Friday, April 24, 2020

La crisis del éxodo del Mariel y cómo enfrentamos el reto*


POR AIDA LEVITAN, PH.D.

Se les llamó “escoria,” “lumpen proletariado,” “antisociales”. Las Brigadas de Respuesta Rápida los golpearon, humillaron y escupieron antes de que dejaran Cuba en 1980.
El “pecado” de la generación del Mariel era el anhelo de vivir en libertad. El éxodo del Mariel se originó hace 40 años cuando un hombre estrelló un autobús contra los terrenos de la Embajada Peruana en La Habana, seguido de 10,000 cubanos que buscaron asilo al retirar Castro los guardias.
Como Directora de Asuntos Latinos de Metro-Dade, me reuní con los Subadministradores del Condado Tony Ojeda y Sergio Pereira y propuse crear Reenlace, una nueva coalición de grupos cubanos, para ayudar al personal gubernamental a procesar a los 10,000 cubanos. No nos imaginamos que el 20 de abril, Fidel Castro transformaría su crisis de relaciones públicas en un caos para EEUU al anunciar que los cubanos podrían abandonar la isla a través del Puerto de Mariel. Más de 125,000 llegaron a Miami entre el 21 de abril y el 31 de octubre.
Líderes como el Administrador y el Subadministrador del Condado, Merrett Stierheim y Sergio Pereira, y el Alcalde de Miami Maurice Ferré se enfrentaron con eficacia a la crisis. Stierheim organizó un procesamiento ordenado de refugiados en el Parque Tamiami. Yo activé Reenlace, y voluntarios cubanos acudieron en masa al parque. Donaron efectivo, ropa y, lo más valioso, su tiempo. Trabajábamos 20 horas al día y apenas dormíamos. Voluntarios como Siro del Castillo parecían vivir en el parque.
El ex Subadministrador de la Ciudad de Miami César Odio, lo resumió cuando dijo a NPR: “... me siento muy orgulloso de mi ciudad... nos ocupamos del problema. No teníamos gente viviendo en las calles como se ha dicho... las personas que llegaron de Mariel... tenían familias aquí... tenían casas esperándoles,... trabajos... y fueron absorbidos por la comunidad casi de inmediato”.
Muchos no cubanos de Miami y algunos exiliados cubanos vieron con sospecha a los que llegaron desde el Mariel. Aunque la gran mayoría eran personas decentes, aproximadamente 2,746 delincuentes endurecidos, así como personas con enfermedades mentales, habían sido añadidos, por la fuerza, a los barcos de cubanoamericanos que recogían a sus familiares. Este pequeño porcentaje del grupo y sus crímenes estigmatizaron a todos los exiliados cubanos, una imagen que reforzó la película “Scarface”.
Los exiliados de Mariel se convirtieron en empresarios, ejecutivos, artistas, periodistas y académicos. Nuestra escena cultural floreció. Carlos Alfonzo se hizo mundialmente famoso, con exhibiciones en el Museo Hirshhorn y el Museo de Arte de Miami. Otros artistas incluyeron a Laura Luna, Juan Boza, Eduardo Michaelsen, Andrés Valerio, Víctor Gómez, Luis Vega y Miguel Ordoqui. Escritores como el galardonado Reinaldo Arenas, Carlos Victoria, los hermanos José, Juan y Nicolás Abreu Felippe, Roberto Valero, Luis de la Paz, Jesús Barquet y Mirta Ojito (ganadora del Premio Pulitzer) enriquecieron nuestra literatura.
En Miami triunfaron el periodista Andrés Reynaldo, el baterista de jazz Ignacio Berroa, la cantante de ópera Elizabeth Caballero y el productor de ballet Pedro Pablo Peña. En 1983 la revista Mariel se convirtió en un símbolo de esta aportación cultural. Como le dijo el poeta Reinaldo García-Ramos a Fabiola Santiago: “Llegamos con una necesidad desesperada de expresarnos... La libertad nos permitió convertirnos y Mariel fue el parto laborioso”.
Los disturbios raciales de la década de 1980, la llegada de tantos refugiados del Mariel y los delitos de drogas dañaron la imagen de Miami, y el 23 de noviembre de 1981 fue llamada “¿Paraíso Perdido?” en una historia de portada de Time.
Cuando el alcalde Ferré me nombró Directora de Información, me asignó la “Misión Imposible” de promover la ciudad como centro internacional de negocios. Enfrenté este reto creando giras de “Miami: Centro del Nuevo Mundo”, para directores de periódicos. Los invitamos a giras periodísticas serias, las cuales incluían reuniones con líderes en Liberty City, la Pequeña Habana, ejecutivos e intelectuales. Durante 10 años vinieron 1,500 periodistas, sin costo para la ciudad, y escribieron cientos de artículos positivos.
Líderes cubanos exiliados combatieron la injusta imagen negativa de los cubanoamericanos, así como los ataques de los partidarios de la ordenanza antibilingüe. En 1982, el urbanizador Armando Codina, el banquero Luis Botifoll, la líder de la publicidad Tere Zubizarreta, el ejecutivo del Herald Sam Verdeja y otros fundaron FACE (Facts About Cuban Exiles) para luchar contra los prejuicios y comunicar información precisa sobre los cubanoamericanos.
A pesar de las diversas crisis que enfrentamos los miamenses a principios de la década de 1980, triunfamos gracias a los líderes y voluntarios que se unieron para vencer los desafíos.
Algunos todavía usan el término “Marielito” para insultar a los cubanos que llegaron en 1980. Nada podría ser más injusto. El tiempo ha demostrado que la generación del Mariel hizo una transición exitosa de una sociedad totalitaria a una libre y ha contribuido de manera significativa al desarrollo de Miami.
Después de 40 años, nadie puede dudar de que merecen ser honrados y apreciados.
Aida Levitan, Ph.D. es presidenta de ArtesMiami, Inc., ex-presidenta de la Junta Directiva de FACE. Twitter: @aidalevitan.

*Tomado de El Nuevo Herald por cortesía de la autora.

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