Wednesday, March 31, 2021

Recuerdo del Hospital Municipal de Infancia

Por Guillermo A. Belt 



Aquel domingo 30 de junio de 1935, cuando se inauguró el Hospital Municipal de Infancia de La Habana, habían transcurrido 33 años, un mes y diez días desde la solemne proclamación de la independencia de Cuba, lograda al cabo de tres guerras y casi 300,000 vidas, que proporcionalmente representan el doble de las sacrificadas en la guerra civil de los Estados Unidos y la de España. Además, el país sufría las consecuencias de las convulsiones revolucionarias que frustraron el intento del general veterano de una de esas guerras de prolongar su mandato constitucional en la presidencia de la joven nación.

A pesar de estos obstáculos y por iniciativa del alcalde de La Habana Miguel Mariano Gómez, la firma de arquitectos de Evelio Govantes y Félix Cabarroca había iniciado, en marzo de 1930, la construcción del primer hospital infantil de Cuba, un bello edificio de hormigón armado con paredes de ladrillo y pisos de terrazo, de seis mil metros de superficie cubierta.

A comienzos de 1931 el inmueble estaba terminado, pero como escribió su primer director administrativo, el Dr. Agustín Castellanos y González, “desde entonces permaneció cerrado, con sus paredes vacías, sin que ningún Alcalde se decidiese a emprender la obra de su equipo e inauguración.”[1]

Esta situación fue superada en 1935, como lo relata el Dr. Castellanos en el artículo citado.

 

El advenimiento del Dr. Guillermo Belt y Ramírez a la Alcaldía de La Habana, dotado de una energía y de unos principios que desgraciadamente no abundan mucho en nuestro pueblo, fue seguido casi inmediatamente de nuevas gestiones para su inauguración, que fueron acogidas por sonrisas y comentarios anticipados por parte de los numerosos escépticos tan difundidos entre nosotros, que en más de una ocasión auguraban resultados estériles a lo que calificaban de “aventura” del nuevo Alcalde.

 Inicialmente, el Hospital Municipal de Infancia ofreció asistencia médica y quirúrgica gratuita a los niños pobres del municipio de La Habana. Fue además centro de enseñanza y entrenamiento de los médicos del Departamento de Sanidad Municipal, y se dictaron cursos de especialización para enfermeras graduadas. Muy pronto comenzaron a llegar niños procedentes de otras ciudades y provincias, enviados por sus médicos al enterarse de que allí atendían, a título gratuito, los más connotados médicos pediatras de Cuba.

Según algunos datos publicados en las redes sociales, el Hospital Municipal de Infancia, que había atendido un promedio diario de mil consultas externas, con casi 300 niños hospitalizados, continuó funcionando hasta la década de 1990 cuando fue cerrado para una anunciada reparación y modernización.

Nada de eso se hizo, y el hospital fue demolido en 2014, un ejemplo más del afán destructor tan evidente en Cuba a partir de 1959. Sólo nos queda su recuerdo, el de aquel país muy joven que avanzaba confiado hacia un futuro mejor.

Hospital infantil en los momentos en que era demolido. Hoy es un parque.


 

 

 



[1] El Hospital Municipal de Infancia, en Archivo de Medicina Infantil, La Habana, 1935, p. 45-46.

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