Por Karla Pérez
La Comisión Internacional Justicia Cuba decidió iniciar una investigación por crímenes de lesa humanidad contra el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, según expresó la organización, por su responsabilidad en la muerte del preso político Yosvani Aróstegui Armenteros.
La isla mantiene un récord vergonzoso en materia de derechos humanos y el número de fallecidos en presidio político por huelgas de hambre, una herramienta de lucha no violenta. Es una evidencia más de las falta de garantías dentro del sistema legal cubano y en la historia del presidio político.
Desde 1966 hasta 2020, han fallecido al menos 14 prisioneros políticos a causa de huelgas de hambre, según una lista difundida por dicha Comisión.
En marzo de 2016, durante la visita de Barack Obama a Cuba, el líder del régimen cubano, Raúl Castro, expresaba con desfachatez ante las cámaras internacionales que en la isla no había ni un solo recluso por razones políticas: "Si hay esos presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos", se atrevió a decir.
La realidad es que hay más de un centenar, y al menos 14 han muerto poniendo su cuerpos en huelga, límite al que solo llega quien lo ha perdido todo o se lo han arrebatado.
A continuación, ADN Cuba comparte la lista de fallecidos a lo largo de la "Revolución", tras múltiples investigaciones de varios organismos:
El último opositor fallecido en Cuba tras una huelga de 40 días en la prisión fue Yosvany Aróstegui Armenteros. Hasta su muerte fue miembro del Frente de Resistencia Orlando Zapata Tamayo. En 2016, su nombre formaba parte de la lista de presos políticos difundida tras la visita del expresidente estadounidense, Barack Obama.
El periodista Pedro Corzo, que ha investigado su caso, comentó a la revista: "Es importante repetir las veces que se consideren necesarias que la dictadura castrista tiene el infame récord de haber encarcelado por motivos políticos a más de medio millón de personas de 1959 a la fecha y el no menos bochornoso privilegio de que en sus cárceles hayan muerto hasta el presente al menos 14 prisioneros políticos, incluido Aróstegui Armenteros, por participar en huelgas de hambre individuales y colectivas".
Tras años de estudiar el fenómeno de los huelguistas cubanos en cárceles, el escritor y ex prisionero político (1967-1972), José Antonio Albertini, habla de esta medida como una expresión de dignidad humana.
"El propósito no es morir, aunque se esté dispuesto, la idea es que el gobierno ceda. En el caso de los huelguistas cubanos, en los duros años de los 60 a los 90, se efectuaban primordialmente para preservar la dignidad humana a costa de lo que fuese. Sabían que no tenían resonancia internacional, era muy escasa, como fue el caso de Pedro Luis Boitel", añadió el también periodista.
Boitel fue un poeta y disidente cubano que se opuso a los gobiernos de Fulgencio Batista y Fidel Castro: su nombre que aparece en la lista. Murió el 25 de mayo de 1972, tras una larga huelga de hambre donde exigía que se respetaran los derechos de los presos. Hasta la fecha permanece enterrado en el Cementerio de Colón, sin identificar su tumba, como último oprobio contra él.
Sobre las reacciones históricas que ha tenido el régimen de La Habana contra las huelgas de opositores, Albertini dijo que "ha sido de brutalidad y a la vez de gran temor, porque ellos saben que se están condenando. Todo el que se ve involucrado en la represión a un huelguista cubano, tiembla".
En el último informe que realizó Prisioners Defenders (PD) a inicios de agosto, existen en la actualidad 132 presos políticos en la isla.
En julio se sumaron cinco nuevos: Elio Juan Arencibía Dreque (MLDC), Ramón Rodríguez Gamboa (MONR), Carlos Manuel Arocha del Risco (Unpacu), Yulio Ferrer Bravo (independiente) y Ernesto Pérez Pérez (Unpacu).
La Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) registra 50 activistas de conciencia, convictos o condenados, para un 49% del total censado en Cuba por la organización.
Prisoners Defenders asegura tener "la colaboración de todos los grupos disidentes de la isla y los familiares de los presos políticos para recabar información y promocionar la libertad de todos los presos políticos".
Dicha organización también reconoce otros 11,000 civiles no pertenecientes a organizaciones opositoras, 8,400 de ellos convictos y 2,538 condenados, censados con datos oficiales a 31 de diciembre de 2019, con penas medias de 2 años y 10 meses de cárcel, por cargos denominados en el Código Penal como “pre-delictivos”.
Según la declaración de Malta sobre las Personas en Huelga de Hambre, "El médico debe respetar la autonomía de la persona (…) Toda decisión pierde fuerza moral si se toma involuntariamente bajo amenazas, presión o coerción de los pares. No se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan. La alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable. La alimentación artificial con el consentimiento explícito o implícito de la persona en huelga de hambre es aceptable éticamente y puede evitar que la persona alcance un estado crítico".
*Tomado de ADN Cuba
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