Wednesday, June 5, 2019

La homofobia de Estado en Cuba: un recuento de sus primeros años


Por Héctor Santiago

    A Juan Baró Juana Picadillo.                                                                                                                                                

Hay una marcada diferencia entre La Homofobia Cultural y La Homofobia del Estado. La primera es universal y funciona a un nivel poblacional, para estigmatizar, burlarse y disminuir de distintas maneras al Otro. En la segunda funciona como la anulación social, política y el exterminio físico, por parte de la maquinaria gubernamental. El ejemplo más concreto de la homosexualidad como penalidad legal, se inicia cuando las tres religiones monoteístas, enemigas entre sí, pero con un origen común: la judía, el catolicismo y el Islam. Utilizan un conjunto religioso, moral, y de única sexualidad permitida, para su supresión a través de la violencia. Salvo algunas leyes locales con implicaciones judiciales, como el pre Gulag de la Rusia zarista, la Homofobia del Estado no se consolida en los tiempos modernos, como una estructurada política de Estado hasta el 1935. En ese año los nazis toman el poder en Alemania, y reescriben la antigua ordenanza del reino prusiano, conocido como el Párrafo 175 del Código Penal elevando el homosexualismo al nivel de delito criminal. La homosexualidad se convirtió en un atentado contra la Estabilidad de la Nación, una ofensa a la rígida moral y un desacato contra la sexualidad colectiva de la Nación Aria, que se implantó como la única manera permitida del Ser Nacional para crear la Raza Suprema. Esto legalizó el fusilamiento como condena, la castración, la cárcel, la pérdida de los derechos civiles, la exclusión de los trabajos, la expulsión de las viviendas, la confiscación de propiedades, y a nivel de enfermedad mental la reclusión obligatoria en sanatorios, la experimentación para su cura y la condena a trabajos forzados.     

En vista del apoyo que la persecución encontró en la Homofobia Cultural de la población alemana, los nazis se vieron con las manos libres para llevar la represión a un plano mayor: el confinamiento de los Triángulos Rosados en los campos de concentración. Esto formó parte del menos conocido genocidio contra los gitanos, las minorías étnicas, las sectas religiosas, los enfermos mentales y los discapacitados físicos. Y se repitió en los Gulags siberianos de Stalin, los campos y matanzas de homosexuales en Shanghái al comienzo de la Revolución China y de nuevo cuando la “Revolución Cultural” del camarada Mao. Y con el internamiento por Francisco Franco de “Los Violetas” en el campo de Fuerteventura en España y en la cárcel de Carabanchel y el de Mussolini a los “femminella” en la isla de San Domino en el archipiélago de Tremiti. En Cuba nos llaman, entre otros nombres vernáculos, “pájaros”. Así que parece que entre los genocidas es común ese tipo de “caza”.  
 No sabían los que la apoyaron y sirvieron como delatores y ejecutores, que como hijos de Saturno esas atrocidades se extenderían también a ellos, cuando comenzaron a cuestionar al Sistema que ayudaron a crear. Pues los que odian pueden terminar siendo odiados. Esa coalición de ambas homofobias, será un rasgo común que se repetirá a través de los tiempos modernos. En los países satélites del bloque soviético, durante el genocidio de los Khmer Rouge en Camboya, se recrudece en países musulmanes como Irán, Saudí Arabia y otros. Y con mayor o menor brutalidad, según los testículos de los mini dictadores locales, en África y Asia. En Brasil, Colombia y Centroamérica, durante la década militarista de los 70, los grupos paramilitares de los Escuadrones de la Muerte, fueron los encargados de la sanidad social, ejecutando con total impunidad a los mendigos, los niños de la calle, los enfermos mentales, y a los homosexuales. Tarea que ahora han continuado las invisibles células policiacas, las pandillas locales y los ultranacionalistas, asesinando a los líderes gais, los travestís y atacando a sus oficinas de derechos humanos, como en México. En el área del Caribe, en Jamaica se les persigue y asesina con total impunidad y aceptación de la Homofobia Cultural. Las democracias occidentales también han sucumbido a estas homofobias. Desde la Inglaterra victoriana con sus Leyes Contra la Sodomía. Hasta la que el Senador McCarthy comenzó como una cruzada anti comunista y la extendió a los homosexuales en los años 50 en los Estados Unidos. A través de los tiempos y de un país a otro, la Homofobia del Estado se repite con los mismos métodos fundamentales. Salvo las variantes culturales y el grado de represión que permitan las épocas, y de nuevo: los testículos de los tiranos locales. Y aquí llegamos al objetivo central de este articulo: Cuba. El país, que desde lo vivido, puedo afirmar, que era el más inimaginable para convertir a la Homofobia Cultural en ayudante represor, y así poder implantar sin objeción alguna la Homofobia del Estado. Quizás fue una premonición demoniaca, que la palabra “Campo de Concentración”, se utilizó por primera vez en Cuba durante la Guerra de Independencia en 1895, cuando el General Valeriano Weyler reconcentró a la población campesina en campos alambrados urbanos, para que no apoyaran a los combatientes independentistas. Y El Supremo lo repitió en 1961 cuando la Lucha Contra los Bandidos, trasladando a los campesinos de la sierra del Escambray al otro lado de la isla, a la colonia penitenciaria de Ciudad Sandino en Pinar del Rio.
De nuevo se repite el hecho, de que la persecución oficial que sufrió la comunidad homosexual cubana, fue aceptada por el 99% de la población que apoyaba al naciente gobierno. El que recurriendo al nefasto nacionalismo, negaba ser socialista y se declaraba “verde como las palmas” el símbolo nacional cubano. En una especie de ajiaco tropical, la involución cubana repite las viejas tácticas totalitarias del comunismo, el nazismo, el fascismo, y le añade los testículos barbudos. Creando la armazón jurídica para oficializarla, justificarla, y volverla invisible al apoderarse de los medios de comunicación. Aunque la persecución comunista es igual para todos los cubanos, en el caso de los homosexuales adquiere características muy propias. Incorpora la homofobia a la educación que controla, a las manifestaciones culturales, los censura como entes propagadores del peligro moral, los encarcela por su sexualidad, los obliga a exiliarse por indeseables sociales. A la vez que rescriben todo lo relacionado con ello, manejan y controlan los datos y las estadísticas, administran los archivos, desacreditan a los que tratan de contar su verdad vivida, a la que atacan, distorsionan o minimizan, con el recurso de la Historia Comparada: “Aquella Cuba también era homofóbica. Así que esta…” Para lo cual cuenta con el apoyo de la izquierda europea, la academia liberal norteamericana, los estudiosos de una Cuba de libritos que aceptan la versión oficial sin preguntas molestas, los integrantes de las nostálgicas generaciones nacidas fuera de Cuba y formados en la Academia liberal –que al no conocer “la otra realidad”, son utilizados como quinta columna contra los opositores exiliados–. Los revisionistas isleños, que decenios después la cuentan a su manera con sus palabras amordazadas, y los verdugos que se encubren detrás de los mitos. “La culpa es de Isabel La Católica por el legado que nos dejó”. “El “error” del pasado con los homosexuales comienza en 1965 con la UMAP”.  “Eran métodos necesarios para defendernos de la agresión imperialista”. Y otras justificaciones para el consumo de los tontos útiles. Pero los hechos concretos nos demuestran, que al igual que siempre hubo una agenda comunista, también desde el primero de enero la homofobia estaba en el ADN de la involución.                                                                                                                                         Octubre. 1959. Reunión de ASTA la American Society of Travel Agents.

La Sociedad Americana de Agentes de Viajes se reúne en La Habana en el Hotel Hilton finalizando la convención en el teatro Blanquita de Hornedo con la participación del Supremo. Una semana antes, con el fin de presentar a sus miembros a una Habana ejemplar, burguesamente moral y óptima para un nuevo turismo revolucionario. Efigenio Almejeiras el jefe de la Policía Nacional Revolucionaria, realiza la primera “recogida” de sanidad social de la involución. Esta se efectuaría básicamente en la zona del Vedado, donde se encontraban los hoteles turísticos y los casinos de juegos alrededor de La Rampa. El objetivo era que, durante el tiempo de la convención, se detendría a las prostitutas –las de refinada categoría y altos precios que atendían a ese turismo–. Luego se decidió ampliar la “recogida” a las zonas donde se reunían los homosexuales. La supuesta detención corta se prolongó por un mes. A la revolucionaria: sin cargo alguno ni juicios, y multando a todos por Antisociales. A los homosexuales les harían además una ficha policial –que más tarde servirían para confeccionar las listas de la UMAP. 
Nada de esto encontró críticas, porque ya se había comenzado a amordazar a la prensa, para que la oposición no tuviera donde expresarlas, y controlar el acceso a las noticias, inventando una realidad oficial, que terminaría por ser la única para todo el país. De esa manera, manipulando a las masas para lograr su apoyo casi total y convertirlos en represores de los reprimidos.                                                                                                                              13 13 de octubre, 1960. Encuentro de Poetas.

Organizado por el teniente del Ejército Revolucionario y poeta Rolando Escardó. Se celebra en la ciudad de Camagüey, para escuchar a los artistas y plantear la necesidad de unirlos para la cultura revolucionaria. Lo que sería el prólogo para implantar a la soviética la UNEAC Unión de Escritores y Artistas de Cuba. En el albergue ocupado por los participantes, aparecen unos carteles con virulentos ataques homofóbicos y hasta llamando a la violencia “Para expulsarlos del evento”. En las ponencias del escritor folclorista Samuel Feijoo, el comandante y poeta comunista Alberto Bayo, y la actriz Julia Estoviza, se pide la exclusión de los homosexuales de la cultura revolucionaria y del ámbito social de la patria.  
                                                                                  
 15 de abril, 1961. Playa Girón. Se establece el antecedente de los métodos represivos para todos. Antes del arribo de las tropas anticomunistas por Playa Girón y durante la batalla, se produce una detención masiva sin precedentes en la historia republicana del país. Sin causa judicial alguna, ni habeas corpus, con las fichas hechas por los delatores de los barrios de los CDR los Comité de Defensa de la Revolución y la encubierta Seguridad del Estado, son sacados de sus casas, escuelas, trabajos y secuestrados en las calles, los marcados con variadas distinciones que los convertían en contrarevolucionarios. Internándolos en las cárceles, estadios de pelota, almacenes y otras grandes locaciones –con el objetivo de descabezar cualquier apoyo interno–. Era la primera prueba, no solo logística, también para ver hasta dónde se podría usar la represión sin objeción alguna de la población, la participación de estos y perfeccionar sus métodos. Comienza la Década del Miedo. El Estado Homofóbico estaba listo para atacar.

11 de octubre, 1962. Operación de las tres P.

Cuidadosamente planificada, las fuerzas represivas –la policía, los CDR, la Seguridad, la Milicia, los Jóvenes Comunistas– caen por sorpresa sobre las zonas de prostitución, para abolirlos y hacer una limpieza social. El objetivo: Los Proxenetas. Los Pájaros. Las Prostitutas. Nuevamente extendiéndola a los lugares donde se reunían los homosexuales. Las Prostitutas fueran recluidas en campos de concentración para ser reeducadas. Y este es uno de los episodios más crueles que es poco conocido. Los Proxenetas y Pájaros, fueron enviados a colonias penitenciarias en medio del mar, en los cayos alejados de la costa en la provincia de Pinar del Rio en la zona de Güanahacabibes. Forzándolos a sembrar eucaliptos. La idea fue de Ernesto Guevara que era asmático, y durante su estancia guerrillera en la Sierra Maestra, aprendió de los campesinos que sus inhalaciones lo descongestionaban. Concibió el proyecto de utilizar los eucaliptos como productores de divisas vendiéndolo en el extranjero. Por razones de espacio no puedo narrar lo que me contó Juan Baró que estuvo allí.  

13 de marzo, 1963. La Noche de las Tijeras
En un acto político en la escalinata de la Universidad de La Habana, celebrando el ataque al palacio presidencial durante la dictadura de Batista, el Supremo alerta como medidas a tomar, la persecución contra los que se mantenían al margen de la involución y que llama pitusos por los jeans estrechos que vestían y por sus modas capitalistas, presvilesvyanos por la música de Elvis Presley que escuchaban, y los grupitos de depravados de los que se mofa, entre las risas y aplausos de la Homofobia Cultural –ahora– Revolucionaria. De facto, mientras se producía su discurso, los grupos de los Jóvenes Comunistas de la Universidad y los milicianos de la estación televisora CMQ –guiados por la actriz española Ana Lasalle, una exiliada comunista estalinista–, recorrían la zona del Vedado y el Malecón, cortando los jeans, las minifaldas, los peinados afros y los pelos largos. 

1964. Lucha contra la Burocracia
Es el pretexto para botar de sus trabajos o sacar de los cargos importantes a los desafectos y revisionistas de las ideas revolucionarias. Y a los homosexuales, para que “no tuvieran contacto con los niños, y la juventud del Hombre Nuevo Guevarista”. Ofreciéndoles a los médicos y enfermeros delatados como homosexuales, que escogieran entre trabajar en una fábrica, en el campo, o con los rayos X y la radiación oncológica, porque “Si se quedaban estériles no importaba, porque ellos no se iban a casar y tener hijos” –sin mencionar con aquellas deficientes máquinas antiguas la posibilidad del cáncer. 

31 de mayo, 1965. Expulsión de universidades y becas
La Unión de Jóvenes Comunistas sugiere la expulsión de los homosexuales y prohibirles graduarse. Por primera vez se incluyen a las lesbianas, a las que entonces no se habían reprimido en gran escala. Como siempre, la Maquinaria le da legitimidad pública a lo que ya estaba planificado. Se había creado a lo Robespierre los Comité de Depuración, formados por la Federación de Estudiantes Universitarios, los profesores, la UJC, el PCP Partido Comunista de Cuba, que con la participación del alumnado presentaban las denuncias y votaban la expulsión. Las facultades más afectadas fueron la de Humanidades e Historia. La Escuela de Instructores de Arte solo graduó a un 60% de sus becados, y en las Escuelas de Pedagogía y Periodismo también se efectuaron depuraciones. De nuevo el dossier de los expulsados lo utilizarían para llamarlos a la UMAP. 1965. Cierre de las Ediciones El Puente. Desde su aparición como editora no gubernamental, fue atacado por su independencia ideológica, sus afinidades culturales no marxistas, la identificación con la negritud cubana, y el homosexualismo público de muchos de sus integrantes. Arguyendo como una razón mayor para su cierre, el concepto de que el homosexualismo era un delito contrarevolucionario, un adversario ideológico y sus miembros unos delictuosos sociales. 

 Silvia Barros
No recuerdo la fecha exacta, pero sí todo lo ocurrido por ser parte de ello. A la dramaturga infantil, poeta y cuentista, que era miembro de las Ediciones El Puente, la detienen en un momento comprometedor junto con su novia y las envían para una cárcel de delincuentes comunes haciéndoles un juicio público por lesbianas y condenándolas. A Silvia la mandaron para el Hospital Psiquiátrico de Mazorra y le dieron unas tandas de electros de los que jamás se recuperó ni en el exilio. Fue la primera creadora con el cual se inició ese procedimiento –que la KGB usaba con los artistas e intelectuales– que después se le aplicaría en el Pabellón Carbó Servía al cineasta y pintor Nicolás Guillén Landrián.

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