No tenemos el mar,
Pero tenemos mares
que no podremos olvidar:
El mar encrespado
de la cólera,
el mar viscoso del
destierro,
el fúlgido mar de
la soledad,
el mar de la
traición y el desamparo.
No tenemos el mar,
pero tenemos
mares.
Mares repletos de
excrementos,
mares de gomas de
automóviles
donde
empecinadamente deriva un esqueleto
(las falanges aún
aferradas a la cámara
y el fragor de la
metralla en el oleaje).
No tenemos mar,
pero tenemos
mares.
Mares de
inescrupulosos traficantes,
mares de esbirros
disfrazados de bañistas
y profesores que
comercian con el crimen,
mares de playas
convertidas en trincheras,
mares de cuerpos
balaceados
que aún retumban
en nuestra memoria salpicándola.
No tenemos mar,
pero tenemos
náufragos,
tenemos uñas,
tenemos dedos cercenados,
alguna oreja y un
ojo que el ahíto tiburón no quiso aprovechar.
Tenemos uñas,
siempre tendremos
uñas
y las aguas
hirvientes de las furias,
y esas aguas, las
pestilentes, la agresivas aguas,
se alzarán
victoriosas con sus víctimas
hasta formar un
solo mar de horror,
un mar unánime,
un mar sin tiempo
y sin orillas sobre el abultado vientre del verdugo
Nueva York, noviembre de 1983.
Todos los poemas
pertenecen al poemario Voluntad de vivir
manifestándose (Betania, 1989).
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Bibliografía
de Reinaldo Arenas (actualizada, 2020):
Poesía:
El Central (1981), Voluntad de vivir
manifestándose (1989), Leprosorio.
Trilogía poética (1990) e Inferno.
Poesía completa (2001 y 2018).
Narrativa:
Celestino antes
del alba (1967), El
mundo alucinante (1968 y 1969), Con
los ojos cerrados (1972), El palacio de las blanquísimas mofetas (1980),
La vieja Rosa (1980), Termina
el desfile (1981), Cantando en el
pozo (1982), es otra edición de Celestino antes del alba, Otra vez el mar (1982), Arturo, la estrella más brillante (1984),
La loma del Ángel (1987), El portero (1989),
Viaje a
Ensayo:
Necesidad de
libertad (1986), Un
plebiscito a Fidel Castro (1990) con
Jorge Camacho como coautor, Conversación
con Reinaldo Arenas (1990) de Francisco Soto.
Teatro:
Persecución (1986).
Revista: Mariel (1983-1985).
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Libros
de Reinaldo Arenas en Betania (disponibles):
* Voluntad
de vivir manifestándose (1989).
128
pp. Colección Betania de Poesía ISBN:
84-86662-09-5. PV: 15.00 euros.
* Leprosorio. Trilogía poética (1990).
144
pp. Colección Betania de Poesía. ISBN: 8486662-67-2. PV: 15.00 euros.
* Un plebiscito a Fidel Castro (1990) con Jorge Camacho (coautor).
152
pp. Colección Documentos. ISBN: 84-86662-68-0. PV: 15.00 euros.
* Conversación con Reinaldo Arenas (1990) de Francisco Soto
72
pp. Colección Palabra Viva. ISBN:
84-86662-57-5. PV: 10.00 euros.
Felipe Lázaro. Poeta y editor cubano. Nació en Güines (La Habana, Cuba) en 1948. Se exilió en 1960, residiendo en Puerto Rico desde 1961 hasta 1967, y, desde entonces, en España. Editor-Director de la editorial BETANIA, desde 1987. Fue uno de los fundadores de las revistas Testimonio (1968), La Burbuja (1984) y Encuentro de la cultura cubana (1996) y Redactor Jefe del periódico La Prensa del Caribe (1997) editado por el Centro de Estudios del Caribe en Madrid. Actualmente es Vicepresidente de la Asociación Cultural “Gastón Baquero”, miembro de honor de la Asociación Cultural “Con Cuba en la distancia” y miembro del Consejo Editorial de la Revista Hispano Cubana y del Boletín del Comité Cubano Pro Derechos Humanos (España). Ha publicado los poemarios Despedida del asombro (1974), Las aguas (1979), Ditirambos amorosos (1981), Los muertos están cada día más indóciles ( 1986 y 1987), Un sueño muy ebrio sobre la arena (2003), Data di scadenza. Antología poética , traducción de Gaetano Longo (2003) y Fecha de caducidad, antología poética (2004). También es autor de los libros Conversación con Gastón Baquero (1987 y 1994), Entrevistas a Gastón Baquero (1998) y Gastón Baquero: la invención de lo cotidiano (2001).
DOCUMENTACION MUY DETALLADA SOBRE LA OBRA DE REINALDO ARENAS, EN MI OPINION UN TITAN DE LA LITERATURA CUBANA. IMPLACABLE Y CERTERO... PARA USTED AUTOR DEL ARTICULO FELCITACIONES Y AGRADECIMIENTO POR DAR A CONOCER LA OBRA COMPLETA DE ARENAS,
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