Sunday, February 14, 2021

A la muerte del poeta Angel Cuadra (1931-2021)


Por Zoé Valdés.

A las dos de la madrugada del 13 de febrero 2021 falleció en Miami el gran poeta y patriota cubano ex preso político, Ángel Cuadra. No sólo es de los grandes poetas cubanos, como ya dije, fue un valiente, un hombre de palabra y acción firmes, un patriota resistente y exiliado en toda la significación de las palabras. Así nos consta a los que tuvimos el privilegio de conocerlo y de ser sus amigos. Descanse en paz, querido Maestro.

«Ángel Cuadra nació en La Habana, Cuba, el 29 de agosto de 1931. Vivió en Lawton. Graduado de Doctor en Derecho en la Universidad de La Habana y en el Seminario de Artes Dramáticas del Teatro Universitario. Confundador del Grupo Literario Renuevo, en 1957. Abogado en ejercicio hasta 1967, cuando fue sancionado a 15 años de prisión por actividades de oposición política. En octubre de 1980 el PEN Club de Suecia lo nombró ‘miembro de honor’ del mismo. En marzo de 1981 Amnistía Internacional lo seleccionó como ‘el prisionero de conciencia del mes’ en el mundo. Exiliado en Estados Unidos en 1985, obtuvo una maestría de Estudios Hispánicos en la Universidad Internacional de la Florida, donde fue profesor adjunto en el Departamento de Lenguas Modernas. Es columnista del Diario de las Américas. Publicó los libros de poesía Peldaño (Cuba, 1959), Impromptus (Estados Unidos, 1977), Poemas en correspondencia (Estados Unidos, 1979), Esa tristeza que nos inunda (Selección, España, 1985), Fantasía para el viernes (1985), Las señales y los sueños (Teruel, España, 1988), Réquiem violento por Juan Palach (Estados Unidos, 1989), La voz inevitable (Estados Unidos, 1994), Diez sonetos ocultos (Estados Unidos, 2000). Y los opúsculos Luces entre sombras. La creación literaria en el presidio político cubano (Estados Unidos, 2001) y Las motivaciones de Pedro Luis Boitel (Estados Unidos, 2001). Participó en la antología traducida al francés y preparada por Zoé Valdés, Censuré à Cuba, editada por la prestigiosa editorial Gallimard (Francia, 2004). Ganó los premios literarios Rubén Martínez Villena (Universidad de La Habana, 1954), Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos de Nueva York (1958), Premio Presidencial del Pen Club de Los Ángeles (Estados Unidos, 1986), Premio Amantes de Teruel (Teruel, España, 1988, primer hispanoamericano en obtenerlo), Premio de Poesía José María Heredia, de la Asociación de Críticos y Comentaristas de Arte (ACCA, Estados Unidos, 1993), y Premio Martín García Ramos, II Certamen Internacional de Poesía (Albox, Almería, España, 2003).» 

Rafael Bordao:

Me cuenta la antigua tesorera del PEN Club de Escritores Cubanos en el exilio, May Betancourt, que desde que Cuadra se hizo el trasplante de las dos rodillas, nunca quedó bien de esas operaciones. A partir de ese momento comenzó el martirio con sus nuevas prótesis. A penas podía caminar, aunque lo hacia con mucha lentitud, a veces con un andador y hasta con una silla de rueda. Después vino una caída que le produjo una fractura de cadera, y lo ingresaron rápidamente en el Hospital de Coral Gables, que es el que estaba más cerca de su domicilio. Allí en ese hospital estuvo algunos días, y después lo enviaron a otro hospital que está en la Pequeña Habana, donde pasó unas dos semanas, le dieron de alta y lo dejaron ir a su casa, donde siempre lo cuidó su esposa, Teresa, a quien le envío mi más sentido pésame. Estuvo sintiéndose mejor por algunos días, pero comenzó a quejarse que le faltaba el aire y lo volvieron a ingresar, pero esta vez, fue en el Jackson Memorial Hospital, el centro médico más conocido en Miami. Cuando me disponía a visitarlo, la señora May me llamó a la carrera, para decirme que no fuera, que la habían llamado del hospital, para darle esa mala noticia, que Ángel Cuadra había fallecido hacía unos minutos...

Fue un hombre honesto, una persona sencilla y elegante en su palabra y en sus gestos, que yo sepa, nunca reparó en ayudar a otros escritores, siempre tenía una palabra cordial para sus amigos, para los que asistían a sus conferencias y lo escuchaban con admiración. En todas las tribunas donde se paró, en todas las reuniones a las que asistió, en las aulas donde enseñó y en las tertulias, a las que era invitado -no sólo deleitaba al publico con su particular pronunciación para hablar y recitar sus poemas -sino que también usaba el micrófono, para desenmascarar la mentira y condenar el genocidio, al que la tiranía comunista, ha convertido a Cuba en las últimas seis décadas...

Un excelente poeta, abogado de carrera, que apenas pudo ejercer la profesión en su país; fue actor en su juventud, era poeta y lo condenaron a quince años de prisión (que cumplió hasta el final) por sus ideales de libertad, por defender a su patria, para que no cayera en las manos de los verdugos castristas. Sufrió el desamparo durante aquellos inenarrables años perdidos, echados a perder entre las prisiones donde estuvo aislado del prójimo y de su familiares, recibiendo golpes, insultos, trabajo forzado; el comistrajo que diariamente recibía era menor a la ración que le daban a los esclavos. Bajo aquellas condiciones, aquel sufrimiento se fue formando su poesia, la misma que más tarde en el exilio, le haría ganar prestigio, premios internacionales y numerosas oportunidades laborales. El comunismo no pudo destruirlo, aunque sufrió las peores bajezas que se le puedan hacer a un ser humano. Su lucha lo llevó a fundar el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio (del cual fue su primer presidente), y desde esa posición denunciaba (en la prensa, en la radio y en eventos culturales) los horrores que practica la dictadura todos los días, la ausencia de los derechos humanos en su país, y exigía con vergüenza la libertad para todos los presos políticos y elecciones libres en toda Cuba. Se nos fue un gran cubano, un hombre refinado que ya nunca podrá volver -y ver con los ojos físicos- a una Cuba libre, aunque desde el Parnaso, estará inspirando a los que quedamos, en esta larga lucha que es la vida y que sólo cesaría, cuando desaparezca el castrismo y el exilio; entonces ya podríamos volver a una patria libre "con todos y para el bien de todos", como dijo en el siglo XIX nuestro apóstol. Ha muerto hoy 13 de febrero del 2021 nuestro amigo y poeta, Ángel Cuadra, a la edad de 90 años, pero, ¿acaso no es muriendo como nacemos a la vida eterna?

¡Que Dios reciba en sus manos el espíritu del amigo y poeta, Ángel Cuadra, y que le dé mucha luz en su viaje hacia la gloria!

Que descanses en Paz.

No comments:

Post a Comment