Saturday, November 27, 2021

EL RETO DE PLANTADOS: GÉNESIS, INVESTIGACIÓN Y GUION[1]


Lilo Vilaplana

 

Desde el momento en que Ángel De Fana y Ernesto Díaz Rodríguez me invitaron a conversar con Leopoldo Fernández Pujals para retomar el proyecto de realizar una película sobre los presos políticos Plantados, sabía que me estaba enfrentando a un enorme reto y, como todo reto, a una experiencia tanto artística como histórica y que serían muchos los obstáculos que aparecerían en el camino. No obstante ello, estaba dispuesto a hacer justicia histórica, que es una máxima que me acompaña. Pero nunca imaginé lo inmenso que sería el desafío. 

A los ex presos políticos cubanos Ángel De Fana y Ernesto Díaz Rodríguez los conocí mientras dirigía la serie Leyendas del Exilio que producen América TeVe y Vilaplana Films para el Canal 41 de Miami, financiada por Carlos Vasallo. 

Cuando ellos me hablaron del proyecto, me adelantaron una breve historia del origen de la idea: Al salir de la cárcel, después de 27 años de prisión como plantado, José Pujals Mederos, tío del empresario Leopoldo Fernández Pujals, le narra a su sobrino la experiencia de esos largos años en las cárceles castristas. Leopoldo decide apoyarlos para contarle al mundo esa historia que la dictadura no dejaba asomarse ni a las rejas de las terribles prisiones. Viajan a diferentes eventos y tienen distintas vivencias. Surge la idea de hacer un filme donde se contaría la epopeya de los Plantados.

Leopoldo encarga el guion a un renombrado cineasta francés. Pero el enfoque de la historia que éste había plasmado no reflejaba la cruda realidad del presidio político plantado. A partir de ese desengaño, se realizan varios intentos con distintos artistas. Pero el resultado final no difiere en mucho del guion inicial, por lo que no tardan en descubrir que los cineastas elegidos, al igual que el francés, temen enfrentarse al castrismo e intentan edulcorar la historia. Sus textos no se corresponden con el espíritu combativo de los plantados, ni se acercan a la realidad que se vivió en aquellas mazmorras. Por eso continuaron tratando de llevar a cabo el proyecto incluyendo a otro encumbrado escritor, para lo cual el propio Fernández Pujals viajó a Hollywood, donde concertó un acuerdo con el nuevo guionista. El resultado también fue desalentador.

Pero aun así, ni Leopoldo ni los plantados que compartían sus anhelos se dieron por vencidos. Poco tiempo después se realiza un tercer intento, esta vez para plasmar las experiencias del presidio político en un libro, que se utilizaría como punto de apoyo para la película. El experimento llevaba más de año y medio en curso. Durante ese tiempo, el escritor norteamericano se dio a la tarea de entrevistar, por lo regular en casa de Roberto Perdomo, a numerosos ex presos políticos plantados. Pero, nada; la historia que iba apareciendo en las páginas tampoco convencía, entre otras razones por el retorcimiento irreal y confuso del texto.

Fue entonces que Ángel De Fana y Ernesto Díaz Rodríguez concibieron la idea de plantearles a Fernández Pujals el poner fin a la escritura del libro y colocar el destino de la película en mis manos. Se habían perdido más de 20 años desde que en el propio hogar de Leopoldo, durante una reunión de trabajo con el equipo de Plantados, él había decidido ofrecerles su apoyo para difundir en diversos países del mundo la ejemplarizante experiencia del presidio político plantado.

A la reunión concertada en el yate privado de Fernández Pujals, además de Díaz Rodríguez (22 años de presidio político) y De Fana (20 años de presidio político) se encontraba presente Roberto Perdomo, ex preso político Plantado por 28 años y el abogado Marcell Felipe. Esa noche estrechamos las manos, como se firma un pacto de honor, y empezamos a dar vida a la película desde cero. Leopoldo estableció el presupuesto con que contaríamos.

Me negué a leer los guiones escritos anteriormente. Comenzaría desde mi propia experiencia en la investigación sobre esa historia fascinante de tenaz resistencia ante toda adversidad impuesta por Castro. Fueron varias semanas de infinitas reuniones con ex presos políticos, familiares, amigos, personas que desde cerca conocieron estas historias. Lectura y relecturas de varios libros sobre el tema: Contra toda esperanza, de Armando Valladares, Memorias de un prisionero político de Ángel Pardo y Rehenes de Castro de Ernesto Díaz Rodríguez, este último de una ayuda importante para la creación del guion. También revisé PLANTADOS, la página que administra Miguel Sánchez, hijo de uno de los primeros plantados: Nerin Sánchez. Observé varios documentales sobre el tema. Conocía un poco la historia por la experiencia de entrevistar en el docudrama Leyendas del Exilio a presos políticos como Agapito “El Guapo” Rivera, Cary Roque, Concha San Gil, Pedro Corzo, Ana Lazara Rodríguez, Ángel Cuadra, Olga Morgan, Sixto Nicot, y a quienes además fueron mis asesores históricos de Plantados: Ernesto Díaz Rodríguez y Ángel De Fana. Pero sumergirme en esa historia, conocerla más profundamente, fue impactante. 

Sabía que necesitaba conseguir una identificación con el público actual y lograr un interés dramático vigente para atrapar al espectador. Por eso, decidí crear una historia que actualizara el conflicto, para hacerla cercana al público, convirtiéndose en el eje central de la trama: Un expreso político se encuentra en Miami con un esbirro que en Cuba, años atrás, los torturó en prisión y asesinó a varios de sus compañeros. El expreso político se debate entre la venganza y la justicia; el último de cuyos elementos que es por lo que siempre ha abogado el presidio histórico.

Ya en mi haber tenía un buen manojo de historias, de personajes. La tarea ahora era armar el guion y decidí llamar a mi amigo, el excelente escritor disidente que vive en Cuba, Ángel Santiesteban, expreso político cubano y también cineasta, para que me acompañara en esta travesía dramática. Arrancamos a trabajar, uno de los retos era que los personajes del pasado, los presos, no fuera ninguno en específico y a la vez los representara a TODOS; al igual que el expreso de la actualidad, puede ser cualquiera de los PLANTADOS. Lo mismo queríamos con los esbirros, esos carceleros que responden a la dictadura, están identificados en estos personajes.

Después de un estudio profundo de la historia, sabíamos que “La mojonera” estaba en Isla de Pinos, las terribles tapiadas en la cárcel de Boniato y en otro rincón remoto las Gavetas de San Ramón y Tres Macíos. Aunque se fusilaba en toda la Isla, el paredón estaba ubicado en La Cabaña, por lo que decidimos, apoyados en la experiencia del director de arte Guillermo Mediavilla, hacer una cárcel ideal donde se reunieran todos los elementos que identificaban a las múltiples prisiones de Cuba; un centro penitenciario que permitiera simbolizar en forma concentrada y objetiva la historia del presidio político histórico.

Luego de varias versiones que minuciosamente revisaban De Fana, Díaz Rodríguez y Fernández Pujals con su equipo, decidí incorporar al conocido escritor y periodista Juan Manuel Cao, quien nos llegaría con una visión fresca y crítica para enriquecer la obra. Y así fue.

Después de 17 versiones quedó aprobado el guion para iniciar el proceso de pre producción de la película.

 

La clave de cualquier rodaje: PRE PRODUCCIÓN.

Para comenzar la preproducción de la película, se designó un equipo por parte de Centurión Films, con Carlos Centurión de productor Ejecutivo y Ramón Quintero sería el Financiero. Por Vilaplana Films, la Productora Ejecutiva sería Irasema Otero y la Contadora Ada María Tejeda, que apoyadas en su equipo de productores compuesto por Fidel C. Orizondo, José Ramón Pérez, Rafael Rodríguez y Miguel Pérez empezarían a organizar todo el equipo de trabajo.

Luego de buscar locaciones y no encontrar nada parecido a los lugares que nos relataban los presos, tomamos la decisión de construir la escenografía. Alquilamos todo un piso de los estudios M3, donde además tendríamos la oficina de producción y esto facilitaría todo al tener la oficina al lado de los escenarios donde se rodaría el 60 por ciento del filme. 

A diario nos visitaban presos, familiares y personas que le aportaban al proyecto, se reunían con el equipo de trabajo y nos asesorábamos de cada detalle para iniciar los diseños y empezar a buscar todo lo necesario para hacer la película.

Al frente del equipo de arte fue designado Guillermo Mediavilla, un experimentado escenógrafo con una gran trayectoria en el cine. Su grupo de ambientación estuvo compuesto por la segunda al mando Panchy Sifontes y al frente del departamento de ambientación estaría Sandra Pérez. Como asistentes estarían Gustavito León y  Lheyer, y dos estupendos actores que conozco desde mis inicios en Cuba se alternarían como asistentes de ambientación: Gilberto Reyes actuaba en la etapa del presente en Miami, mientras Abel Rodriguez trabajaba como ambientador, y luego, cuando Abelito fue internado en la galera, Gilbertico lo reemplazo en las labores del departamento de arte.

Para crear el equipo de Maquillaje buscamos a la excelente profesional Ángela Fischer que estaría acompañada de Moraima Alfonso y Oscar Romero (El Divo). Cuando teníamos escenas de golpizas tumultuarias también contábamos con el apoyo de Natalia García.

El departamento de vestuario se armó rápido. Llamé a Elaine Cardella, con la que había trabajado cuando dirigí la serie Dueños del Paraíso, y ella me recomendó traer de asistente a Jeaneth Fontanellas y de diseñadora a Katerine Forkin.

Al director de Fotografía lo hicimos viajar desde Colombia, Carlos Andrés Hernández, al que conozco desde sus inicios y con el que he trabajado en varios proyectos. Tengo gran confianza en “El Mono” (como cariñosamente le llamamos) y de solo mirarnos en el set nos ponemos de acuerdo y sabemos cómo proceder.

El equipo de dirección lo conformé con profesionales que conocía de otros proyectos que habíamos trabajado juntos: Nitsy Grau seria la directora Asistente, mi hijo Camilo Vilaplana, recién graduado de cine en Boston, me funcionaría como primer asistente de Dirección y Mónica González, la segunda. También contratamos a María Eckardt como script.

La post producción sabía que la realizaríamos en Colombia con los Duque (Samuel padre e hijo) dueños de Foxtelecolombia, una empresa con la que he trabajado por muchos años y confío mucho en su calidad profesional. La música original la realizaría el magnífico artista cubano Arturo Sandoval. Ya más adelante les contaré en detalle de todo este largo proceso de post producción.

Irasema Otero, que además de ser la Productora Ejecutiva se encargó del casting junto a su asistente Pedrito Rosario, empezaron a organizar las audiciones. El trabajo fue intenso, el mayor reto era lograr el parecido entre los actores que interpretarían al Ramón y el Mauricio de la actualidad y del pasado. Finalmente, logramos un gran elenco entre actores experimentados y jóvenes talentos. Aunque sabíamos que los militares de la prisión no tienen barba, quisimos imponerla en el esbirro para mostrar la imagen que siempre ha “vendido” la revolución, barbudos de verde olivo. Esa y otras licencias artísticas nos dimos el lujo de tomarnos en esta obra de ficción inspirada en hechos reales, como se aclara al inicio del filme.

El elenco quedó conformado de la siguiente manera: Ramón (Joven), Ricardo Becerra; Ramón (Actual), Gilberto Reyes; Mauricio (Joven), Frank Egusquiza; Mauricio (Actual), Carlos Cruz. En la línea de la actualidad están los hijos de los Plantados, el personaje Gabriel, interpretado por Ariel Texidó, que es el hijo de Jorge el poeta al que le da vida Fabián Brando, y Jeffrey Batista se mete en la piel de Mario, el hijo del plantado José, interpretado por Adrián Más. Otros coprotagónicos son Héctor Medina que hace de David, Conrado (Boncó) Cogle que representa a Alfredo, El Chino Julio es desarrollado por Alejandro Gil y Yerandi Basart hace de Pablo. La estremecedora interpretación  de Abel Rodríguez hace que se gane el personaje de Ricardo y Joel Lara impacta con el casting al preso del sombrero.

Los guardias comandados por El Cabo que estelariza el experimentado Roberto Escobar es acompañado por el carismático Carlos Acosta que hace de Pistolita y Aura Coja se lo gana Javier Fano. El actor boricua José Brocco se encarga de interpretar a Perro Prieto y Caballo Loco se le otorga a Alberto Pujol. Otros actores y actrices nos acompañan en la obra con contundentes interpretaciones, las experimentadas Vivian Ruiz, Isabel Moreno, Grettel Trujillo y Yani Martin tienen escenas importantes junto a las jóvenes Mila Vilaplana, Jennifer Rodríguez, Anne García, y Alina Robert.

También se hizo casting para otras apariciones importantes en la cinta y se seleccionó a Guillermo Cornelio (El Guille) Leopoldo Morales, Carlos Calero, Nitsy Grau, Luis Felipe Bagós, Héctor Vilató, entre otros. Ernesto Diaz Rodriguez, por sugerencia de su esposa Alicia, un día me envía la foto de su nieta Nicole y su rostro tierno era perfecto para interpretar a la nieta del esbirro Mauricio.

Muchos actores que participaron en el casting no quedaron en papeles principales y pedían estar en el filme. Unos se vistieron de guardias y otros se incorporaron en calzoncillos a las galeras. Contamos con figurantes y extras de lujo: Alejandro Milian, Alexis Rodríguez, Rafael Pedrosa, Roberto Bello, Tamara Melian, Serafín Moran, Steven Salgado, entre otros más.

Una tarde, repasando detalles en casa de Guillermo Mediavilla (el director de arte), fui a servirme un café en su meseta y me detengo a recorrer con la vista su casa estilo loft y le pregunto si podía grabar allí, él arqueó los labios hacia abajo como un payaso triste en señal que no le importaba y miró a su esposa Estrella Guerra, que aceptó. De esa manera quedó definida la locación que sería la morada de Ramón. Conversamos un rato dando ideas de cómo intervenirla para que se transformara en la casa del protagonista. Un domingo salgo con Irasema a recorrer los barrios y cruzando una rotonda en un tranquilo barrio descubrí una casa de puntal alto y escaleras al frente, así imaginaba que viviría el oportunista Mauricio en Miami, tome la dirección y al otro día Fidelito Orizondo conseguiría que pudiéramos grabar en esos predios. El equipo de producción buscó el colegio que resultó ser Lincoln - Martí y el supermercado Presidente. Los aprobé.

Ya con los actores seleccionados y el equipo de producción listo, arrancamos a trabajar y, a medida que se ensayaba, se construían el pasillo de celdas, las tapiadas, el comedor, la oficina, las galeras, la celda de castigo, las gavetas, el patio de la prisión y se modificaba el taller. Se iban seleccionando los exteriores como el campo de trabajo forzado, y se desató la construcción de la laguna de excremento y el camino con la garita. Mientras todo avanzaba, buscábamos locaciones como el supermercado, la escuela de la nieta del esbirro, las calles, la casa de Ramón, y para Mauricio teníamos que conseguir la fachada de su casa y el centro de trabajo que resultamos grabando en el restaurante Don Camarón.

Se iban armando las canteras en los predios propiedad del guajiro José Antonio, que generosamente nos ayudó a realizar y también a colocar los tráileres donde retienen al esbirro. Para hacer planos generales y el paredón de fusilamiento, como en el castillo de San Carlos de La Cabaña, de La Habana, fuimos a visitar locaciones al Castillo San Marcos en San Agustín al noreste de la Florida para rodar el exterior de la prisión, pero nunca nos concedieron ese permiso, por lo que terminamos filmando dos días en Puerto Rico en el Castillo de San Cristóbal donde tuvimos que viajar 35 personas a la Isla del Encanto.

Mientras Gustavo León, jefe de construcción escenográfica, trabajaba con su equipo de carpinteros, el talentoso Wilgen y Daniel Córdoba (al que llaman cariñosamente El Cordobés, por la región argentina de donde procede), iban avanzando con la maravillosa textura. Me decían: “¿Usted quiere que estas paredes lloren? Lo va a sentir.” Y así fue. Realizaron un trabajo extraordinario. 

El equipo de vestuario avanzaba con los diseños y confecciones, ambientación con los elementos a usar, Fidelito C. Orizondo, uno de los productores, era el encargado de sacar de manera clandestina de Cuba 20 bandejas para las escenas de las comidas, el camión militar se consiguió en Texas y desde allá se trajo.

El importante empresario cubano y mecenas de algunos proyectos artísticos, Miguel Grillo Morales, aportó uno de los Jeep y la camioneta del protagonista; demostrando, además, que su afición a la carpintería no es un solo un hobby, sino que lo hace muy bien. Grillo le construyó el cajón que pedí en la parte trasera. También se logró localizar un Jeep ruso, una moto Ural con sidecar. En fin, que eran muchos detalles para poder sacar adelante el film.

Con el elenco ya seleccionado íbamos preparando los personajes poco a poco. Hablábamos con los presos, los actores estudiaban minuciosamente las escenas, las relaciones, se ensayaban las distintas secuencias. Los actores que interpretaban a los presos fueron sometidos a una rigurosa dieta, y día a día se reunían con los verdaderos plantados y se aprendían el Himno de la Montaña de Manuel Villanueva; ensayábamos constantemente, mientras veíamos construir los escenarios. Además, los actores recibían entrenamiento para las escenas de acción guiados por stunts que los preparaban rigurosamente. La exigencia era constante para lograr que todo estuviera en el tiempo previsto.

Empezamos a armar el equipo técnico, escoger los filtros y la cámara con que íbamos a filmar, y decidimos que rodaríamos con la Alexa Mini de Arry, y nos traeríamos desde Colombia al camarógrafo con su steady cam Trinity, Alexander Lesmes (Capax) un cotizado profesional con el que había trabajado varias veces en aquel país. Capax viajó a Miami con su esposa Lucy Lozano que era, además, su asistente. Con el foquista Nicolás Calzada y con Roberto Otero como primero de cámara, quedaba completo ese grupo.

Necesitábamos disponer del Crew de luces y llamamos a la empresa de Tony Font. Ya Carlos Andrés y yo lo conocíamos cuando vinimos a rodar a Miami con Foxtelecolombia la segunda temporada de la serie El Capo, y el nivel profesional de la compañía FairPlay Grip and Lighting y su disposición para apoyar los proyectos que ejecutan es impresionante, pedimos a Nicolás Donado (Chachito) como Gafer y fue acompañado de un excelente grupo de entusiastas luminotécnicos.

Para el sonido, escogí a Manuel Hernández, un magnifico especialista con quien trabajo con bastante frecuencia y sus asistentes eran Ariel Novo y Álvaro de la Rosa. El sonido es fundamental y sabía que con Manuel estaría garantizado este departamento.

Ángel De Fana, Ernesto Díaz Rodríguez, Agapito “El Guapo” Rivera, Roberto Perdomo, Maqueca, Basilio Guzmán, Alberto Grau, Del Pino, Ignacio Cervantes (Pichi), Servando Infante, El Hueso, Napoleoncito, verdaderos presos políticos, nos visitaban constantemente en los estudios. El equipo de artistas y los históricos presos nos convertimos en una familia que ha seguido unida más allá de esos intensos días mientras trabajábamos en Plantados

Incorporamos como asistentes de producción al ex preso político cubano que estuvo encarcelado desde 1990 hasta 2007 (17 años y 38 días) Jorge Luis García (Antúnez), acompañado de dos jóvenes en la asistencia de producción: Didier Santos Moleiro y Franky Fleites. 

Todos los días llegaba al estudio y lo recorría de punta a cabo, entrando a cada local dispuesto para cada departamento, iba mirando como las paredes ganaban tonalidades ocres y verdes y además iban texturizándolas, las embadurnaban de moho poco a poco, el cuartico de ambientación era un hervidero de trabajo avejentando jarros y preparando los elementos de cada preso, llegaban pedidos por internet los fusiles y las pistolas, los candados, y salía alguien a conseguir el televisor ruso que se necesitaba para una escena especifica. En la zona de vestuario pintaban las P de preso en los trajes amarillos y De Fana rectificaba el tamaño, hasta lograr estamparlo exactamente como él lo recordaba. Maquillaje me mostraba distintas heridas y pececitos realizados con silicona. Mediavilla corría, bajaba y subía las escaleras olvidándose de sus años, dando indicaciones precisas. Panchy, sentada con las piernas cruzadas sobre la silla, frente a su computador, compraba por internet los elementos que iban llegando poco a poco.

Durante este proceso recibimos la visita de muchas personas que querían saber que estábamos haciendo: Políticos como Marcell Felipe, Lincoln Diaz Balart, el alcalde Francis Suarez, el ex alcalde Javier Suárez, Rosa María Payá, Comisionados como Manolo Reyes y Joe Carollo, Importantes empresarios como Carlos Vasallo, personalidades como Diego Suárez, luchadores como Elsa Morejón, los padres del piloto de Hermanos al Rescate Mario de la Peña, asesinado por la dictadura castrista, etc.

En ese estudio inmenso y sin poder disponer del ascensor, más otros miles de inconvenientes con el dueño del lugar que después de firmado el contrato nos quería hacer insoportable la estadía en el sitio. Se perdían elementos o trataba de inventar excusas para afectar la producción, colocaba todo tipo de obstáculos. Así y todo pudimos estar listo a tiempo.

Solo faltaba colocar el nombre del taller que en un principio acordamos que se llamaría CHANES como homenaje al ex preso político que estuvo el mayor tiempo en prisión 30 años: Mario Chanes de Armas. Después de dos meses de preparación, ya con el equipo listo, empezamos el rodaje.

 

La aventura del rodaje.

El 28 de octubre de 2019 comenzamos el rodaje de nuestra película. Muy temprano nos llega la noticia de que Armando Sosa Fortuny había muerto en Cuba, un preso político que cumplió en total 43 años de prisión y murió en una cárcel castrista. Ángel de Fana se comunica con Leopoldo Fernández y me presentan la idea de colocarle al taller el nombre “Sosa Fortuny”, y así lo hicimos.

La película se rodó en 32 días en Miami y Puerto Rico. Voy a contar los eventos más importantes que recuerde de esta hermosa experiencia. Ahora, revisando los surcos de la memoria, se me vuelven a encharcar mis ojos por la emoción.

El más hermoso de los recuerdos, el que albergaré para siempre en mi corazón, fue el día que unos ancianos ex presos políticos llegan al set cuando rodábamos las escenas de las Galeras y empiezan a verlo todo asombrados por el realismo logrado, se les descubre en el rostro que han regresado a ese pasado que vivieron. Se detiene el rodaje. Todas las miradas caen sobre estos venerables plantados. Ellos se detienen frente a las rejas, les cuesta dar un paso adentro de ese mundo de horror que estábamos recreando en la ficción y ellos protagonizaron en la vida real. Finalmente, entran. Hay un silencio enorme; caminan despacio, escrutando con la mirada cada centímetro. Llegan hasta la pared del fondo donde está el turco (Baño, ducha con un hueco que sirve de inodoro), miran hacia la claraboya enrejada y la potente luz que está sobre el andamio les ilumina los rostro y vemos las lágrimas correr por sus curtidas mejillas. Respiran hondo y cuando se disponen a regresar, un espontáneo aplauso arranca por los actores, extras y se suman los técnicos y todos nosotros y con las palmas las lágrimas de nosotros se unen a la emoción que los estoicos plantados están viviendo. Desde las oficinas vienen también rápido y aplaudiendo los del equipo de producción. Un aplauso grande, hermoso, cerrado. Recuerdo a Capax el camarógrafo que, mirándome llorando, me dice en su tono tan popular: “¡Que machera…!” Cuando levanté la mirada recorrí los rostros de los presentes: todos en el set estaban llorando.

En otra de las visitas que tuvimos, llegaron dos señores que habían estado plantados en Isla de Pinos y los actores que interpretaban los presos políticos fueron hacia los reales plantados y los abrazaron, estrecharon sus manos. Alberto Pujols, que interpretaba a uno de los guardias se acercó, amable y vestido de verde olivo. Le extendió su diestra. El plantado lo miró con desprecio y no le estrechó la mano. No pudo diferenciar entre ficción y realidad; todos lo entendimos.

En los rodajes hay momentos que jamás queremos que sucedan. Despedir a alguien del equipo siempre duele en el alma y más cuando el grupo se ha convertido en familia. Era un día difícil con secuencias muy complicadas: La fuga de Ramón Joven en el cañaveral y el asesinato en el campo de trabajos forzados. Me reservaré el nombre de la persona que no pudo llegar al final de este proyecto.

Siempre que arranco un rodaje, me aprendo el guion de memoria, quienes trabajan cerca de mi pueden dar fe que pocas veces miro el texto para montar una escena. Sabía lo importante del momento de la fuga del protagonista, por eso insistí en tener el camión de época desde que se inició la preproducción para que se preparara el escondite y quedara creíble. El viejo camión estuvo parqueado dos meses en el patio de los estudios y la persona responsable de hacer esto nunca desató el trabajo de tan importante momento. El día del rodaje llegamos temprano al cañaveral que le alquilamos al guajiro Roberto Cruz en el corazón del Doral, donde antes había grabado Leyendas del Exilio, que Miguel Grillo me consiguió con el contacto con Cruz; no podía creer que un paisaje tan rural y cubano estuviera en este lugar rodeado de amplias avenidas y enormes edificios.

Al llegar, pedí el camión, quería chequear que estuviera como lo había ideado. No me lo traían, voy marcando cámaras y macheteros y vuelvo a pedir el camión hasta que me doy cuenta que algo raro está pasando. Me subo a un carro de golf que usan los asistentes de producción para hacer más rápido los traslados en el extenso potrero y cuando llego al lugar donde está parqueado el camión me doy cuenta que están improvisando el escondite. Todo era falso y ridículo. No podía suspender (de hecho no soporto suspender un día de rodaje) y dije en voz alta: “Yo voy a hacerlo; pero, quien sea responsable de esto, se va.” Y así fue. Apoyado por mi equipo, busqué en la finca elementos que necesitaría para aforar la cama del camión, armamos el escondite, empezamos a grabar, se atascó el camión, casi se nos desmaya Ricardo Becerra, por sus carreras en la fuga en plena la dieta, para que su personaje luciera más delgado; en fin, que fue un día difícil y la siguiente secuencia la tuve que realizar con la luz del sol, colocándome un cronometro en contra. Al final a la persona responsable de este error tan lamentable no le permití seguir en el equipo. La disciplina y el compromiso para mi tienen un significado especial.

La zanja de excremento fue otra experiencia difícil. En Miami hay zonas que a dos pies del suelo encuentras agua y eso nos pasó. Apenas comenzaron a cavar la laguna el agua salía a borbotones y necesitábamos estancarla porque había que ligarla con melaza que traeríamos en carro tanques de un central en medio de La Florida, para que simulara los excrementos de la fosa séptica donde los comunistas introducían castigados, todo un día, a los prisioneros políticos para quebrarles la moral. Se logró hacer una especie de  espejo de agua y una zanja por donde caminarían arrodillados los presos porque no se podía cavar más profundo que tres o cuatro pies por donde andarían los condenados. Se cementó el piso, se le echó esa agua con melaza, trozos de corcho y otros elementos para que parecieran excrementos, había tubos submarinos que emitían burbujas de aire, se colocaron unas plantas, que se trajeron en macetas, para ambientar la orilla de la laguna. En fin una gran producción para dos secuencias de la película.

Si construir la laguna de excrementos fue una tarea ardua, igual de difícil fue grabar a pleno sol con un elenco de más de 50 personas, además del equipo técnico y de producción, los dobles y escenas violentas. Un helicóptero de un canal de televisión en ingles sobrevolaba la escena y no nos dejaba rodar con el ruido de las aspas; los actores, agotados; producción, exigiendo el corte de almuerzo. Los actores y yo decidimos terminar la angustia de la secuencia: pedimos unos sándwich que devoramos mientras continuamos el rodaje hasta terminar exhaustos, pero felices de lograr concluir el plan del día.

Las famosas gavetas se construyeron por indicaciones de hombres que padecieron esa terrible tortura de enclaustramiento, donde cuatro hombres eran colocados en una estrecha celda de un pie de ancho por seis de alto y cinco de profundidad. Donde había un hueco donde hacer sus necesidades y, al taparse constantemente, le daban periódicos donde depositaban sus excrementos y como orinaban desde la reja al pasillo, debajo colocaban los excrementos envueltos en papel periódico como un dique para que los orines no entrara a las estrechas gavetas. Uno dormía acostado a los pies de los otros tres que estaban obligados a estar de pie. Estos hombres resistieron hasta tres meses en este lugar, sabían que si claudicaban y entraban al plan, seguirían los demás compañeros hasta quebrar la moral de todos. Los plantados resistieron. Esta secuencia donde el poeta es llevado a este castigo y Ramón presencia cuando Mauricio se ensaña en Jorge, fue muy difícil de realizar, había que tener 16 jóvenes desnudos en un espacio de cuatro reducidas celdas. Cuando llevábamos tres horas de rodaje, los seis extras dijeron que no seguían, que era demasiado fuerte. Salieron y renunciaron a continuar su trabajo. Irasema, la productora ejecutiva se me acercó a decirme que estábamos en problemas y yo le dije que quería hablar con los muchachos a los que le agradecí por soportar tanto y les dije que los plantados reales eran titanes porque ellos apenas habían estado unas horas tomando agua, refresco o lo que querían, y no soportaron. Que se imaginaran vivir realmente ese instante sin saber cuándo los iban a sacar de ese infierno. Dije que los entendía, que eso era para gigantes de espíritu, no para hombres normales. Les di las gracias, adelanté el corte de almuerzo para que pudieran conseguir seis reemplazos y poder continuar la secuencia que es una de mis preferidas de la película.

El día de más adrenalina en el rodaje fue cuando hacíamos la persecución del expreso político Ramón al esbirro Mauricio (Interpretado por Carlos Cruz) en Miami. Ya habíamos realizado los planos general, los cámara car, etc. Faltaban los planos del actor Gilberto Reyes manejando a Magnolia, como nombra su dueño Miguel Grillo a la clásica camioneta roja.

Nos preparamos para iniciar rodaje. En la cabina iba Capax, el camarógrafo. En el platón, el primero de cámara, el foquista, el Gafer y un asistente de luces. En una camioneta van, siguiendo al auto del protagonista, íbamos el resto del equipo, solo iríamos los imprescindibles para chequear los planos desde los monitores. El base camp con el resto del equipo, quedó en el parqueo que hay detrás del parque del dominó en la calle 8.

De repente la camioneta se “desboca” y veo a Gilberto hacer giros que no estaban previstos y ya parecía una persecución de un thriller de acción y no la película histórica que estábamos haciendo. Nos miramos desconcertados de lo que estaba pasando. Había perdido los frenos.

Los buenos reflejos de Gilbertico y su destreza al volante evitaron que terminara en una tragedia esquivando a varios autos, peatones, subiendo la camioneta a un jardín y haciéndola perder velocidad antes de detenerla contra un árbol. Oscarito, que estaba a cargo del vehículo, y que revisaba periódicamente, se bajó rápido de la van y caminó pálido hasta Gilberto. Yo me aseguré que todos estaban bien y, en medios del caos, escucho a Oscarito que le dice a Gilberto: “Lo hiciste muy bien, tú y yo somos mojón de la misma tripa…” Me reí en medio del momento de caos, y rápido anuncié: “Fuera del aire”. Esta fue el único día que terminamos de rodar temprano.

 

El bordado final: POST PRODUCCIÓN.

La etapa de post producción siempre es difícil y esta nos tocó en el inicio de la pandemia del virus comunista Chino. Estaba previsto que viajáramos a Colombia, porque habíamos contratado los servicios de Fox Telecolombia para la terminación de Plantados. Fue imposible ir, así que fueron intensos meses de trabajo con el editor Camilo Escobar, la coordinadora Diana Torres, el VFX Daniel Saravia, el magnifico trabajo del colorista Santiago. Es de destacar el impecable trabajo del equipo de sonido dirigido por Piedad Mora. La creación del tráiler, el teaser, los efectos visuales, fueron largos meses de trabajo desde un computador.

La música quedó en manos del importante compositor Arturo Sandoval, famoso trompetista cubano que vive en los Ángeles y ha compuesto música para varias películas, entre ellos para el importante cineasta estadounidense Clint Eastwood. Lo conocí cuando fui a su casa en Tarzana a grabarle su testimonio para el capítulo dedicado a él en la tercera temporada de la serie Leyendas del Exilio. Tener a Arturo haciendo el score de la película fue un verdadero lujo.

Para llevar o traer el material a Colombia, con tantas restricciones que nos trajo el maldito virus, teníamos que hacer verdaderos operativos, pero logramos estar listo a tiempo con todas las correcciones que se necesitaron hacer. Estoy agradecido de Samuel Duque, y Samuel Duque Jr., Ana Barreto y todos los ejecutivos, artistas y técnicos que pusieron lo mejor de si para lograr un terminado impecable en Plantados. Entre todos los que trabajaron en el proyecto estuvieron representados, además de Cuba, Argentina, Venezuela, Colombia, Puerto Rico, República Dominicana y Nicaragua.

 

El Reto del estreno.

Con la película lista, lo más difícil sería colocarla en algún festival a competir. La complicidad de la izquierda con el castrismo no es un secreto para nadie. Es la mano siniestra la que maneja festivales y eventos, la mayoría de la prensa y las organizaciones que rigen el mundo.

En varios Festivales colocaron trabas a Plantados, como también en Netflix, donde exhiben la oprobiosa película La red Avispa, y desde donde nos enviaron un email donde nos comunicaban que Plantados no era un tema que le interesaba mostrar a esa plataforma.

Desde que el filme quedó terminado había varias copias en Cuba, listas para sacarla a la calle apenas les dijéramos. Cuando voy rumbo al estreno en el Festival de Cine de Miami, recibo la llamada de Ángel de Fana que me dice: “Autorizado, que se vea en Cuba.”

El estreno de la pelicula se realizó a la vez en Miami y en Cuba. En la isla, los cubanos desesperados buscaban Plantados, muchos opositores se reunieron para verla y enviaban videos hablando del filme, llorando por la emoción que le transmitía la pelicula. Plantados se regó por toda la Isla. Se filtró en internet y en un día llegamos a más de 700 000 visualizaciones. Lo importante era que el mundo conociera la verdad de lo que pasa en Cuba dentro de las cárceles, queríamos dejar al descubierto el verdadero rostro de la dictadura que oprime a los cubanos. Y también abonar esa semilla de rebeldía que existe en Cuba.

A pesar de la resistencia de la directiva del Festival de Cine de Miami comandada por su presidente y otros organizadores renuentes a que nuestro filme entrara en competencia, la pelicula finalmente se presentó, abarrotó siete salas de cine en plena pandemia y vendió varios streeming. Fue vista mucho más que todas las otras películas que concursaban, aunque el jurado dio el premio a una cinta documental filmada en La Habana que lavaba el rostro de la dictadura y estaba acorde con el discurso oficial del régimen. Sin embargo, no pudieron evitar que nos ganáramos el premio de la audiencia, a pesar de los desafortunados comentarios de muchos cubanos cercanos al presidente del festival, de esos que van a La Habana a aplaudir el premio Coral y disfrutar de las perversidades que les ofrece la dictadura a cambio de su complicidad. Todos replicaban los mismos argumentos que enarbolaba el vocero del periódico oficial de la dictadura castrista, el patético Granma.

Una prueba del interés que despiertó Plantados es que nuestro tráiler en la plataforma del festival superó las 121 000 vistas y la pelicula que premiaron estos “cineastas” apenas rebasó las 1000 visualizaciones en casi un año de colocado en internet.

Una vez estrenada en cines por Gustavo Aparicio y su empresa de distribución Spanglish Movies, la pelicula se sostuvo seis semanas en cines de EEUU, algo muy difícil de lograr por producciones, incluso de Hollywood, y en medio del Virus Chino. Fue la película número 30 más taquillera de la historia del icónico Teatro Tower (fundado en 1926). También llenó salas en Puerto Rico, Republica Dominicana, y la función del Festival de Cine de Barcelona también fue Sold Out.

Quienes querían quitar méritos a la pelicula, con el argumento que exagerábamos con la maldad de los militares comunistas, el 11 de julio de 2021 su ‘razonamiento’ les rebotó en pleno rostro al ver la represión y crímenes del régimen en las calles de Cuba. Si esto lo hacen a la vista de todos, ¿cómo será su proceder dentro de los muros de las prisiones, amparados con la impunidad de la dictadura y el silencio cómplice de todos los carceleros y esbirros?

 

Seguimos PLANTADOS.

 

 

FILMOGRAFÍA SELECTA DE LILO VILAPLANA

 

FILMS

Plantados. Director y co-guionista: Lilo Vilaplana. Productor: Leopoldo Fernández Pujals. (2021). Premio del Público en el Festival de Cine de Miami 2021.

Irene en La Habana. Director: Lilo Vilaplana. Guionista: Juan Manuel Cao. Productores: Carlos Vasallo e Irasema Otero. (2018)

Telenovela Cubana. Director y guionista: Lilo Vilaplana. Productora: Irasema Otero. (2018)

La casa vacía. Director y guionista: Lilo Vilaplana. Productora: Irasema Otero. (2015)

La muerte del gato. Director y Guionista: Lilo Vilaplana. Productora: Irasema Otero. (2013) Premio al mejor cortometraje de América Latina en España 2014, FIBabc (Festival Iberoamericano de Cortometrajes del periódico ABC)

 

SERIE DE TELEVISIÓN

Leyendas del Exilio. Director y guionista: Lilo Vilaplana. Productor: Carlos Vasallo. Transmitida por el Canal 41, WJAN-CA (Miami). Se relacionan los títulos de los episodios de las tres primeras temporadas hasta el cierre de esta edición del Anuario seguidos de sus fechas de estreno.

 

“Félix Ismael.” 22 de octubre de 2017.

“Eugenio Martínez ‘Musculito’, el último de los Plumbers.” 29 de octubre de 2017.

“Agapito, ‘El Guapo’ Rivera.” 5 de noviembre de 2017.

“José Basulto, Hermanos al Rescate.” 12 de noviembre de 2017.

“El ingenioso Hiram González.” 19 de noviembre de 2017.

“Alberto Müller, un hombre de fe.” 26 de noviembre de 2017.

“Juan Manuel Salvat.” 3 de diciembre de 2017.

“Alberto Hernández.” 10 de diciembre de 2017.

“Humberto ‘Chino’ Díaz Argüelles.” 17 de diciembre de 2017.

“Santiago Álvarez.” 24 de diciembre de 2017.

“Ramón Saúl Sánchez.” 31 de diciembre de 2017.

“Roberto Martín Pérez.” 7 de enero de 2018.

“Luis Posada Carriles.” 14 de enero de 2018.

 “Cary Roque, prohibido olvidar.” 9 de septiembre de 2018.

“Montaner, un hombre de palabra.” 16 de septiembre de 2018.

“El audaz Sixto Nicot.” 23 de septiembre de 2018.

“La fortaleza de Ángel.” (dedicado a Ángel De Fana) 29 de septiembre de 2018.

“La intrépida Concha San Gil.” 6 de octubre de 2018.

 “Alzugaray, el médico de la guerra.” (dedicado a Manuel Alzugaray).13 de octubre de 2018.

“El temerario Reinold.”  (dedicado a Reinold Rodríguez) 20 de octubre de 2018.

“Dionisio Suárez, el fugitivo.” 27 de octubre de 2018.

“Hugo Sueiro, el líder.” 3 de noviembre de 2018.

“Encinosa, siempre en el ring.” 10 de noviembre de 2018.

“Quechole, historia de un sobreviviente.” (Dedicado a Raúl García.) 17 de noviembre de 2018.

“Pedro Corzo, la Memoria del Exilio.” 24 de noviembre de 2018.

“Willy Chirino, el intérprete del exilio”. Capítulo 1. 1 de mayo de 2021.

“Willy Chirino, el intérprete del exilio”. Capítulo 2. 8 de mayo de 2021.

“Roberto Torres, un cantante de leyenda.” 14 de mayo de 2021.

“Carlos Oliva, el sonido de Miami.” 22 de mayo de 2021.

“Lincoln Díaz-Balart, el Congresista de la Libertad.” 29 de mayo de 2021.

“Arturo Sandoval, el Rey de la Trompeta.” 5 de junio de 2021.

“Enrique Chía, el alma de Cuba.” 12 de junio de 2021.

“Paquito D’Rivera, una vida saxual.” 19 de junio de 2021.

“Carlos Hernández, el Alcalde de Hialeah.” 26 de junio de 2021.

“Felipe Valls, el Empresario del Exilio.” 3 de julio de 2021

“Delia Fiallo In Memoriam (1924-2021), la Madre de la Telenovela.” 8 de julio de 2021.

“Tomás Regalado, el Alcalde de Cuba”. 24 de julio de 2021.

 



[1] Tomado del Anuario Histórico Cubanoamericano #5 (2021): 70-92.

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