Friday, February 21, 2020

Cuba en Washington, 1897


Por Guillermo A. Belt



Gonzalo de Quesada y Aróstegui
Los cubanos estuvimos muy adelantados. En el número de periódicos, cines, cabezas de ganado por habitante, entre otras cosas. Basta consultar las estadísticas de Naciones Unidas para 1958. En el mundo menos conocido de la diplomacia tampoco nos quedábamos atrás.


Gonzalo de Quesada y Aróstegui fue el primer representante diplomático de Cuba en los Estados Unidos, aún antes de la independencia. El 5 de enero de 1897 el Consejo de Gobierno de la República en Armas lo nombró encargado de negocios en los Estados Unidos, país donde había trabajado junto a José Martí para mantener el espíritu combativo de los emigrados cubanos.



El joven abogado y gran amigo de Martí no perdió tiempo. Poco después de su nombramiento estableció la oficina de la legación de la República en Armas en el elegante Hotel Raleigh, en la avenida Pennsylvania, una de las vías emblemáticas de Washington. Dos meses después la bandera de Cuba insurrecta se izaba en lo alto del Raleigh para celebrar la toma de posesión del Presidente William McKinley el 4 de marzo.




Los simpatizantes de los patriotas cubanos no pudieron contener su emoción al ver la bandera de la pequeña república en ciernes ondeando tan orgullosa como la del enorme y poderoso país a cuya protección aspiraban. Eso escribió, palabras más o menos, un periodista en el diario The Evening Star, el más importante de la capital en aquellos tiempos que hoy queremos recordar.



La República en Armas vive en el recuerdo. El hotel Raleigh también. Fue demolido en 1964, como Cuba en 1959.

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