Mi primer recuerdo de Cuba fue una noche oscura, un solar yermo, estaba asustado hasta que por mi lado pasó un cocuyo iluminando mi camino…
Ese fue el inicio de un millón de reminiscencias. Hoy cierro los ojos y veo un Chevrolet del año 57, un Buick del 56 y mi mente retrocede 60 años en un segundo. Una pareja de Tomeguines del Pinar en una jaula casi sacan lágrimas a mis ojos.
Una vieja y destartalada bicicleta “Niágara” puede emocionarme. Un palo de trapear, un cielo estrellado, un poema, un arbolito de Navidad, un paisaje, el sabor de una guayaba verde con sal, ver a una persona tirando un cubo de agua para la calle un 31 de diciembre me llevan a recordar mi pasado cubano.
Una melodía de difuntos cantantes como Jose Tejedor y Lino Borges me montan en una “cápsula espacial” rumbo a Cuba.
Un trago de guarapo y “ya estoy en Cuba”. ¿Usted nunca se ha tomado una cucharada de melao de caña, y se siente como que ha retrocedido décadas atrás y se encuentra en medio de la campiña cubana o en los centrales Gómez Mena, Providencia o Amistad?
Un arco iris, los nombres de “Gaby, Fofó y Miliki”, me trasladan a Cuba.
Alguien dice “¿Dónde me pongo?” y mi mente sin darse cuenta recuerda al argentino Pepe Biondi y a Cuba.
Dígame la verdad ¿usted puede escuchar el trinar de un sinsonte, ver a un Colibrí, tomarse un Mojito, escuchar la palabra JUTIA, sin que le dé “un ataque" de Cubanía?
Mencione delante de mí al Stadium del Cerro, al Contramaestre , a la C.M.Q. , a la Manzana de Gómez, al Bidet de Paulina, al Cristo de La Habana, a La Virgen del Camino, al Aeropuerto José Martí , el Cauto, el Hanabanilla, Soroa, y mi corazón brinca de alegría.
Un Girasol, una paloma, una rosa blanca, una Ceiba, una palma, un cocotero, un helado de mantecado, un viejo y deteriorado televisor Admiral, un grillo, una carriola, unas canicas, una quimbumbia, una barra de dulce guayaba, una mata de mango, otra de aguacate, escuchar el grito de Tarzán, todo me recuerda la Cuba del pasado.
Un niño en un parque empinando un papalote, una gaviota volando sobre el mar, el canto de un gallo al amanecer, el zumbido de una abeja, una amenazadora avispa, una Montaña Rusa, un cachumbambé, un “tío vivo”, el olor a chapapote, una carroza en un carnaval, alguien tirando una serpentina, una cucharada de azúcar prieta, empinarme una lata de leche condensada, un simple buche de Malta Hatuey.
El humo de un Habano, las aguas cristalinas de un río, un aguacero, un rayo, un trueno, una lechuza, los dados de un cubilete, una guayabera, un machete, una maltrecha foto del Caballero de París y 14 mil cosas mas me recuerdan a Cuba. ¡Cuba, siempre en mi corazón, en mi alma y en mi cerebro.
Y todo comenzó con un cocuyo.
Un Girasol, una paloma, una rosa blanca, una Ceiba, una palma, un cocotero, un helado de mantecado, un viejo y deteriorado televisor Admiral, un grillo, una carriola, unas canicas, una quimbumbia, una barra de dulce guayaba, una mata de mango, otra de aguacate, escuchar el grito de Tarzán, todo me recuerda la Cuba del pasado.
Un niño en un parque empinando un papalote, una gaviota volando sobre el mar, el canto de un gallo al amanecer, el zumbido de una abeja, una amenazadora avispa, una Montaña Rusa, un cachumbambé, un “tío vivo”, el olor a chapapote, una carroza en un carnaval, alguien tirando una serpentina, una cucharada de azúcar prieta, empinarme una lata de leche condensada, un simple buche de Malta Hatuey.
El humo de un Habano, las aguas cristalinas de un río, un aguacero, un rayo, un trueno, una lechuza, los dados de un cubilete, una guayabera, un machete, una maltrecha foto del Caballero de París y 14 mil cosas mas me recuerdan a Cuba. ¡Cuba, siempre en mi corazón, en mi alma y en mi cerebro.
Y todo comenzó con un cocuyo.
No comments:
Post a Comment