Saturday, May 22, 2021

Rolando Laserie. ¡De película!*

Por William Navarrete

A Rolando Laserie, en algún momento de su carrera de músico y cantante, el público le reconocía, además de por sus dotes artísticas, porque solía exclamar desde el escenario la frase: “¡De película!”. Tanto es así que cuenta, entre otras anécdotas del libro que hoy presento, que estando ya exiliado en Miami lo invitaron a Yucatán. Llevaba buen rato cantando cuando el contratista se dio cuenta que no había dicho ni una vez la frase por la que se le conocía. Entonces le hizo saber que el público preguntaba si realmente era él, y que, ante la duda, no le pagaría si no pronunciaba la famosa frase. Entonces dijo tantos “De película” como no recordaba haberlo hecho durante toda su vida.

Anécdotas como esta aparecen contadas en primera persona en el libro del locutor, guionista y director de programas de radio y televisión Lázaro Caballero Aranzola que, como han de imaginar, no podía titularse de otro modo: Rolando Laserie. ¡De película!, publicado recientemente por la editorial Unosotros, del sur de la Florida. Y es que, en vida, el célebre cantante, tenía un proyecto de contar la historia de su vida a Guillermo Cabrera Infante, quien lo admiraba mucho y pensaba escribir un libro sobre él.

Rolando Laserie nació en 1923, en Mata, un poblado de la provincia de Las Villas. Descendía de esclavos africanos por parte de padre y de chinos por parte de madre. Desde pequeño la numerosa familia se instala en Santa Clara, una ciudad en que de adolescente empezó a frecuentar el ámbito musical y en la que no perdía la menor oportunidad para demostrar su interés por la música, en cuanto pasaba por allí cualquier cantante, como Rita Montaner, a quienes vio desde muy joven.

Como tenía talento natural para la música y su hermano le había enseñado a tocar el timbal, dejaba el trabajo de zapatero que le habían destinado para tocar música en cuanto se presentaba la ocasión. A los diez años ya tocaba la batería en la orquesta de los Hermanos Guimbarda, en Santa Clara, y a los quince en la academia de baile. De joven se le conocía por su buen timbre de voz, y cuenta Cachao que cuando pasaba con la Orquesta de Arcaño por Santa Clara, lo buscaban para que los acompañara en el canto, pues en la ciudad se le conocía por cantar muy bien.

A partir de una primera estancia en La Habana, de la que regresa sin haber logrado nada, la carrera musical de Laserie despunta. Cantaba todos los boleros a ritmo de son y su estilo gustaba. Comienza entonces por Santiago de Cuba, en donde integra la Cadena Oriental de Radio, seguido por la orquesta “Los hijos de Arcaño”, de vuelta a Santa Clara. Ya en 1940 comienza con el guapachá, una mezcla de chachachá con merengue, y luego integra la orquesta Hermanos Palau en 1948.

Se instala entonces con Gisela Borgiano, su esposa desde 1953, en una casa de dos plantas la barriada de Lawton que logra comprar con el dinero que gana, y viaja a Haití (1947), integra el grupo Los Jóvenes del Cuadro, se va de gira por Colombia (1950), toca y canta en los Aires Libres (frente al Capitolio habanero, 1951), comienza a trabajar para Radio Progreso, para el show de Olga Chorens y Tony Álvarez, y se convierte en timbalero de la Orquesta de Benny Moré.

En la prodigiosa y prolífica década de 1950, Laserie toca en la orquesta del cabaret Sans Souci y logra permanecer en el “hit parade” durante ocho semanas consecutivas. Ya había logrado vender 30 000 copias de su versión del bolero “Mentiras tuyas”, de Mario Fernández Porta, quien se mostró muy disgustado cuando escuchó su versión, pero se calmó inmediatamente cuando vio la cifra de ventas del sello Gema, de Guillermo Álvarez Guedes, con el que se había grabado en 1956. También graba con la Orquesta de Eduardo Duarte, piezas de Margarita Lecuona y de Bobby Collazo. Ya en los años 1950 viaja a Nueva York varias veces y es en La Gran Manzana en donde adquiere la costumbre de llevar siempre una boina, signo distintivo por el que también se le reconoce, y que empezó a usar cuando, para combatir el frío de Manhattan, el célebre Mongo Santamaría le regaló una.

En 1959 el triunfo de la revolución lo sorprende de gira. Curazao, Aruba, México … hasta que, viendo el giro que tomaban los acontecimientos, decide quedarse en 1960 en el país azteca y no regresar a Cuba. Comienza entonces su vida de exiliado, en que reside primero, por poco tiempo en Venezuela y Nueva York, antes de radicarse definitivamente en Miami desde principios de la década de 1960. Ha dejado prácticamente a toda su familia en Cuba, y como Celia Cruz, no pudo volver para ver a su madre antes de que esta muriera. Tampoco a sus hermanos y a su numerosa parentela pues no quiso nunca regresar a la Isla.

De todo esto nos vamos enterando en las páginas de este libro muy completo, en que no faltan una excelente selección de fotografías, conservada por sus herederos en Miami, una rica discografía, como anexo del libro (en que se muestran las carátulas de sus discos y los temas grabados), además de un texto de colofón de Ramón Fernández Larrea. También aparecen los comentarios del saxofonista Paquito D’Rivera, el historiador Eloy Cepero, el músico dominicano Johnny Ventura, el flautista de la Aragón René Llorente, el cantante Carlos Oliva y el productor Miky Chevalier, que cuentan sus recuerdos sobre Laserie.

El libro alterna grabaciones de voz de Laserie (para el fallido proyecto de libro con Cabrera Infante), investigaciones, testimonios y otras fuentes. Sobre su vida en Miami, ciudad en que vivió unos 40 años hasta su muerte en Coral Gables, en 1998, Eloy Cepero nos cuenta de sus presentaciones en Los Violines, el Flamingo y el Club 43. En el exilio sigue cantando junto a Olga Guillot, Celia Cruz, Bebo Valdés, Johnny Pacheco … Graba con La Sonora Veracruzana. Y participa en el proyecto de discos Master Session junto a Cachao, producido por Andy García.

Este nuevo volumen de la editorial Unosotros enriquece su catálogo de ensayos sobre la música, en que ya cuenta con otros títulos sobre Luis Marquetti, Ñico Saquito, Chano Pozo, Bola de Nieve, Rita Montaner, Roberto Faz, la Orquesta Hermanos Castro, Clavelito, Miguelito Valdés, entre otros. Todos accesibles en www.unosotrosediciones.com

*Publicado originalmente en El Nuevo Herald y reproducido aquí por cortesía del autor, escritor cubano residente en Francia.

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