Saturday, August 31, 2024

Construyendo La Habana por más de medio siglo

 

Corydon Purdy

Por Ernesto Fumero


Cuando se lee sobre los edificios que se construyeron en La Habana durante las primeras seis décadas del siglo XX hay un nombre que se repite constantemente y es el de la empresa constructora Purdy and Henderson. Esta era una firma de ingenieros con sede principal en New York y que en la capital cubana se convirtió en la contratista principal de muchas obras, algunas tan emblemáticas como el Capitolio o el Hotel Nacional.

El fundador de la compañía era Corydon Purdy, que había nacido en Wisconsin en 1859 y se había graduado como ingeniero civil en 1885. Inicialmente trabajó en el diseño de puentes y para 1889 se mudaba a Chicago donde fundaba una firma de consultoría con un socio. Esta era la época en que comenzaban a construirse rascacielos con estructuras de acero, como un esqueleto, (a diferencia de solo usar mampostería pesada) y Chicago era una de las ciudades más avanzadas en ese aspecto. Pronto la firma pasó, de puentes, a calcular las estructuras de los edificios y en este sentido Purdy trabajó con varios de los edificios más altos de la época. En construcciones de este tipo era muy importante tener en cuenta factores como vientos laterales, movimientos sísmicos, diferencias de temperaturas y otros donde los conocimientos de un ingeniero de estructuras era primordial. En 1893, tras perder dos socios consecutivos en corto tiempo, Purdy se asoció con Lightner Henderson, uno de sus mejores empleados, fundando así la Purdy and Henderson. Poco tiempo después la firma se mudaba a New York.

Inicialmente la compañía no fue recibida con brazos abiertos en esa ciudad. En New York los arquitectos acostumbraban a usar para las estructuras los diseños de las empresas proveedoras de acero y no era normal el uso de ingenieros civiles como consultores. Pronto los hábitos cambiaban y la empresa estaría a cargo de muchos proyectos. Uno de los más conocidos es el edificio conocido como Flatiron, un edificio muy estrecho de 22 plantas, terminado en 1902. Esta era la sede de la compañía constructora Fuller, con cercanos lazos a la Purdy and Henderson, y ellos estuvieron a cargo de la ingeniería de la estructura del especial edificio.

Para principios del siglo XX la firma tenía oficinas en ciudades como Seattle, Boston y Chicago. Aproximadamente en la época en que diseñaban la estructura del Flatiron abrían una nueva oficina, la primera fuera de Estados Unidos. Era la oficina en La Habana, un lugar donde se empezaba a construir de forma vertiginosa y donde las firmas norteamericanas eran bien recibidas. Sin embargo, en la capital cubana el trabajo abarcaba más allá del diseño de estructuras que hacían en su país y la firma se convirtió en una empresa constructora encargada de ejecutar un gran número de obras, en colaboración con muchos arquitectos, tanto norteamericanos, cubanos o de otros países.

Flatiron

El Flatiron (o sea, “la plancha”, por parecer una de las de aquella época), terminado en 1902 en el cruce que forman la Quinta Avenida y Broadway, en Manhattan. Con su forma estrecha el edificio no era muy pesado por lo que funcionaba como una vela en un barco ante los vientos laterales. Era entonces de vital importancia que el cálculo de la estructura fuese correcto. Muchas personas en New York no creían que se sostendría y las apuestas no eran si se caía o no sino cuán lejos llegarían los escombros al caerse. Ya han pasado casi 120 años y el edificio sigue allí.

En una de las fotos se muestra el proceso de construcción (donde puede verse parte de la estructura de acero) y en la otra, la obra ya terminada. Un dato curioso relacionado con el edificio era que, por su forma, creaba gran ventolera a sus costados. Eso hacía que en sus comienzos se apostaran muchos hombres en las cercanías para ver las pantorrillas de las damas cuando el viento les subía las faldas. La policía tenía que pasar constantemente para sacarlos del lugar.


Otro proyecto de estructuras en New York fue el del Metropolitan Life Tower que entre 1909 y 1913 fue el edificio más alto del mundo.


La primera sede de la Purdy and Henderson en La Habana fue este edificio, en la esquina de Empedrado y Aguiar. Más adelante se mudarían al edificio de la Metropolitana. Este edificio, frente a la Plaza de San Juan de Dios, se había transformado en mansión neoclásica en los 1850. Unas décadas más tarde comenzó a ser alquilado en otras funciones. Allí radicó, por ejemplo, la Diputación Provincial que además, por varios años, permitió que los locales fuesen usados por la Escuela de Artes y Oficios (hasta que esta se mudara al edificio en Belascoaín). Para principios del siglo XX era alquilada como oficinas para varias compañías, como la Purdy and Henderson. Para los años 30 eran principalmente abogados los que tenían allí su sede. Finalmente el edificio fue demolido en 1953 y en su lugar se construyó un nuevo edificios de oficinas (donde hoy radica el Ministerio de Finanzas y Precios). 

 


Este edificio, en Obrapía 257 entre Cuba y Aguiar, se construyó entre 1903 y 1904, y fue una de las primeras obras construidas por la Purdy and Henderson en la ciudad. Su arquitecto fue el cubano José Toraya Sicre. Fue construido como sede del Royal Bank of Canada que, desde 1899 se había asentado en la Isla, radicando en una discreta casa en la misma calle. Con el Royal Bank of Canada la firma ya había tenido varios proyectos en su país y la terminación de este inmueble le abrió muchas puertas a la Purdy and Henderson para otros proyectos. En 1919 el banco se construía una nueva sede, en Aguiar y Obrapía, y a este lugar se mudaba la Bolsa de La Habana, como puede leerse en la fachada. En la actualidad radica allí un comedor obrero en la planta baja. En el piso superior existen viviendas que, al parecer, se alquilan a turistas como hostal.

 


Otro edificio relacionado con las finanzas y construido en la primera década del siglo XX fue la sede del Banco Nacional en la esquina de Obispo y Cuba. Se terminó en 1907 y el arquitecto fue también José Toraya Sicre. En 1919 se le añadía un anexo lo cual fue nuevamente ejecutado por la Purdy and Henderson. Décadas más tarde el edificio se convirtió en la sede del Ministerio de Haciendas y, en décadas más reciente, del Ministerio de Finanzas y Precios. Como ya se ha contado, ese ministerio se mudó en el 2018 a Empedrado y Aguiar, casualmente la esquina donde la Purdy and Henderson tuvo su primera oficina en Cuba. Desde entonces este edificio está siendo remodelado para ser un hotel que se llamará Real Hacienda.

 

Quizás el edificio más importante construido por la firma en esa primera década fue La Lonja del Comercio, inaugurada en 1909, tras dos años de construcción. El arquitecto fue el valenciano Tomás Mur, quien ganó el concurso lanzado para el proyecto. Mur colaboró con el cubano José Toraya que, como ya se ha mencionado, había trabajado antes con la Purdy and Henderson. El edificio, que ha sufrido transformaciones con el tiempo, se arrienda en la actualidad para oficinas, mayormente a firmas extranjeras radicadas en Cuba.

 


El edificio de Neptuno y Zulueta había sido construido en 1895. Para principios del siglo XX se le hizo una reconstrucción, ejecutada por la Purdy and Henderson, y en 1909 fue reinaugurado como Hotel Plaza. El edificio adquirió una nueva planta y un “roof garden”, muy de moda en esa época. Es posible que la transformación haya sido más profunda y se le haya cambiado la estrucura pues en un anuncio del hotel, de 1909, se describía con una nueva estructura a prueba de incendios. Tras un período cerrado (en los 70 y 80) reabrió sus puertas como hotel a comienzos de los 90.

 


Otro hotel construido por la Purdy and Henderson en esa época fue el Manhattan, inaugurado en 1910. Estaba en San Lázaro y Belascoaín pero no existe en la actualidad.

 


Quizás el proyecto más importante de la firma en la década de los 1910 fue el Centro Gallego. El edificio, diseñado por el belga Paul Belau, fue terminado alrededor de 1914. Uno de los mayores retos del proyecto fue integrar en su interior al Teatro Nacional (antiguo Teatro Tacón), aunque en realidad este fue prácticamente reconstruido, manteniendo la misma forma en su interior. En la actualidad el edificio, llamado Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, es la sede del Ballet Nacional de Cuba.

 


Otro edificio del mundo financiero construido por la firma fue el Banco de la Habana, inaugurado en 1915. El inmueble, situado en Cuba, entre Obispo y Obrapía, fue inicialmente construido por otra firma pero, a causa de incumplimientos del contrato, el proyecto fue otorgado a la Purdy and Henderson. Años más tarde el edificio fue sede del National City Bank of New York. Actualmente lo ocupa una empresa de seguros.

 


Como se ha contado, el Royal Bank of Canada volvió a cambiar de sede a la esquina de Aguiar y Obrapía. El diseño fue encargado al arquitecto Luis García Natte y como contratista el banco tomó nuevamente a la Purdy and Henderson. El edificio se construyó entre 1917 y 1919. Hoy en día es la sede del Tribunal Supremo Popular.

 


Otro edificio construido por la Purdy and Henderson en esa época fue el llamado Edificio Barraqué, mandado a construir por el abogado de ese apellido con el objetivo de tener allí su bufete y alquilar el resto de las oficinas. El arquitecto fue Manuel Gamba y está situado en la calle Cuba. Fue construido entre 1918 y 1919.

 


Otro inmueble construido con el objetivo de alquilar sus oficinas es el llamado Edificio Muñoz, por el apellido de su entonces dueño. Está en la esquina de Obrapía y Cuba y fue terminado en 1919, construido por la Purdy and Henderson. Actualmente radican allí diversas dependencias del Ministerio de Finanzas y Precios.

 


El edificio de la Cruz Roja se inauguraba alrededor de 1921, tras ser construido por la Purdy and Henderson. Ubicado en la calle Zulueta, entre Teniente Rey y Dragones, es hoy sede de un policlínico.

 


Otro edificio construido con el objetivo de alquilar sus oficinas fue el de la Metropolitana, en O’Reilly y Aguacate.  Estaba situado en los terrenos del antiguo Convento de Santa Catalina de Siena y la obra estuvo a cargo de la Purdy and Henderson. La construcción comenzó alrededor de 1924 que fue el año en que el viejo convento fue derribado. Esta era la sede de un grupo de compañías de seguro. En los años 30 la Purdy and Henderson tuvo su oficina en este edificio. En la actualidad está siendo reconstruido para convertirse en un hotel de nombre Metropolis.

 


Algo más lejos del centro histórico de la ciudad, en las playas de Marianao, se encuentra el edifico social del Havana Yacht Club, construido por la Purdy and Henderson entre 1922 y 1925, bajo la inspección del arquitecto mexicano Rafael C. Goyeneche. Posteriormente existió allí por décadas el Círculo Social Obrero “Julio Antonio Mella”. En la actualidad parece estar en proceso de renovación. 

 


Otro gran proyecto ejecutado por la empresa fue la construcción del Centro Asturiano, terminado en 1927. El Centro Asturiano había estado desde alrededor de 1890 en Obrapía entre Zulueta y Monserrate, compartiendo la manzana con el Teatro Albisu. Para 1914 el centro compraba la manzana completa y, en el lugar del Albisu construía un nuevo teatro llamado Campoamor. Pero este duró corto tiempo pues en 1918 un incendio destruyó al edificio social, aunque sin afectar al teatro. De todas formas, para substituirlo, se decidió construir la manzana completa. El bello edificio es hoy ocupado por el Museo Nacional de Bellas Artes que muestra en sus locales su colección internacional.

 


Otro sitio emblemático de la ciudad construido por la Purdy and Henderson es la escalinata de la Universidad de La Habana, terminada en 1928. En la foto de la izquierda puede verse el nombre de la empresa en una valla.

 


Probablemente la obra más importante construida por la firma en Cuba fue el Capitolio, terminado en 1929. De más está mencionar la envergadura de la empresa. En la foto de la izquierda, durante la construcción del Capitolio, puede verse al frente la demolición de otro edificio. Se trata de la antigua Estación de Villanueva, en la calle Dragones, que a pesar de haber dejado de funcionar como estación de trenes en 1912 continuó en el lugar hasta 1928.


 
Otra foto de la construcción del Capitolio, en 1928, donde puede verse parte de la estrucura del edificio.

 


Una foto con todos los que habían trabajado en la construcción del Capitolio. Como constructores se lee en el cartel la Purdy and Henderson. Los distintos oficios de trabajadores están agrupados y, aunque algunos pertenecían a otras firmas, se lee que carpinteros, albañiles, canteros, escultores, plomeros, entre otros, tienen en su cartel “P & H”, o sea Purdy and Henderson.


 

A finales del 1929 comenzaba la firma la construcción del Hotel Nacional y 14 meses más tarde, en diciembre de 1930, quedaba este inaugurado.

 


Un proyecto que podemos mencionar en los 40 es el edificio de Radiocentro de la CMQ. Situado en La Rampa, el edificio fue terminado en 1947. Para su construcción fue necesario un permiso especial pues entre 1931 y 1953 las ordenanzas de construcción del Vedado no permitían edificios de más de cuatro plantas. El complejo proyecto incluía oficinas, estudios de radio y televisión y un cine para 1700 espectadores.

 


Uno de los últimos proyectos de la Purdy and Henderson fue el del Teatro Nacional. El proyecto se aprobó en 1951, como parte de los edificios de la Plaza Cívica José Martí. A mediados de 1952 comenzó la construcción con la Purdy and Henderson como contratista y el arquitecto Nicolás Arroyo como director técnico. Se esperaba concluir para julio de 1954 pero esto no ocurrió. En algún momento la Purdy and Henderson dejó de estar envuelta en el proyecto. Se desconoce si fue a causa de problemas con los presupuestos o si sencillamente la firma dejó de existir. No ha sido posible encontrar la fecha en que la empresa cerró pero algunos sitios aseguran que fue poco después de la muerte de Corydon Purdy, algo que había ocurrido en 1944. (Henderson había fallecido en 1916.) Lo cierto es que para 1959 faltaba bastante de la construcción del teatro. Para 1960, a pesar de que no estaba terminada, comenzó a usarse la Sala Covarrubias, pero la construcción del edificio continuó a un ritmo muy lento, detenido a veces por años, hasta que finalmente fue concluido en 1979. 

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