Thursday, September 9, 2021

LA DESILUSIÓN DE CUBA SOCIALISTA POR NOTABLES INTELECTUALES EXTRANJEROS

…nada hay verdad, ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira,  Ramón de Campoamor

 

ADVERTENCIA:   El presente escrito representa solo una versión abreviada de la ponencia presentada verbalmente el sábado, septiembre 4 de 2021 ante la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, en el Centro Cultural Musto, de Union City, New Jersey, EUA.  La versión más completa, con todas sus notas al pie adicionales, y la correspondiente Bibliografía, será publicada en el próximo ANUARIO de la AHCE, correspondiente al año 2022.  Como es mi costumbre, agradecería toda crítica constructiva.   

I— INICIO:(1)  De más estar decir que los sistemas autocráticos supuestamente disímiles, como los de Hitler, los hermanos Trujillo y los fraternos Castro comparten un sinnúmero de rasgos comunes.  Entre esos sobresale el pretender reescribir la historia insidiosamente a su favor, como lo enfatizó Eric Blair [aka George Orwell].  Peor aún, lo han hecho rutinariamente en complicidad con escritores extranjeros que ansían higienizar sus imágenes en el exterior con falsas narrativas (Aron, 1955; Hollander, 2006).  El régimen imperante en Cuba desde 1959 cuenta aún con ciertos apologistas que, cómodamente desde ultramar, continúan ensalzando y justificando la dictadura a pesar de sus calamitosas fallas y el alto costo humano, espiritual y socioeconómico (Holgado, 2020). 

    El dúo de los Castro, sin duda, disfrutó de gran apoyo popular inicialmente, pero fue disminuyendo a medida que ellos empinaban el país al fallido modelo soviético, lo que provocó un éxodo masivo de cubanos, un fenómeno sociopolítico sin precedentes en la Américas.  Fulgencio Batista, quien había llegado al poder por medio de un golpe de estado injustificado en marzo de 1952, abandonó Cuba el primero de enero de 1959, incluso bajo presión de EE.UU. 

   La lucha antibatistiana (1952-1958), esencialmente burguesa, fue una rebelión política civilista y proconstitucionalista (de la Cuesta y Alum, 1974; Thomas, 1971), y no una revuelta popular con tonos socioeconómicos nacionalistas.  Disfrazados de “revolucionarios humanistas”, los Castro llenaron el vacío de poder con la promesa de restaurar el ritmo constitucional.  Pero en vez, impusieron un totalitarismo orwelliano que sumió a los cubanos en la depauperación, excepto por los privilegiados “apparatchiks” de la “nomenklatura” criolla.  Se suplantó la relativamente breve dictadura autoritaria del exmilitar Batista de seis años y nueve meses por un longevo absolutismo hipermilitarista de carácter marxista-estalinista.  (Nótese, por cierto, que Batista ha sido el único jefe de estado de origen afrocubano). 

   Pero la tiranía castrista continúa todavía seis décadas más tarde con sus herederos designados a dedo —Miguel Díaz Canel sin jamás consultar con el pueblo por medio de elecciones libres.

Así y todo, la lista de los que han defendido al régimen “con los ojos ampliamente cerrados” desde fuera del país es larguísima (de la Nuez, 2007; Fontova, 2005; Hollander, 2006).  Pero, obviando nombres, prefiero enfocarme en “deconstruir” el mensaje común del coro de los fanáticos pro-oficialismo. 

    Ellos arguyen, por ejemplo, que los problemas socioeconómicos que afligieron a la Cuba republicana (1902-1958) fueron eliminados por el llamado Gobierno Revolucionario.  Porfían incluso que entre 1959 y 1991 Cuba era un “Edén”.  Según ellos, ese supuesto paraíso “exótico” solo se ha ido resquebrajando debido a la desaparición de los subsidios del otrora Bloque Socialista de la Europa Oriental dirigido por la Unión Soviética, que se desplomó en 1991 por su propio peso destructor, lo que dio comienzo en Cuba al tildado "Período Especial en Tiempos de Paz" (Holgado, 2020).

    Hay varios subtópicos por cubrir al respecto; pero me limito a citar, en contraposición, las impresiones recogidas en Cuba misma antes del colapso del bloque pro-soviético por varios observadores, también extranjeros, aunque más honestos intelectualmente que los apologistas. Estas narrativas cándidas desdicen las historietas viciadas de los revisionistas pro-dictadura.  Y recurro solo a extranjeros ya que los cubanos, tanto en el “insilio” (dentro del país) como en el exilio que opinan en disidencia son injuriados rutinariamente en los círculos académicos y mediáticos internacionales —incluyendo a Hollywood— con ataques calcados de las consignas de la propaganda oficialista (del Risco, 2019; Fontova, 2005).

 

II—CRITERIO:  Además de ser no cubanos, el criterio para escoger estos ocho escritores consiste en el:  A) haber sido inicialmente un defensor ideológico del gobierno de los Castro;  B) haber pasado un tiempo residiendo en Cuba entre 1959 y 1991;  y  C) el haberse desengañado del régimen a través de su propia experiencia personal, lo que considero equivalente al “estudio de campo” típico de la Antropología Sociocultural, “viviendo entre los nativos” (Abrams, 1974).  

    Esta es la dimensión que en la Antropología nos referimos también como la visión interna, o (en inglés) de la “emic”, semejante al concepto de la “epistemología personal”.  Figuran en esta lista de autores renombrados cinco estadounidenses, un chileno, un francés, y un ucranio-argentino-israelí, todos considerados de izquierda, políticamente hablando (aunque hay matices), y algunos de ellos hasta fueron víctimas directas del régimen castrista.

 


III—LOS OCHO DECEPCIONADOS

A)  Jules Dubois (1910-1966) fue un periodista corresponsal para Latinoamérica del CHICAGO TRIBUNE que visitaba a Cuba frecuentemente desde los años 50.  Considerado un liberal (aunque anticomunista, típico de la época), fue un crítico tenaz de la dictadura batistiana.  Conoció a Fidel Castro, a quien exaltó en sus despachos periodísticos y en su libro Fidel Castro (1959) <https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1958-60v06/d317>.  Pero empezó a reprobar en sus reportes periodísticos la ruta anti-democrática que tomaba el gobierno, sobre todo la influencia que se percibía de comunistas notorios, incluso algunos ex colaboradores de Batista.  Como resultado de sus críticas, se le dificultó la entrada a Cuba y fue ridiculizado por el exparlamentario y periodista radial José Pardo LLada —entonces aún progubernamental quien le puso el mote de “el de la oreja peluda”, aunque irónicamente, luego se exilió en Colombia (marzo de 1961) <https://www.cubamilitar.org/wiki/Jos%C3%A9_Pardo_Llada>).


B)  Allen Ginsberg (1926-1997) era un poeta de Nueva Jersey, líder de la “Beat Generation”.  Un declarado drogadicto, gay y enemigo del capitalismo que viajó a Cuba en 1965 para “vivir la revolución”.  Pero fue expulsado del país cuando intentó abogar por los derechos de los gays y se quejó sobre los campamentos de la UMAP <https://en.wikipedia.org/wiki/ Allen_ Ginsberg>.(2)


C)  Oscar Lewis
(1914-1970) era un famoso antropólogo sociocultural estadounidense que, entre otras propuestas, ensayó someter a prueba en Cuba en 1969-70 su hipótesis de que la "Cultura de la Pobreza" no podía existir en un país socialista.  Inspirado por Marx, Lewis asumía que las condiciones socio-enajenantes que la generan solo se desarrollaban en sociedades capitalistas (Lewis, et al., Living The Revolution, 1977-78).  Empero, a pesar de que él y su asociado Douglas Butterworth habían sido recibido con beneplácito oficial, fueron expulsados del país súbitamente, acusados de ser “espías”.  Por cierto, ellos dejaron abandonado en la cárcel a su colaborador cubano, el académico Álvaro Ínsua, sobre quien he venido escribiendo por cuatro décadas <https://blogacademiaahce.blogspot.com/search/label/ Rolando%20Alum>.  Es más, su obituario en una publicación profesional de Antropología de mi autoría en inglés ha generado una polémica con una estadounidense aparentemente apologista del régimen <https://www.anthropology-news.org/articles/alvaro-insua/>.

D)  Douglas Butterworth (1930-1986) era el antropólogo asociado principal de Lewis, quien después de la muerte de su mentor reveló que el proyecto investigativo había encontrado incidencia de la “Cultura de la Pobreza”, lo que aparentemente explica la expulsión repentina.  Basándose en entrevistas a docenas de cubanos, Butterworth indicó en The People of Buena Ventura (1980) que a pesar de los vaivenes socioeconómico-políticos de la era republicana (1902-1958), dicha “Cultura de la Pobreza” no parecía haber estado arraigada antes de 1959.  Concluyeron que ese fenómeno sociocultural era producto del "nuevo orden socialista", lo que, además, refutó la hipótesis preliminar de Lewis.


E)  Maurice Halperin
(1906-1995) fue un académico estadounidense tan ultraizquierdista que se autoexilió en los años 50 al acusársele de espiar para los soviéticos, instalándose primero en México —donde, por cierto, se reunió con Oscar Lewis, y después hasta en el mismo Moscú.  Allí conoció al “Ché” Guevara durante una visita diplomática, quien lo invitó a mudarse a La Habana.  En 1962 Halperin se desempeñó como asesor del gobierno cubano, así como profesor universitario.  Sin embargo, defraudado, se marchó a Canadá cuando tuvo la primera oportunidad en 1967.  Luego visitó a Cuba en dos ocasiones y escribió artículos y tres libros (1973, 1981, y 1994).  En ellos afirmó que a pesar “del caos de los tres años revolucionarios iniciales”, La Habana de 1962 era aún “un París caribeño” que contrastaba con el monótono Moscú; pero que eso era gracias a que Cuba todavía era heredera de los “beneficios capitalistas” remanentes de la “Cuba de Ayer".  En su última visita en 1989 observó cómo Cuba ya se asemejaba más al "tétrico modelo soviético" que él conoció íntimamente en Moscú, por ej.: colas, penurias, escaseces, deterioro, abandono, prostitución; gente demacrada, quejosa y harapienta; y una obvia resistencia ciudadana reflejada en un vasto “mercado negro”.  Debo añadir que, paradójicamente, cuando se desclasificaron los documentos del llamado proyecto “Venona” en los años postsoviéticos, se confirmó que Halperin sí había espiado para los rusos en sus años mozos <https://en.wikipedia.org/wiki/Maurice_Halperin>.

F)  Jorge Edwards (1931--  ) es un prestigioso escritor chileno que sirvió como embajador de su país en Cuba, nombrado por el presidente marxista Salvador Allende en 1971 (luego derrocado por el golpista General Pinochet).  Paradójicamente, Fidel Castro mismo declaró a Edwards “persona no grata” debido a las relaciones amistosas que sostenía con autores que iban cayendo en desgracia con el régimen por su independencia de pensamiento (por ej., el poeta Heberto Padilla).  En Persona non grata (1973), Edwards relata su desengaño con el castrismo, que critica por imponer un estado policíaco opresivo y miserable que, a pesar de su status diplomático, solo pudo tolerar por apenas unos cuatro meses.    


G)  Pierre Golendorf
(¿-?), fotoperiodista, ex militante del Partido Comunista francés, se fue a Cuba en septiembre de 1971 para escribir un libro favorable al gobierno.  Pero, a medida que entrevistaba a los cubanos, se iba percatando del totalitarismo impuesto por los Castro.  Al expresar su desencanto, fue acusado de espiar para “la inteligencia norteamericana” y terminó cumpliendo 38 meses en prisión, que incluyeron torturas físico-mentales.  Describió su odisea —que llamó como “kafkiana en el trágico Gulag tropical”— en su libro 7 ans à Cuba (1976).

H)  Jacobo Timerman (1923-1999) fue un prolífero periodista ucranio-argentino-israelí reconocido mundialmente por haber denunciado las atrocidades de las dictaduras militares en Argentina y Chile de los años 70.  Pudo conducir ciertas entrevistas en Cuba en el verano de 1987, y relató sus decepcionantes impresiones en Cuba hoy, y después (1990).  En él, criticó el culto a la personalidad, "la nueva clase” gobernante privilegiada y nepotista, el horrible reino del terror, la falta de libertades básicas, la promoción del odio interhumano, el racionamiento controlador, y las escaseces, así como la sumisión a la remota Unión Soviética.

 

IV—ANáLISIS PRELIMINAR:   Estos ocho testimonios coinciden, de una manera u otra, en que el gobierno de los Castro no solamente no resolvió los problemas socioeconómicos tradicionales, sino que los exacerbó, y más aún, creó problemas peores, y a un gran costo humano y psicosocial, y algunos autores jóvenes también añaden “un gran daño antropológico”.

    Durante la primera treintena del régimen, la calidad de vida ya había desmejorado enormemente, tal como lo experimentaron en carne propia los ocho escritores internacionales mencionados aquí; por cierto, al menos cinco de ellos aparentemente eran de origen étnico judío.  Y hay muchos otros ejemplos de observadores extranjeros, hombres y también mujeres (como la francoestadounidense Susan Sontag), que en vez del proclamado "Hombre Nuevo", ya habían hallado una cultura de "miseria postrevolucionaria decadente” previo al Período Especial.(3)

    Permítaseme una anécdota personal:  En el verano de 1977, el distinguido sociólogo dominicano Frank Marino Hernández —mi mentor en Santo Domingo durante mi estadía allí— encabezó una delegación cultural de su país a Cuba.  A su regreso, su esposa, doña Elda (quien era salvadoreña), me contó que la propia “comisaria” asignada a vigilar a los visitantes le susurró que le pasara a escondidas, en el baño de damas, la ropa interior que llevaba puesta.      

    Más adelante, en 1988, el economista estadounidense Nick Eberstadt ya citaba a Cuba en The Poverty of Communism como ejemplo del binomio de pobreza+opresión que han acarreado los sistemas comunistas históricamente en diferentes países y continentes.  También notó similitudes sombrías entre Corea del Norte y Cuba, por ej., en la militarización de la sociedad, la subalimentación de la población, y el estilo dinástico de la élite gobernante autoperpetuada.   

 

V—COMPLEMENTO:   El discurso de los apologistas del castrismo ultramarinos —desmentido por los antes citados intelectuales tempranamente desencantados del régimen recurre a repetidas falacias estilo consignas excusadoras.  Entre otras, siguen culpando los fracasos del gobierno al “subdesarrollo del pasado”, al "coloso del Norte", y al Exilio. 

    A pesar de su bendecido clima y riquísimo suelo agrícola, Cuba ahora importa alrededor del 80% de sus comestibles, a diferencia de los años anteriores, cuando se autoabastecía y exportaba muchísimos productos agropecuarios (Comunicación Personal de mi exprofesor, el economista Carmelo Mesa-Lago, considerado “el decano de la Cubanología”).  El turismo se consideraba la segunda industria, después del azúcar; no obstante, más cubanos tenían el poder adquisitivo de viajar a EE.UU. y gastar más dinero aquí, que los norteamericanos en Cuba en los años 50. 

    Cuba jamás experimentó antes emigración en masa; al contrario.  Era un país de inmigrantes, donde hasta las españolas iban como sirvientas; incluso, más extranjeros residían en Cuba (sobre todo estadounidenses, abarcando también puertorriqueños) que cubanos en el exterior, incluyendo a EE.UU.  La isla-nación acogía a los exiliados prodemocráticos de toda Latinoamérica —especialmente antes del batistato de los 50, como lo enfatizara el escritor y político dominicano Juan Bosch (exiliado en Cuba) en su clásico: Cuba, la isla fascinante (1954).  Más aún, Cuba recibió al menos tantos refugiados judíos europeos en proporción a su población (per capita) como los mismos EE.UU. durante el hitlerato. 

    El nivel de vida cubano se consideraba superior al de casi toda Latinoamérica, y que España, Portugal y otros países europeos.  Contrario a lo que aducen los apologistas —y Hollywood, que a veces parece ser la fuente principal de información para muchos en la prensa y el mundo intelectual— los índices de calidad socioeconómicos iban acrecentando por día.  Y, por cierto, todas estas buenas noticias a pesar de, y no gracias al batistato de los 50 <https://2009-2017. state.gov/p/wha/ci/cu/14776.htm>.  Claro, habían muchas imperfecciones por remediar en apenas 57 años de independencia (fue la última colonia española en independizarse en el continente).  Pero, como lo han acotado tantos cubanólogos internacionales, intelectualmente honestos y respetados, los Castros no solo no las corrigieron, sino que las empeoraron, y además produjeron nuevas anomalías, es posible que ex profeso, en su obsesión de dominar el bello país antillano.  

   Mi enfoque es esencialmente en el ámbito de las libertades(4).  Pero quedan por describir muchos otros acontecimientos en lo que llamo “el pre-período especial” que ya reflejaban la naturaleza cruel y devastadora del régimen antes de 1991.  Entre esos se pueden citar el total control de los medios de comunicación y de la enseñanza, las detenciones masivas “preventivas” (ej., al iniciarse el desembarco de Playa Girón en abril/1961), el cambio de la moneda que empobreció fatalmente al pueblo cubano, la total estatización de la economía en 1968, la descabellada “Zafra de los 10 millones” de 1970, el episodio de la embajada peruana en La Habana y la consiguiente huida en masa por el Mariel en 1980, los balseros desesperados [y que continúan], etc. (AHCE, 2020; <https://diariodecuba.com/economia/1624878747_32228.html>).     

    En fin, contrario a lo que todavía proclaman los aduladores extranjeros del castrismo, las primeras tres décadas del régimen ya constituían una dolorosa "distopía", una triste antiutopía que aún perdura tres otras décadas más tarde, y que curiosamente sigue siendo justificada —

notablemente— en los mundos mediáticos y académicos internacionales, evidentemente, sin importarles para nada el sufrimiento del pueblo cubano.

  

                                                            NOTAS  SELECTAS

(1)  Agradezco humildemente el honor que me brinda la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio (AHCE) al invitarme a su membresía.  Esta ponencia constituye una continuación más extensa y profunda de mi previo breve artículo “Antes del Período Especial” publicado en DIARIO DE CUBA (01/01/2014).  Aplico el estilo de citas bibliográficas a la usanza en la Antropología.  Al igual que otros trabajos míos sobre temas cubanos, este no ha tenido el apoyo financiero, ni institucional, de ningún organismo.  También doy las gracias a los familiares y colegas que me han ofrecido comentarios a borradores anteriores de este y otros escritos afines.  Dedico este modesto ensayo a la memoria de:  (a) mis dos tíos abuelos mambises: Federico Alum [muerto en combate] y Emilio García [fallecido ya nonagenario en el Exilio en Miami];  (b) así como a mi tío materno, el legendario líder sindical antibatistiano y prodemocracia Pascasio Linera [también fallecido en el Exilio miamense];  (c) y a su hija, mi querida prima-hermana Caridad Linera [fallecida recientemente en Miami] <ralum@pitt.edu]>.  

 

(2)  Con relación a los campos de concentración de las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (U.M.A.P.), donde no solo confinaban a los gays, sino también a practicantes religiosos, incluyendo a los Testigos de Jehová y de los cultos afrocubanos (como el Abakuá), ver: R. Núñez; R. Alum; & R. Nodal, 1985, "The Afro-Hispanic Abakuá", Orbis-Linguistique [Lovaina]:XXXI:263-284. 

 

(3)  Hay muchos otros exsimpatizantes, considerados pensadores de izquierda internacionales que se decepcionaron del régimen; e.g., el español Fernando Arrabal, el peruano Mario Vargas Llosa, el alemán Hans M. Enzensberger, el inglés Hugh Thomas (1971), el canadiense Leonard Cohen, el mexicano Octavio Paz, el portugués José Saramago, y el estadounidense Irving Horowitz, entre otros que han tenido el coraje de no temer ser tildados de “reaccionarios” y otros epítetos (del Risco, 2019).  Claramente, no hay que residir bajo un régimen para poderlo juzgar.  Ninguno de nosotros tuvo que sufrir los rigores de las infernales tiranías alemana Nazi o dominicana de los hermanos Trujillo para poderlas calificar como espantosamente insoportables <https://www.cubanet.org/opiniones/trujillo-republica-dominicana-cuba>.

 

(4)  A propósito, el régimen insulta a los expatriados habitualmente con epítetos vitriólicos ("antisociales, bandidos, escoria, gusanos, ‘Lumpen’, lacayos del imperialismo, mercenarios, reaccionarios,” y más recientemente, “de baja calaña”, etc.), insolencias etnocéntrico-políticas que repiten insensiblemente los seguidores foráneos del régimen (ver del Risco, 2019, y <https://deinospoesia.com/2021/08/28/dejar-la-isla-jose-abreu-felippe/>).  Aparte de eso, se refieren al Exilio como “la Mafia de Miami” (y a veces añaden, también “de New Jersey”).  Pero: ¿Qué más mafia que la misma familia de eurodescendientes dominando el país por seis décadas?  Irónicamente, es ese Exilio demonizado —incluso por la prensa extranjera y el mundo académico— quien subsidia con sus remesas y envíos de provisiones generosos a casi la mitad de la población en la isla (José Álvarez, economista, Florida: Comunicación Personal).

 

=*DATOS BIOGRÁFICOS:  Rolando Alum Linera  es Investigador “Senior” Asociado en Antropología del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh, del cual es egresado; también recibió un Certificado Postdoctoral de la Universidad de Virginia.  Fue profesor en varias universidades de EE. UU., Puerto Rico y República Dominicana, y fungió como subsecretario de Educación de EE.UU. (Región Federal II), y como presidente del Comité Asesor al Censo.  Fue becario Fulbright y de la OEA en República Dominicana, e investigador huésped en la Hoover Institution (Calif.), y es un “Senior Fellow” de la Sociedad Para la Antropología Aplicada.  También ocupó cargos de subgabinete en el gobierno estatal de Nueva Jersey, y sirvió como regente de Ramapo College, y actualmente de DeVry University-N.J.  Es además vicepresidente del Comité Certificante de Psicoanalistas, y del estatal Centro Hispano Para Políticas, ambos de Nueva Jersey.  Sus más de 175 escritos han sido publicados —en inglés y español— en revistas académicas, libros, enciclopedias, y periódicos [ralum@pitt.edu].


5 comments:

  1. maravilloso, muchas gracias, usaré esto en mi tesis de doctorado sobre los peregrinos políticos a la utopía despótico-proletaria. Abrazos, maestro.

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  2. Y Alum se quedó corto--hay tantos mas escritores decepcionaods.

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  3. Como Ecuatoriano, opononente al Socialismo-Comunismo, encuentro este trabajo muy ilustrativo, Felicitaciones y que sigan resonando las voces de la libertad.
    David Jimenez, New Jersey.

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  4. This is a complete rundown of events leading to a change if heart.

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  5. Muy interesante. Como dice el Profesor Alum, ha habido muchos más desilusionados, basados en sus propias experiencias. Desafortunadamente, todavía hay “Socialistas Democráticos” como Bernie Sanders que aún no están desilusionados con un sistema que siempre ha fracasado.

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