Monday, March 16, 2020

Dos notas a Liliam Moro (y dos poemas) [con postdata]

Por Luis García de la Torre*

…entonces comprendes que sólo se pertenece realmente a un lugar si el alma se vuelve realidad sin tiempo y unifica en sí misma todos los tiempos…
(En la boca del lobo, Lilliam Moro)

Lilliam Moro nació en La Habana el 8 de marzo de 1946. Allí comenzó su carrera. En 1965 obtuvo el Primer Premio de Poesía con El extranjero en concurso celebrado entre las universidades de la isla. Perteneció al grupo de Ediciones El Puente. Fue profesora de literatura de preuniversitario y sus críticas literarias y poemas se publicaron en la prensa periódica cubana. En 1970 marcha de Cuba hacia España donde vivió más de cuatro décadas. En Miami llevaba residiendo 10 años, ahí continuó muy activa en su creación. Publicó los poemarios La cara de la guerra (Madrid, 1972), Poemas del 42 (Madrid, 1989), Cuaderno de La Habana (Madrid, 2005), Obra poética casi completa (Miami, 2013), Contracorriente, ganadora del prestigioso Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador” (Salamanca, 2017), El silencio y la furia (Miami, 2017) y Tabla de Salvación (Madrid, Editorial Betania 2018). Su novela En la boca del lobo obtuvo el Premio de Novela “Villanueva del Pardillo” (Madrid, 2004) y fue tema de estudio durante dos cursos en la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla. También es autora de varias ediciones críticas de clásicos de la literatura española y de numerosos artículos de crítica literaria.
A principio de este 2020 Lilliam fue diagnosticada con un agresivo cáncer. Sin embargo, la poetisa volcó todas sus energías en publicar dos libros inéditos: Las reencarnaciones de Mamá Inés, novela; y Ese olor a después, de poesía. Ambas obras las vio editadas, están ya disponibles en Amazon.
El pasado mes, el 21 de febrero, en el espacio Viernes de Tertulia, evento mensual coordinado por el escritor y periodista Luis de la Paz, en el Miami Hispanic Cultural Arts Center, recibió el reconocimiento público de sus amigos. Entre los oradores se encontraban los escritores Carlos Alberto Montaner, José Abreu Felippe, Reinaldo García Ramos, Sergio de los Reyes y Franky de Varona.

Lilliam falleció a las 5 am del sábado 14 de marzo del 2020 en su departamento de Miami. Con más de cincuenta años en el verso pertenecerá siempre en base y altura a la lírica cubana de vanguardia. Nadó siempre ferozmente en ella. Será la gran poetisa cubana de este siglo.

------------------------------------
Por Fernando Mires**


La poeta cubana Lilliam Moro, no solo en mi opinión, una de las más importantes de nuestro tiempo, ha muerto. Hace un par de meses tuvo la gentileza de enviarme, a título personal, su libro EL SILENCIO Y LA FURIA. De ese libro transcribo en POLIS un poema que en estos momentos no vacilo en calificar como premonitorio. 


DE POEMAS Y MUERTOS

Están muriendo por montones y yo escribo
[poemas. Les pongo título, los releo y corrijo pero casi nunca me entero del nombre del que
[muere el que perdió la biografía, su lado bueno y el otro insoportable, el derecho a una muerte por causa natural. Y yo sigo escribiendo. En el momento de elegir estas palabras está muriendo un ser desconocido sin tumba personal ni lápida ni flores. No es que fuera importante, simplemente era alguien, ni más ni menos que un pequeño universo, una brizna de hierba que el viento ha llevado y
[traído como si fuera nada, igual a los de aquí, los que insistimos en no se sabe qué para seguir aferrados a no se sabe qué.
(Como este poema que parece que me ha quedado medianamente
[bien).



--------------------------




EN MEMORIA DE ELLOS***



Los poetas poetas

mueren en vida o se suicidan

o se entregan al virus de las tres iniciales

o abren las puertas al cangrejo que camina de lado

y los devora internamente como si fuera un gran amor.

Los poetas poetas.

los que desprecian las certezas,

los aguafiestas, los que visten tan mal,

son los que eligen arder como en la alquimia

para crear los mundos imposibles

que sustituyan la sonrisa forzada,

la mediocre metáfora,

el premiecito que los compra,

la otra mejilla puesta para la bofetada

del que administra las medallas y el hambre.

Los poetas poetas se arriesgan al olvido,

la peor de las muertes.

*Tomado de Crítica.cl
*** Tomado de Arbol Invertido

Postdata:

Nota de Felipe Lázaro:
Lamentamos comunicar el fallecimiento de la poeta y escritora cubana Lilliam Moro Núñez, el pasado sábado 14 de marzo, en su casa de Miami.
En 1965,  siendo una joven estudiante habanera, Lilliam irrumpió en la poesía cubana al ganar el Primer Premio del Concurso “13 de Marzo” al que concurrían los alumnos de las Escuelas de Letras de las universidades cubanas, con su poemario El extranjero. Libro que no fue publicado por considerase contestatario … En esos años universitarios,  se vinculó al grupo de escritores reunidos alrededor de las Ediciones El Puente (1961-1965) que dirigía el poeta José Mario.
En su patria, realizó estudios de Magisterio en el Instituto Pedagógico Makarenko y se licenció en la Escuela de Letras y de Artes de la Universidad de La Habana. Trabajó como profesora de Literatura en un preuniversitario y publicó críticas y poemas en revistas cubanas de la época, como La Gaceta de Cuba, Unión, Bohemia  y Casa de las Américas.
En 1970, tomó el duro camino del exilio: Primero, residió cuarenta años en España y, posteriormente,  unos años en Puerto Rico hasta terminar una década en Miami.
En España, trabajó durante años en la editorial Playor, que dirigía Carlos Alberto Montaner en Madrid y con posterioridad  en la casa editora Plaza Mayor de Patricia Gutiérrez (Hija de Eloy Gutiérrez Menoyo) en Puerto Rico.
Su extensa bibliografía se puede sintetizar en estos títulos,  escritos y publicados todos en el destierro: Poemarios: La cara de la guerra (Madrid,1972), Poemas del 42 (Madrid: Playor, 1989), Cuaderno de La Habana (Madrid: Fundación Cultural Olivar de Castillejo, 2005), Obra poética casi completa    , Contracorriente (Salamanca: Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador, 2017),  El silencio y la furia (Miami, 2017 ), Tabla de salvación (Madrid: Betania, 2018) , Viaje hacia el horror (Madrid: Betania, 2018)  y Ese olor a después (Miami: Ediciones Furtivas, 2020). Novelas: En la boca del lobo (Madrid: Verbum, 2004), I Premio de Novela Corta “Villanueva del Pardillo” y Las reencarnaciones de Mamá Inés (Miami: Ediciones Furtivas, 2020).
Además de poeta y narradora, realizó ediciones críticas-didácticas de clásicos de la literatura española,  como: Novelas ejemplares Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes , El Lazarillo de Tormes, Poema del Cid, La verdad sospechosa de Juan Ruis de Alarcón, Peribánez y el Comendador de Ocaña de Lope de Vega,
La Celestina de Fernando de Rojas, El burlador de Sevilla de Tirso de Molina, La vida es sueño de Calderón de la Barca, entre otras.
Una selección inicial de poemas de Lilliam Moro apareció en la antología  Segunda novísima de poesía cubana  (La Habana,: Ediciones El Puente, 1964) del poeta cubano José Mario. Sin embargo, esta edición fue censurada y no llegó a publicarse en Cuba. Esta obra se puede leer en el libro Ediciones El Puente en La Habana de los años 60: lecturas críticas y libros de poesía (México: Ediciones del Azar, 2011)  de Jesús J. Barquet.
Otras selecciones de su poesía pueden leerse en: Poesía Cubana Contemporánea (Madrid: Catoblepas, 1986), en Poetas Cubanos en España (Madrid: Betania, 1988) de Felipe Lázaro, en  La poesía de las dos orillas. Cuba, 1959-1993) de León de la Hoz (Madrid: Libertarias / Prodhufi, 1994 y Madrid: Betania, 2018), en la Poesía Cubana: La Isla Entera (Madrid: Betania, 1995) de Felipe Lázaro y Bladimir Zamora, en la Antología de la poesía cubana. Tomo IV (Madrid: Verbum, 2002) de Ángel Esteban y Álvaro Salvador, en la Antología de la poesía cubana del exilio (Valencia: Aduana Vieja, 2011) de Odette Alonso y  en Otra Cuba secreta. Antología de poetas cubanas del XIX y del  XX (Madrid: Verbum, 2011) de Milena Rodríguez Gutiérrez,  entre otras.
También, como poeta,  fue invitada y participó en los Congresos de poetas iberoamericanos celebrados en la ciudad de Salamanca (2009 y 2017).
Como homenaje a la trayectoria poética de Lilliam Moro (La Habana, 1946 – Miami, 2020), ofrecemos a nuestros lectores una breve selección de  cuatro poemas:


Ofelia flota sobre las aguas verdes
 A Sir John Everett Millais
Ofelia flota sobre las aguas verdes,
su cabello enredado entre nenúfares,
los juncos de la orilla.
Los pececillos de colores entran en sus oídos
Con su batir de aletas diminutas
Reproduciendo el perenne murmullo de la alucinación.
Ofelia flota y está inmóvil.
Bajo sus párpados conserva la imagen última:
el fugaz pajarillo, la abeja sobre el lirio,
las ojeras del príncipe de Dinamarca.
La conciencia se desvanece lentamente con su cerebro
que ya de descompone.
Pero no habrá descanso para la dulce Ofelia:
la locura no es alimento de la muerte
y flotará –como ella ahora-
sobre los ruidos del cuerpo reventándose,
sobre el hedor de sus emanaciones
y aun cuando todo esto haya pasado
persistirá en los órdenes desconocidos,
en los recuerdos que en los demás pervivan,
en el remordimiento del ojeroso príncipe.

Elogio del danzón
 En recuerdo del primer danzón,
Las alturas de Simpson, 1879.
Para Ana Riutort
          
Inquieta abre la puerta llenando aquel salón
la herencia afrancesada,
el experto compás que intenta una cadencia
más colonial si cabe. Son las luces
que blanquean la piel como es debido.
La contradanza está sonando.
No obstante la levita y el cuello almidonado.
las largas y acampanadas faldas,
se cuela entre los pies un ritmo abrupto,
melancólico suena en aire y percusión:
toque negro insolente pese a las muchas luces.
Y el cochero allá afuera sonríe picaresco
y el que lleva las copas de ponche se estremece:
el flautita mulato se ha estado congraciando.
Han nacido el danzón y muchas cosas:
Las alturas de Simpson están tomadas ya.

Precauciones
Cuando amanezco, a veces,
una mirada en derredor me dice
que vivir es muy fácil:
-tengo todo mi cuerpo en buen estado,
trabajo, como recibo a veces cartas.,
y tengo compañía-
Cuando amanezco, a veces,
una mirada en derredor me dice
que no abra la puerta si me llaman,
que no coja el teléfono
y que ningún periódico se escurra
de puertas para adentro:
porque afuera está aullando la fiera de la desesperanza
porque allí está de guardia el hecho imprevisible
porque un montón de cosas se me vienen encima
sin que yo las comprenda.

En memoria de ellos
Los poetas poetas
mueren en vida o se suicidan
o se entregan al virus de las tres iniciales
o abren las puertas al cangrejo que camina de lado
y los devora internamente como si fuera un gran amor.
Los poetas poetas,
los que desprecian las certezas,
los aguafiestas, lo que visten tan mal,
son los que eligen arder como en la alquimia
para crear los mundos imposibles
que sustituyan la sonrisa forzada,
la mediocre metáfora,
el premiecito que los compra,
la otra mejilla puesta para la bofetada
del que administra las medallas y el hambre.
Los poetas poetas se arriesgan al olvido,
la peor de las muertes.
*    *     *
Desgraciadamente, otro poeta cubano muere en el exilio… Pero estas recurrentes muertes -lejos de la patria- representan un gran  testimonio y  una denuncia contundente contra uno de los mayores crímenes del régimen del 59, responsable de este masivo destierro vitalicio que ya dura más de 60 años…
Por esta tragedia exiliar cubana, hoy más que nunca, hay que recordar que estos “muertos de la Patria” (Virgilio Piñera, dixit) jamás fueron emigrantes, sino sucesivos  exiliados políticos y, entre esos millones de ciudadanos cubanos, nuestra admirada Lilliam Moro -como poeta y escritora cubana- mantuvo una dignidad  de disidente ejemplar y su postura radical contra el castrismo estalinista siempre fue una constante en su vida de desterrada.
Al  menos, solo nos conforta saber que la obra literaria de nuestros ilustres muertos exiliados se recordará para siempre en cada rincón de nuestra Isla, como  señalaba Lilliam al final de su poema  “Meditaciones de Odiseo”: “Para ti todo ha terminado. / Ya sólo eres un hombre que muy pocos recuerdan. / Ha sonado el portazo de Dios / y estás del otro lado”.
¡Descanse en paz nuestra amiga Lilliam!
 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Para completar este recuerdo-homenaje, ofrecemos la versión digital  (PDF) de los dos títulos publicados por Lilliam Moro en Betania (2018)  para su lectura  y descarga GRATUITA. Son su poemario Tabla de salvación y la separata Nº 12 con el poema Viaje hacia al horror.


No comments:

Post a Comment