A continuación reproducimos una nota de la Unión de Ex Presos Políticos Cubanos (UEPPC):
GRADUADO DE HOMBRE, LA CARRERA QUE NO TERMINA NUNCA
A continuación una breve autobiografía redactada por él y guardada en los archivos de la Unión de Expresos Políticos Cubanos Zona Noreste de EE.UU.
Nací en la Habana, de madre oriental y padre ingles (escocés).
Estudié en los colegios católicos De LaSalle, primero interno en Marianao y después comercio en la de Carlos III. Cuando salí fui a trabajar en un pequeño negocio de importación de mi padre, de ahí salté a una colecturía inmensa de un pariente cerca de la Plaza de Infanta y San Lázaro. Vendí billetes con el sobrino del dueño que estudiaba medicina, por cierto, el hijo del dueño (mi primo) fue a la Invasión con solo 17 añitos y peleó como un trastornado. De la billetería salté al Cabaret Tropicana de cajero en distintos departamentos, sobre todo en el Casino, en la caja central.
Cuando la Revolución que, como casi todos apoyé, en simpatía solamente, pero con cierta aprensión. Cuando empezaron los fusilamientos donde cayeron muchos compañeros De LaSalle, Maristas, Belenitas, Escolapios y demás, decidí hacer algo. Dicen que Fidel le comentó al Che que los alumnos de esas escuelas le iban a dar muchos problemas porque él venía de ahí y conocía el paño. Dicen que el Ché le comentó: “No te preocupes Fidel que le vamos a dar aspirina a todos”. Su frase favorita refiriéndose a los fusilamientos.
En Tropicana, donde era el Delegado general de todos los trabajadores, me uní, junto con tres o cuatro más a una célula que comandaba un abogado que pertenecía a la Junta Patriótica liderada por Tony de Varona. Ya se hablaba de grupos que se preparaban en Miami para desembarcar en Cuba, decidimos 3 de Tropicana unirnos y salimos para Miami, Jorge Vega Casas (QEPD), Arturo Menéndez Rodiles y yo. De ahí para Guatemala, el desembarco y el descalabro. Al regreso del la cárcel (El Castillo del Príncipe) decidí unirme al grupo más aguerrido de la guerra urbana y la de “Por los caminos del mundo”
En 1978 caí preso con Guillermo Novo y su hermano Ignacio por el famoso “Caso Letelier”. Hice tiempo en la cárcel más temible de aquellos tiempos, Marion, ILL, cuando pensamos que ahí se había terminado la historia de los hermanos Novo y Ross, resucitamos ganando una apelación de “movie”.
Regresé a mi trabajo de vendedor de carros hasta que llegué a “General Manager” y la familia Ascione cerró la agencia Lincoln/Mercury.
Alrededor del 2010 me uní, con otros veteranos de Girón, al aguerrido grupo de la Unión de Ex-Presos Políticos Cubanos”, casi todos veteranos del Escambray que cumplieron de 10 a 25 años.
Considero un honor que me hayan aceptado hombres de ese calibre en su Asociación.
Alvin Ross.
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