En principio, la fotografía carcelaria se interesó solo por el rostro de los sancionados.
La imagen, que tenía el objeto de servir como medio de identificación, constituyó un nuevo elemento en el expediente de los condenados, donde se asentaba la raza, la estatura, la edad, y otras señas con valor identificativo, como las heridas y tatuajes.
Puesta en uso unas décadas después de que fuera abolida la mutilación y la costumbre de marcar al reo, la foto resultó un método de gran utilidad en el proceso de identificación de los criminales, aunque no siempre aportó los efectos deseados:
“No son raros –escribe Fernando Ortiz en un estudio titulado La identificación dactiloscópica– los casos de retratos de individuos (…) tan parecidos, que inducen a error al más experto, y (…) retratos del mismo reo fotografiado en diferentes edades, que con mucha dificultad pueden reconocerse como del mismo sujeto”.
Leocadio Páramo de la Laguna
Hijo de Raimundo y Luciana
Natural de Madrid, soltero, 27 años, alfarero
En: Los Criminales de Cuba…
1.
Llegados los años 60 del siglo XIX, y teniendo en cuenta “la dificultad de aprehender a los criminales (…) por las señas vagas y frecuentemente equivocadas, que traen las requisitorias”, el Jefe Superior de Policía propuso fotografiar a los acusados de delitos graves, a los prófugos del presidio y los reincidentes.
A este fin, Domingo Dulce Garay, Capitán General de Cuba, designa al fotógrafo José Lorenzo Cabrera, dueño de una Galería en O'Reilly 60, para fotografiar a los “penados y reclusos” que ingresen al Presidio y al correccional de vagos y, en caso de fuga, remitir “a los jefes de la Guardia civil, de policía, gobernadores y comandantes militares, el número de retratos necesarios (…) con lo cual será a todos fácil retener las facciones de los prófugos, y (…) conseguir su aprehensión”.
Probablemente, algunos de los dibujos empleados para ilustrar Los criminales de Cuba, se realizaron a partir de los retratos confeccionados en presidio por aquella época.
José Menéndez Fernández
Hijo de Manuel y Vicenta
Natural de Madrid, soltero, 16 años, cigarrero
Propietario: Archivo Nacional de Cuba
2.
En las primeras fotos de que disponemos, correspondientes a los años 70 del siglo XIX, el preso no mira a la cámara y es prácticamente retratado de medio cuerpo.
La imagen, que evidencia la falta de un método o sistema para elaborar las fichas de presos y penados, sugiere, por su composición, el uso de fotógrafos particulares.
Se piensa que algunos de ellos, además de suplir las carencias del Presidio, pudieron establecer “pequeños” estudios en la institución penitenciaria.
La conocida foto de José Martí en el Presidio de la Habana, de la cual dedicara sendas copias a su madre y a su amigo Fermín Valdés Domínguez, corrobora la relación de los retratistas profesionales con las instituciones de castigo[1].
Epifanio Horta Plasencia
Hijo de Alejandro y Serafina
Natural de Mariel, soltero, 46 años, tabaquero.
Propietario: Archivo Nacional de Cuba
3.
Al preso, en los años 80, se le ve arrellanado en una butaca como mejor le conviene, imponiendo a la lente su dignidad, que la prisión le usurpará apenas abandone la pose.
Rogelio Rodríguez
Hijo de Bembenuto y Juana
Natural de Caibarién, soltero, 16 años, barbero
Propietario: Museo Antropológico Montané
4.
No fue hasta los años 90 del siglo XIX, que el Presidio dispuso de un gabinete antropométrico y de un sistema para confeccionar la ficha fotográfica de los penados: una foto de frente y de perfil al momento de ingresar a Presidio y una foto de frente y de perfil después de ser pelado y rasurado.[2]
El número del retrato, que en principio no coincide con el del sancionado, aparece al pie o en la parte superior de la foto.
Mientras tanto, el Oficial encargado del Archivo “[conserva] las medidas, retratos y negativos de los penados, y los [tiene] debidamente ordenados”.
Hijo de Raimundo y Luciana
Natural de Madrid, soltero, 27 años, alfarero
En: Los Criminales de Cuba…
1.
Llegados los años 60 del siglo XIX, y teniendo en cuenta “la dificultad de aprehender a los criminales (…) por las señas vagas y frecuentemente equivocadas, que traen las requisitorias”, el Jefe Superior de Policía propuso fotografiar a los acusados de delitos graves, a los prófugos del presidio y los reincidentes.
A este fin, Domingo Dulce Garay, Capitán General de Cuba, designa al fotógrafo José Lorenzo Cabrera, dueño de una Galería en O'Reilly 60, para fotografiar a los “penados y reclusos” que ingresen al Presidio y al correccional de vagos y, en caso de fuga, remitir “a los jefes de la Guardia civil, de policía, gobernadores y comandantes militares, el número de retratos necesarios (…) con lo cual será a todos fácil retener las facciones de los prófugos, y (…) conseguir su aprehensión”.
Probablemente, algunos de los dibujos empleados para ilustrar Los criminales de Cuba, se realizaron a partir de los retratos confeccionados en presidio por aquella época.
José Menéndez Fernández
Hijo de Manuel y Vicenta
Natural de Madrid, soltero, 16 años, cigarrero
Propietario: Archivo Nacional de Cuba
2.
En las primeras fotos de que disponemos, correspondientes a los años 70 del siglo XIX, el preso no mira a la cámara y es prácticamente retratado de medio cuerpo.
La imagen, que evidencia la falta de un método o sistema para elaborar las fichas de presos y penados, sugiere, por su composición, el uso de fotógrafos particulares.
Se piensa que algunos de ellos, además de suplir las carencias del Presidio, pudieron establecer “pequeños” estudios en la institución penitenciaria.
La conocida foto de José Martí en el Presidio de la Habana, de la cual dedicara sendas copias a su madre y a su amigo Fermín Valdés Domínguez, corrobora la relación de los retratistas profesionales con las instituciones de castigo[1].
Epifanio Horta Plasencia
Hijo de Alejandro y Serafina
Natural de Mariel, soltero, 46 años, tabaquero.
Propietario: Archivo Nacional de Cuba
3.
Al preso, en los años 80, se le ve arrellanado en una butaca como mejor le conviene, imponiendo a la lente su dignidad, que la prisión le usurpará apenas abandone la pose.
Rogelio Rodríguez
Hijo de Bembenuto y Juana
Natural de Caibarién, soltero, 16 años, barbero
Propietario: Museo Antropológico Montané
4.
No fue hasta los años 90 del siglo XIX, que el Presidio dispuso de un gabinete antropométrico y de un sistema para confeccionar la ficha fotográfica de los penados: una foto de frente y de perfil al momento de ingresar a Presidio y una foto de frente y de perfil después de ser pelado y rasurado.[2]
El número del retrato, que en principio no coincide con el del sancionado, aparece al pie o en la parte superior de la foto.
Mientras tanto, el Oficial encargado del Archivo “[conserva] las medidas, retratos y negativos de los penados, y los [tiene] debidamente ordenados”.
Escuela del Presidio
Propietario: Archivo Nacional de Cuba
5.
El edificio-prisión, objeto de numerosas críticas por su mal estado y las carencias de todo tipo, no fue captado por la lente del Estudio Cohner hasta varias décadas después de haberse introducido la fotografía en Cuba.
En las láminas, que develan el quehacer del Presidio durante la colonia, los presos van a misa, trabajan, estudian y forman delante del petate o a la espera del rancho.
Todo en la prisión está escrupulosamente ordenado y limpio.
Con certeza, la administración se atribuye el derecho de indicar qué espacios pueden ser fotografiados y en qué momento.
Patio interior del Presidio a la hora del rancho
Propietario: Biblioteca Nacional de Cuba
6.
Aunque menos reposadas que las anteriores, las fotos del Presidio por José Gómez de la Carrera siguen igual itinerario durante la primera intervención norteamericana.
Y lo mismo las de la Cárcel y el Vivac en los inicios de la república.
“Comparar el vivac de ayer con el de hoy –-escribiría un periodista--, es hacer una travesía desde un muladar a una floresta”.
7.
El primer fotógrafo del Presidio de que se tiene noticia, nombrado en 21 de enero de 1904, fue Juan Francisco Steegers Perera, quien introdujo en Presidio la identificación dactiloscópica[3] y dirigió el Gabinete Nacional de Identificación entre 1911 y 1921.
Esta institución, que se interesó en el estudio de los brujos y ñáñigos por considerarlos proclives al delito, vulgarizó sus ideas sobre el tipo criminal, infundiendo, entre sus contemporáneos, el miedo y el odio por los practicantes y asociados.
Acto de colocación de la primera piedra de la Cárcel Modelo
Propietario: Archivo Nacional de Cuba
8.
Las fotos del Presidio, la Cárcel y el Vivac, difundidas en el cruce de los siglos XIX y XX, parecen poner en entredicho la necesidad de transformar la red de instituciones penitenciarias, pero las fotos por venir dan testimonio del apremio de la reforma; basta la del presidente Gómez, al pie del Castillo del Príncipe, colocando la primera piedra de la Cárcel Modelo; la de Gerardo Machado y Morales en la inauguración de las obras del Presidio de Isla de Pinos.
Acto de colocación de la primera piedra del Presidio Modelo
En: El Presidio Modelo
(A modo de homenaje, y teniendo en cuenta la naturaleza del evento al que se dedican estas líneas, en las fotos escogidas para ilustrar aquellos actos, aparecen por azar, o no, un fotógrafo que acecha tras su cámara y otro que la lleva en ristre).
Detalle de una foto realizada en el acto inaugural de la primera galera del Presidio Modelo
Propietario: Centro de Documentación del MICONS (Perteneció al Ministerio de Obras Públicas)
9.
La mejora del edificio-prisión es el gran tema de la fotografía carcelaria durante el siglo XX.
Vista aérea del Presidio Modelo
Propietario: Biblioteca Central de la Universidad de la Habana
A este género de foto, que incluye la escuela, el taller, el campo, el hospital y las áreas para la práctica de deportes, no escapa ningún evento que resalte el accionar de las autoridades en bien de la sociedad y el preso: el homenaje a Carlos Montenegro en el Castillo del Príncipe, la inauguración de la Prisión provincial de Pinar del Río, la celebración del quinto aniversario del Plan de Reducación Camilo Cienfuegos en Isla de Pinos, uno de los pocos actos acontecidos en la prisión tras el triunfo de la revolución cubana de enero de 1959, que ha sido graficado por la prensa.
En fin, la “radical transformación de nuestro régimen penitenciario”.
10.
Aunque las normas de la prisión, cualquier prisión, no dejan resquicio a la imprudencia, la foto ofrece en ocasiones otra visión de los encierros.
Son sus autores, en este caso, fotógrafos que transponen las puertas del presidio a la voz del carcelero… o en tiempos de cambios.
Armas requisadas durante un plante en el Presidio Modelo
Propietario: Museo Presidio Modelo
Se deben, a los primeros, las fotos de los accidentes, los plantes y las fugas, que terminan casi siempre con la muerte de un recluso; la de los presos políticos agradeciendo o denunciando el trato que les dispensan; las anexas a los expedientes judiciales como elementos probatorios.
El Garrote
En: “Imaging Cuba under the American Flag: Charles Edward Dotty in Havana, 1899-1902”
A los segundos corresponden las fotos de las celdas de castigo, del patíbulo y el verdugo, de los salones de torturas y sus aditamentos.
Son las fotos del garrote de la Cárcel de la Habana por Charles Edward Doty, las del Castillo de Atarés después de la caída de Machado, la del periodista Pablo de la Torriente Brau junto a los féretros del Presidio y la de los presos, otras vez los presos, cuyos rostros se difuminan en las fotos de los turistas y el discurso de los políticos.
Notas
[1] Esta tradición, que se mantenía vigente a mediados del siglo pasado, no sobrevive a la república.
[2] Este sistema, según Octavio Montoro y Saladrigas, se puso en práctica en Presidio en 1894.
[3] La dactiloscopia se introdujo en Cuba en diciembre 1902 para ser utilizada en el Servicio de Sanidad Marítima, y la primera muestra de su empleo aparece en el “Registro monodactilar de trabajadores analfabéticos inmunes a la fiebre amarilla”.
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