Tuesday, June 16, 2020

EL VIAJE DE LA MEMORIA

Por Daniel Céspedes Góngora
                                        

«Mi experiencia me ha enseñado que nadie inventa una historia sin ningún asidero en el mundo real. Disfrazar la realidad es más fácil que inventar una nueva. De nihil, nihilum: nada sale de la nada». Con estas palabras que Fernando Velázquez Medina, el autor El mar de los Caníbales (Editorial Letras Cubanas, 2015), pone en boca de su protagonista Diego, establece, sin dudarlo, una sutil declaración de principios que comprende a escritor y personaje literario.

Velázquez Medina es un autor cubano nacido en la década de los cincuenta en La Habana. Desde hace tiempo radica en los Estados Unidos y desde allí se dio a conocer como novelista. Suya es Última rumba en La Habana, obra que ha sido traducida a varios idiomas y no se ha leído mucho en Cuba. Ahora como escritor se da a conocer en su país con una novela ambiciosa en temática y narración: El mar de los caníbales.

¿Qué nos cuenta su autor Velázquez Medina en esta, su segunda y más ambiciosa novela? La historia de un criollo habanero, quien pudo testificar importantes acontecimientos acaecidos en la capital cubana del siglo XVI. Esto es ficción, pero bien pudo resumir la vivencia de un hombre real y casi olvidado por la historia colonial de aquí. Vida entre mares y tierra; vida en un mundo que se redescubría aún en el día a día; tiempos postcolombinos, aunque con muchas referencias a la figura del marino genovés y los que vinieron después; tiempos de aventuras y de fundaciones y establecimientos en las islas del Caribe.

Velázquez Medina tuvo que haberse informado detalladamente, porque El mar de los caníbales evidencia una indagación seria y profunda en lo que la historia ha salvado. Pero estamos ante un novelista que no va a quedarse en la exactitud de los datos o en fotografiar determinado personaje histórico. Él es poseedor de una imaginación tremenda que le permite construir y hasta exagerar hechos cual si fuese un aprendiz de los cronistas de la Conquista.


Tal vez al principio de El mar de los caníbales uno como lector siente un bombardeo de hechos narrativos por demás muy acelerado. Aunque Velázquez Medina le va ubicando en el acontecer de esta trama, se advierte cierta confusión en cuanto al personaje central. No asevero, ni siquiera sugiero, que esto sea un error en su libro. Tal vez sea intencional, porque cuando Diego, el héroe criollo, decide más adelante recapitular cuánto ha hecho en su vida, se empieza a sentir la narración más precisa y efectiva.

La novela de Fernando tiene varios puntos a su favor: una buena fabulación con varias subtramas (¡ojo con la de la “Historia del fraile”!), que van mucho a la Historia aunque sobresale las ocurrencias de Medina como escritor. Y si a ello le sumamos personajes interesantes y un lenguaje claro, muy cinematográfico y ameno, la conquista de muchos lectores está garantizada.

¿Qué puede tener en contra El mar de los caníbales? No tengamos miedo de admitirlo: el tema del llamado Nuevo Mundo. Acaso muy antiguo y aburrido para algunas personas, pero para el lector de vocación he aquí una manera de conocer un componente esencial y acelerador de la Historia: el reconocimiento del hombre ante lo que le ha tocado enfrentar o vivir. ¡Y eso solo aburre a quien no quiere saber de sí mismo!

No comments:

Post a Comment